El ser humano busca la comodidad por naturaleza. Es cierto que a veces nos calentamos mucho la cabeza y elegimos las opciones más enrevesadas para algunas cosas, de hecho es algo que veo mucho en autores noveles en mis clases de narrativa. Lo percibo sobre todo en la construcción de frases, y de eso hablamos precisamente hace muy poco, en el artículo sobre el barroquismo. Es curioso, porque en esas ocasiones nos complicamos la vida un montón, pero luego en otras decidimos ir por el camino más rápido. El ejemplo más claro es el que hoy trataremos. ¿Te has dado cuenta de ese «precisamente» que he marcado en cursiva y negrita? Pues bien, toca asomarnos al horror absoluto, al peor de todos los males existentes en cuanto a estilo literario: los adverbios acabados en -mente.
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TogglePor qué usamos los adverbios acabados en -mente
Bueno, en realidad no es para tanto. Al fin y al cabo, los adverbios acabados en -mente son términos completamente correctos a nivel semántico. No hay nada malo en ellos. El problema viene cuando abusamos. Del mismo modo que tenemos tendencia a repetir ciertas palabras o grupos de palabras, o terminaciones como -aba o -ía debido al uso de algunos tiempos verbales, también es tremendamente habitual utilizar los adverbios acabados en -mente cuando escribimos. Como tantos otros, es un vicio heredado del lenguaje oral, donde no nos planteamos esas cuestiones en nuestras conversaciones informales.
¿Por qué consideramos que el uso de este tipo de adverbios afea el texto? Porque no estamos escribiendo la lista de la compra o un diario personal. Estamos haciendo literatura, una manifestación artística que busca en primer lugar transmitir una historia con la que conectar con el lector, pero además también una cierta belleza estilística. Es por tanto una cuestión de estilo: los adverbios acabados en -mente son el recurso fácil y cómodo, una salida rápida. Por eso tenemos tendencia a abusar de ellos, hasta el punto de que ni nos damos cuenta de cuánto los repetimos.
¿Hay que sustituir siempre los adverbios acabados en -mente?
No, claro que no. Como digo, los adverbios acabados en -mente son correctos por sí mismos. Forman parte de la familia de los adverbios de modo, que son los que nos explican cómo se desarrolla la acción de un verbo. Y se forman a partir de adjetivos. Por tanto, están ahí para utilizarse… con mesura. En ocasiones su función es tan importante que no se pueden simplemente eliminar, porque aportan información relevante y necesaria. Por ejemplo, no es lo mismo decir «estaba gravemente enfermo» que «estaba enfermo». La segunda opción nos deja sin un dato clave, la gravedad de su enfermedad. Sin el adverbio podríamos pensar que tiene un simple resfriado, cuando la cosa es mucho peor.
Aún así, es posible mejorar la frase inicial sustituyendo ese «gravemente» por algo mejor. Podemos tirar por algo sencillo aunque siempre útil, con un «estaba muy enfermo», o bien tenemos la opción de coger martillo y cincel para reescribir la frase de manera más elaborada: «La enfermedad con la que lidiaba le consumía poco a poco». ¿Lo veis? De una frase simple y anodina hemos pasado a otra que tiene un carácter más trabajado. Hemos hecho literatura.
Opciones a los adverbios acabados en -mente
Ya os he apuntado varios caminos para solventar el abuso de los adverbios acabados en -mente. Lo principal (además de no agobiarse con este tema) es sencillamente tener todo esto en la cabeza cuando estamos escribiendo. Sin presiones ni detener el proceso creativo, pero fijándonos mientras narramos. Cuanta más experiencia acumules, conforme pasen los años, te darás cuenta de que cada vez usas menos estos adverbios. Habrás interiorizado que no debes utilizarlos tanto y de manera natural construirás las frases de otro modo. Y si alguno se te cuela, no pasa nada, porque ya hemos dicho que no es una incorrección. En el peor de los casos, siempre te quedará el proceso de revisión para solventarlo.
Cuando adviertas que has utilizado un adverbio acabado en -mente, ya sea mientras escribes o al corregir, puedes probar a eliminarlo directamente. ¿Afecta en algo a la frase? ¿Se entiende del mismo modo? Pues entonces ese adverbio sobraba, lo puedes quitar sin preocupación alguna. Pero si percibes que la oración queda incompleta en cuanto a la información que transmite, entonces hay que mantenerlo… o reconstruir la frase para decir lo mismo sin ese término. Puedes usar un verbo más conciso que ya incorpore la explicación de cómo es la acción. Por ejemplo, en vez de decir que «avanzó rápidamente para llegar a la acera de enfrente» puedes decir «corrió para llegar a la acera de enfrente». Porque «correr» ya incorpora el elemento de la rapidez por sí mismo.
Otra manera es ir a lo esencial: si un adverbio acabado en -mente se forma a partir de un adjetivo, ¿por qué no lo sustituimos por ese término de origen? En lugar de «saltó ágilmente», digamos «saltó ágil como un conejo». Otras sustituciones válidas serían expresiones alternativas, como «de manera». Mejor «reaccionó de manera exagerada» que «reaccionó exageradamente»; o «hace poco» antes que «recientemente».
Conclusiones
Al final se trata de utilizar distintas estrategias con el fin de no abusar de los adjetivos acabados en -mente. ¡Pero cuidado! Porque de tanto querer evitarlos quizás acabemos abusando de esas otras formas alternativas. Así que utilizad la cabeza. Lo sé, a veces, escribir puede ser algo así como caminar por un campo de minas.
Para acabar el artículo os voy a proponer un ejercicio: como habréis visto, a pesar de daros la chapa con los adverbios acabados en -mente, yo no me he cortado a la hora de utilizarlos en este artículo. Evidentemente lo he hecho a propósito, porque quería que participarais un poco: coged cada uno de los adverbios acabados en -mente de este artículo y buscad la manera de sustituirlos con las estrategias que os he ofrecido. ¡Convertíos en mi corrector de estilo por un día!
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Estimado y admirado, Teo:
Es siempre un placer leer tus artículos, los leo todos, y puedo decir, sin duda alguna, que más que artículos podríamos considerarlos como sencillas clases magistrales. No es que quiera regalarte el oído, como se suele decir, más bien pretendo rendirte homenaje por tu altruismo y buen hacer: creo que lo mereces. Al menos así lo entiendo.
Muchas gracias.
Un fuerte abrazo.
No puedo estar mas de acuerdo contigo, Tano.
Experiencia y claridad. Sin el artificio y sin la pedantería que se ve, a veces, en los formadores de escritores
y expertos en literatura.
Un placer, Teo.
Muchas gracias.
Javier Beltrán Talamantes
son términos completamente correctos –> son términos totalmente correctos.
también es tremendamente habitual utilizar –> también es muy frecuente utilizar
no se pueden simplemente eliminar –> no se pueden eliminar sin más
Lo principal es sencillamente tener todo esto en la cabeza –> Lo principal es tener todo esto en la cabeza
puedes probar a eliminarlo directamente. –> puedes probar a eliminarlo sin ninguna preocupación.
Evidentemente lo he hecho a propósito, –> Está claro que lo he hecho adrede,
(La primera corrección es una broma).
Gracias, como siempre
Sin duda correctos a nivel semántico.
Harto habitual.
Eliminarlo sin más.
Es evidente (también se puede decir “se evidencia”)que lo he hecho a propósito.
Es tan sencillo como tener todo esto en la cabeza.
Muchísimas gracias por estas aclaraciones estupendas sobre el uso del adverbio. Justo estoy escribiendo y me lo preguntaba s ver en mis escritos casi la ausencia de ellos. Me ha venido estupendo.
Un gran saludo
– … de eso hablamos de manera concisa hace muy poco.
– … son términos del todo correctos a nivel semántico.
– … también es muy habitual utilizar los adverbios …
– … a veces no se pueden eliminar porque aportan información …
– … lo principal es, sin lugar a dudas, tener todo esto en la cabeza …
– … puedes probar a eliminarlo sin rodeos …
– Por supuesto lo he hecho a propósito.