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Los mejores personajes secundarios literarios

¿Cuántas veces hemos comentado en este blog la importancia de los personajes? Muchas, y nunca son suficientes. Una novela no es nada sin sus personajes. Son el motor de cualquier trama, su razón de ser, hasta el punto de que un argumento soso, anodino e incluso tópico puede salvarse gracias a unos personajes bien construidos, carismáticos. Hace unos meses os descubrí cuáles eran mis personajes de ficción favoritos, ¿os acordáis? (Y si no, es buen momento para volver a leer dicho artículo… cuando acabes con este, claro). Como visteis, eran magníficos… protagonistas. ¿Pero qué hay de los personajes secundarios? ¿Qué hay de esos gregarios del héroe y que, en no pocas ocasiones, incluso llegan a enamorar más al lector que los principales? Hoy pretendo acercaros algunos de los mejores que se han creado en literatura, para que así comprendáis también su importancia.

Doctor Watson

Empezamos fuerte, ¿verdad? Elemental, querido lector. ¿Quién no conoce al inseparable compañero del detective más famoso del mundo? Hoy en día es imposible imaginarse al uno sin el otro. Desde que Sherlock Holmes y John H. Watson fueran creados por Arthur Conan Doyle en 1887, no recuerdo una sola adaptación (en el formato que sea) en la que no aparezca el leal asistente del detective.

La importancia del doctor Watson es mayor de lo que pueda parecer ya que, además su compañero de aventuras, suele ser también el narrador de los relatos del detective (salvo en unas pocas excepciones). Abnegado y solícito con Holmes, aunque también crítico con sus extravagancias en algunas adaptaciones, Watson contextualiza al protagonista, dándole una dimensión que por sí misma no sería tan relevante. Es la encarnación de lo que se busca en un personaje secundario: complementar al protagonista.

Doctor Watson

Atreyu

El caso de La Historia Interminable es realmente curioso y muy original. El auténtico protagonista de esta novela tan famosa (y que tuvo su momento de mayor fama con la aparición de aquella película que todos recordamos) siempre fue Bastian, el niño que se encierra en una buhardilla para leer un misterioso libro al que, en un momento dado, acaba viajando.

Sin embargo, durante gran parte de la novela, el joven guerrero Atreyu es el que ejerce el papel del héroe tradicional: se le encarga la Gran Búsqueda para encontrar la cura a la enfermedad de la Emperatriz Infantil, recibe un poderoso amuleto (el Áuryn), y recorre el mundo a lomos de su leal dragón Fújur viviendo multitud de aventuras. Pero en el contexto absoluto de la novela, el protagonista sigue siendo Bastian.

Atreyu la historia interminable

Sancho Panza

Nadie puede negar que Sancho Panza es el mejor personaje secundario que ha dado la literatura en español y posiblemente de todos los tiempos. De hecho, casi podríamos decir que en realidad es coprotagonista de la obra de Cervantes. Su presencia es fundamental una vez más para establecer el lugar de protagonista: mientras don Quijote es un individuo ridículo y atrapado en la locura, Sancho tiene los pies en la tierra. Aunque su mollera no da para mucho, fiel representación de la incultura de la España más rural del Siglo de Oro, Sancho es el ancla a la realidad del hidalgo, la única que le queda. Un hombre práctico, vamos, que se ve envuelto en mil y uno líos por la promesa de su señor de convertirlo en gobernador.

Por contraposición, por tanto, el carácter hilarante y patético de don Quijote se hace más marcado. Es el idealismo del hidalgo loco perteneciente a la nobleza contra el la visión realista y humilde del populacho, arrastrado siempre por los tirones que da la aristocracia. Sancho es el pueblo español, por eso su afición a los refranes, que son al fin y al cabo la plasmación de la sabiduría tradicional. Y además es divertidísimo.

Sancho Panza Quijote

Íñigo Balboa

Un personaje tan fascinante y carismático como el capitán Alatriste no podía quedarse sin un compañero a la altura. Y en esas, don Arturo Pérez-Reverte tuvo a bien crear al bueno de Íñigo Balboa, vástago del fallecido compañero de encamisadas del buen capitán, y a quien tuvo a su cuidado cuando el muchacho entró en edad de buscar fortuna. Pero hete aquí que no eran las tareas ni las compañías de Diego Alatriste las más adecuadas para fomentar virtudes dignas en un chiquillo, así que el zagal se las vio en más de dos y más de tres aventuras de estas que desesperarían a su santa madre, de haberlas conocido.

Una vez más tenemos a un personaje secundario que también es el narrador de las historias. Estamos de nuevo ante el paje pero, a diferencia de Sancho Panza, Íñigo representa también el camino del héroe clásico y su crecimiento personal de niño a adulto.

Íñigo Balboa Alatriste

Samsagaz Gamyi

Para muchos, Sam es el auténtico héroe de El Señor de los Anillos. Al fin y al cabo, después de toda la aventura Frodo se rindió al poder del Anillo Único. Aunque me parece muy injusto desmerecer a Frodo, que las tuvo que pasar más canutas que nadie durante el viaje, la verdad es que Sam fue un auténtico ejemplo de valor y lealtad hacia su amigo (aunque lo llamara «señor»).

Dentro de los personajes secundarios, Sam representa, además de la valentía (que ya está presente en otros personajes de la obra de Tolkien), el poder del amor y la amistad. Nunca tuvo por qué acompañar a Frodo pues, a pesar de las exigencias de Gandalf en ese sentido, el mago simplemente estaba aprovechando la fidelidad de Sam por Frodo. Habría ido tras su amigo de todos modos. Su sentido de la bondad y la lealtad hacia Frodo es tal que incluso llega a hacerse cargo del Anillo Único durante un breve período de tiempo, cuando cree que su amigo ha sido asesinado por Ella-Laraña, para terminar con la misión. ¿Lo habría conseguido? ¿Habría sido capaz de lanzar el Anillo al fuego del monte del Destino? Eso es algo que nunca sabremos.

Sam El Señor de los Anillos

Los personajes secundarios, vitales

Ya veis, todos estos personajes secundarios son fascinantes y cumplen con el rol que se supone deben tener. Gracias a ellos, los protagonistas brillan más y la trama es más fascinante que si recayera sobre un único personaje. Así que ya sabéis, cuando creéis vuestros propios personajes secundarios, tened a estos en cuenta como ejemplos.

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

  • Alfonso

    Alguien debería leer los textos que se publican aquí. No me puedo creer que Teo escriba estos textos. Los escribirá alguien ajeno, con poco cuidado del resultado:

    Por ejemplo: en el texto de hoy:

    “Hoy pretendo acercaros algunos de los mejores que jamás se han creado en literatura”

    Jamás: en ninguna ocasión.

    • TeoPalacios

      Teo también se equivoca, Alfonso… A veces escribes una cosa, luego rectificas, cambias aquí o allí, y no te das cuenta. La humanidad es lo que tiene. Gracias por el aviso.

  • Lourdes Cruz

    Como bien dices, los personajes secundarios son parte fundamental para que el personaje principal se desarrolle. La importancia que tiene que tener en cuenta el escritor al desarrollar sus personajes secundarios es que el lector haga de ellos sus cómplices en el viaje a través de las líneas. A mí se me dificulta desarrollar a los personajes secundarios en este sentido. Aunque de acuerdo con tu artículo y mi personaje favorito Sam, me parece que los personajes secundarios son como la conciencia o los valores éticos (o antivalores) encarnados, que acompañan a los personajes principales y son como su brújula.

  • Elizabeth Bottner

    Me gusto el artículo muchas gracias Teo. Solo me parece que lo que enamora de Atreyu no es el camino del héroe, sino la amistad y la lealtad que muestra a Bastian, incluso cuando fue herido en más de una ovación por el protagonista e igual él quiere su bien y que regrese a su mundo por lo que hace una gran renuncia al final. Las películas no le hacen justicia al gran personaje que es Atreyu.

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Escritor y creador del Método Pen

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