Tal como os indiqué la semana pasada, os dejo una sinopsis provisinal de la novela que acabo de terminar. De cualquier modo, estoy haciendo algunos cambios. El motivo es que una de las personas que lo han leído, y cuya opinión respeto enormemente, me ha comentado que se podrían ajustar algunos detalles para darle algo más de tensión a la historia. Y en ello estoy. Sin embargo, son cambios que no afectarán al resto de la trama, por lo que la sinopsis sigue siendo válida. En el año 1537, Alfonso Manrique Lara, Inquisidor General y Obispo de Sevilla, recibe un extraño paquete enviado por Hernán Cortés. En la misiva que lo acompaña, el conquistador le explica que ha llegado a la conclusión de que el objeto que le ha hecho llegar es completamente maléfico, y le ruega que se haga cargo de él. El arzobispo, tras un extraño episodio, se convence de las palabras de Cortés, de modo que decide hacer desaparecer la curiosa pieza recibida. Sin embargo, unos años más tarde, Fray Bernardino de Sahagún, durante su trabajo en el Nuevo Mundo, descubre lo sucedido con el objeto en cuestión y lo consigna en un códice enviado al Consejo General de Indias. Pero ese códice también desaparece misteriosamente, y lo ocurrido se pierde en las brumas del tiempo. Cinco siglos más tarde, en 1977, un arqueólogo que investiga en la ciudad maya de Palenque, descubre una terrible amenaza que concierne a las profecías mayas que indican que el fin del mundo sobrevendrá durante el solsticio de invierno, exactamente el día 21 de diciembre de 2012, y decide dedicar su vida a evitar el terrible desenlace. Sin embargo, el destino no puede cambiarse, y a falta de cinco días para la fecha señalada, su nieta es secuestrada por una extraña secta. La única reivindicación del grupo es simple: si quieren volver a ver a la pequeña, tienen un plazo de 72 horas para encontrar una reliquia oculta durante más de quinientos años. Comienza entonces una cuenta atrás en la que tendrán que decidir entre la vida de la niña, o el futuro de la humanidad. Por otro lado, si no ocurre nada extraño, dentro de unos días podré daros algunas buenas noticias sobre Hijos de Heracles. Espero poder hacerlo en una o dos semanas como máximo.
Un fin de semana a tope
Como sabéis, hace unas semanas que os dije que el programa para el IV Encuentro de Literatura Fantástica de Dos Hermanas estaba muy avanzado. Hoy, al fin, puedo traeros el programa completo. Como es habitual todos los años, existe una cuota de inscripción, de 10€ para los asistentes. El lema del Encuentro se hará público el día 31 de julio. Os dejo los datos del programa IV ENCUENTRO DE LITERATURA FANTÁSTICA Fecha: Sábado 26 y domingo 27 de septiembre de 2009. Lugar: Casa Palacio de Alpériz, frente al parque de la Alquería . Dos Hermanas. Sevilla (España) Cuota de inscripción: 10 euros. La cuota se pagará el mismo día 26 en la sede del encuentro Número máximo de inscripciones: 200 personas Información e inscripciones: Biblioteca Pública Municipal (biblioteca@doshermanas.es) Teléfono: 95 491 95 79. Fax: 95 491 95 80. SÁBADO, 26 DE SEPTIEMBRE 9:00. Recepción de participantes y entrega de credenciales. 10:00. Inauguración del IV Encuentro de Literatura Fantástica a cargo de la Delegada de Juventud y Cultura Dª Rosario Sánchez. 10:30. Conferencia: El instinto de la fantasía de Care Santos 11:30. Pausa para el café. 12:00. Presentación del libro: La Estrella Oscura de Leonardo Ropero. AJEC 12:30. Duelo de espadas: La Historia: un filón para la ficción. Participan: Félix J. Palma y Leonardo Ropero. 13:30. Presentación del libro: Laila Winter de Bárbara Rivero. Almuzara 14:00. Pausa para el almuerzo. 16:30. Mesa redonda: Escribir y publicar fantasía épica. Participan: Raúl Gonzálvez, David Prieto y Alex Guardiola. 17:30. Conferencia : La Literatura inquietante y de misterio: Claves de la construcción y lectura de este género de David Lozano 18:30. Conferencia- Taller: El triángulo de la creatividad de Rafael Ábalos 20:30. Encuentro entre los participantes y copa de Bienvenida. DOMINGO, 27 SEPTIEMBRE 10:00. Conferencia: Líneas de investigación sobre el género de las sagas. Eloy y Alberto E. Martos. Universidad de Extremadura. 11:00. Pausa para el café 11:30. Presentación del libro: Experimento en autobiografía de H.G. Wells. Berenice. 12:00. Mesa redonda: Enredados: lecturas en red, blogs, fansub, e-books. Participan: Raúl Fernández Sánchez-Alarcos y Nieves González Fernández de Villavicencio (profesores de la Universidad Pablo de Olavide), Iván Dequito (directivo de la Asociación Juvenil Taira) y David González Romero (Editor de Almuzara) 13:00. Entrega de Premios: Idus de marzo y II Concurso de lemas Clausura del IV Encuentro de Literatura Fantástica Organiza: BIBLIOTECA MUNICIPAL CONCEJALÍA DE JUVENTUD Y CULTURA EXCMO. AYUNTAMIENTO DE DOS HERMANAS COLABORAN: Taller de empleo Arte gráfico y volumétrico Universidades Lectoras Universidad Pablo de Olavide Diseño Sur Editoriales: SM, Montena, Almuzara, A.J.E.C, Edelvives, Everest Librería La Araña OBTENCIÓN DE CRÉDITOS DE LIBRE CONFIGURACIÓN UNIVERSIDA PABLO DE OLAVIDE. SISTEMA DE EVALUACIÓN La presencia del alumno en, al menos, el ochenta y cinco por ciento de todas las actividades programadas para el IV Encuentro de Literatura Fantástica “De Ficciones y otros mundos”, le dará derecho a un diploma de asistencia expedido por la biblioteca municipal de Dos Hermanas “Pedro Laín Entralgo”. Aquellos alumnos que desean convalidar dicho diploma como reconocimiento de créditos de libre configuración deberán presentar un trabajo con una extensión de diez folios como mínimo y quince como máximo, de treinta líneas cada uno, en las que se resumirán los puntos más significativos de este encuentro y se aportará opinión personal de algún aspecto que haya resultado de su interés. El cumplimiento de ambos apartados dará derecho a la obtención de 2 créditos de libre configuración de los planes de estudio de la facultad de Humanidades de la Universidad Pablo de Olavide, tras el pago de los derechos que dicha facultad establezca para ello.
Un par de lágrimas
Ayer, a eso de las once y cuarto de la noche, se me escapaban un par de lágrimas, concretamente del ojo izquierdo. Supongo que estaría más sensible que el derecho… Y es que, aunque ya son cuatro las novelas que llevo escritas, los instantes previos a terminar una de ellas, esos últimos quince o veinte minutos, siempre son emocionantes. Porque sí, aunque no os lo creáis, ayer, exactamente a las 12.46 de la noche, terminaba de escribir la novela en la que estaba trabajando desde el mes de febrero. Como os decía la semana pasada, me quedaban unas 40 páginas por escribir para dejar la historia finiquitada, y la verdad, no pensé que pudiera escribirlas todas durante esta semana. Pero lo he hecho, todavía no me explico muy bien cómo. Bueno, si no tengo en cuenta que ayer puse el turbo y escribí nada menos que 23 páginas. Ya me pasó con la novela anterior, PECADO CAPITAL. El último día escribí una barbaridad. Además, en los cuatro últimos capítulos de esta última novela (cuyo título provisional es 2012: Cinco Días, aunque no termina de convencerme demasiado) había que despejar muchas incógnitas, cuadrar muchos detalles. Para terminar de complicarlo todo, el modo del desenlace de la trama principal no tenía ni idea de cómo plantearlo. Normalmente, hago un esquema de toda la novela, pero en este caso en el que tenía que cuadrar tantas cosas, no tenía claro cómo hacerlo, porque las prioridades eran otras. De modo que el penúltimo capítulo fue una aventura para mí, así que, sencillamente, me dejé llevar. Y creo que el resultado no desmerece al resto de la novela. Es más, el final de ese capítulo (que creo que es bastante sorprendente), termina de un modo más que singular, con una escena terriblemente tierna y que rompe el clima que se ha creado hasta ese instante Lo que sí tenía muy claro era cómo terminaba la historia, cómo quedaban los personajes principales. Eso lo sabía desde hace varios meses, y, como ya anuncié la semana pasada, las últimas frases pertenecen a la canción de Sinatra que os coloqué en la entrada anterior. La verdad, pensaba acabar la novela bastante antes, por el mes de mayo. En principio tenía la historia más que clara… Sin embargo, me atasqué en un par de cosas, tuve que cambiar varios planteamientos, y se me echó el tiempo encima. Ahora, tengo a un par de amigos a los que he “pringado” para que lean la historia, y estoy temiendo su veredicto. Es el primer “thriller” que escribo, un formato completamente nuevo para mí, y no sé muy bien si habré cumplido el objetivo. Además, tengo que enviarla a la agencia con rapidez, el verano se echa encima y por motivos de marketing (que no puedo explicar aquí, como comprenderéis), sería más que interesante que pudieran valorar la novela durante el verano para comenzar a moverla a partir de primeros de septiembre. Si tiene la calidad necesaria y se mueve con rapidez, puede tener muy buenos resultados de ventas. Descansaré tres o cuatro días y luego releeré la novela (cosa que aún no he hecho) retocando detalles y cositas aquí y allá. Pero sin entretenerme demasiado, tiempo habrá para corregir, de eso estoy seguro sabiendo a estas alturas cómo se mueve este mercado. La semana que viene os dejaré una sinopsis provisional, para que podáis saber con exactitud de qué va la cosa.
El Editor (II)
Decíamos la semana pasada que el editor elegía los libros, apostaba por ellos y dirigía todo el proceso desde la recepción del manuscrito hasta la llegada del libro a las librerías. Lo que ocurre es que poco o nada conocemos de ese proceso. ¿A qué dedican su tiempo los editores? ¿Por qué los plazos en el mundo editorial suelen ser tan extensos? Que el proceso editorial es complicado salta a la vista. Tanto es así, que los editores tienen ayudantes: otros editores. El primero es conocido como Editor Senior o “Publisher” porque es quien toma las decisiones, quien firma los contratos. Pero, ¿qué hace la otra figura, conocida como editor junior? Nos ayuda entenderlo, en primer lugar, el modo en el que se suele llegar a convertirse en editor junior. Según Daniel Fernández, Director Editorial de Edhasa, el oficio de editor es artesanal. Por tanto, necesita un aprendiz. Sin embargo, no suele ponerse un anuncio en prensa, o en portales de trabajo en internet anunciando que se busca a alguien para cubrir el puesto. ¿De dónde sale entonces el editor junior? Es habitual que esa figura se cubra tirando de personas que ya tienen una relación con la empresa, normalmente como lectores, es decir, aquellos que leen el original de un autor y presentan un informe al “Publisher”. Si el informe es positivo, el original tiene posibilidades de ser publicado. Es lógico entonces que el aprendiz de editor se busque en ese sector: si un lector tiene buen olfato a la hora de valorar originales… tal vez tenga madera para ser un buen editor. Es el caso de Anna Portabella, que compaginó durante un tiempo su trabajo como periodista con la realización de informes para Edhasa, hasta que al fin se convirtió en editora junior de dicho sello. De cualquier modo, hay estudios que se pueden realizar para llegar a ocupar ese puesto. Por ejemplo, un master en edición. También es un medio de entrada tener una carrera de filología, ya sea hispánica o cualquier otra, y efectuar prácticas en la editorial. ¿Qué diferencia a un junior de un Publisher? Básicamente el hecho de que el Publisher sí toma decisiones y firma contratos y el junior no lo hace. Es decir, el Publisher tiene la última palabra. Para el resto de cuestiones, prácticamente hacen el mismo tipo de trabajo. ¿En qué consiste? Ilse Font, de editorial Belacqva, indica cómo es un día cualquiera en su actividad. Cuando en el año 2007 le hicieron una entrevista, comentó lo siguiente: “En un día de trabajo cualquiera contestamos 300 mails y 600 llamadas”. Algo parecido indica Mar García Puig, de Seix Barral: “Hoy, por ejemplo, he tenido tres reuniones: una para ver cómo van los libros por los que estamos apostando ahora, otra con la gente de diseño y marketing para hablar de cómo vamos a montar el lanzamiento de una novedad importante que llega en otoño, y otra con la directora editorial”. Trescientos e-mails, seiscientas llamadas y tres reuniones. Eso, día tras día, en una jornada de unas nueve horas más o menos. Pero su trabajo no se limita a eso, ni mucho menos. Anna Portabella indica que “podríamos estar trabajando las 24 horas del día y siempre tendrías algo que hacer”. De modo que es una práctica habitual que se lleven los originales a su casa para poder leerlos y valorarlos. Mar García explica que lo hacen “porque en la editorial pocas veces se puede leer. Los teléfonos no dejan de sonar y te reclaman por mil cosas. Si te pones a leer allí, no te enteras de nada. Así que normalmente tienes que leer en casa ». Pero aún hay más. Es parte de su trabajo comprobar que el texto esté lo más limpio de erratas posibles, y según ellas mismas comentan, es una de las tareas que mayor tensión les crea. Dicen que no importa cuánto mires un texto, siempre tienen la impresión de que hay una errata en alguna parte. Y aún más cosas… Ellos (ellas en este caso) son los encargados de preparar las liquidaciones de los autores. Para ello, es necesario que el autor presente lo que se llama “tax form” o certificado de retenciones. Si la editorial no lo tiene, al parecer, no puede realizarse la factura. Pues bien, podemos imaginarnos ahora la escena: llevas 150 mails contestados, están atendiendo la llamada nº 300 del día, y de pronto te llaman del departamento de facturación diciendo que tienes que hacer de inmediato la factura de tal o cual autor… Y es que, como dice Anna Portabella, “eres el contacto con el agente, para lo bueno y para lo malo”. Por otro lado está el hecho de que deben asistir a las ferias del libro, ya sean nacionales o internacionales, como la de Frankfurt. Allí, según cuentan, apenas tienen tiempo ni para comer. Anna comenta que “la feria (de Frankfurt) en sí es algo divertídisimo pero muy agotador. Te pasas el día repitiendo el mismo rollo y casi sin comer… ¡no tienes tiempo ni de levantarte de la mesa! Si tienes que vender a un autor, estás allí sentada y van llegando los editores extranjeros y tú les vas hablando del libro, una y otra vez, hasta que ya no sabes ni lo que dices”. Y todo ese trabajo día tras día, mes tras mes y, en el caso del Publisher, con la tensión añadida de tener que apostar por los títulos que van a publicar. Porque en definitiva, ese es su trabajo, el de apostar por un libro, cuidarlo, mimarlo, darle forma… y esperar que se convierta en un éxito. Y no nos equivoquemos, el éxito de un libro no es vender millones de ejemplares, ni siquiera varias decenas de miles. El éxito de un libro consiste en aportar beneficios. Que si son millonarios mejor, claro, pero que deje beneficios, que las devoluciones sean mínimas. Semana tras semana hay que decidir portadas, seleccionar calidades de impresión, traducciones, efectuar propuestas para conseguir los derechos de
Cuenta atrás
Esta semana ha sido más que fructífera. Para empezar, he tenido la ocasión de leer por completo El Legado, de nuestra amiga Blanca Miosi. Puedo decir que he disfrutado mucho de la lectura. Una historia interesante y bien escrita, que comienza siendo una novela histórica y termina convirtiéndose en un thriller dramático. Lectura más que recomendable. Así lo demuestra el hecho de que en determinados lugares ya esté agotada su edición. Pero ha sido especialmente fructífera en cuanto a la novela que escribo. La cosa empezó bien el fin de semana pasado. Por primera vez en mes y medio, pude disfrutar de un fin de semana relajado, de no tener que pasar mucho tiempo fuera. De modo que lo dediqué a escribir. Durante la semana, pese a ir tan agotado como últimamente, también he encontrado dos o tres huecos, el mejor de ellos ayer por la tarde-noche, cuando escribí ocho páginas. En total, he avanzado casi treinta páginas esta semana. Esto significa que ya estoy en la recta final del libro. No sé si recordaréis que os conté que la historia estaba estructurada de modo que se desarrolle a lo largo de cinco días. Bien, pues ya estoy en el quinto, el último día en el que se desarrolla la historia. En principio no quedan más de tres capítulos. Digo en principio porque aunque esa es la idea principal, ya sabéis que cuando empiezas a escribir a veces las tramas se alargan o se acortan de modo misterioso. En páginas, vendrán a ser unas treinta o cuarenta, aproximadamente. Así que ya estoy en la cuenta final. A partir de ahora quedan tres capítulos, dos capítulos, un capítulo… más un pequeño epílogo. Además, sé exactamente cómo va a terminar la historia. Será con una canción. Ya os dije hace unas semanas que la música iba a tener una especial importancia a lo largo de la novela. Bien, pues os voy a dejar la canción que pone punto y final a la historia. Por una vez, y sin que sirva de precedente, no pasará nada porque leáis (es un decir) el final antes del resto de la novela. Estoy seguro de que alguno disfrutará por partida triple: De la canción. Del intérprete. De las imagenes que acompañan… de una de la mejores películas de os últimos años.
El Editor
El editor es el último escalón de la pirámide que todo escritor novel quiere alcanzar. De él dependerá la publicación o no del trabajo que le hayamos presentado. Pero, ¿qué es un editor? ¿Qué busca un editor? ¿Cuál es su trabajo? ¿Y en base a qué decide el libro que publicará? Manuel Pimentel es fundador y Presidente de la editorial Almuzara. En su libro “Cómo funciona la moderna industria editorial”, explica lo siguiente sobre la figura del editor: “Quizá, sabiendo lo que no es un editor podamos comprender mejor qué es en realidad. El editor no suele escribir los libros que publica, aunque puede participar de forma activa en la gestación de los mismos, bien porque proponga un tema a un autor, o bien porque sugiera modificaciones en estructura, estilo, o líneas narrativas. Un editor tampoco imprime sus libros, aunque suele tener una relación estrecha con los talleres gráficos, sobre todo en lo relacionado con calidad de impresión, formatos, márgenes, papel, portadas o fechas de entrega. El editor tampoco suele vender directamente los libros al lector. Aunque en algunos casos existen poderosos departamentos de venta directa, habitualmente son los libreros los que realizan esa función. O sea, que el editor ni escribe, ni imprime, ni vende directamente libros. (…) ¿Qué es en verdad un editor? (…) El editor dirige los pasos precisos para que nazca el libro desde el manuscrito del escritor”. Es decir, que ni escribe, ni imprime, ni distribuye, ni vende… sino todo lo demás. La verdad es que no ayuda mucho. Esther Tusquets, quién durante años asumió la dirección de Editorial Lumen, especifica que una editorial consiste en: “una carpetita llena de derechos de autor. Ser editor consiste en elegirlos, conseguirlos y apostar por esos libros”. Jorge Herralde, creador de Anagrama, explica: “El trabajo del editor consiste en tener una idea en general de lo que uno pretende editar, del tipo de literatura que quiere ofrecer y del tipo de ensayo en el que está interesado e intentar convocar para ese proyecto a los autores que sean más pertinentes, y todo ello basado en unos principios básicos, en mi caso, como son la curiosidad intelectual, la búsqueda de la excelencia y la búsqueda de las nuevas voces que puedan convertirse en los clásicos del futuro así como el rescate de aquellos clásicos negligidos… Y luego hacer la máxima publicidad del libro para que todo el esfuerzo anterior y el del autor no queden en el anonimato. (…) Hay, por una parte, la intuición literaria y otra de tener un ojo puesto en el mercado para que estas intuiciones prosperen y para que la literatura subsista, porque si ésta no tiene continuidad, uno deja de ser editor. (…) En el caso de editoriales propias y personales, como Anagrama, la última palabra (sobre lo que se publica y lo que no) es del editor, sin más. Es verdad que muchas veces hay que tener en cuenta la opinión de los inversores del capital, pero el criterio es el del editor, intentando no ser demasiado suicida.” Bien, esto ya es algo más… El editor entonces no escribe, ni imprime ni distribuye ni vende. El editor ELIGE lo que va a leer la gente. Y como toda elección, es subjetiva. Eso explica que a Hemingway le negaran veintisiete (¿no es así, Blas?) o que Rowling se las viera y se las deseara para que el mago de gafas llegara al público. Por tanto, hay tantas posibilidades de ser elegido como editores existen. El motivo es bien sencillo… el libro que puede resultarle completamente prescindible a uno, para otro puede resultar interesante. Por tanto, el autor, como ya vimos en su momento en los estudios de marketing, debe comprobar qué envía a cada editor. Conociendo su catálogo podrá aumentar sus posibilidades de ser publicado. Hace unas semanas hablábamos de la cantidad de manuscritos que reciben las agencias literarias. El panorama en las editoriales no es mejor. En realidad, es bastante peor. Por ejemplo, el mismo Jorge Herraiz especifica que, anualmente, reciben una media de unos dos mil originales para valorar. De todos ellos, publican 75 cada año, es decir, menos del 4%. De modo que… ¿en qué se basa un editor para elegir? Roberto Hernaiz, director de Grupo Lobher dice lo siguiente: “¿Cómo buscan autores? ¿Por agencias? ¿Aceptan manuscritos de escritores desconocidos? Nos llegan propuestas de publicación a través de agentes literarios, pero el grueso de autores que nos contactan directamente nos han conocido a través de internet o por recomendación de otros autores o amigos o en los eventos en los que participamos. Aceptamos manuscritos de escritores poco conocidos o desconocidos y lo hacemos fundamentalmente porque para nosotros el autor es uno de los pilares básicos del mundo de la edición y nos queremos caracterizar precisamente por dar la oportunidad a estos autores noveles, algunos de los cuales, dicho sea de paso, no tienen nada que envidiar a escritores muy famosos y best sellers.” Esta es una muestra clara de que hay editoriales que buscan, es más, que NECESITAN a autores noveles. Es muy fácil entender el motivo: se trata de editoriales pequeñas e independientes (esto es, que no están en la nómina de empresas de algún gran grupo como Planeta o Random House Mondadori) que no pueden acceder a los grandes nombres de la literatura, como pueden ser Antonio Gala, o Collen McCollough por poner un ejemplo. Y Grupo Lobher no es la única de esas editoriales. Hay muchas que apuestan por el producto nacional desconocido. Grupo Ajec es un ejemplo. Y no le ha ido nada mal, de hecho ha obtenido diversos premios por su labor editorial. Pero el mundo del editor es aún más complejo. Existen, al menos, dos tipos de editor: el Senior, o “Publisher”, y el Junior. En la próxima entrada, hablaremos sobre las diferencias entre uno y otros, y descubriremos los motivos por lo que todo es tan sumamente lento en el mundo editorial…
Son diez mil
El diez es un número redondo, aunque mi amiga Blanca diría que “el doce es un número importante”. (Quién no sepa de qué hablo es porque ha cometido el grave error de no adquirir todavía un ejemplar de El Legado). Bueno, decía que diez es un número redondo. Fueron diez los mandamientos entregados a Moisés, por ejemplo. Cuando se confecciona una lista de “los mejores de…” suele recurrirse al número diez. Según algunos, el diez, en la Biblia, representa la perfección humana. Por eso los humanos tenemos diez dedos en manos y pies. Incluso en la construcción del templo de Salomón, un lugar lleno de misticismo, el número diez aparece por todos lados en las medidas constructivas. Y si además, le añadimos el mil, la cosa se multiplica, por supuesto, porque sería el resultado de multiplicar varias veces el diez por sí mismo, ampliando de ese modo su perfección. Así que si el diez es tan importante que incluso nuestro sistema numérico se basa en él, el diez mil ha dejado en la historia varios ejemplos de importancia. Por ejemplo, Jenofonte relató en su Anábasis el viaje que diez mil soldados griegos realizaron para luchar a las órdenes de Ciro el joven contra su hermano Artajerjes II. Es uno de los primeros libros de historia de la humanidad. Existe un juego de dados que se llama “diez mil” y que consiste en que los jugadores deben llegar a sumar diez mil puntos. El primero que lo consigue, gana. Se cree, así mismo, que la corteza de los púlsares (estrellas de neutrones) es diez mil millones de veces más fuerte que el acero. Por último, el ser vivo pluricelular más antiguo conocido en la Tierra, es un árbol de la familia de las coníferas. ¿Adivináis su edad? Pues sí, casi diez mil años. Sí, llegar a diez mil es todo un hito. Por eso, las diez mil primeras visitas de un blog son especiales. Y si ese blog es el tuyo, más aún, claro… Ayer llegamos a las diez mil visitas en Fantástica Literatura. Y es muy curioso, pero se han alcanzado a los diez meses de su puesta en marcha, ¿casualidad? Pues no lo sé… pero significa que la media es de mil visitas mensuales. Nuevamente… ¿casualidad? Es cierto que mil visitas al mes no son muchas. Hay blogs de amigos, visitantes asiduos de este blog, que tienen muchas más visitas que el mío. Ahí están por ejemplo los casos del excelente blog de Martikka, Los manuscritos del Caos , que con un mes menos de vida que éste, me duplica en las visitas, así como el de Elena y su Proyecto de Escritora, que cuenta más de veinticinco mil visitas. O Paco Illán, que elaño pasao contó con veinticinco mil visitas y este año va por el mismo camino. Todos ellos cracs… No llego a sus niveles, la verdad. Pero, si tengo en cuenta que durante siete meses apenas he colgado una entrada semanal, la verdad es que es todo un logro. Algunos de vosotros estáis aquí desde el primer día. Es el caso de Blas, de Elisabet o de Javi. Otros se han ido incorporando con el paso de los meses. A algunos ni siquiera los conozco ni sé que existen. Hace un par de días, por ejemplo, me llegó un mensaje en facebook. Era un chico sevillano que me preguntaba si yo era yo, es decir, si ese Teo Palacios, era el Teo Palacios de Dos hermanas, y que si era así, era un seguidor del blog que vivía en Sevilla. ¡Increíble! La verdad es que el blog no deja de depararme sorpresas. Me sorprende que yo, una persona completamente desconocida, tenga visitas de casi todos los rincones del planeta. Es lógico que entre gente de América Latina, por ejemplo. Parece que América Central viva en el blog, o casi. Igual sucede con América del Sur. Casos especiales son los de Venezuela (de nuevo Blanca, imagino) y Argentina (supongo que con Esther a la cabeza). También de E.E.U.U. tengo infinidad de visitas. Puedo entenderlo en parte. Allí la comunidad hispanohablante es inmensa. Pero hay algunas cosas que ya no entiendo tanto… No entiendo tanto las visitas desde Francia, Inglaterra, Bélgica, Suiza, Italia, Austria, Polonia y Rumania. Aún más, no termino de creerme que haya gente que me visita desde Rusia, Israel, Egipto y Jordania. Pero lo que me deja absolutamente sin palabras, es que alguien haya entrado desde lugares tan sumamente lejanos como Tokio o Kuala-Lumpur. Sí, diez es un número especial, mágico casi. Diez mil es una pasada… Recuerdo que al poco de poner en marcha el blog pensé “a ver cuánto tardo en llegar a diez mil visitas”. Bueno, pues ya no hay que esperar más. Gracias a todos por vuestra confianza y apoyo, por considerar interesante lo que, de vez en cuando, me da por escribir aquí, en vuestras pantallas. Y especialmente por comentar y dar vuestra opinión sobre lo que yo escribo. En el horizonte hay otro reto… El próximo hito se sitúa en veinticinco mil. Aunque, para ello, creo que necesitaremos algo más de tiempo. Os espero para entonces.
Un cuento: Lágrimas de Hada
Estoy terriblemente cansado. Ya he ido comentando otras veces que ando con poco tiempo. Normalmente, a principios de semana ya sabéis que toca hablar de temas relacionados con el mundo de la literatura, pero hoy me vais a perdonar que no lo haga. Así que voy a tirar de un recurso fácil y voy a colgar un relato. Hace cosa de un año, una amiga me comentó que para el proyecto de fin de curso necesitaba ilustrar un cuento, pero no encontraba nada que la convenciera. Entonces me pidió que le escribiera uno. Las únicas premisas eran que debían aparecer una bruja y una hada. Me puse manos a la obra y escribí el cuento aquella misma tarde. Se lo envié, le gustó y lo ilustró. Los dibujos que acompañan al texto son algunos de los originales que realizó esta amiga. Cuando los vi, me quedé maravillado. Espero que disfrutéis de ellos, y del texto al que acompañan. Hace mucho tiempo, cuando el mundo aún no tenía colores, habitaba en él un hada llamada Naria, pequeña y juguetona. Los dioses andaban muy ocupados y no tenían tiempo para realizar todo el trabajo pendiente, por lo que hablaron con ella para que les ayudara. Querían que se encargara de hacer crecer flores y plantas por doquier, pues Naria era especialista en todo tipo de vegetales. Entusiasmada, comenzó a viajar por el mundo, y creaba árboles enormes como montañas o plantas minúsculas como pulgas, de colores vivos, o lánguidos, según su estado de ánimo. Viajó y viajó sin descanso, ayudada por sus delicadas alitas amarillas. Al cabo de un año volvió al lugar de origen, pensando en que después de tanto trabajo podría, al fin, tomarse un respiro. Pero al regresar, resultó que gran parte de la hierba y las flores, los árboles y las plantas, se veían tristes y apagados, chamuscados por un calor excesivo. Las hojas caían mustias mostrando colores muertos, y Naria se puso a llorar, pues le dolía ver que sus criaturas sufrían tanto. Entonces, le preguntó a una flor que antaño había tenido hermosas hojas violetas y a la que sólo le quedaba una casi negra: -Dime, hermana flor. ¿Qué os está pasando? ¿Hice algo mal? -No, madre hada. Alguien pasó por aquí destruyendo todo lo hermoso -contestó la flor mientras caía su última hoja. De modo que Naria comenzó a volar, buscando al ser que destrozaba su creación. Al cabo de unos días encontró a una bruja, que reía con fuerza mientras maltrataba un soberbio parterre de tulipanes por medio de un poderoso rayo de calor de su varita. -¿Quién te crees que eres para estropear esas flores?- La increpó Naria, muy enfadada. -Soy Malvada, la Bruja. Y hago lo que me place, pues soy el ser más poderoso de la Tierra. Por supuesto, ese comentario inició una discusión. Mucho pelearon Naria y la bruja sobre quién de las dos era más poderosa. Pero no llegaban a un acuerdo. Por fin hicieron un trato. -Nos encontraremos dentro de 30 días –propuso Naria-. Entonces, si eres capaz de destruir lo que haya creado, tú serás la más poderosa y yo desapareceré para que puedas hacer lo que quieras. Pero si no lo consigues, perderás tus poderes y nunca más volverás a hacer daño. -De acuerdo -dijo Malvada. Y se marchó. Naria trabajó mucho durante los 30 días. Dibujó y dio forma a Luna, que todavía no iluminaba las noches. Terminó justo en el plazo y cuando Malvada apareció, Luna flotaba inmensa y amarilla sobre el oscuro cielo, radiante en su hermosura. -Esta es mi creación, Malvada. Si eres capaz de lograr que pierda su brillo, yo desapareceré y podrás hacer lo que quieras. Pero si no puedes, perderás tus poderes de inmediato. Malvada comenzó a lanzar hechizos, uno tras otro, bufando y aullando sus encantamientos en la noche. Cada uno de los conjuros provocaba una herida en el rostro de Luna, que terminó con cicatrices por todo su hermoso semblante. Cuando estaba a punto de amanecer, Naria le habló: -Ya ves, Malvada. No has podido. Ahora perderás tus poderes. -No es justo. Tú has dedicado todo un mes para crearla. Deja que mis hechizos trabajen durante 15 días y entonces veremos. -Muy bien. Dentro de 15 días nos encontraremos de nuevo. Así se despidieron. Los días fueron pasando y Naria cada vez se preocupaba más, pues Luna empezó a desaparecer, haciéndose más y más delgada. Cuando se reunieron de nuevo, Malvada reía mientras volaba sobre su escoba y le gritó a Naria: -Te lo dije, ¡soy más poderosa que tú! Pero el hada le contestó: – Hemos esperado 15 días para ver el resultado de tus hechizos. Esperemos otros 15 para ver si son duraderos. Y Malvada aceptó, segura de su victoria. Lentos pasaron los días y, sobre todo, las noches, y con cada una de ellas, Luna volvía a engordar hasta que retomó su forma original. Cuando Naria y Malvada se reunieron por última vez, Luna volvía a resplandecer, iluminando el cielo. En ese instante, Malvada dio un grito y sus poderes se evaporaron en una tenue voluta de humo que desapareció en la oscuridad. A partir de aquel día no fue más que una anciana que caminaba cansada durante la noche, mirando a las estrellas sin recordar su pasado. Naria, por su parte, comenzó de nuevo a trabajar, arreglando todo lo que Malvada había estropeado. Desde entonces se afana sin descanso, cuidando los bosques, las montañas y los prados, pues es bien sabido que cuesta más arreglar algo que crearlo. Pero, todos los años, durante el verano, cuando Naria regresa al lugar de partida, llora al recordar lo sucedido: la muerte de muchas plantas y el dolor de Luna. Y podemos ver sus lágrimas inundando el cielo. Los hombres las llamamos “estrellas fugaces”.
Se hace camino al andar
Bueno, una semana más. Una semana de poco tiempo para escribir, de poco tiempo para descansar, y de calor, ¡mucho calor! El aire acondicionado ya está que no para en casa, ni siquiera durante la noche. Y es que, 46º a las 20.00 h. son muchos grados. Aún así, pues escribo en cada rato de más de media hora que puedo sacar. Menos tiempo ni lo intento, no me daría tiempo ni para centrarme en la historia. Porque sí, yo necesito un rato antes de empezar a teclear para repasar lo último escrito, ver qué es lo próximo a escribir, y colocar la primera palabra. Luego, la cosa ya fluye con facilidad. Esta semana he tenido sólo dos de esos ratos, y lo que he podido escribir han sido, exactamente, 11 páginas. Así que no puedo quejarme. Sigo contento con el resultado, creo que es una lectura bastante ágil. Esencialmente, ágil. No es lo último que he hecho durante la semana relacionado con el tema literario, claro. Llevo un par de semanas trabajando en un Trailer Book para Hijos de Heracles. Ya lo tengo casi listo, pero evidentemente no lo publicaré hasta ver qué opinan en la editorial. Por cierto, sigo sin noticias. La cosa es muy lenta, así que me armo de paciencia y sigo escribiendo. Y como os comenté la semana pasada, participé en la presentación de Crónicas del Ángel Pérdido: Las Ruinas de Lincariel. Se llevó a cabo en un parque público, en el marco de un mercado de arte alternativo que se lleva a cabo todos los meses en la ciudad. Hubo bastante afluencia de público. Se habilitaron unos 15 asientos, que permanecieron ocupados, y además mucha gente de pie que se acercó para escuchar. La cosa fue tan bien, que Laura Grau, la autora, firmó varios ejemplares allí mismo. Una chica de lo más agradable a la que le deseo la mejor de las fortunas. De hecho, ya le han pedido la continuación del libro. Digo yo que tendrá algo… Personalmente lo disfruté mucho. La presidenta del grupo L´almazara, una asociación poética que nos cedió el stand para realizar la presentación, me indicó, al final del acto, que les había gustado tanto la presentación que querían contar conmigo para futuros actos. Un orgullo, la verdad. Aquí podréis leer la crónica del evento realizada por los organizadores, el Ateneo Andaluz.
CEDRO, los autores y sus derechos
Hay un tema que, por los comentarios que se han dejado en distintas entradas del Blog, llama especialmente la atención, por no decir que causa cierto rechazo, o incluso temor en los escritores. Se trata de los derechos de autor. La cuestión es que el autor debe fiarse de la buena fe del editor a la hora de cobrar sus derechos de autor, porque no hay forma humana de que pueda saber a ciencia cierta qué cantidad de sus libros se ha vendido. Todo el mundo conoce a la SGAE, (sociedad general de autores y editores) que tristemente suele aparecer en los medios de comunicación debido a presuntos abusos en lugar de por temas más beneficiosos. Lo que no todo el mundo conoce es a CEDRO. CEDRO es, digamos, la SGAE del sector literario. Copiando de la propia página de CEDRO, es la asociación sin ánimo de lucro de autores y editores de libros, revistas y otras publicaciones, editadas en cualquier medio y soporte, que se encarga de defender y gestionar de forma colectiva sus derechos de propiedad intelectual de tipo patrimonial (reproducción, transformación, comunicación pública y distribución). Es decir, CEDRO está ahí para proteger los derechos de los autores y los editores. Lo que ocurre, es que el autor parece estar desatendido en su derecho de conocer cuántos ejemplares de su obra se han vendido. No estoy descubriendo América ni mucho menos… es algo que viene de largo y hay mucha gente que se está rebelando contra la situación actual. De hecho, viene de tan largo como la propia Ley que regula actualmente el tema, que data de 1986. Vamos, que tiene 22 años. 22 años sin que se regule el tema editorial. Es curioso, pero todos los años (o casi) se regulan los convenios de cada sector. Pues el editorial lleva 22 años sin regularse en ningún sentido. No quiero decir con esto que las editoriales “hagan trampas” en este tema… No, no quiero decir eso. Pero si hay editoriales que rozan la ilegalidad con el asunto de las coediciones y autoediciones como veíamos en entradas anteriores, ¿quién asegura que no haya editoriales que también aprovechen esa zona umbría para sacar tajada? Hay autores que ya se han puesto en marcha para intentar cambiar el sistema. Lo que solicitan es que, ya que prácticamente todas las librerías están informatizadas, lo ideal sería desarrollar un sistema similar al que se utiliza en las salas de cine: cuando alguien compra una entrada en taquilla, automáticamente genera una entrada en un sistema informático, que computa cuantas entradas se han vendido en la sala. ¿No parece nada complicado, no? Se acabaría de un plumazo con las sospechas, e incluso con ese escritor que culpa a la editorial de escamotearle los ingresos por los derechos de autor cuando su libro no se vende. Todo el mundo sale beneficiado. Total, que un grupo de escritores, que va en aumento día tras día, se ha unido para hacer presión ante CEDRO y ponerle solución al asunto. Piden, de entrada, que CEDRO adquiera los informes NIELSEN. Estos informes son de una auditoría externa y muy bien considerada. No es fiable al cien por cien, pero sí cubre las grandes superficies, cadenas de librerías, centros comerciales, etc… Al menos aseguraría que una buena parte de las ventas sí estaría controlada a corto plazo. El impulsor de ese movimiento es el escritor Juan Gómez-Jurado. Hoy mismo han publicado una entrevista que le hacen en ABC (http://www.abc.es/). El tema no es poca cosa, porque además, en el horizonte ya se va planteando seriamente el asunto del libro digital, con todo lo que eso puede conllevar, y que dará para mil ríos de tinta. Y si no, al tiempo. De modo que Juan Gómez-Jurado puso en marcha una página web (http://www.escritoresunidos.com/) para que los autores publicados puedan unirse a la iniciativa de solicitar mayor transparencia en el pago de los derechos y que se gestione de forma correcta el tema de los libros digitales. Y tenéis que ver los nombres que aparecen en la lista… Para empezar, durante la reunión de CEDRO que tendrá lugar para el día 23 de Junio tienen previsto ya iniciar sus reivindicaciones. Se ha puesto en marcha una lista de correo para mantener informado a quien le interese y también hay un foro en funcionamiento. La idea es de lo más interesante, incluso de gran importancia, diría. Están pidiendo la unión de todos los autores PUBLICADOS (no tendría sentido que un autor NO publicado se “rebelara” por el tema de unos derechos de autor a los que no tiene acceso…). Me da la impresión de que la cosa va a cambiar. Creo que estamos en un punto de lo más interesante para el futuro de los escritores…