Si Philip K. Dick formulaba la pregunta “¿eres realmente quién crees ser?”, este mes abordaremos otra cuestión: ¿Y si los que te rodean no son quien tu crees que son? Esta escalofriante pregunta la planteó Jack Finney con su novela corta Los ladrones de cuerpos. Una historia que haría las delicias de Philip K. Dick y de cualquiera que sea partidario de las teorías de la conspiración. Sobre todo, si hacemos de ella una lectura política de la novela. ¿Quién es el invasor, el comunismo o la desconfianza? Nos detendremos en ello en unos momentos, primero repasemos un poco la obra de Jack Finney. JACK FINNEY, NO SOLO CIENCIA FICCIÓN Y POLÍTICA Curiosamente, y a pesar de que la película fue un verdadero éxito, Jack Finney es prácticamente un desconocido en lengua castellana. De sus más de cuarenta obras, tan sólo podemos hallar traducidas dos de ellas: Los ladrones de cuerpos y Ahora y siempre. Aunque la mayoría de sus historias son cuentos cortos que pueden catalogarse dentro de la ciencia-ficción, este no fue el único género en el que se adentró. Su primera novela, 5 Against the House, publicada en 1954, fue llevada al cine en 1955 (5 contra la banca) bajo la batuta de Phil Karlson, un director especializado en cine negro. Un hecho que se repitió en los años siguientes con las novelas que iba publicando. De este modo tenemos títulos tan dispares como la ya mencionada y a la que le siguen La casa de los números, Asalto al Queen Mary o Préstame a tu marido. Por supuesto, de la que más versiones se han hecho es de su novela Los ladrones de cuerpos, que en la actualidad cuenta con cuatro versiones diferentes, la última con Nicole Kidman y Daniel Craig. Algunos de sus cuentos han servido como base para telefilms y para episodios en series de televisión como las aclamadas Cuentos Asombros o Misterios de la Ciencia. A pesar del éxito que tuvo la película, se considera que la mejor novela de Jack Finney es Ahora y siempre, una historia sobre viajes en el tiempo que en su edición original se publicó acompañada de numerosas fotografías y dibujos que supuestamente había realizado el protagonista en su viaje al Nueva York del siglo XIX. En 1987, durante los World Fantasy Award, a Jack Finney se le concedió un premio por su trayectoria como escritor, oficio al que se dedicó a tiempo completo desde principios de la década de los 50. En 1995, con 84 años de edad, falleció a consecuencia de una pulmonía y de un enfisema pulmonar. Poco antes de morir publicó From Time to Time, continuación de su aclamada Ahora y siempre. Y de la que, a día de hoy, no se ha publicado la traducción en castellano. LOS LADRONES DE CUERPOS, DE JACK FINNEY. ¿CIENCIA FICCIÓN, REFLEXIÓN POLÍTICA O ENTRETENIMIENTO? Los ladrones de cuerpos se publicó por primera vez el año 1955 en la revista Collier’s Magazine, a modo de serial en tres entregas. Un año después se estrenó la versión cinematográfica realizada por Don Siegel, que aportó su grano de arena a la explosión de películas de ciencia-ficción de los años 50. La importancia de las emociones para Jack Finney La novela plantea una invasión por medio de vainas gigantescas que forman una copia de las personas a las que suplantan. Esas copias son idénticas exceptuando por un detalle: carecen de emociones. Jack Finney da por hecho que, precisamente las emociones, nuestra capacidad por sentir empatía, es la que nos define como ser humano, y presenta al invasor exento de ellas. Además de planear ese aspecto, los invasores sugieren que las propias emociones son la fuente de todos los problemas de la humanidad, que ellas son la causa de nuestra desdicha, que son las responsables de las guerras y las desgracias que ocurren en nuestro planeta. Y aunque nos pese, no están faltos de razón, puesto que la ira, la envidia, la desconfianza, etc. son las responsables del 90% de nuestros problemas. Pero, ¿y que hay del resto de las emociones? ¿También nos crean sufrimiento? ¿Estaríamos mejor sin las emociones? El contexto político de Los ladrones de cuerpos Todo esto conviene situarlo en un contexto adecuado. Recordemos que la novela fue publicada en el año 1955, es decir en plena «caza de brujas» del senador Joseph McCarthy, durante la cual se acuso de traidores a los EEUU a muchos actores, directores y escritores. Se les acusaba de ser simpatizantes del gobierno comunista de la URSS. En base a la premisa de dicho senador, los ciudadanos debían espiar a sus vecinos y denunciarlos en caso de detectar comportamientos sospechosos o anti-americanos. Cualquiera podía ser un pro-comunista. ¿Qué tiene que ver el macartismo con la novela? En Los ladrones de cuerpos estamos frente a una invasión silenciosa, donde los habitantes de un pueblo van siendo suplantados por copias idénticas, pero sin emociones, una alegoría que refleja los mensajes que el senador McCarthy escupía en todas las direcciones. No debemos olvidar que tras la Segunda Guerra Mundial (1945), y una vez eliminada la amenaza del nazismo en Alemania y el fascismo en Italia, en la frontera con las tierras germanas se alzó una nueva potencia mundial que era capaz de plantar cara a los EEUU, y esa no era otra que la URSS. Y en el año 1950, McCarthy empezó su alocada y paranoica «caza de brujas» que prolongó durante seis años. A raíz de esa tensión en el país, Jack Finney escribe y publica su novela como un reflejo de la realidad política de ese momento. Por supuesto, Los ladrones de cuerpos no es una novela política como lo puede ser 1984 de Orwell, que se publicó en 1949. Y, sin embargo, eso no implica que en ella no haya un trasfondo político. Expuesto todo lo anterior, es necesario aclarar que existen algunos articulistas que exponen precisamente todo lo contrario afirman que la novela es una crítica velada al comunismo, un reflejo
Ciencia ficción y filosofía. O Phillip K. Dick
Ya vimos hace algunas semanas que la ciencia ficción viene en recipientes en los que no reparamos, como la música. Pero siempre es una cuestión de tiempo: al hablar de ciencia-ficción finalmente surge un nombre: Philip K. Dick. Sin duda uno de los escritores más complejos en el género que nos ocupa. Durante su vida apenas cosechó algún éxito, aunque le fue concedido el premio Hugo en el año 1963 por su novela «El hombre en el castillo». No obstante, vivió con escasos recursos económicos, ya ni mencionamos el poder ganarse el sustento con los beneficios de las ventas de sus novelas. Hablemos de philip K. Dick, el autor que combinó ciencia ficción y filosofía. Philip K. Dick: El escritor maldito y filósofo. Su infancia y adolescencia no fueron fáciles, y decir que su vida estuvo marcada por el peso de la culpa por la muerte de su hermana melliza, tal vez sea simplificarlo demasiado. Pero está claro que crecer oyendo historias sobre la muerte de su hermana le afectó. De hecho, él mismo reconoció ese sentimiento de culpabilidad, ya que su madre no tuvo la suficiente leche materna para alimentarlos a los dos, y eso desencadenó el fallecimiento de la niña con apenas unos meses de vida. Por eso, Philip recurrió a la imaginación para recrear otra realidad en la que su hermana seguía viva, y terminó por incluirla en varias de sus obras. Probablemente, el imbuir sus obras con cuestiones filosóficas complejas le restaron el beneplácito del público general. En la mayoría de esas historias no hay héroes que luchan a diestro y siniestro para salvar el mundo, más bien nos hallamos frente a personas corrientes que descubren que la realidad no es como ellos creían, o se enfrentan a la duda de si realmente son humanos o no, o si son quienes creen ser. Se ha dicho en muchos artículos que era esquizofrénico, en base a las visiones que declaró haber tenido, o que era adicto al LSD, tan en boga en la época hippie. Sin embargo, sus amigos alegan que la única droga que tomaba era las anfetaminas, puesto que estas, tras su jornada laboral en una tienda de discos, le permitían pasar la noche entera escribiendo. Murió a los 53 años de edad a causa de un infarto cerebral. Fue enterrado junto a la tumba de su hermana melliza. Ambos comparten la misma lápida. Philip K. Dick: el autor que combinó ciencia-ficción y filosofía. En 1982, apenas unos meses después de su muerte, se proyectó Blade Runner, basada en su novela «Sueñan los androides con ovejas eléctricas». Philip tan solo llegó a ver algunas imágenes de la película a las que dio su aprobación. Curiosamente, Blade Runner fue un fracaso en los EEUU, en cambio fue todo un éxito en Europa. Con el paso de los años se convirtió en una obra de culto para los fans de la ciencia-ficción, algo que alentó a las compañías cinematográficas a atreverse con otras historias de Philip K. Dick. Y aunque las adaptaciones no eran realmente fieles a sus historias, convirtiéndolas en productos con la indeleble impronta de Hollywood, es posible que ello contribuyese a que el gran publico descubriera a un autor tan enrevesado como él. Por desgracia no llegó a disfrutar de ese elogio mientras estuvo vivo, una situación compartida por muchos otros grandes autores como Edgar Allan Poe, y sólo recibió el reconocimiento de alguno de sus compañeros en el género literario. El caso es que Philip K. Dick no escribía sobre trepidantes persecuciones como las que se vieron en Minority Report, si no que más bien escribía sobre cuestiones filosóficas: ¿Qué es real? ¿Qué nos distingue a los humanos de las demás especies? ¿Qué nos forma como personas? ¿Nos podemos fiar de los recuerdos? ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? o Blade Runner La prueba está en sus títulos, que nunca eran cortos ni llamativos, por ejemplo: ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? Para comprender este título debemos leer el libro y adentrarnos en un mundo donde los animales casi están extintos. En una sociedad donde es casi una obligación social el tener y cuidar un animal, cuyo precio es elevado y quienes no se lo pueden permitir recurren a imitaciones robóticas. Además, si tu vecino descubre que tu animal es una imitación mecánica supone una vergüenza. En ese contexto, Deckard ansía cobrar un dinero extra, retirando a los androides fugitivos para poder comprarse una oveja de verdad y sustituir la eléctrica que ahora está fingiendo cuidar. Y ahí es cuando el título cobra fuerza. Para Philip K. Dick lo que nos convierte en humanos es nuestra capacidad de sentir empatía por otras especies, y con esa pregunta del título nos cuestiona si un androide sería capaz de sentir esa misma empatía por otras especies, incluso por los humanos. Aquí debo hacer un pequeño matiz: en Blade Runner apenas se ven todas esas reflexiones filosóficas. No obstante, en la escena final, el replicante, ya en sus últimos minutos de vida, es capaz de sentir compasión por Deckard y perdonarle la vida. La importancia no reside en si Deckard es un replicante o no: lo que importa es que el replicante siente empatía por Deckard y eso lo convierte en humano. Ese punto reconecta la película con toda la cuestión planteada en el título original de la obra: ¿Qué nos hace humanos? La importancia de hacerse preguntas La obra de Philip K. Dick es digna de un estudio muy profundo y detallado. Hacerlo nos llevaría de lleno a preguntarnos si todas esas cosas que damos por hecho son realmente como creíamos. Está comprobado que nuestro cerebro registra nuestras experiencias en forma de recuerdos en base a nuestras emociones de ese instante. Si fuéramos capaces de revivir esos momentos como un espectador externo veríamos que la realidad no tiene nada que ver con lo que recordamos. Alteramos la percepción de la realidad según sea nuestro estado de ánimo, y Philip K. Dick ahonda en ello
La ciencia ficción en la música española
Pioneros de la ciencia ficción en la música española e internacional Aunque lo habitual es pensar que la ciencia ficción está vinculada a la literatura, al cine o a la televisión, lo cierto es que existe una corriente de grupos musicales que abordaron la ciencia ficción como tema central en sus canciones. En el panorama internacional es imprescindible destacar a los alemanes Kraftwerk. Pioneros de la música electrónica, son en la actualidad toda una leyenda para los amantes de esta modalidad musical. A estos les siguieron otros grupos, de todos ellos despuntó Orchestral Manoeuvres in the Dark, más conocidos por OMD. Pero ¿hay grupos que traten la ciencia ficción en la música española? ¿Se recurre, como tema, a la ciencia ficción en la música española? En nuestro país, surgieron varios grupos centrados en la llamada música electrónica. Entre ellos se alzó Azul y Negro. Llegaron a convertirse en la replica española de Kraftwerk, y al igual que sucedió con los alemanes, sus temas se usaron en las vueltas ciclistas. Sin embargo, no puede decirse que todos sus temas entrasen en la ciencia ficción, quizás su tema Secuencias sea el que encaje mejor en esa definición. Así, que veamos ¿quién puede responderme a esta pregunta?: ¿Qué grupo musical español tiene como tema central la ciencia ficción? Bueno, ya puedes bajar la mano. Y aunque Alaska y los Pegamoides, y más tarde como Alaska y Dinarama, tienen algunos temas como La rebelión de los electrodomésticos, En otra dimensión, Lo siento (cuyo argumento bebe directamente de Blade Runner), etc. de ningún modo la ciencia ficción es el centro de sus canciones. ¿Has dicho Mecano? No, no. Tienen un par de temas en sus discos iniciales… ¿Que cuales? En su primer disco aparecen La maquina de vapor y El fin del mundo. En su segundo álbum aparece La bola de cristal, Focas y Viaje espacial. Pero te repito lo mismo que antes: no están especializados en el género que nos atañe. ¿Nadie? Última oportunidad. ¿Nadie? Aviador DRO: El auge de la ciencia ficción en la música española ¡Exacto! ¡Tú lo has dicho! El grupo musical que por excelencia recurre a la ciencia ficción para componer sus temas musicales es Aviador DRO. En sus canciones podemos adentrarnos en un verdadero manifiesto de celebración por un futuro dominado por los avances científicos. En sus discos iniciales incluso esa declaración entra dentro del manifiesto político que ellos denominan la Anarquía Eléctrica. En su extensa discografía, sus inicios fueron en 1979 y su último CD es del 2015, encontramos temas como Gran Plaza Asimov (instrumental), Inteligencia Artificial, Baila la Guerra, Cronoscafo, Plancton y un sin fin de canciones en los que ahondan todo tipo de temas que no dejan de lado la crítica social que siempre suele estar presente en la mayoría de las historias de ciencia ficción. Tomemos un clásico dentro de sus canciones, como puede ser Baila la Guerra. En su letra nos relatan la historia de una rebelión contra el tiránico emperador que gobierna el sistema solar, con revueltas en las arenas de Marte, en la órbita de Plutón, en la selva americana. Todo un alegato contra las dictaduras envuelto en ritmos de música electrónica y de historias de ciencia ficción. Una de mis canciones favoritas de este grupo es Cronoscafo. Una palabra de la que solo he podido encontrar una referencia: es usada para designar a una maquina del tiempo en los comics de Blake y Mortimer creados por el dibujante belga Edgar Pierre Jacobs. Por tanto, el tema de la canción es el viaje en el tiempo. Otra de mis favoritas es Selector de Frecuencias, en ella nos encontramos con un piloto que, tras «repasar sus cintas de recuerdos», entra en un hangar, sube a su biplano y le asalta la nostalgia por la ausencia de un ser querido que «yace hibernado en una capsula especial». Hay que destacar que Aviador DRO tiene una canción titulada No tengo boca y debo gritar, y aunque no es de las mejores del grupo, el título es una referencia directa al cuento de Harlan Hellison, uno de los grandes de la ciencia ficción a nivel internacional que falleció el 28 de junio de 2018, al que le debemos no sólo sus cuentos si no que escribió los guiones de series de televisión como The Outer Limits, The Twilight Zone, Star Trek y Babylon 5. Ganador de númerosos premios, incluyendo tanto el Hugo como el Nébula. A modo de anécdota me gustaría recalcar que Harlan Hellison demandó a la productora de la saga Terminator por usar su relato No tengo boca y debo gritar para idear Skynet, la I.A. que quiere destruir a la humanidad, y que el argumento de la famosa saga «se inspiró» en otros dos relatos que escribió para la serie The Outer Limits (la edición original emitida en los años 1963-1965). ¿Quienes componen Aviador DRO? En la actualidad, el grupo está compuesto por Servando Carballar, miembro fundador; Marta Cervera, en activo desde 1982; Ismael Contreras, en el grupo desde 1999; Mario Gil, que se incorporó al grupo en 1988; Alejandro Sacristán, que ya había pertenecido al grupo entre los años 1980-1986 y se reincorporó en el 2011. ¿Y el nombre? ¿De dónde surgió el nombre del grupo? Todo parece indicar que se trata de un homenaje a la opera futurística L’aviatore Dro, compuesta por Francesco Balilla Pratella en 1915. Un poema trágico en tres actos del que apenas se han hecho tres representaciones, la última fue en el año 2000 en Lugo, Italia. Por último, avanzar que ya está programado el concierto para celebrar los 40 años en activo de Aviador DRO el próximo 23 de marzo del 2019. ¿Y eso es todo? ¿Sólo existe este grupo en la ciencia ficción en español? Me alegra que me hagas esa pregunta. Porque me permite enlazar Aviador DRO con otro grupo, con el que han lanzado dos CD en colaboración. Se trata de La Monja Enana. Su debut fue 1997. Sus temas electro-pop tienen
La grandeza de la literatura fantástica española
En el artículo anterior promulgué una hipótesis: Expuse la posibilidad de que nos encontrásemos frente a una edad de oro de la ciencia-ficción española. Hoy os pregunto: ¿qué nombres os vienen a la mente si digo: literatura fantástica? A ver, el del fondo que ha levantado la mano. Puedes sentarte. Con toda seguridad vas a decir dos nombres: J.R.R. Tolkien y George R.R. Martin. (Doble erre en ambos nombres, ¿casualidad?) Vale. Mi respuesta a eso es una nueva pregunta: ¿conoces alguno que sea español? … ¿Nada? ¿Ni un nombre? Aquí tienes una pequeña muestra de la grandeza de la literatura fantástica española. AUTORES ESPAÑOLES DE LITERATURA FANTÁSTICA Laura Gallego La primera de todos es la reina indiscutible de la literatura fantástica juvenil en nuestro país: Laura Gallego. Con 21 años, ganó el premio barco de vapor de la editorial SM por su novela Finis Mundi, que además ha sido traducido a varios idiomas. A sus 40 años ya se ha labrado una extensa carrera: hasta la fecha ha publicado cuarenta libros de los que destaca su trilogía Memorias de Idhún, de la que se han vendido más de 750.000 ejemplares. Susana Vallejo El segundo nombre que hay que tener en cuenta si hablamos de literatura fantástica española es el de Susana Vallejo. Esta autora no tiene reparos en adentrarse tanto en la literatura fantástica como en la ciencia-ficción. Ha sido finalista en varios concursos. En 2011, con El espíritu del último verano, ganó el premio Edebé de Literatura Juvenil. Sin duda, la tetralogía Porta Coeli es su obra más conocida y la que le ha valido ganarse una buena posición entre los autores de literatura fantástica españoles. Rafael Marín A Rafael Marín ya lo mencioné en mi anterior artículo y cabe incluirlo también en esta lista sobre literatura fantástica española, puesto que ha abordado ambos géneros con bastante éxito. Lo que algunos no sabréis, salvo quizás el listillo de la última fila que ya está levantando la mano, es que Rafael Marín también escribió el guion de la colección más emblemática de la editorial Marvel; exacto, me estoy refiriendo a Los Cuatro Fantásticos, que junto al dibujante Carlos Pacheco, también español, crearon una de las etapas más interesantes de la familia de superhéroes. De sus novelas destacaría La leyenda del navegante. Javier Miró Una de las nuevas promesas españolas en el género fantástico, que sin duda merece un lugar en esta lista, es Javier Miró. Con su segunda novela La armadura de la luz no solo conquistó al sello editorial Minotauro, especializado en literatura fantástica y de ciencia ficción, si no que también encandiló a los lectores. Sin duda un autor al que hay que seguirle la pista. Jesús B. Vilches Mención especial merece Jesús B. Vilches. Es el autor independiente que mejor ha sabido labrarse una “marca” y un estilo inconfundible. Ya en el 2009 recibió el premio “Autor Revelación en Literatura Fantástica” de Málaga por su novela El enviado que da inicio a la saga La flor de Jade. Javier Negrete No puede faltar en esta lista de autores españoles de literatura fantástica Javier Negrete, que ya es considerado todo un clásico, tanto en literatura fantástica como en ciencia ficción. No en vano ha recibido en tres ocasiones el premio Ignotus. Además de recibir, en el año 2000, el premio UPC, considerado el premio más importante a nivel europeo otorgado a relatos de ciencia ficción. De entre sus novelas destaca La espada de fuego, que curiosamente es una revisión de la primera novela que escribió con tan solo 17 años. La novela se convirtió en un verdadero éxito de ventas y fue aclamada por la crítica tanto dentro como fuera de nuestro país. José Antonio Cotrina No podemos hablar de Javier Negrete sin mencionar a José Antonio Cotrina. Compartieron el premio UPC del año 2000, declarado exaequo para poder concederlo a ambos autores al mismo tiempo. José Antonio Cotrina lo recibió por su novela corta Salir de fase. Este joven autor, al igual que Negrete ha escrito tanto literatura fantástica como ciencia ficción. Su obra más aclamada es la saga El ciclo de la luna roja. Es uno de los autores españoles más prolíficos, cuya extensa obra no para de crecer. Su última obra publicada es La deriva, que salió a la venta el 20 de septiembre bajo el sello Gran Angular de la editorial SM. Víctor Conde Es inevitable que, tras hablar de José Antonio Cotrina, mencione a Víctor Conde, ya que ambos han unido su talento para crear Las puertas del infinito, publicada en febrero del 2016 por FANTASCY. Víctor Conde, seudónimo de Alfredo Moreno Santana, ha cosechado numerosos galardones, entre ellos el premio Minotauro y el Ignotus. Hoy en día se le considera uno de los grandes maestros de la ciencia ficción y de la fantasía española. Un autor que no debería faltar en tu biblioteca particular. Costa Alcalá Si os hablo de Costa Alcalá, es posible que algunos ya sepáis que tras ese nombre escriben a cuatro manos Fer Alcalá y Geòrgia Costa. Acaba de publicarse Ellos y nosotros, segunda entrega de la saga La segunda revolución que se inició con Heredero. Ambas novelas han sido publicadas por la editorial Montena, que en la actualidad forma parte de Penguin Random House. Fer Alcalá estudió filología inglesa y Geòrgia Costa hizo lo propio en historia y arqueología. Una unión en la que sin duda cosecharan muchos más éxitos. Difundamos la grandeza de la literatura fantástica española Y esto no es más que una pequeña muestra de la literatura fantástica que se produce en nuestro país, la cual no tiene nada que envidiar a la producción anglosajona o la del otro lado del atlántico. En nuestras tierras contamos con escritores que pueden perfectamente competir con los Martin, los Tolkien y demás autores extranjeros. Ya va siendo hora de empezar a ser conscientes de la calidad que tiene la literatura fantástica en nuestro país. Ojalá las editoriales dejaran de buscar fuera lo que hay en el interior
La edad de oro de la ciencia ficción española
¿Estamos ante una nueva edad de oro de la ciencia ficción española? La mayoría está de acuerdo en situar el inicio de la edad de oro de la ciencia ficción española hacia los años noventa. En esa década surgen varios fanzines de los que cabe destacar BEM y GIGAMESH. Otro hecho importante que ayudó a impulsar y crear el inicio de la edad de oro fue el cambio de la periodicidad con que se celebraba el Congreso Nacional de Fantasía y Ciencia-Ficción, que desde 1991 pasó a ser anual. Ese mismo año se instauraron los premios Ignotus, un equivalente español a los premios HUGO de los EE. UU. La edad de oro de los bolsilibros Por primera vez la ciencia ficción y fantasía española dejaban atrás parcialmente el sambenito de literatura de segunda o tercera categoría. Un estigma que nació en la Guerra Civil y se prolongó hasta después de la dictadura franquista. Los seguidores del dictador depreciaban este tipo de literatura y las corrientes más izquierdistas no tenían una opinión distinta al no considerarla realista. Por tanto, mientras que en los EE. UU. vivían una edad de oro de la llamada literatura Pulp, con revistas como Amazing Stories en cuyas páginas se publicaron historias de autores como H.G. Wells, Asimov y muchos otros, en nuestro país tuvieron que transcurrir veinte años para que surgiera una corriente similar a lo ocurrido al otro lado del Atlántico. Y fue de la mano de las míticas editoriales como la Valenciana, Toray y Bruguera de las que nació la verdadera primera edad de oro de la ciencia-ficción española, y de muchos otros géneros. En el caso de la ciencia-ficción, es sin duda el género del que más colecciones surgieron, entre las que cabe destacar Luchadores del Espacio, La Conquista del Espacio, Héroes del Espacio y muchas más. Seguramente habréis oído que esas novelas de a duro, o bolsilibros, eran historias mediocres, de baja calidad, y en algunos casos es cierto. No obstante, no debemos olvidar que las editoriales exigían una novela a la semana, y con una acotación de cien páginas. ¿Os imagináis escribir alrededor de 20.000 palabras en una semana? Esta constante producción de historias fue la que hizo despegar el género en esa primera edad de oro de la ciencia-ficción. De esa literatura de a duro surgieron grandes autores que se abrieron paso más allá de esa primera toma de contacto. De la época Pulp española hay que mencionar la memorable Saga de los Aznar, publicada dentro de la colección Luchadores del Espacio de la Editorial Valenciana. La saga se compone de 54 novelas, más dos obras añadidas en su reedición. La Saga de los Aznar fue escrita bajo el seudónimo de George H. White por Pascual Enguídanos y como digo destaca por su calidad por encima de la media del total de 253 títulos publicados a lo largo de 10 años en dicha colección. Es más, en 1978 recibió el premio a la mejor serie de ciencia-ficción europea. (En el blog Bolsilibros, Novela Popular de Kiosko podéis adentraros de lleno en el mundo de los bolsilibros, en él encontraréis información de todas las colecciones y géneros que se publicaron.) La nueva ola de autores españoles de ciencia ficción Esa semilla iniciada en los años 50 fue la que mantuvo la llama durante las siguientes décadas, dando paso a obras de mayor calidad. De entre esos autores quiero destacar a Domingo Santos, que ya había publicado algunos títulos en las novelas de a duro bajo el seudónimo de P. Danger, y varias novelas en otras editoriales. A él se le unieron otros autores como Rafael Marín, Juan Miguel Aguilera, Rodolfo Martínez (os recomiendo visitar su web Escrito en el Agua ), Javier Negrete y nos llevaron a la nueva edad de oro de la ciencia-ficción española. Una edad de oro que se ha prolongado, con más o menos ímpetu hasta la actualidad. De entre las obras publicadas debo destacar Lágrimas en la lluvia (2011) de Rosa Montero, que toma como base el universo expuesto en Blade Runner. Aquí hay que matizar que Rosa Montero usa como base la película de Ridley Scott y no la novela de Philip K. Dick. En 2015 publicó El peso del corazón, que retoma ese mismo universo. Sin embargo, uno de los autores que más renombre ha obtenido dentro de la ciencia-ficción española, e internacional, es Felix J. Palma, y es sorprendente pues lo ha hecho con un subgénero de la ciencia-ficción que no es muy conocido en España, como es el Steampunk, también conocido como retrofuturismo. Las novelas de Felix J. Palma han logrado cautivar a lectores que tildaban la ciencia-ficción como un género de segunda categoría. El Steampunk es un subgénero de la ciencia-ficción que a transcendido más allá de la mera literatura, abarcando el mundo de los cosplay, de la música y de los comics, mención especial merece el espectacular Lady Mechanika de Joe Benitez. ¿Vivimos una nueva edad de oro de la ciencia ficción española? Volviendo a la edad de oro de la ciencia ficción española, debo aclarar que estas líneas son mi modesta opinión y que soy consciente de que muchos no estarán de acuerdo en calificarla como tal. Pero, permitidme una pequeña reflexión. Tengamos en cuenta, que durante la explosión de las novelas de bolsillo se publicó una ingente cantidad de libros como no los habían publicado antes y que no se repitió. Vivimos en un país en que la mayoría de los autores escriben novela mainstream y novela histórica, y el número de libros de ciencia-ficción de escritores españoles que salen a la venta ha aumentado considerablemente en los últimos años, ya que muchos de ellos han optado por la autopublicación. Algunos incluso han recreado el formato de los bolsilibros. Nuestros escritores no solo deben competir con el mercado español si no que tienen que hacerlo con los libros anglosajones que se traducen y publican en nuestro país. Una batalla en la que están en desventaja numérica, y eso