En este blog solemos centrarnos casi en exclusiva en la novela como formato literario, ya que es el más consumido por el lector y por tanto también aquel en el que nos centramos los escritores. Pero es bueno que conozcáis otras modalidades a la hora de escribir, al menos para saber que existen y que incluso tienen características que nos pueden ser útiles cuando escribimos novela. Una de ellas es la poesía, pero esa también la dejaremos para otra ocasión. Porque en este artículo quiero hablaros de un formato que es, de hecho, más antiguo que la novela, y del que hoy se celebra su Día Internacional. Hoy trataremos el teatro como género literario.
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ToggleEl origen del teatro como género literario
Suele decirse que el teatro, como representación del arte dramático, nació en Grecia, en torno al siglo V a.C. Sin embargo, esto no sería del todo exacto, pues el ser humano ha sentido la necesidad de realizar representaciones artísticas desde tiempos prehistóricos. Se tiene constancia de antiguos ritos donde el hombre primitivo realizaba danzas e imitaciones de animales, representando pequeñas historias con las que trataban no sólo de entretenerse, si no también de reforzar los lazos de la comunidad a la que pertenecían.
Sin embargo, es cierto que fueron los griegos clásicos quienes convirtieron el teatro en un género literario como tal. Su primera modalidad fue la tragedia, que se enfoca en el enfrentamiento por parte de los protagonistas a un error fatal (que Aristóteles llamó «hamartia») y desemboca en un destino fatal inevitable, triste. O trágico, como diríamos hoy en día. Uno de los ejemplos más famosos es el de la obra de Sofocles, Edipo Rey, que imagino que ya sabéis que acaba como el Rosario de la Aurora: con Edipo casándose con su madre, Yocasta, tras matar a su propio padre, y con su esposa-madre suicidándose al descubrirse el pastel.
¿Por qué consideramos el teatro como un género literario?
No es una pregunta baladí. Cuando pensamos en el teatro es habitual que lo asociemos más con un ámbito como el cinematográfico. Y sí, el teatro es un arte escénico, no cabe duda. Su fin último es ser representado por actores sobre un escenario, frente a los espectadores. Sin embargo, en esencia tiene todas las características propias de la literatura: surge de una historia creada y escrita por un autor. De hecho, si nos ponemos muy estrictos, el trabajo de guionización de una película o serie de televisión también podría considerarse literatura, aunque por sus características se aleje mucho de este formato.
En los guiones de las obras cinematográficas no se pone énfasis en el aspecto estilístico y en el estilo literario de la escritura, es más bien algo práctico. Mientras que en el teatro el uso de las palabras y el lenguaje es fundamental y se cuida con esmero. La obra de teatro escrita se llama «guión teatral» o incluso «libreto», aunque esta última definición se usa más en obras líricas. Es la base fundamental de todo lo que vendrá después, sin la que no existiría la representación escénica. ¿Y cómo se escribe teatro? Vamos a ver un poco por encima algunas características de este formato.
Características del teatro como género literario
Resulta evidente que el teatro como género literario es muy distinto a la novela. Como su objetivo primordial es ser representado en el ámbito escénico, su construcción como obra escrita debe adecuarse a ese destino. Por ello, lo primero que llama la atención cuando lees una obra de teatro es el protagonismo casi absoluto del diálogo entre personajes. La voz del narrador es minimizada hasta casi quedar oculta, en favor de las distintas conversaciones. Este es el modo en que se articula la acción en el teatro, ya que durante la representación frente al público no se puede tener a un narrador realizando la misma función que haría en una novela.
En cualquier caso, un libreto teatral también debe preocuparse de detallar las acciones que los personajes realizan. Es lo que se conoce como «lenguaje de acotaciones». ¿Os parece algo raro? Pues no debería, ya que en novela también ocurre. ¿Acaso no describimos las acciones que realizan los personajes? Es igual de importante que en el teatro. La diferencia está en que en el teatro tiene un carácter más indicativo de cara al actor. Como si fueran instrucciones para que sepa cómo debe actuar.
En el teatro escrito también es importante remarcar la descripción de los escenarios, aunque sólo sea de nuevo como una indicación para que el escenógrafo sepa cómo debe crear los decorados. En cualquier caso, siempre suele ser una descripción más ligera que en la novela, ya que a la postre el espectador contará con sus propios ojos para saber cómo es el entorno donde se desarrolla la historia.
Conclusiones
Con todo esto que hemos dicho podemos apreciar que el teatro se escribe en dos niveles: en primer lugar encontramos el texto primario, que corresponde a lo que afecta a la acción de la historia, y que tendría mayor carácter literario; y por otro lado el texto secundario, que es más técnico y de consumo interno para los actores y los directores. Los diálogos, soliloquios o referencias habladas formarían parte del texto primario; mientras que las descripciones del escenario o ciertas indicaciones serían consideradas como el texto secundario, que generalmente van entre paréntesis.
Aunque por limitación de espacio he sido muy superficial, estoy seguro de que podéis apreciar que el teatro tiene un formato muy distinto al que estamos acostumbrados los lectores y escritores de novela tradicional. Eso hace que dar el salto de un género a otro imponga un trabajo de adaptación severo, con un cambio de mentalidad bastante acusado. Pero el teatro tiene herramientas que pueden ser muy útiles para escribir novela, y que hacen interesante probar esta modalidad literaria. Conozco a autores que gracias a su pasado como escritores teatrales son auténticos expertos a la hora de crear diálogos en sus novelas. Por eso siempre le digo a los alumnos de mi curso de narrativa que jamás desprecien otros géneros o subgéneros. De todo se aprende, os lo aseguro.
Hola, Teo.
Así como te comenté en mi email, estoy escribiendo un guión teatral. La experiencia de haber escrito novela anteriormente, tanbién ayuda a guionar. Ambas se complementan, y juntas, te abren la mente de como escribir mejor.