Federico Axat, el autor de esta increíble novela, decidió un buen día no darnos ni un solo respiro cuando se propuso escribir esta historia. La misma primera escena, en la que encontramos a Ben en el vetusto coche de su abuelo, al que teme, y con razón, junto a sus abuelos y a su tía, quien le causa un sentimiento de terror, ¡y con razón!, consigue ponernos en alerta, perturbarnos, agitar todos y cada uno de nuestros sentidos e incluso elevar los vellos de la piel de la mismísima Jamie Lee Curtis hasta superar el Empire State.
A partir de ese momento, comenzamos a asistir a una historia coral formada por los miembros de la familia, y un puñado de actores secundarios, que irán retorciendo vez tras vez la trama hasta que uno ya no sabe qué más puede llegar a pasar.
Una mención especial merece el narrador de esta historia. El uso de la figura del narrador que hace Federico es, sencillamente, sublime. Con una claridad mental y una ironía maravillosas, se nos irá desgranando la terrible historia que tiene lugar en la plácida Carnival Falls. Nunca más plácida a raíz de los ascensos y caídas de la inquietante trama.
Porque la historia que cuenta BENJAMÍN es la de un niño de nueve años, angustiado por una madre que no merece dicho nombre, y que decide tomarse su propia venganza. Sólo que la historia que nos cuenta la novela no es esa… Es la de un niño y un desván en un acontecimiento espantoso sucedido años atrás. Pero no… la historia tampoco es esa… Es la historia de un fantasma, aunque, claro, tampoco es esa la historia que nos cuenta BENJAMÍN. O tal vez sí nos cuenta todas esas historias, y algunas más, que se irán entrelazando de modo magistral, jugando con el lector, que una y otra vez creerá haber descubierto el secreto de esta novela para, una y otra vez, descubrir con admiración que estaba equivocado.
Y a partir de ese momento, cuando uno cree que las cosas no se pueden complicar más, comienza un descenso por los Falls de Carnival. Una bajada vertiginosa que nos obligará a abrir la boca hasta desencajar nuestra mandíbula, y a que nuestros ojos amenacen con salirse de las órbitas. Hasta que, pieza a pieza, todo encaja en una revelación brutal, unos hechos escalofriantes y aterradores que marcan la vida de todos los personajes principales de la historia.
BENJAMÍN es, sin lugar a dudas, una novela superlativa, que te atrapa y no te permite cerrar sus páginas sin avanzar una más, un párrafo más, una línea más.
Sí, ríanse de Michael Myers.
Pero corran como posesos si se encuentran con BENJAMÍN.