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A la mayoría nos han enseñado que hay dos tipos de personas: las de ciencias y las de letras. Sí, esta clasificación es deficiente; mucha gente ocupa un lugar intermedio —en otras palabras, están en una de las ramas mixtas—. Ahora bien, este artículo puede resultarte interesante si te hace ilusión escribir ficción, si eres de ciencias o ingenierías, y, sobre todo, si ejerces una profesión de este tipo. Pero, incluso si te consideras una persona de letras, es muy probable que también encuentres algo interesante en estos párrafos.
La cuestión no reside realmente en la naturaleza concreta de los estudios, pero hay una serie de dificultades inherentes a la mayoría de profesiones de ciencias, y algunas pueden constituir verdaderos obstáculos cuando pretendemos desarrollar habilidades para escribir literatura.
Tanto si eres ingeniero, químico o matemático (y, desde luego, esto aplica a hombres y mujeres por igual), seguramente habrá una ingente cantidad de textos técnicos que desearás leer. Y tal vez, con frecuencia, sea algo obligado. Pueden ser libros, pero también artículos o páginas web, etc. Y cuando dije «ingente», quise decir ingente — si las normas de ortografía me lo permitieran, lo escribiría con mayúscula—.
Quizá te estés preguntando: «¿Qué tiene eso que ver con escribir ficción si eres de ciencias o ingenierías?». Pues, desde mi punto de vista, aunque pueda no parecerlo, tiene todo que ver.
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ToggleLeer para escribir ficción si eres de ciencias o ingenierías
Un buen escritor necesita ser buen lector o, cuanto menos, se beneficiará enormemente de ello. Sin embargo, no todas las lecturas son iguales. Es decir, ¿puede ayudarnos pasar el día leyendo material técnico cuando queremos escribir ficción? Poco, siendo optimista. Si, por ejemplo, queremos escribir novela, tendremos que leer novela. Es así de simple.
Todo esto puede sonar muy evidente, y quizá ahora estés pensando: «¡No es algo exclusivo de gente de ciencias!». Y te daría la razón. Aun así, veamos algunos ejemplos. Un historiador debe leer muchísimo, no cabe duda, sin embargo, no será tiempo perdido si desea escribir novela histórica —algo, dicho sea de paso, bastante razonable— o ucronías, o incluso ciencia ficción de viajes en el tiempo, aunque constituya un género muy diferente. Si, en lugar de ello, tomamos sociología o psicología, estamos hablando de profesiones en contacto con uno de los pilares de la narrativa: el ser humano, los personajes y su mundo. También, quienes se dediquen a la abogacía tendrán que leer mucho, y esas lecturas no les servirán de nada en su carrera como escritor… ¿o sí? Al fin y al cabo, las profesiones vinculadas a la justicia pueden nutrirnos de extenso material o inspiración para historias de ficción, sobre todo en ciertos géneros, donde el policíaco destaca sin esfuerzo.
Por supuesto, estoy generalizando y, probablemente, idealizando. Si en tu profesión, sea cual sea, tienes la sensación de estar leyendo mucho, y dichas lecturas no te aportan nada como escritor, este artículo también va dirigido a gente como tú. Entonces, ¿por qué lo he enfocado a los perfiles de ciencias? Porque es difícil, muy difícil, tener la oportunidad de leer algo que nos ayude a escribir ficción. Sobre todo en algunas profesiones, es fácil pasar más de diez horas al día fijando la vista en una pantalla, leyendo documentación, escribiendo…, y todo ese tiempo es estéril desde un punto de vista de la creatividad literaria.
Cuida la hora de tu lectura
No habría ningún conflicto si no fuera por un hecho: al final de la jornada, la mayoría siente su mente y su vista cansada. Este pequeño detalle puede ser determinante, y, a lo largo de los años, me ha sorprendido lo desapercibido que llega a pasar. Por ese motivo, me gustaría compartir algunos consejos para escribir ficción si eres de ciencias o ingenierías, fruto de la experiencia de los últimos veinte años de mi vida. Acerca de mí, no es necesario decir mucho, excepto una cosa: empecé a escribir, por puro placer y sin grandes aspiraciones, antes de haber comenzado a estudiar mi primera ingeniería.
Acerca del deporte y su función equilibradora ya han escrito muchas personas. Aquí, me voy a centrar exclusivamente en hábitos mentales y actitudes personales.
Consejo 1: No dejes de escribir ficción si eres de ciencias o ingenierías
Si por las noches sientes que el cansancio te quita las ganas de leer (y me refiero exclusivamente a ficción), intenta mantener al menos el hábito de escritura. Te propongo una rutina que a mí me funcionó de maravilla durante años. Coge un papel, o una máquina de escribir si quieres, pero no te pongas delante de una pantalla (ni de un ordenador ni de una tablet, etc.). Sé que esto último es controvertido hoy en día, pero hay un buen motivo tras ello. Sobre el papel, escribe lo que te venga a la cabeza, sin juzgar ni pensar en si merecerá la pena, de la forma más espontánea y natural posible. Desde luego, no pienses en publicar, ni tan siquiera en compartirlo con nadie. Si no se te ocurre absolutamente nada, estupendo; permanece delante del papel en blanco durante un rato, observando tranquilamente tus pensamientos. Pero, si haces esto todos los días, es muy probable que el papel casi nunca acabe en blanco. Durante estas sesiones, nunca temas «decir chorradas». Cuando termines, olvídate de escribir, y procura dormir.
Esta rutina tiene un beneficio secundario muy poderoso. Meses o años más tarde, podrás releer todo el material acumulado, y si la experiencia logra sorprenderte solo la mitad de lo que a mí, cada segundo habrá merecido la pena.
Consejo 2: Tres pájaros de un tiro
Antepón la astucia a la fuerza bruta. Si tu tiempo y energía son muy limitados, busca recopilatorios de novelas cortas imprescindibles —si no conoces las suficientes— y elige tus lecturas procurando que cumplan varios cometidos al mismo tiempo.
- Disfruta de la lectura, desde luego.
- Cultiva los géneros sobre los que quieres escribir ficción a corto y medio plazo.
- Da prioridad a obras relativamente recientes (aunque, si no las hecho aún, no dejes de leer grandes clásicos como El extraño caso del doctor Jekyll y Mr. Hyde).
- Si es posible, da prioridad a libros escritos originalmente en tu propio idioma.
- No corras. Es tentador leer más deprisa para exprimir al máximo el tiempo limitado del que disponemos, pero fácilmente se vuelve contraproducente. Ante la tentación de esforzarte, vuélvete más eficiente.
Consejo 3: No fuerces la vista ni la mente
Aprender a relajar la vista y la mente te ayudará mucho a escribir ficción si eres de ciencias o ingenierías, pero también si eres de letras. Lamentablemente, a veces no es tan fácil como proponérselo. Si este es tu caso, intenta mecanizar el sencillísimo hábito de apartar la vista del papel después de pasar cada hoja. Pestañea conscientemente un par de veces, lleva durante un instante la atención a la respiración, y regresa a la lectura. Requiere menos de cinco segundos, y, con un poco de práctica, no perderás la concentración. El cansancio es muchísimo más determinante; bajo su influjo es fácil pasar varias páginas sin haber sido consciente de nada, y tener que volver atrás una y otra vez.
Para mí, el punto de inflexión es la meditación. Es una gran aliada y un complemento valiosísimo a nuestro moderno estilo de vida. Como la meditación es un tema muy extenso, me limitaré a describir, muy brevemente, a qué me refiero. Meditar no es relajarse de cualquier forma, tumbarse a descansar o escuchar música o instrucciones de voz grabadas en algún formato de audio. Meditar es —en este contexto— permanecer en silencio, en posición sentada, muy consciente, con la espalda recta y los hombros relajados, sin prestar atención a los pensamientos, durante al menos diez minutos. En occidente, a esto se le suele llamar mindfullness, aunque la meditación zen, cumplirá la misma función.
Consejo 4: Una pizca de enfoque analítico
Durante tus momentos de lectura literaria, párate de vez en cuando a pensar acerca del estilo del autor, la forma en la que usa el lenguaje, pero también en la ortotipografía. Esto le da un respiro a nuestros ojos (mientras piensas, puedes cerrarlos, o al menos enfocar tan lejos como te sea posible). Al mismo tiempo, la lectura se vuelve aún más provechosa.
Sí, es muy posible que al reflexionar acerca de la forma, perdamos el hilo de la narración. Es normal. Suele ocurrir cuando nos centramos demasiado en esa parte técnica del oficio de escribir (pero también cuando nos ponemos a pensar en qué cenaremos hoy). Recuerda que no se trata de estudiar ortotipografía o psicoanalizar al autor, sino de fijarnos, de vez en cuando, tranquilamente, en el estilo, la forma en la que se estructuran los diálogos, las escenas, la forma correcta de puntuar, etc.
Pon especial atención si, en determinado momento, piensas: «Vaya error acabo de leer. Esto yo lo habría hecho mejor». Sí, es posible que puedas hacerlo mejor. Sin embargo, este tipo de pensamientos tal vez te activará y distraerá en exceso. No se trata de demostrarnos nada ni buscar fallos ni comparaciones. El objetivo es disfrutar de la lectura y, al mismo tiempo, nutrirnos como escritores, con humildad, paciencia y tranquilidad.
Consejo 5: Despacio pero seguro
Al menos hasta que el estado de relajación no sea la norma en tu vida (y, hoy en día, puede resultar casi imposible lograrlo al 100%), procura aspirar a la constancia, y evita las explosiones de lectura, seguidas de días de barbecho indefinido. Si un día puntual te sientes con mucha energía, no caigas ante la tentación de hacer mucho más. Descansa, o cambia de actividad, y así será más probable que los días siguientes todo vaya sobre ruedas. Si eres impaciente, será un ejercicio duro, te lo aseguro, pero merecerá la pena. La pasión por escribir ficción es una carrera de fondo. Si olvidas esto, o actúas como si lo hubieras olvidado, tendrás problemas.
Consejo 6: Un lujo no apto para escribir ficción si eres de ciencias o ingenierías
Escribe correctamente, incluso cuando tan solo se trate de un correo electrónico en el trabajo, un mensaje en una red social o en el móvil (Whatsapp, Telegram, etc.). Seguramente este consejo también sea bastante polémico; desde luego, va contra la corriente dominante de la inmediatez. Sin embargo, tiene muchos beneficios de cara a escribir ficción si eres de ciencias o ingenierías.
El mundo nos empuja a ser más productivos, y, a menudo, nos envuelve un sentimiento de prisa o urgencia constante. Quizá por ello, o simplemente por pereza, muchas personas escriben rápidamente y sin prestar la debida atención al lenguaje o la ortografía. El avance de la tecnología no ha ayudado nada a contrarrestar esta tendencia, más bien, si cabe, ha echado leña al fuego.
Piensa, por un momento, en un deportista de élite ficticio. Seguramente lleve una dieta bastante estricta. Quizá, incluso, mire a sus amistades con cierta envidia, porque pueden comer cualquier cosa. Además, pueden ser personas perezosas e indisciplinadas. Pero un deportista de élite no puede permitirse ciertos lujos. Creo que casi todo el mundo lo ve muy claro en este contexto. ¿Por qué el oficio de escritor debería ser diferente?
Las nuevas tecnologías
El papel y los soportes físicos han ido quedando atrás. Ahora, casi todo lo escribimos en un medio virtual y en soporte digital. Y parece como si esto le quitara cierta solemnidad al acto de escribir. El lenguaje pasa a un segundo plano. Y esta es mi opinión: cuando quieres escribir ficción si eres de ciencias o ingenierías (¡o de letras!), no te puedes permitir este lujo. Vale, excepto en vacaciones.
Antes de terminar, me gustaría compartir contigo un recuerdo, una anécdota, de uno de mis primeros trabajos. Durante una reunión de equipo, uno de mis compañeros veteranos, con el que apenas yo tenía relación, hizo el siguiente comentario acerca de mí: «Me encantan los emails de David. Parece que estás leyendo el fragmento de un libro. No hay nada fuera de sitio y no tienen errores de ortografía. Escribe hasta las aperturas de interrogación…». Y no venía a cuento. Es curioso, ¿no crees?: escribir correctamente, llama la atención. Créeme, mis correos electrónicos no eran joyas de la literatura. Sólo prestaba atención al lenguaje. Nada más.
No estoy recomendando escribir emails con gran esmero, como si fuera una gran obra, sino sencillamente evitar escribir mal, y sobre todo convertirlo en un hábito. Por supuesto, si estás en una situación donde debes elegir entre escribir bien o evitar el estrés, ¡claro!, elige la vía cómoda y rápida. La salud es lo primero. No solo en esto, sino en general: ¡cuidado con las reglas fijas! Incluso los mejores consejos deben seguirse usando el sentido común.
¿Te animas ahora a escribir ficción si eres de ciencias o ingenierías?
Espero que algo de todo esto te haya resultado interesante y, sobre todo, útil. Me encantaría que compartieras tus experiencias e impresiones, tanto si decides seguir alguno de estos consejos, como si deseas enriquecerlos en base a tus propias vivencias. Por favor, considera compartir este artículo, al igual que el sitio web, si crees que el contenido es de calidad y puede ser de ayuda a otras personas.
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