El pirata conocido como Barbanegra es uno de los personajes más icónicos, famosos y temidos de la era dorada de la piratería, y en él baso la historia para mi última novela, La canción de Hands.
Aunque su leyenda está repleta de cuentos exagerados y mitos, su historia real es fascinante y nos muestra con claridad la época dorada de la piratería en el Caribe del siglo XVIII.
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ToggleOrígenes y ascenso de Barbanegra
Edward Teach, aunque algunas fuentes indiquen el apellido como Thach, más conocido por su apodo “Barbanegra”, tiene unos orígenes inciertos. Si bien no está confirmado, se cree que nació en Inglaterra, alrededor del año 1680. No se tienen detalles de sus primeros años, pero sabemos que empezó su carrera marítima en barcos mercantes. Poco después pasaría a formar parte de expediciones de guerra. Por fin, terminaría sumergido en la vida de la piratería alrededor de 1713. Fue durante este tiempo cuando Teach se unió a la tripulación del famoso pirata Benjamin Hornigold en las Bahamas, un conocido refugio de piratas.
La guerra de la Reina Ana: motivaciones y consecuencias
Todo ocurrió tras la guerra de la Reina Ana (1702-1713). En Europa fue más conocida como la guerra de sucesión española. Se trató de un conflicto que no sólo remodeló el mapa político europeo, sino que también tuvo profundas repercusiones en el Caribe y propició la piratería.
Esta guerra se originó tras la muerte del último rey Habsburgo de España, Carlos II, que dejó un vacío de poder y una disputa sobre la sucesión al trono español entre los Borbones de Francia y la Casa de Habsburgo.

Motivaciones
Lo que provocó la guerra fue el control de las enormes colonias españolas y sus rutas comerciales. Esto incluía territorios que aportaban grandes riquezas en América y Asia. Las potencias marítimas de Europa, sobre todo Inglaterra y Francia, vieron una oportunidad para expandir su influencia. Además, podrían controlar los mares y el comercio global. La guerra se libró en múltiples frentes, incluyendo Europa, América del Norte y el Caribe.
Consecuencias
Al final de la guerra, el Tratado de Utrecht (1713) reconfiguró el panorama colonial y marítimo. España perdió gran cantidad de territorios europeos, pero mantuvo sus colonias americanas. Sin embargo, sus rutas comerciales ahora estaban más expuestas a incursiones. Por su parte, Inglaterra ganó territorios significativos y derechos comerciales, incluyendo el asiento de negros, que le otorgaba el monopolio sobre el comercio de esclavos con las colonias españolas.
Patentes de corso
Durante la guerra, ambos bandos emitieron patentes de corso. Se trataba de licencias que autorizaban a los capitanes privados a atacar y saquear barcos enemigos. Esto legalizaba esencialmente actos de piratería bajo la bandera de la guerra.
Las patentes de corso eran una doble ventaja: enriquecían a los corsarios y debilitaban al enemigo sin costar mucho al estado patrocinador. Se calcula que Inglaterra expidió casi 16000 patentes de corso durante esos años. Sin embargo, el fin de la guerra dejó a la mayoría de corsarios sin empleo y sin medios para ganarse la vida. ¿Qué salida encontraron? Lo único que sabían hacer: navegar y atacar barcos, de modo que se vieron empujados hacia la piratería.
La transición de corsarios legitimados a piratas ilegales fue fluida y rápida. Personajes como Barbanegra emergieron en este contexto, y se aprovecharon de las rutas comerciales desprotegidas. Así, la guerra de la Reina Ana sembró las semillas para la edad dorada de la piratería en el Caribe, un periodo marcado tanto por su romanticismo como por su brutalidad.
Barbanegra y Benjamin Hornigold
Benjamin Hornigold fue una figura clave en la historia de la piratería en el Caribe. También desempeñó un papel fundamental en el ascenso de Barbanegra. La relación entre ellos define una época de la piratería.
Ascenso de Hornigold
Antes de convertirse en mentor de Barbanegra, Benjamin Hornigold ya era un pirata establecido y respetado. Tenía su base en las Bahamas, que en aquel entonces era un nido de piratas. Hornigold fue uno de los primeros piratas en aprovechar el vacío de poder dejado por las potencias europeas después de la guerra de la Reina Ana. Había sido antes mercader con su nave, pero pronto solicitó su patente de corso. Tras el fin de la guerra, se volcó en la piratería. Eso sí, tenía una norma inflexible: jamás atacaba a navíos ingleses. Esta política terminó por costarle cara.
Relación con Barbanegra

Por su parte, Barbanegra, se unió a la tripulación de Hornigold en algún momento alrededor de 1715. Bajo la tutela de su capitán, Edward Teach aprendió rápidamente los detalles del oficio de pirata. Hornigold no tardó en quedar impresionado por la capacidad de liderazgo de Barbanegra, su carisma y su habilidad para planear y ejecutar ataques con precisión. Pronto, Barbanegra estaba capitaneando uno de los balandros de la flota de Hornigold.
Junto a otros piratas, como el sangriento Henry Jennings, se hicieron con el poder en Nassau, una colonia inglesa que estaba poco menos que abandonada por las autoridades, y establecieron en ella su base.
División de caminos
La alianza entre Hornigold y Barbanegra se fue degradando por a poco. La diferencia de criterios era clara: Hornigold insistía en no atacar barcos ingleses, una postura que con el tiempo le granjeó cierto respeto e incluso le ayudó a negociar su perdón en 1717. Barbanegra, en cambio, no tenía esos escrúpulos, y como él la mayoría de sus hombres. Estaban dispuestos a atacar barcos de cualquier nacionalidad, más aún con las riquezas de las colonias inglesas en juego. Esta diferencia de criterio provocó que su relación terminara estallando por los aires y separaron sus caminos.
Unos meses después de que se separaran, en 1717, Hornigold aceptó el perdón ofrecido por el gobernador Woodes Rogers y se retiró de la piratería. Es más, aceptó un nuevo empleo: cazador de piratas.
Por el contrario, Barbanegra se hizo aún más violento. Rápidamente ascendió como uno de los piratas más temidos del Caribe y tomó el mando del Queen Anne’s Revenge, un barco que sería el símbolo de su poder.
Barbanegra, el terror del Caribe
Barbanegra no tardó en ganarse una gran reputación por su astucia y brutalidad. Él y los suyos capturaron numerosos barcos y acumularon una considerable fortuna. Su apariencia era tan intimidante como su reputación; se decía que, en los abordajes, trenzaba su gran barba negra y colocaba mechas encendidas bajo su sombrero para rodear su rostro con humo. Todo ello para crear una imagen feroz, diseñada con el fin de aterrorizar a sus enemigos.

En 1717, Barbanegra capturó un barco esclavista francés, lo rebautizó como “Queen Anne’s Revenge” y lo equipó con 40 cañones, convirtiéndolo en uno de los barcos más temidos de su tiempo. Desde este formidable buque, Barbanegra patrullaba las aguas entre las islas del Caribe y la costa americana, sembrando el terror. Llegó incluso a bloquear el puerto de Charles Town. Fue la primera vez que un pirata se atrevía a poner en jaque a toda una ciudad.
El fin del reinado de Barbanegra
El reinado de terror de Barbanegra llegó a su fin el 22 de noviembre de 1718. Esa madrugada fue emboscado por una flota enviada por el gobernador de Virginia, Alexander Spotswood.
Spotswood llevaba tiempo intentando acabar con la piratería, sin embargo recibía pocos apoyos de la Corona inglesa. Al fin, tejió un plan con el que daría caza al mayor pirata de su tiempo.
Teach y su tripulación fueron abordados cerca de Ocracoke Island, en las Outer Banks. A pesar de que los cogieron por sorpresa, los piratas se defendieron como sólo ellos sabía. En una feroz batalla cuerpo a cuerpo, Barbanegra fue asesinado de una forma salvaje. Su muerte representó el principio del fin de la era dorada de la piratería.
Legado y mitología
La muerte de Barbanegra no hizo más que aumentar su leyenda. Hoy en día, es un personaje perpetuo en la cultura popular, apareciendo en libros, películas y hasta series de televisión y videojuegos. Sin embargo, más allá del mito, su vida ofrece una perspectiva crucial sobre la realidad de la piratería en el Atlántico.
Aunque a menudo se lo presenta como un villano sin ley, la historia de Barbanegra también refleja las complicadas circunstancias sociales y políticas de su tiempo. Los piratas eran a menudo ex marineros, veteranos de guerra desilusionados con las promesas rotas de la vida naval. La mayoría de ellos se sentían abandonados por su propio país. En general, si se lanzaron al pillaje fue por falta de otras opciones. La piratería ofrecía no solo una forma de rebelión contra un sistema corrupto y desigual, sino también una oportunidad de democracia (las decisiones importantes a bordo se tomaban por votación) y camaradería, algo muy raro en aquella época.
En conclusión, mientras que la imagen de Barbanegra el pirata sigue siendo una figura fascinante y oscura, su verdadera historia es un testimonio de la lucha por la supervivencia y la justicia en un mundo peligroso y a menudo despiadado. Su legado continúa navegando en las aguas turbias de la historia, sirviendo como un recordatorio potente de la era en la que vivió y murió.
Barbanegra y La canción de Hands
La figura de Barbanegra no solo encarna la aventura y el misterio de la época de la piratería, sino que también refleja una época donde la vida en el mar era tanto una huida como una búsqueda de fortuna y libertad. Su vida, repleta de batallas navales, traiciones y alianzas efímeras, sirve de inspiración y telón de fondo para mi última novela, La canción de Hands.
En La canción de Hands, la vida de Barbanegra se entrelaza con la de personajes ficticios y reales en una historia que revive la era dorada de la piratería. Este obra no solo te llevará a través de los mares del Caribe en busca de tesoros perdidos, sino que también te sumergirá en las profundidades de una época fascinante.
Te invito a embarcarte en esta aventura, a descubrir los secretos de Barbanegra y a explorar los límites de la valentía y la traición. Espero que La canción de Hands, esté pronto disponible para su compra. No solo es una lectura que espero resulte apasionante para los aficionados de la historia y la aventura, sino también la puerta de entrada a un mundo donde la leyenda y la realidad se funden en el horizonte de los mares más temidos y admirados del mundo literario.