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Tres razones (y cuatro métodos) para planificar una novela

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Igual piensas que lo de planificar una novela es encorsetarla, o que no necesitas tenerlo todo escrito porque está grabado a fuego en tu mente. Entonces eres igual que yo antes de escribir mi primera novela.

Tal vez no sepas que la novela en la que trabajo ahora, la que ha dado pie a este diario, no es la primera, no. Tengo un archivo por ahí que contiene una novelita corta de ciencia ficción… que no planifiqué. Nació así, sin esperarlo y sin tener nada preparado. Un parto sin gestación previa, vaya. ¿Eso significa que la quiera menos? Por supuesto que no. Como todas mis creaciones, tiene un hueco en mi corazón, pero es un desastre. Está esperando el momento adecuado para poder dedicarle trabajo, porque necesita una reescritura.

Primero comenzó como un relato de mil palabras, pero la historia me gustó y la fui alargando… Y añadí trozos, y luego capítulos… Corté, pegué, cosí y remendé. Hasta llegar al final. Cuando la leí del tirón me llevé las manos a la cabeza.

¿Por qué deberías planificar tu novela?

Evitarás el bloqueo creativo

Esto es muy común. Comienzas con mucho entusiasmo esa historia que te hormiguea en los dedos y cuando vas por la mitad, miras la pantalla en blanco y tu mente se queda como el monitor, en stand-by. No sabes cómo continuar.

Si tienes una planificación previa, esto no te va a pasar porque existe un guión. Sabes hacia dónde va tu historia o qué van a hacer tus personajes. ¿Esto está reñido con la improvisación o con no jugar con otras ideas que se te ocurran sobre la marcha? Por supuesto que no. Puedes cambiar tu planificación en cualquier momento del proceso creativo. Pero debes tener en cuenta que, si has modificado algo de la estructura previa, debes volver a planificar después para no cometer errores.

Ejemplo: El ratoncillo sale de su agujero y corretea hacia el trozo de queso cuando la zarpa de un enorme gato se interpone en su camino.

Y te quedas pensando… ¿qué quiero que haga el ratón? Si huye, debo contar cómo lo hace y hacia dónde va. Si no huye… ¿consigue salir vivo? ¿Y cómo lo hace? ¿Si muere qué hago con el resto de la historia? Conclusión: abandonas.

Evitar incoherencias y lagunas en la trama

Y esto va en dos sentidos diferentes: la trama y la narración.

La trama

Odio encontrarme flecos en las novelas, o descosidos… o directamente rotos. Soy una lectora que necesita coherencia en la historia. No quiere decir que deben darme todo mascado para no tener que sacar conclusiones propias, no. No es eso. Quiero que todo tenga su porqué y sea consecuente. La planificación está para eso: antes de ponernos a escribir, pensamos qué recorrido debe tener nuestra historia con la trama principal y las secundarias. Es como tejer o bordar, cada nudo debe estar en su lugar y apretado para que nada se pierda.

Cuando volví a leer la novelita de cifi, ni siquiera me cuadraban los tiempos de las diferentes acciones y tendré que hacer encaje de bolillos para que las subtramas casen adecuadamente unas con otras (y esto enlaza con el punto 3 de este artículo).

La narración

Tan simple como no cambiar el nombre de un personaje, ponerle en un momento dado ojos negros de medianoche y en el siguiente, describir cómo sus iris son dorados al atardecer. O como me pasó a mí en la novela actual, otorgarle a uno de mis personajes el grado de teniente en un capítulo y al siguiente, el de capitán. ¿Y por qué me pasó eso? Porque era un personaje que no había planificado desde el principio y no me pareció que un secundario tuviera que tener una biografía completa (y tenerla a mano cuando se escribe). Gran error.

Ejemplo: El ratoncillo sale de su agujero y corretea hacia el trozo de queso, cuando la zarpa de un enorme gato se interpone en su camino. El roedor da un doble salto mortal y aterriza sobre sus patas mientras emite un grito de guerra que rompe los tímpanos del zorro. La sangre empapa el trozo de salchicha, pero el ratoncillo se la lleva igualmente a su cabaña del bosque.

 

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Evitar la duplicidad del trabajo

Corregir una novela es un trabajo arduo. Cuanto menos errores y fallos en la trama, más fácilmente llegaremos a las revisiones finales. A mí me da mucha pereza ponerme a reescribir la novelita de cifi por este motivo. No es solo repasar la narración, es leer, encontrar los agujeros, remendarlos y, en algunos casos, romper la tela y elegir otro patrón para coser un nuevo traje. Una odisea.

¡Planificad, malditos! ¿Y cómo lo hacemos? Me preguntaréis con toda la razón… A ello vamos.

Formas de planificar una novela

Decía el autor de la saga de Juego de tronos en una entrevista que había dos tipos de escritores, los arquitectos y los jardineros. Podéis leer la entrevista a George R.R. Martín en inglés aquí

Es decir, los que han planificado los cimientos, los pisos y la cantidad de argamasa que hay que echar para que la trama se sostenga, y los que han pensado previamente qué semillas van a plantar en su jardín y luego las dejan crecer a ver qué pasa.

Yo voy un poco más allá, no creo que los escritores se puedan meter en dos sacos diferenciados. Por ejemplo, un arquitecto puede hacer las mediciones básicas sobre plano y definir la estructura final, pero jugar con varias posibilidades mientras va construyendo, y un jardinero puede tener perfectamente planificado el jardín que quiere conseguir: este arbusto allí, estas flores aquí. En ambos caben las sorpresas.

Hay por ahí varios métodos que puedes probar para estructurar tu novela. De hecho, es uno de los temas más estudiados. En este tríptico te señalan nada más y nada menos que siete métodos para empezar a planificar una novela.

Yo voy a centrarme en cuatro, porque creo que algunos son más de lo mismo pero un poco más enrevesados. Si queréis profundizar más en el tema, podéis hacerlo leyendo este estupendo artículo en el que Gabriella literaria explica varios métodos para planificar una novela: , ella explica los diferentes métodos (con enlaces a los sesudos autores de cada uno de ellos) y lo hace mejor que yo.

Estos son los métodos para planificar una novela que voy a explicaros:

  1. Planificación por capítulos
  2. Planificación por partes
  3. Planificación desde una parte al todo
  4. Planificación con borrador

Planificación por capítulos

Es sencillo. Se trata de dividir tu historia en capítulos y escribir un pequeño resumen de lo que sucederá en cada uno de ellos. Por supuesto, para hacer esto debes haber pensado en cómo transcurrirá tu historia de forma lineal primero. Eso del planteamiento, nudo y desenlace de una novela. Luego lo divides en trocitos y metes vueltas de tuerca, puntos de inflexión y demás recursos literarios que se te ocurran. Esto te dará una extensión aproximada y un mapa que utilizar para empezar a escribir.
Puedes alterar los capítulos cuantas veces necesites. Igual te pones a escribir y ves que un capítulo te queda muy largo con todo lo que tienes que contar y lo divides en dos. Eso entra en la flexibilidad y capacidad de adaptación que todo escritor debe tener.

Tened en cuenta también que una novela debe tener una estructura coherente. Sus partes han de estar equilibradas para que el lector sepa a qué atenerse en el comienzo y durante la lectura. Si continuamos con el símil del edificio, un piso no puede tener tres metros de alto y otro veinte centímetros.

Planificación por partes

Volvemos a lo del principio, nudo y desenlace. O si lo preferís, a presentación de personajes, conflicto y resolución. O también podemos tomar lo de la iniciación, separación y retorno que explica el archiconocido viaje del héroe.

Sigue el mismo esquema la pirámide de Freytag (exposición, desarrollo, punto decisivo, clímax, desenlace y final).

Como veis, lo único que cambia es el número de partes que se toman para crear la historia. Lo imprescindible es que tanto la historia principal como las subtramas deben tener una presentación y un conflicto que resolver. El cómo hacerlo es cosa vuestra.

Planificación desde una parte al todo

Es decir, definir cuál es el conflicto principal y su resolución, y crear el resto de la novela alrededor de él. En el modelo copo de nieve, comenzamos definiendo nuestra novela en una única frase, luego esa frase se extiende a un párrafo. Básicamente, hay que escribir una sinopsis. Más tarde se desarrollan todos los personajes (principales y secundarios) y se planifica su biografía y su evolución. Cuando esté listo, la sinopsis ha de crecer hasta un resumen de cuatro páginas.

Pero el autor de esta técnica nos cuenta que toda historia contiene cuatro elementos: tres tragedias y un final. Así que cada página debe finalizar en una tragedia, y la cuarta, en el final. Luego se regresa a los personajes y se alarga cada resumen a una página donde se plasma todo lo que les va a pasar en la trama. Y de ahí, ya se pueden realizar tablas con capítulos, escenas y demás.

Como veis, es un método cebolla, pero en vez de quitar, hay que ir añadiéndole capas y capas hasta tener un hermoso bulbo. Si queréis investigar sobre el ideólogo de la cebolla, digo del método del copo de nieve para planificar una novela.

Planificación con borrador

Poca explicación tiene. Consiste en escribir una idea y transcribirla al papel con una cierta extensión, ahorrándose los detalles, la ambientación y todo lo que rodea la novela. O sea, se escribe la chicha. Luego, sobre ese borrador, que puede ser lo extenso que se quiera, se trabajarán los aspectos de la trama que se necesiten y el desarrollo de los personajes. Más tarde se podrá comenzar a escribir en serio.

¿Conocéis el Nanowrimo?

Este reto se utiliza mucho para escribir del tirón y a vuelapluma, y así tener una base terminada con la que trabajar más tranquilamente. Además del gustazo de completar una novela en el tiempo indicado.

Inciso: Utilices el método que sea para planificar una novela, me parece importante resaltar que debe existir una planificación cronológica paralela (cuándo pasa cada cosa y los tiempos que encadenan las distintas acciones) y otra planificación para la evolución de cada personaje según sus experiencias (aunque en alguno de los métodos ya lo marca como un paso inexcusable). Sobre la creación de personajes os hablé el mes pasado.

 

¿Cómo lo hago yo?

Confieso que soy bastante flexible en cuanto a planificación. De hecho, he cambiado unas tres o cuatro veces la de mi novela sobre la marcha porque no cogía el ritmo que quería o porque han surgido nuevos caminos al documentarme. Sí que hago una planificación general por capítulos (más o menos) o hechos importantes que deben figurar. Soy muy visual y me gusta imaginarme las escenas como si fueran capítulos de una serie de televisión. Además de la cronológica y la de personajes. Una no puede ir sin las otras dos.

 

Un consejo para planificar una novela

No tengáis miedo de hacer borrón y cuenta nueva. Si hay que reescribir porque la historia lo requiere, no pasa nada. Todo por conseguir una novela que enamore, a vosotros los primeros.

¿Quieres contarme cómo planificas tú? ¿Te queda alguna duda sobre cómo utilizar alguno de estos métodos para planificar una novela? Espero tus comentarios.

Mientras tanto… ¡A seguir escribiendo LA historia, esa que me está enamorando!

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

  • Luz Dalila Brunner

    Muchisimas gracias por este artiulo “Formas de planificar una novela” y por todos los consejos y tan maravillosa información. Ademas por este eBook graturito.
    Saludos cordiales

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