Alexander Spotswood, uno de los gobernadores más destacados de Virginia en el periodo colonial temprano, nació en la colonia británica de Tánger en 1676. Fue criado en una familia con fuertes lazos militares y gubernamentales. Su padre era cirujano y, aunque la familia estaba arruinada, sus orígenes eran importantes. Tras una ataque a Tanger, los Spotswoods regresaron a Escocia, donde Robert, el padre, murió pronto. Para Alexander la figura de su medio hermano, hijo de su madre en un matrimonio anterior, fue crucial.
Spotswood fue educado en Inglaterra y comenzó su carrera como oficial en el Ejército Británico cuando solo tenía dieciséis años. A esa edad se alistó como alférez y sirvió bajo el mando del conde de Bath.
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ToggleAlexander Spotswoods como militar
Antes de ser reconocido como un influyente gobernador de Virginia, de hecho se le considera una de las figuras más importantes de la época colonial británica, Alexander Spotswoods tuvo una destacada carrera militar.
Sirvió en el ejército británico bajo el mando de John Churchill, el primer duque de Marlborough. Como viceintendente general, Spotswood desempeñó un papel crucial en las operaciones militares de Europa central, donde las tropas británicas estaban estacionadas a lo largo del río Rin con el fin de proteger a los Países Bajos.
En 1704, el ejército de Marlborough llevó a cabo un movimiento estratégico que lo llevó a descender sobre Baviera, lo que sorprendió a las fuerzas franco-bávaras. La batalla de Blenheim, que tuvo lugar el 13 de agosto de ese año, se saldó con una victoria decisiva para los británicos.
Ese enfrentamiento fue crucial para Spotswoods. Sufrió una grave herida en el pecho por un impacto de artillería, tanto que tuvo que ser enviado a Londres para su convalecencia. No obstante, logró sobrevivir, y se cuenta que conservó la bala de cañón, que mostraba a sus amigos cuando lo visitaban.
Últimos años de su carrera militar
Después de recuperarse, Spotswood regresó al servicio activo. En 1708 participó en la batalla de Oudenaarde en los Países Bajos. En esta ocasión, su caballo fue abatido y a él lo capturaron las tropas francesas. Por suerte para él, la intervención del duque de Marlborough, que había ganado la batalla, aseguró que lo liberaran rápidamente. Gracias a eso, Spotswood volvió a sus funciones como intendente general, supervisando los suministros de recursos esenciales para las tropas.
Todo el mundo hablaba de su valía. Pero a pesar de su competencia y de la confianza que le mostraban sus superiores, Spotswood comprobó que su carrera militar se quedaba estancada. Aunque mantenía una buena relación con sus comandantes y había confianza en sus capacidades, no logró superar el rango de teniente coronel, lo que le provocó una evidente frustración. Sabía que estaba llamado a cosas más importantes.
Recibía constantes promesas de ascenso que nunca se materializaban. Finalmente, desencantado y e intentando encontrar salida en la diplomacia, Spotswood dejó el ejército en septiembre de 1709 y regresó a Londres. De este modo cerró un capítulo de su vida que estuvo marcado tanto por el valor en el combate como por la frustración en su carrera.
Gobierno de la colonia de Virginia
Durante la guerra, Alexander Spotswoods había creado una buena relación con George Hamilton, primer conde de Orkney. A Hamilton lo habían nombrado gobernador de Virginia en 1704, sin embargo, no se había preocupado por su puesto. De hecho, ni siquiera había llegado a visitar la colonia que estaba puesta bajo su cargo. Para ejercer el control al otro lado del Atlántico lo que había hecho era otorgar una representación a un delegado plenipotenciario, al que nombró vicegobernador. Pero en 1707 el vicegobernador, Robert Hunter, fue capturado por los franceses, de modo que la colonia de Virginia estaba en la práctica gobernada por un consejo local.
Las cosas llevaban así más de dos años cuando Alexander Spotswoods se retiró del ejército. Tal vez Hamilton incluso le había hablado de la posibilidad de entregarle el mandato de la colonia. Lo cierto es que la reina nombró a Alexander Spotswoods vicegobernador de Virgina en 1710.
La colonia de Virginia
A principios del siglo XVIII, Virginia era la colonia más próspera y poblada de las Trece Colonias británicas. La población ascendía a unas 80,000 personas, un 25% de ellos esclavos, empleados en las extensas plantaciones de tabaco.
Estas plantaciones estaban bajo el control de una poderosa confederación de terratenientes. Aunque la exportación de tabaco seguía siendo una de las actividades más lucrativas de la colonia, la guerra de sucesión española contra los franceses había provocado el cierre de importantes rutas comerciales. Esto provocó la disminución de los beneficios y una caída en los precios debido a la sobreproducción.
Además, en esta época, considerada la edad de oro de la piratería, las aguas del sur de la América británica eran asediadas por piratas y corsarios. Procedentes del Caribe, se dirigían hacia el norte a lo largo de la costa americana hasta llegar a Virginia, realizando incursiones perjudiciales.
Por si eso fuera poco, las fronteras terrestres de la colonia también se enfrentaban a serias amenazas debido al comportamiento agresivo de algunas tribus nativas americanas.
Llegada de Alexander Spotswoods
Tras la captura de Robert Hunters, y antes de la llegada de Alexander Spotswood, la colonia de Virginia era administrada a través de un consejo local. Este consejo lo formaban miembros prominentes de la comunidad, algunos de ellos con cargos políticos previos y, en su totalidad, importantes terratenientes de la zona.
Tenía la responsabilidad de tomar decisiones en nombre de la colonia y supervisar su administración diaria. Sin embargo, este era un gobierno deficiente y que se enfrentaba a desafíos que superaban sus posibilidades. Cada uno intentaba mirar por sus intereses y faltaba una dirección unificada, lo que a menudo llevaba a decisiones inconsistentes y a una aplicación deficiente de las políticas.
Con la llegada de Alexander Spotswood, la estructura administrativa experimentó una transformación hacia una gestión más centralizada y eficiente, con un enfoque renovado en la seguridad y el desarrollo económico de la colonia.
Alexander Spotswoods como gobernador
No fue fácil para Spotswoods lograr todo eso. De entrada, se encontró con que los miembros del consejo no estaban dispuestos a ceder su poder tan fácilmente. Spotswoods representaba a la corona, y personajes como Robert “King” Carter, uno de los mas prominentes miembros del consejo, pretendían que las políticas coloniales les aseguraran la mayor riqueza posible.
Como gobernador, Spotswood se mostró innovador, incluso progresista. Se preocupó por el desarrollo de infraestructuras y la expansión hacia el oeste de la colonia.
Fue el promotor de la primera forja de hierro en Virginia, lo que ayudó a establecer la base para la futura industrialización de la región. Además, promovió la exploración y el asentamiento más allá de las Montañas Apalaches, a través de lo que él llamó la “Expedición de los caballeros”, marcando un cambio significativo en la expansión territorial americana.
El gobernador también puso un especial énfasis en la educación y la salud pública. Tomó medidas para combatir las epidemias y fundó uno de los primeros hospitales de América en Williamsburg. Su administración se caracterizó por un enfoque práctico y una visión para el futuro que, en muchos casos, estuvieron adelantadas a su tiempo.
La conjura para acabar con Barbanegra
Sin embargo, una de las iniciativas más audaces de Spotswood fue su campaña personal contra la piratería, que culminaría en la caza y muerte del pirata Barbanegra en 1718. Preocupado por la seguridad de las rutas comerciales y los ataques constantes a las colonias, Spotswood organizó una expedición secreta y no autorizada para capturar o matar al pirata, quien había estado aterrorizando el Atlántico y el Caribe.
Organizó lo que hoy llamaríamos una misión encubierta, dirigida por el teniente Robert Maynard. Llegó incluso a enviar hombres armados a la colonia vecina de Carolina del Norte, algo que excedía con mucho sus atribuciones y pudo crear un auténtico conflicto entre colonias, con el fin de cerrar la pinza sobre los piratas y que ninguno pudiera escapar.
La batalla final contra Barbanegra tuvo lugar cerca de Ocracoke, en Carolina del Norte. En una violenta batalla, Maynard y sus hombres lograron derrotar a Barbanegra, poniendo fin a su reinado. Este acto no solo reforzó la autoridad de Spotswood, sino que también lo posicionó como un líder decidido y resuelto ante la corona británica y sus súbditos en América.
Legado de Alexander Spotswoods
La vida y la carrera de Alexander Spotswood estuvieron marcadas por un espíritu indomable y una visión progresista. Su tenacidad en la lucha contra la piratería, junto con un decidido impulso hacia el progreso y la modernización de Virginia, dejaron un legado que influiría en las generaciones futuras. Como decía anteriormente, todo esto le ha valido ser considerado una de las figuras más importantes de la época colonial británica.
Y como enemigo jurado de Barbanegra, tiene una parte fundamental en la trama de La canción de Hands, mi última novela.