Hola, amigos. Hoy os traigo una plantilla para ayudaros a crear un buen detective. Lo mismo que es fundamental planificar nuestra novela, también lo es planificar la construcción de nuestros personajes. Sobre todo, el de nuestro detective. Antes de empezar el Método PEN, yo no sabía que era tan importante la creación de un personaje, pero lo es. Así que vamos a ver cómo hacerlo bien. Conocer a tu personaje Lo primero que tienes que saber para crear a un buen detective es que tienes que cocerlo muy bien. Si alguien te pregunta cuándo nació, sus gustos literarios, o si usa gafas o lentillas, tienes que saber las respuestas a la perfección. ¿Y cómo se consigue eso? Pues de una manera muy fácil: haciendo preguntas a tu detective. Sí, sí, no pongas esa cara. Coge papel y boli, siéntate frente a tu detective y empieza a preguntar y crea una plantilla para crear un buen detective. Es aconsejable separar las preguntas por temas, más que nada, para no repetirlas. Por ejemplo: Datos básicos ¿Es hombre o mujer? ¿Cómo se llama? ¿Cuándo nació? ¿Fecha? ¿Dónde? ¿Ciudad, país? ¿Qué edad tiene? ¿Dónde vive actualmente? ¿Quiénes son (o fueron) sus padres? ¿Tiene hermanos? ¿Está casado? ¿Tiene hijos? ¿Qué edad tienen? ¿Tiene mascotas? ¿Tiene coche? Aunque algunas preguntas os puedan parecer ridículas o que no tienen nada que ver con la novela, para crear un buen detective tienes que ser su mejor amigo, con lo cual, ninguna pregunta sobra. Y eso incluye, por ejemplo, sus gustos. Piensa en qué preguntas le harías en este campo. En nuestra plantilla para crear un buen detective encontrarás algunas. Gustos ¿Qué aficiones tiene? ¿Le gusta leer? ¿Cuál es su libro favorito? ¿Y su color? ¿Qué tipo de música le gusta? ¿Su película favorita? ¿Es vegetariano? ¿Cuál es su idea de buen entretenimiento: música, películas, arte, etc.? ¿Practica deporte o lleva una vida sedentaria? ¿Sueño profundo o ligero? ¿Es espontáneo o siempre necesita planear? ¿Qué redes sociales usa más? Otro aspecto a tener en cuenta es cómo fue su niñez. Vale, ya sé que ahora mismo estás mirando la pantalla pensando que estoy loca. Yo miré a Teo de la misma manera cuando nos lo contó, pero es importante. Y lo es porque, cualquier cosa que le ocurriera en esa etapa, sin duda marcará su conducta en la actualidad. Así que añade tantas como se te ocurran a nuestra plantilla para crear un buen detective. Crecimiento ¿Cómo describiría su infancia en general? ¿Fue feliz? ¿Por quién fue educado y criado? ¿Tiene algún trauma de la infancia? ¿Cuál es su recuerdo familiar más feliz? ¿Qué estudios tiene? ¿Cómo fue su juventud? ¿Era buen estudiante? ¿Tiene alguna carrera universitaria? ¿Hizo el servicio militar? ¿Habla algún idioma? Un aspecto a tener en cuenta, y que siempre es importante para crear un buen detective, es el aspecto físico, porque a todos los lectores nos gusta saber cómo ve el autor a sus personajes. En nuestra plantilla para crear un buen detective vamos a incluir algunos de estos elementos, porque no podemos dejar de lado cómo es, tanto en su físico como en su carácter. Características fisicas ¿Cuánto mide? ¿Cuánto pesa? ¿De qué raza es? ¿El color de sus ojos? ¿Cómo tiene el pelo? ¿Usa gafas o lentes de contacto? ¿Lleva barba, bigote, perilla? ¿Tiene alguna cicatriz? ¿Es diestro, zurdo o ambidiestro? ¿Lleva fotografías de su familia? ¿Fuma? ¿Bebe? ¿Cómo viste? ¿Tiene alguna frase o coletilla característica al hablar? ¿Es malhablado? ¿Se muerde las uñas? Caracteríticas emocionales ¿Cómo es su autoestima? ¿Cuál es su mayor defecto? ¿Cuál es su mayor virtud? ¿Basa sus decisiones en emociones o en lógica? ¿Qué le hace ser vulnerable? ¿Es sensible? ¿Cariñoso? ¿Es frío? ¿Es cauteloso o atrevido? ¿Introvertido o extrovertido? ¿Es optimista o pesimista? ¿Tiene seguridad en sí mismo? ¿Qué le impide conseguir sus objetivos? ¿Cuál es su punto fuerte y su punto débil? ¿Qué le motiva? ¿Qué le asusta? ¿Es generalmente cortés o rudo? ¿Discrimina o tiene prejuicios? ¿Cuál es su mayor fortaleza como persona? ¿Cuál es su mayor debilidad? ¿Qué tres palabras describen mejor su personalidad? ¿Qué tres palabras usarían los otros para describirle? También es muy importante, a la hora de crear un buen detective, saber cómo se relaciona con las personas, tanto a nivel personal como profesional. Lo es en todos los personajes pero, sobre todo, en el detective. Es importante saber cómo va a tratar a los sospechosos, al criminal, a las víctimas, etc. Por ese motivo, este es uno de los campos obligatorios en nuestra plantilla para crear un buen detective. Relaciones con otros En general, ¿cómo trata a los otros: atentamente, de forma ruda, manteniéndolos a distancia, etc.? ¿Es una persona social? ¿Quién es la persona más importante en su vida y por qué? ¿Quién es la persona en el mundo en la que más confía? ¿Y quién es la persona en el mundo a la que más admira? ¿Quién es la persona a la que más teme? ¿Quiénes son sus amigos? ¿Cuán cerca está de su familia? ¿Confía en alguien para protegerle? ¿Quién y por qué? ¿Quién es la persona a la que más desprecia o no soporta, y por qué? ¿Le gusta discutir o es de los que evade las peleas? ¿Tiende a tomar el rol de liderazgo en situaciones de peligro? ¿Le gusta el contacto físico? Y, cómo no, para crear un buen detective, debes conocer sus más íntimos secretos y creencias. Claro que sí. Es importante saber si hay “algo” que pueda, en un momento dado, desestabilizarle o impedir que cumpla con su deber. En nuestra plantilla para crear un buen detective, verás algunas de las preguntas que puedes hacerle. Secretos ¿Tiene alguna fobia? ¿Qué vicios tiene? ¿Qué es de lo que más se avergüenza o arrepiente de haber hecho? ¿Cuál fue su experiencia más vergonzosa? ¿Qué cambiaría de su físico? ¿Cuál ha sido su mayor mentira? ¿Cuál ha sido su mayor error? ¿Y su mayor secreto? ¿Cuál es su mayor manía? ¿Su peor pesadilla? ¿Su vocación
Detectives femeninas en la literatura (1ª parte)
Hola, amigos. Hoy os voy a hablar de la figura de la mujer como detective dentro de la novela policiaca. Porque, al igual que en la televisión o en el cine, con Jessica Fletcher o Los ángeles de Charlie, entre otras, en la novela también hay detectives femeninas, desde el siglo XIX. Así que vamos a conocer a algunas de ellas. ¿Empezamos? Detectives femeninas: ¿G. o la señora Pascal? Fue en 1864 cuando apareció la primera detective femenina de la historia. Pero, según donde busques información, se considera que esta fue G. y, en otras fuentes, la señora Pascal. Sea una o la otra, el caso es que ambas son interesantes. G. Es obra del escritor británico James Redding Ware, quien publicó la novela La mujer detective bajo el seudónimo de Andrew Forrester. En ella, se muestra a una detective femenina inteligente e ingeniosa, lo que le permitía inspeccionar la escena del crimen y buscar pistas sin que nadie se diera cuenta. Se dice de ella que ya utilizaba los métodos de deducción de Sherlock Holmes y que, al igual que él, no tenía buenas relaciones con la policía. La señora Pascal Comparte con G. el honor de ser considerada la primera detective femenina. Fue creada por William Stephens Hayward, en la novela Revelaciones de una mujer detective. Stephens creó a una detective femenina de unos cuarenta años y viuda que, debido a la difícil situación económica en que la deja la muerte de su marido, decide sacar partido a sus dotes de observación y deducción para resolver casos de robos, secuestros y asesinatos. Astuta, intuitiva, atrevida y, a veces, violenta, no le importa ir por las calles, pistola en mano. Incluso aparece fumando en la portada de la novela, algo que no estaba bien visto en aquella época. Loveday Brooke En 1893, aparece Loveday Brooke, la primera detective femenina creada por una mujer, Catherine Louisa Pirkis, en The Experiences of Lovedy Brooke, Lady Detective. Inglesa, como sus predecesoras, Loveday logra trabajo en una agencia de detectives en Fleet Street, junto al señor Ebenezer Dyer, al encontrarse sin dinero ni amigos. Pero, en vez de venirse abajo por las circunstancias, y la forma injusta con la que ha sido tratada por la alta sociedad de Londres, aprovecha su sentido común y su valentía para resolver delitos. Sarah Fairbanks La siguiente detective femenina de la lista fue creada en 1895 por la autora Mary E. Wilkins, en El brazo largo (The long arm). Sarah Fairbanks, una humilde maestra de escuela, que cuenta con todos los recursos que hacen falta para ser detective, decide investigar el enmarañado caso de la muerte de su padre, sin tener en cuenta la opinión de una sociedad conservadora y religiosa. Más detectives femeninas: Amelia Butterworth y Violet Strange Amelia Butterworth y Violet Strange, fueron dos detectives femeninas creadas por Anna Katherine Green, conocida como la Agatha Christie de la época victoriana. Amelia Butterworth La primera en aparecer fue Amelia Butterworth, en 1897, en El misterio de Gramercy Park. En esta novela, una simpática solterona de mediana edad, la señorita Butterworth, se convierte en detective aficionada cuando un extraño asesinato tiene lugar en la mansión contigua a la suya. Es, sin duda, la antesala de Miss Marple. Violet Strange Años más tarde, en 1915, salió a la luz Violet Strange en La zapatilla dorada y otros problemas para Violet Strange (The Golden Slipper and Other Problemas for Strange). Violet Strange, la primera «chica detective», tiene un secreto: investigar el lado oscuro de la sociedad neoyorquina. Entre excursiones adineradas a la ópera y cenas fabulosas, Violet, la detective privada más buscada de Nueva York, resuelve los crímenes de Manhattan. Desde la hija de un importante hombre de negocios acusado de robo a gran escala, hasta el presunto asesinato-suicidio del esposo e hijo de una mujer de sociedad, Violet investiga, con pericia, pistas ocultas, mientras protege su identidad secreta. Por la misma época, apareció la detective femenina Mollie Delamere, la heroína de Beatrice Heron-Maxwell, en el relato The Adventures of a Lady Pearl-Broker, que se publicó en la revista Harmsworth Magazine. Mollie, una viuda que ha tenido que salir adelante por sí sola tras la muerte de su marido, se convierte en una mujer de negocios que, además, resuelve crímenes. Hubo muchas más detectives femeninas antes de la llegada de la encantadora Miss Jane Marple. Entre 1910 y 1911, conocimos a Lady Molly, de Emmuska Orcy; la investigadora Judith Lee, de Richard Marsh, o Ellen Buntin, de Marie Belloc. Y, en pleno auge de la novela detectivesca, es cuando aparece Miss Marple, en 1930, de la pluma de Agatha Christie, en la novela Muerte En La Vicaría. De ella ya hablaremos en otro artículo, dedicado a la «reina de la novela policiaca». Es imposible nombrar, en un solo reportaje, a todas las detectives femeninas que nos ha dado la literatura, con sus novelas y su carácter. Pero no podemos olvidarnos de Kate Fansler, de Amanda Cross; Cordelia Gray, de P,D, James; Kinsey Millhone, de Sue Grafton; Helen West, de Frances Fyfield; Saz Martin, de Stella Duffy; Kay Scarpetta, de Patricia Cornwell. ~~~~~~~~~~ Y hasta aquí llegamos por hoy. Nos quedan muchas detectives femeninas de las que hablar, pero será en próximos artículos. Como siempre, te animo a que, si te ha gustado el artículo, lo compartas, comentes o preguntes lo que quieras. Y no me despido sin antes aconsejaros que, si queréis aprender a escribir bien, os apuntéis al Método Pen, de Teo Palacios. No os defraudará. Nuestra biblioteca En esta sección, hoy os recomendamos uno de los libros de los que hemos hablado: El misterio de Gramercy Park, de Anna Katherine Green. Sinopsis La acaudalada familia Van Burnam regresa de un viaje al extranjero, al mismo tiempo que aparece una mujer muerta en el salón de su casa. Un gran aparador ha caído sobre ella, aplastando su cara y, aunque la policía sospecha que la víctima es la esposa
El detective de ficción. Cosas a tener en cuenta al crearlo. 1ª parte.
Hola, amigos. Hoy vengo a hablaros del detective de ficción y la importancia que tiene dentro de la novela policiaca. En diferentes artículos veremos ejemplos, una lista de los más famosos, y todo lo que debemos tener en cuenta a la hora de crear tan singular personaje. Vamos a ello. ¿QUÉ ES UN DETECTIVE? Según la RAE, detective es: Policía particular que practica investigaciones reservadas y que, en ocasiones, interviene en los procedimientos judiciales. Es decir, una persona que tiene autoridad para investigar toda clase de crímenes y delitos, ya sea por petición de un particular o en colaboración con las fuerzas de seguridad del estado. Cabe destacar que, en España, los detectives privados NO pueden investigar delitos perseguibles de oficio, tal como se indica en el BOE, en la Orden de 20 de enero de 1981, pero sí pueden, siempre con autorización del juez y del interesado, participar en la investigación de los mismos, colaborando con la policía y entregando todas y cada una de las pistas y pruebas que encuentren. Y, si realizando una investigación de otra índole, se encuentran con este tipo de delitos, están obligados a poner toda la información del caso, de forma inmediata, a disposición de la Policía Nacional o de la Guardia Civil. CÓMO CREAR UN BUEN DETECTIVE DE FICCIÓN Antes de ponerte a escribir tu novela, tienes que tener muy claro qué tipo de detective de ficción quieres. Sí, ya lo sé, te estás preguntando si hay más de un tipo. Y la verdad es que hay dos: el profesional y el aficionado. Sí, sí, aficionado. Ahora lo verás. EL DETECTIVE DE FICCIÓN PROFESIONAL El detective de ficción profesional, es aquel que se dedica profesionalmente a resolver crímenes. Puede ser policía, detective de homicidios, forense, abogado criminalista, detective privado, y un largo etcétera. Si tú detective de ficción pertenece a este grupo, tiene que saber lo que hace, los pasos a dar y lo que no puede hacer. Es lo que se espera de un profesional. Otra cosa que tienes que tener muy clara es su profesión, porque, sea la que sea, tienes que tener buenos conocimientos sobre ella. No puedes cometer errores que te dejen mal ante tus lectores. Es decir, si tu detective de ficción es médico forense, debes conocer ese mundo para que tu personaje se desenvuelva en él sin dificultad. No, tranquilo, no te estoy pidiendo que aprendas a hacer una autopsia, no te asustes, pero sí que conozcas la terminología asociada a esta profesión, o a cualquier otra. ¿Por qué es tan importante este detalle? Pues porque entre tus lectores es seguro que habrá profesionales como tu detective de ficción, y otros que, sin serlo, tengan conocimientos. Y eso significa que un error será inmediatamente descubierto por ellos. Investiga bien antes de empezar a escribir, es la única forma de no equivocarte. EL DETECTIVE DE FICCIÓN AFICIONADO Si eliges este tipo de detective de ficción, en principio es más fácil la escritura, ya que tus lectores no esperarán una investigación ni tan exhaustiva ni tan perfecta, pues cualquiera de tus personajes puede ser tu detective de ficción, desde un adolescente hasta un taxista jubilado, pasando por escritores, fotógrafos, comerciantes, basureros, etc. Está claro que, al no ser un profesional, tu detective de ficción no tiene porqué conocer todos los procedimientos que se siguen en una investigación, lo que hará que cometa muchos errores, y que actúe más por impulsos, presentimientos y siguiendo su instinto, que por otra cosa. Como he dicho antes, en principio es más fácil escribir con un detective de ficción aficionado. Solo en principio. Porque nuestro personaje va a carecer de cosas que los profesionales tienen, como acceso a los informes tanto policiales como forenses, a las pistas, a los testigos, etc. Por ello, tienes que ser muy imaginativo para que tu detective avance en su investigación hasta llegar a resolverla. Sea como sea, el detective será el encargado de revisar las pistas y las pruebas, una de las tres claves de la novela policíaca que ya estuvimos analizando. CUALIDADES DE UN BUEN DETECTIVE DE FICCIÓN El detective de ficción suele ser visto como un héroe, aquel que soluciona el misterio, que descubre al culpable. Solía ser una persona solitaria, extraña, fría, desconfiada, excéntrica y muy maniática. Alguien desengañado con la época en la que le ha tocado vivir, y, por supuesto, casi siempre en conflicto con la policía. Pero eso ya no es así. Atrás quedó la época de Philip Marlowe o Sam Spade, el detective de ficción bebedor, mujeriego, cínico y egocéntrico, vestido con gabardina y sombrero. El detective de ficción de hoy en día se relaciona con naturalidad y cordialidad, colabora con las fuerzas del orden e, incluso, tiene familia a la que quiere y protege. Tanto si es profesional como aficionado, el detective de ficción de hoy es más “humano” y próximo, sobre todo con las víctimas. Como buen ejemplo de este cambio, tenemos al teniente Horatio Caine, de C.S.I. Miami. Pero vamos a analizar las características más señaladas del detective de ficción, muchas de las cuales se dieron a conocer desde los primeros textos de Poe. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el trabajo del detective de ficción se mueve en un campo rigurosamente intelectual. Dice el magistral Sherlock Holmes, que las aptitudes que debe tener el detective de ficción ideal son tres: capacidad de observación, de deducción y los conocimientos necesarios, por incoherentes que parezcan, que le lleven a solucionar el caso. Por otra parte, el singular Hércules Poirot menciona, en todos sus casos, la excelencia de sus pequeñas “células grises”, mientras que Philo Vance posee un sagaz poder psicológico al que nadie se puede resistir, ni siquiera las personas más fuertes. Es decir, tiene que ser una persona sabia, la única con la capacidad necesaria para descifrar las señales, por pequeñas o entretejidas que sean, con una forma de ver las cosas completamente distinta a los demás. De este modo, la mirada del detective de
Las reglas de la novela policíaca. Segunda parte
Hola, amigos. Hoy vamos a tratar la segunda parte de las reglas que hay que seguir para escribir una novela policiaca. Se me olvidó deciros, en el primer artículo sobre este tema, que las reglas de la novela policiaca fueron redactadas por el escritor S. S. Van Dine, creador del detective Philo Vance, quien las publicó en septiembre de 1928. Él creía que eran ineludibles y estimulantes a la hora de escribir un relato policial. Y bastante razón tenía. Vamos a verlo. Reglas de la novela policíaca El culpable no puede ser un policía Ni el detective, ni ninguno de los investigadores oficiales, podrá nunca revelarse como culpable. Ya empezamos. Como ya os he comentado en alguna ocasión, yo no estoy de acuerdo con algunas de las reglas de la novela policiaca, y esta es una de ellas. Pero, ¿por qué dice Van Dine que ningún investigador puede ser el culpable? A ver, tiene lógica, si el asesino es el detective, va a ser mucho más complicado atraparle. Pero ¿por qué no puede ser alguno de sus colaboradores? ¿O incluso él mismo y que sea uno de los colaboradores el que lo pille? Creo que el giro final sería mucho más impactante. Y, de hecho, he visto varias películas en que así ocurre. AVISO DE SPOILER En películas como Caos, protagonizada por Jason Statham, Ryan Phillippe y Wesley Snipes; o Cobra, el brazo fuerte de la ley, con Silvester Stallone, el culpable es o el policía encargado de la investigación o uno de sus colaboradores. FIN DE SPOILER Pero la regla está ahí. Y habrá que seguirla, claro. El mayordomo es el asesino Esta es una frase muy conocida, y una trampa para cualquier escritor de novela policiaca. Porque, ¿qué escritor de novela policiaca no se ha imaginado a sí mismo diciendo esto alguna vez? La historia dice que, en la antigüedad, las clases sociales estaban muy definidas, y la clase baja, que normalmente se dedicaba a servir a los ricos, no tenía estudios ni sabía leer. Por lo tanto, era comprensible que los culpables fueran miembros del servicio. Pero para Van Dine eso tenía que acabar, por eso creo la regla de que un sirviente no debe ser escogido por el autor como culpable. No a la Mafia Las sociedades secretas, mafias, no tienen sitio en una historia policíaca. Me parece una regla muy acertada. La mafia y las sociedades secretas pertenecen más a la novela negra, de misterio o a los thrillers, como El código Da Vinci. Por lo tanto, es normal que no acudamos a ellos como a los culpables de nuestra novela policiaca. Por supuesto, el contrabando o el tráfico de drogas no están incluidos en esta regla de la novela policiaca. Cuidado con las descripciones Una novela policíaca no debe contener largos pasajes descriptivos, ni profusión de adornos literarios, ni trabajados análisis de caracteres, ni preocupaciones «atmosféricas». Debo reconocer que, esta regla de la novela policiaca, me ha creado muchos problemas. A mí me encanta describir, disfruto con ello. Y no me di cuenta de que, encontrarte con largas descripciones, rompe por completo la tensión de la escena. Por lo tanto, ¡cuidado con las descripciones! Pueden destrozar tu novela policiaca. Que al final no sea un accidente En una novela policíaca, el crimen no debe resultar nunca un accidente o un suicidio. Es evidente que, si estamos toda la novela haciendo creer al lector que ha ocurrido un crimen, no podemos decirle al final que fue un accidente o un suicidio. Eso no tendría lógica, y sería engañarle. Sería utilizar el «Deux ex machina», algo que NUNCA hay que hacer. Por supuesto que podemos hacerlo al revés: iniciar la novela con «ha sido un accidente» y que al final no lo sea. Esta es una muy buena regla de la novela policiaca. Parte importante de la historia El culpable debe ser una persona que ha formado parte más o menos importante de la historia. Lógico. Si no tiene acción en la novela, ¿cómo puede el lector sospechar de ese personaje? Es evidente que no puede ser el vecino del quinto que se cruza solo un par de veces con la víctima; o el vendedor del quiosco de la esquina que la ve pasar por delante cada día. No, eso no puede ser. El criminal tiene que participar activamente en nuestra historia. Con más o menos importancia, muchas o pocas veces, pero tiene que ser visible para el lector. Van Dine no se equivocó con esta regla de la novela policiaca. ⸟⸞⸟⸞⸟⸞⸟⸞ Y hasta aquí el artículo de hoy. Quiero aclarar una cosa. Si bien estas reglas de la novela policiaca se están siguiendo desde hace muchos años, y hay que tenerlas en cuenta, podemos cambiar alguna de ellas. Como dice Teo, somos escritores y podemos hacer lo que queramos… siempre que lo hagamos bien. Por eso, si decides saltarte o cambiar alguna de estas reglas de la novela policiaca, ten cuidado. Hazlo bien, o puedes fracasar. Como cada mes, si te ha gustado el artículo, te invito a compartirlo o a comentarlo. Hasta el mes que viene, amigos. LIBROS Este mes, en nuestra sección de libros de novela policiaca, recomendamos: EL NOMBRE DE LA ROSA, la novela emblemática de Umberto Eco. Una trama apasionante. Una admirable reconstrucción del conflictivo siglo XIV. Valiéndose de las características de la novela gótica, la crónica medieval y la novela policíaca, El nombre de la rosa narra las investigaciones detectivescas que realiza el fraile franciscano Guillermo de Baskerville para esclarecer los crímenes cometidos en una abadía benedictina en el año 1327. Le ayudará en su labor el novicio Adso, un joven que se enfrenta por primera vez a las realidades de la vida situadas más allá de las puertas del convento. En esta primera y brillante incursión de Umberto Eco en el mundo de la narrativa, que dio lugar a una manera de concebir la novela histórica, el lector disfrutará de una trama apasionante y una
Entrevista a Iván Mourín, escritor, guionista y criminólogo.
Hola, amigos. Hoy quiero compartir con vosotros algo diferente. En este apartado de novela policiaca, me estreno con las entrevistas. Y me estreno con una entrevista a Iván Mourin. ¿Qué quién es Iván Mourin? Pues es un escritor, guionista y criminólogo. Supongo que muchos os preguntaréis que porqué os pongo una entrevista a Iván Mourin. Lo hago porque pienso que puede aportar mucho. A escritores, en general, porque él es escritor; y a escritores de policiaca, en particular, porque es criminólogo. Así que, si perteneces a alguno de estos dos grupos, o solo sientes curiosidad, te invito a que leas esta entrevista a Iván Mourin. ENTREVISTA A IVÁN MOURIN Iván Mourin Rodríguez, escritor, guionista y criminólogo, nació en Barcelona en 1980. Está diplomado en Criminología, y ha trabajado como técnico especialista en anatomía patológica, teniendo conocimientos de entomología forense y en perfiles psicológicos. Como escritor de novelas de terror escribió su primera novela, «Niños perdidos», a los catorce años, pero no fue hasta 2005 que la publicó. En 2009 vio la luz «Sociedad Tepes», y, en 2011, Resurrección» (Crónicas del Caído). Además, ha publicado los ensayos, relacionados con el misterio, «Anatomía de las casas encantadas» (Premio Enigmas 2015/Grupo Planeta) y «Descendiendo hasta el infierno: un paseo por el lado más oscuro de internet», ambos con gran acogida. Ha colaborado en diversos medios de comunicación, como «Cuarto Milenio, el «Diari de Tarragona» o «Els matins» (TV3), y continúa haciéndolo en varios, como las revistas «Clío» y «Más Allá», en el programa radiofónico «Informe Enigma» o el televisivo «Misteris… amb Sebastià d´Arbó» (8TV). Además, como guionista y director de los cortometrajes «Intrusos» y «Memento Mori», ha recibido diversos galardones, como el Premio del Público del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges en 2014. Encantada de poder hacerte esta entrevista, Iván. Gracias por aceptar mi invitación. Gracias a ti. Es un placer siempre poder hablar sobre escritura y otros temas. Empecemos. Dice tu biografía, que a los catorce años ya habías escrito «Niños perdidos». ¿Desde tan pequeño te diste cuenta de que querías ser escritor? La verdad es que sí, pero viene de antes: a los nueve, escribí un relato titulado «El rey murciélago», para el colegio, en Sant Jordi. Desde entonces, continué con pequeños relatos, siempre de temática fantástica, y siempre estaba enfrascado en libros o con películas de terror. Cuéntanos cómo es tu día a día como escritor. A ver, ¿por dónde empiezo? Tengo un planning de trabajo que intento llevar a cabo lo mejor posible (no es sencillo con dos niñas revoloteando todo el día por casa, o cuando toca participar en radio o televisión, lo que me obliga a ir al estudio de grabación y me rompe el día). En éste, debo escribir artículos, guiones para dos programas y otro más para dramatizaciones de radio, destinando un mínimo de media hora para cada cosa; dos o tres horas de novela o ensayo, y una hora más para otra obra extra, que siempre tengo ahí, de reserva; tiempo libre para dibujar (no soy un talento, pero me gusta y ayuda a desconectar); y corregir los trabajos que me van llegando, el tiempo que corresponda. Me veo obligado a dejar la lectura para la noche; necesito total tranquilidad para enfrascarme con un libro. Y poco más: el resto del tiempo es para la familia. ¿Cuál ha sido la mejor vivencia, experiencia o momento que has vivido como escritor? Sin duda, los premios. Sería un hipócrita si dijera otra cosa. Recibir el Premio Enigmas, convocado por el Grupo Planeta, en 2015, y por mi primer ensayo, fue magnífico. El momento, la experiencia, el conocer a un montón de personas relacionadas con el mundo de la investigación, el misterio… Fue genial. Pero aún fue mejor, un año antes, recoger el premio del público en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, ante un montón de personalidades del cine, como Joe Dante (me inicie en el fantástico con su película «Gremlins»). Llevo asistiendo a éste desde que tenía quince años, así que puedes imaginarte el nivel de entusiasmo. Me lo imagino. ¿Y cuál fue la peor? Los rechazos los puedes llevar mejor o peor, pero, tal vez, lo malo es cuando sabes que una editorial de prestigio ha hecho una valoración positiva de tu manuscrito y te enteras que no lo publicarán porque el departamento de marketing se ha negado, porque no saben cómo venderlo. Eso duele. Bueno, y cuando crees (con razón o no) que la obra no ha sido defendida como se debe. ¿Hay algún tema del que nunca hablarías en tus escritos? Me he propuesto no tratar sobre el COVID-19, pero nunca se puede decir nunca (a no ser que seas Ken Follet). ¿Tienes algún punto débil como escritor, algo que te cueste mucho? La verdad es que no. Me adapto a todo. ¿Y alguna manía? Muchas. Los guiones los escribo a máquina, y los artículos y novelas/ensayos, a mano. Tengo rituales de inicio y final de trabajo. No puedo escribir sin música, normalmente bandas sonoras que se ajustan a lo que estoy tratando en el momento, o con podcast. Nunca reviso el trabajo hasta que está totalmente terminado. Y podría seguir mucho más. ¿Eres de los que planifica sus novelas o escribes sin más? Tengo un planteamiento previo, con fichas de personajes, escenarios, y esas cosas, pero reconozco que me dejo llevar mucho a medida que escribo. La verdad: lo disfruto mucho más así, a la aventura. Eso sí, lo que tengo muy claro, desde el principio, es el final. Sólo lo he cambiado en una ocasión, y se verá si ha sido para bien o no en el próximo libro que aparezca en librerías. Cuando escribes, ¿sigues fiel a la idea original o introduces cambios? Introduzco cambios, siempre. En mi caso, es prácticamente imposible ceñirse a lo planeado. ¿Cómo es tu trabajo de documentación? Le dedico mucho tiempo, en especial con los ensayos. Para éstos, además de revisar un montón de libros, visito hemerotecas, entrevisto a
Las tres claves de la novela policíaca que no puedes olvidar
[et_pb_section fb_built=”1″ _builder_version=”4.4.8″ global_colors_info=”{}”][et_pb_row _builder_version=”4.4.8″ global_colors_info=”{}”][et_pb_column type=”4_4″ _builder_version=”4.4.8″ global_colors_info=”{}”][et_pb_text _builder_version=”4.4.8″ global_colors_info=”{}”] Hola, amigos. Hoy vengo a hablaros de las claves de la novela policiaca. Al igual que todos los géneros, la novela policiaca tiene unas claves que son imprescindibles para que esta funcione y tenga éxito. Como de costumbre, solo trataremos a fondo algunas de ellas, ya que tratarlas todas haría que los profesores de cursos de narración y escritura se enfadaran un poquito… y con toda la razón. No, no se me olvida que ha quedado pendiente la segunda parte de las normas de la novela policiaca. Tranquilos, lo trataremos el mes que viene. Vamos a lo que nos ocupa hoy. Primera clave de la novela policíaca: EL TEMA Como ya comentaba en el artículo anterior, el asesinato es el tema que más atrae al lector, aunque no es imprescindible para que la novela tenga éxito. Debemos tener claro el tipo de crimen que cometerá nuestro culpable: asesinato u homicidio, secuestro, robo o atraco, violación, tráfico humano, tortura. Por supuesto, hay que tener en cuenta que el tráfico humano y la tortura, deben empezar con un secuestro, ya que es imposible que ocurra lo primero sin lo segundo. Así pues, la clave principal de la novela policiaca es que haya un caso para investigar y resolver, independientemente de cual sea el crimen cometido. Puede, incluso, que no haya un crimen explícito, si no la amenaza de uno: secuestro, asesinato… Segunda clave de la novela policíaca: LOS PERSONAJES A simple vista, parece muy fácil crear los personajes de una novela policiaca, pero os aseguro que no lo es. La primera vez que me planteé escribir policiaca me dije: el asesino, los detectives, la víctima y los testigos. Ya está. Pero no es tan sencillo. Y no lo es por la sencilla razón de que cada personaje tiene un rol distinto dentro de la novela, y la clave está en saber dotar a cada uno de ese algo que lo haga único, que sea identificable por la simple forma de hablar o de comportarse. Además, me olvidé de uno de los personajes más importantes en todo tipo de novela: el narrador. Sí, ya lo sé, muchos pensáis que el narrador no es un personaje, pero lo es, porque es el que te cuenta la historia. No voy a hablar aquí de los diferentes tipos de narradores que existen, eso ya lo hace mi compañera Nieves en este artículo, pero sí voy a deciros que es sumamente importante elegirlo bien. ¿Por qué? Porque el narrador es el intermediario entre el lector y el detective. Y un buen mediador es una de las claves más importantes en la novela policiaca. Luego tenemos al culpable. Este tiene su “modus operandi” propio, que debe ser opuesto al del detective. Lógico, si fueran iguales sería muy fácil descubrirle, y no debe ser así. La clave está en que ambos disputen para ser el ganador, en que mantengan una lucha constante, un tira y afloja para saber quién de los dos saldrá vencedor. Y en esa lucha, el criminal tiene una pequeña ventaja: es el único que sabe todo lo que ha ocurrido, cómo y porqué. Por lo tanto, le pondrá muchos obstáculos al detective para evitar que lo descubra. Del detective, el tercer gran personaje de la novela policiaca, ya hablaremos en un artículo exclusivamente para él, porque se lo merece. Tercera clave de la novela policíaca: LA SOSPECHA Una buena novela policiaca tiene que hacer sospechar al lector de todos y cada uno de los personajes, principales y secundarios, que aparecen en la misma. Es una clave fundamental, muy compleja y, a la vez, fascinante. No, la verdad es que no resulta nada fácil hacer recaer las sospechas hasta en los buenos… y no hacerlas recaer en el verdadero culpable. Y ahí está la clave para que tu novela funcione. ¿Cómo se consigue eso? Pues trabajando muy bien a los personajes, demostrando que todos tienen su lado oscuro, sus motivos, que todos sacan alguna ventaja o beneficio con lo que ha ocurrido, por muy pequeña que sea, que todos pueden ser el criminal. ¿Complicado? Sí, más de lo que os imagináis, os lo aseguro. ¿Imposible? No, en absoluto. Y si no me creéis, leeros La cuna caerá, de Mary Higgins Clark. Me enfadé mucho con ella, porque cada vez que creía saber quién era el culpable, me presentaba a un sospechoso nuevo. En definitiva, como ya he dicho al principio, es fascinante crear un personaje bueno, amable, simpático, cariñoso, cordial, y que a la vez sea capaz de cometer el más vil de los crímenes. Aunque no lo cometa, pero esa es la clave, hacer creer al lector que TODOS pueden hacerlo. [/et_pb_text][et_pb_cta title=”¿Quieres un curso gratuito de novela policiaca?” button_url=”https://teopalacios.com/curso-gratuito-de-novela-policiaca/” url_new_window=”on” button_text=”Inscríbete ahora” _builder_version=”4.4.8″ header_text_color=”#000000″ body_text_color=”#000000″ button_alignment=”center” global_colors_info=”{}”] Si quieres escribir novela policíaca, te invito a este curso completamente gratuito que recibirás en tu correo tras inscribirte a él. [/et_pb_cta][et_pb_text _builder_version=”4.4.8″ global_colors_info=”{}”] Otras claves importantes a tener en cuenta Cosas como las pistas, las pruebas, el escenario, el cuerpo, el enigma o el suspense, son claves fundamentales en una novela policiaca. Las pistas y las pruebas Tanto las pruebas que va encontrando el detective, como las pistas que le van acercando al culpable y, por lo tanto, a la resolución del crimen, pueden ser verdaderas o falsas. Todos hemos visto en las películas y series, o leído en los libros de este género, como el detective cree haber encontrado la pista definitiva… que, en verdad, le lleva a un callejón sin salida. Esa prueba que piensa que es esencial, y que resulta no ser nada. Son pistas y pruebas puestas expresamente por el autor para complicar la trama. Por supuesto están las verdaderas, que hay que seguir como seguiríamos las indicaciones de un camino para llegar a nuestro destino. Tanto las pistas como las pruebas, ya sean verdaderas o falsas, son una clave imprescindible en la novela policiaca. El escenario Todos los crímenes
Las normas de la novela policiaca: qué hacer y qué no
El género policiaco, llamado también, erróneamente, negro, de misterio y de suspense, es uno de los más complicados de escribir. ¿Por qué? Por dos motivos muy claros. El primero porque, en el fondo, hay un conjunto bastante limitado de crímenes (no confundir crimen con delito): asesinato y homicidio, secuestro, robo o atraco, violación, tráfico humano y tortura. Y es bastante complicado no repetirte. Y el segundo, porque no resulta nada fácil escribir sin dejar al descubierto quien es el culpable antes de tiempo. Pero también, al menos para mí, es uno de los géneros más fascinantes y entretenidos, tanto para leer como para escribir. Por eso hoy quiero hablar, en mi primer artículo, sobre las normas de la novela policiaca: qué cosas podemos hacer y qué cosas no podemos hacer al escribir una novela de este tipo. No voy a hablar aquí de las características de la novela negra, de las que ya habló en este blog mi compañera Cristina, sino que quiero tratar algunos aspectos que veo lógicos seguir, y otros que me dan mucha rabia. LAS NORMAS DE LA NOVELA POLICIACA Hay que tener presente que, a la hora de escribir, cada género literario tiene sus normas. Y, aunque algunas se repiten, otras son exclusivas de cada género. Y el género policiaco no es una excepción. Y hoy voy a tratar algunas de esas normas. Unas son lógicas y necesarias. Otras, en cambio, me parecen excesivas. Yo, como muy bien sabe Teo Palacios, mi profesor de narrativa, soy muy cabezota y rebelde. Y esas normas me han traído más de un problema a la hora de planificar y escribir. NO AL ROMANCE, ¿UNA NORMA ERRONEA? Voy a empezar por una de las normas de la novela policiaca que no me gustan: No puede haber un romance o una intriga amorosa. La verdad es que no le veo sentido a esta norma. ¿Por qué, en la investigación de un crimen, vuelvo a recalcar que no delito, porque no es lo mismo, no puede haber un romance en segundo plano? Estoy de acuerdo en que el romance es más afín con otros géneros, como el romántico, el de aventuras o el erótico. Pero no veo que no sea posible en el policiaco. De hecho, Mary Higgins Clark, conocida como «la reina del suspense» y mi autora preferida en este género, casi siempre pone un toque de romance en sus novelas, como en Mientras mi preciosa duerme o No llores más, my lady, por citar alguna. Eso sí, nunca como trama central de la misma. Más bien de una forma velada y discreta, como debe ser. Entonces, si una escritora de su prestigio lo hace, ¿qué sentido tiene esa norma en el género policiaco? Pues ahí está, inamovible. De hecho, incluso el sexo aparece poco en la novela policiaca como podéis ver en este artículo, aunque últimamente hay algunas iniciativas que están intentando darle cierta normalidad a estos aspectos en el género policiaco. NO ENGAÑES AL LECTOR, UNA BUENA NORMA Otras dos normas de la novela policiaca que van ligadas entre ellas, y que sí las veo justas y necesarias, es que debemos escribir de forma que el lector tenga las mismas oportunidades y posibilidades que el detective para resolver el crimen, y que nunca debemos engañar ni tenderle trampas al lector. Correcto. A nadie le gusta que le engañen, ¿verdad? Al menos a mí no me gusta. Claro está que debemos ser lo suficientemente perspicaces para que, al igual que el detective, el lector no descubra al culpable hasta el final de la novela, porque de lo contrario no tendría sentido escribir. Si bien es cierto que, dependiendo de donde quieras poner el suspense, puedes decirle al lector, en el primer capítulo, quien es el criminal. Son las novelas en las que la intriga residirá en saber si el detective es lo suficientemente capaz para descubrirle y pillarle o no, y de si el delincuente es tan hábil como para poder escapar de la justicia. LAS NORMAS DE LA NOVELA POLICIACA: EL CADÁVER ¿Qué es una novela policiaca sin un cadáver? Para la mayoría de entendidos, una novela floja. Es evidente que el asesinato es el crimen que más nos gusta, que más nos engancha. Qué le vamos a hacer, supongo que somos un poco macabros, pero las estadísticas no mienten. Es cierto que el secuestro también crea mucho suspense: ¿Conseguirá la víctima escapar? ¿Devolverán a la víctima una vez pagado el rescate o la matarán? Pero el asesinato es, sin duda, la estrella de las novelas de este género. Por eso, la norma de que en una novela policiaca debe haber un cadáver, es muy aconsejable seguirla si quieres tener éxito. LA NORMA DEL DETECTIVE ÚNICO ¿Os imagináis una novela con Sherlock Holmes, Hércules Poirot, Miss Marple o Pepe Carvalho, por citar algunos, trabajando juntos? Imposible, ¿verdad? Porque cada detective tiene su estilo, su forma de investigar, sus cualidades y aptitudes que le hacen único. Por ese motivo, una de las normas del género dice que, en una buena novela policiaca, no debe haber más de un detective. Es una norma muy comprensible, aunque también es una de las normas que me ha destrozado las historias que quería contar y que me ha llevado a «pelear» con Teo. Soy cabezota, sí, lo sé, y a estas alturas él también lo sabe. Pero es que, aunque tiene su lógica, no veo porque no puede haber un grupo de detectives, como en muchas series de televisión. Sí, vale, siempre hay un detective jefe, lo acepto porque es necesario (vaya follón si no lo hubiera), ¿pero por qué tiene que ser solo uno, con un ayudante? ¿Por qué no varios, con un jefe que los dirija? Pues no. La norma es muy clara: uno solo y punto. LA NORMA DEL ÚNICO CULPABLE Esta es otra de las normas de la novela policiaca a la que tampoco le veo sentido: Debe haber un solo culpable, sin importar el número de crímenes que