Que la literatura es una manifestación artística y cultural no tiene discusión alguna. Escribir es un proceso creativo que apela a remover el alma de los lectores de una manera u otra: nos divierte, nos hace soñar, nos produce emociones diversas… Sin embargo, hoy en día el mundo literario está conectado también a lo material debido a la manera en que llega a los lectores. Esa historia que hemos creado y que conmocionará a quien la lea debe convertirse antes en un libro real, para lo cual se requiere un proceso de conversión: la edición y la publicación. A partir de ese momento, nuestra obra se introducirá en un ámbito nuevo, el comercial, puesto que las editoriales tendrán que cumplir con unas ventas que les permitan recuperar su inversión. Es lógico por tanto que impongan unas limitaciones para las obras que les llegan. Y hoy vamos a hablar de una de estas: la extensión de tu novela. ¿Cómo de larga o corta debe ser una obra para que una editorial apruebe su publicación?
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Toggle¿Por qué es importante la extensión de tu novela?
La publicación de un libro exige una inversión de dinero. Hay multitud de procesos y trabajadores involucrados para lograr que la historia creada por un escritor se convierta en ese libro físico (o digital) que llega a las estanterías de una librería. Desde el propio escritor hasta el librero, pasando por el portadista, el maquetador, la distribuidora, el traductor o el ilustrador, el corrector e, incluso, el lector editorial que elabora un informe. Son muchos sueldos que pagar, por lo que la editorial debe medir muy bien los costes para que no sobrepasen su presupuesto.
¿Cómo afecta la extensión de tu novela a estos costes? Es fácil de entender: cuanto más larga es una novela, más cuesta producirla. No es lo mismo pagar a un corrector por una novela de 300 páginas que una de 800. Cuanto más larga sea, más trabajo lleva y por tanto más va a tener que pagarle la editorial. No hablaremos aquí de tarifas, ya que son muy variables, pero basta con saber que el trabajo de corrección y el de traducción no son pagos fijos, si no que dependen de la extensión de la obra. Por eso es lógico que las editoriales tengan predilección por novelas razonables en cuanto al número de páginas.
El precio de venta, fundamental
Imaginemos que una editorial, contra todo pronóstico, ha decidido publicar una novela de 1000 páginas. Quizás ha venido recomendada, porque de lo contrario ni siquiera hubiese sido considerada. Aunque a veces ocurren milagros. Al editor le ha pillado de buenas ese día, ha empezado a leerla y le ha enamorado. La cuestión es que se publica a pesar de tratarse de un autor desconocido. Pero claro, los costes mencionados antes son tan elevados, en comparación con un libro de 300 páginas, que el precio de venta debe incrementarse por fuerza. Los habituales 20 euros se quedan cortos, se perdería dinero vendiéndolo a ese precio.
Así que no hay más remedio: nuestra novela de 1000 páginas sale a la venta por 25 euros. Si el autor es ya un superventas, con un público fiel, probablemente no tenga ningún problema, aunque estoy convencido de que con un incremento tan acusado cualquier lector casual se lo pensará un poco y, muy posiblemente. prefiera coger otro libro. Pero ahora imaginemos que el autor de semejante tocho eres tú, que acabas de sacar tu primera obra. No tienes todavía un público fiel. ¿De verdad crees que alguien que no te ha leído nunca elegirá tu libro, cuyo precio es considerablemente más alto que el de otros autores que sí son conocidos? Alguno tal vez, si la premisa de tu novela le convence, pero la mayoría no lo hará.
Cuando la extensión de tu novela es intimidante
Y no sólo será por el precio, te lo aseguro. Además de esto, se sentirán intimidados ante un libro gordísimo. Comprar la novela de un autor que no conoces es un acto de fe, un voto de confianza casi a ciegas. Sí, tenemos la posibilidad de hacernos una idea leyendo la sinopsis, incluso las primeras páginas. O podemos basarnos en la confianza que nos aporta la editorial que publica la obra. Pero el autor es nuevo para nosotros. Al final vamos a tener que asumir el riesgo. Y enfrentarse a una decisión así es más fácil con un libro que cueste un poco menos y que además tenga una extensión amigable.
Porque no nos engañemos: cuando vemos un libro de tantas páginas todos pensamos más o menos lo mismo. La primera impresión es: «menudo tocho, esto tiene que ser un tostón». Nos repele la idea de empezar una tarea que sabemos se va a prolongar más de lo habitual. Una novela de 300 páginas te la puedes leer en una semana de manera cómoda. Pero una de 1000 páginas te llevará el triple. Si la disfrutas, genial, ningún problema. Pero como se te haga un poco cuesta arriba… Así que es lógico que cuando vemos una novela así no la compremos. Y si no lo hacemos, la editorial que la ha publicado pierde su inversión, así que la próxima vez que le llegue una obra tan larga optará por no publicarla.
¿Y si la extensión de tu novela es demasiado corta?
Una novela de pocas páginas tiene mejor salida. Es más, la tendencia en editoriales independientes pasa por obras cortas, cuyos costes no son muy elevados y por tanto el riesgo de pérdidas es menor. El lector también es más receptivo a libros cortos porque es una oportunidad para leer en esos ratos muertos que todos tenemos. Ahora bien, en ciertas editoriales, y sobre todo en algunos géneros, una novela corta puede ser poco recomendable. La novela histórica, por su especial naturaleza, exige casi por norma una extensión lo bastante prolongada para desarrollar la época histórica y la sociedad en la que se basa. En cambio, una obra de detectives en nuestro mundo real no tiene las mismas exigencias.
¿Qué sacamos de todo esto? Pues que, aunque nos parezca que va contra el proceso creativo y la condición de arte que tiene la escritura, debemos cuidar la extensión de nuestra novela, e incluso limitarla, en aras de que esa obra pueda llegar al lector. No hay una cifra de páginas exacta, así que se trata de usar el sentido común y entender que, si queremos publicar con una editorial, hay que adecuarse a la realidad, por mucho que sea contradictoria con la naturaleza artística de la literatura. Si eres un autor nuevo, no escribas una novela de 900 páginas o, al menos, no se la envíes a una editorial en tu primer intento. Opta por otra historia más realista en cuanto a sus posibilidades de ser aceptada.
Recuerda que este tipo de consejos y muchos otros puedes encontrarlos en mi guía “Cómo aumentar las posibilidades de ser publicado”, un ebook que puedes descargar de manera gratuita en este enlace: https://teopalacios.com/wp-content/uploads/2023/10/EBOOK-Como-aumentar-las-posibilidades-de-ser-publicado.pdf
Siempre interesantes tus consejos. Debo decirte lo extremadamente extensa de mi novela. De lo acotada en la planificación, al desarrollarla, se me han escapado las teclas en bajada. Tendré mucha tarea en la corrección, y demás está decir, llevarla a la mitad sin la pérdida de contenido. Un gran abrazo Profe. Se te quiere mucho.
Estimado Teo: ¿ Qué manera hay de hacerte llegar mi novela ( para nada este tocho al cual te acabas d referir ), para ser analizada por ti y estudiar vías de publicación ? Saludos admirativos de un paisano tuyo ( pues creo que eres nazareno ).
Hola, Chema. Sí, nazareno… ¿Tú también?
Para ver el tema de la novela, envíame un email a teo@teopalacios.com