Lo que son las cosas… hace poco más de un año me dedicaba a fantasear sobre la posibilidad de meter la cabeza en el mundillo de la literatura. Tenía una sola novela escrita, además de un género denostado: fantasía épica. Aún así me veía con mis libros publicados y participando en charlas, dando conferencias, presentando mis libros… en fin, lo que todo el que escribe sueña. A estas alturas sigo sin ver ningún libro mío publicado, ni siquiera he firmado todavía ningún contrato con alguna editorial. Mi agente me tranquiliza en ese sentido, me comenta que las cosas están atravesando por un momento delicado, pero que no me preocupe, que mis novelas tienen la calidad suficiente como para abrirse camino, y que lo único que necesitamos es tener paciencia. Y como confío plenamente en ella, pues procuro armarme de paciencia, respirar profundamente, y seguir escribiendo. En este sentido he de decir que empiezo a ver el final de PECADO CAPITAL, la novela en la que trabajo y de la que ya os he hablado en otras entradas de este blog. Pero bueno, no vengo a hablaros hoy de eso. Vengo a hablaros de que una parte de esas fantasías de las que os hablaba al principio, sí empiezan a cumplirse… Y es que me han invitado a formar parte de una mesa redonda que se celebrará el próximo día 13 de Diciembre en el marco de la I Feria del Libro del Aljarafe. Además, voy a estar acompañado de amigos, pues los otros ponentes de la mesa serán Pepe Carrasco y Javier Márquez, dos autores sevillanos con los que ya he disfrutado de buenos momentos literarios. Todavía no hemos terminado de cuadrar los temas a tratar, pero barajamos varios: 1º los motivos del escritor para sentarse delante de una hoja en blanco y ponerse a contar una historia. 2º Cómo le llega la inspiración del autor, las referencias literarias que nos guían, etc… 3º La literatura como una industria más del entretenimiento, si esto es o no adecuado, los riesgos que conlleva, etc… Como podéis ver, la cosa promete y promete mucho. Tenemos una hora para poder desarrollar los temas a tratar, con lo que sin duda se podrá profundizar en ellos. Personalmente, es algo que me emociona. Se trata de los primeros pasos en el mundo literario a nivel público, cuando empiezan a verse reflejadas las opiniones, las motivaciones, los deseos… Sin duda, es una responsabilidad y un privilegio. Afortunadamente, estar bien arropado mitigará en parte los nervios. De modo que si queréis pasar una buena tarde literaria, conociendo los pensamientos de la nueva hornada de autores sevillanos, e incluso que Pepe o Javier os firmen sus respectivos libros (yo como mucho podría firmar algún autógrafo :p) ya sabéis dónde encontrarnos. Os espero!
Pero… ¿hay o no hay crisis?
Hace unos días, un escritor que vive en otro país cuya primera novela será publicada en España dentro de unos meses, me comentaba que estaba preocupado. Hasta su país llegaba la famosa palabra tan de moda en los últimos tiempos: CRISIS. Y me preguntaba cómo se vivía el problema económico que se está viviendo en el mundo en el sector literario español. Y me hizo pensar. Que la situación económica no es muy buena es algo que salta a la vista. En España se habla de crisis a diario, de recesión económica, de lo que se va a hacer, o lo que debería hacerse, para solucionar este tema. Y desde luego no es un problema local, puesto que está la famosa reunión en EEUU para buscar soluciones. Que yo sepa, entre los que visitan este blog no hay ningún economista, pero sí unos cuantos escritores. Y como escritores (independientemente de lo que pueda interesarnos o no las posibles causas y soluciones de los problemas económicos) la cuestión que sin duda nos interesa es: ¿está afectando o no la crisis al sector editorial? La verdad es que es un tema sobre el que ya había tenido referencias en los últimos meses. Durante el verano, supe que una editorial con los derechos en España de una de las sagas más vendidas a nivel mundial de los últimos años, se había quedado de repente sin distribuidora. Al parecer, la distribuidora en cuestión se había venido abajo dejando a la editorial con una buena cantidad de libros sin distribuir, metidos en los almacenes y una cantidad considerable de dinero sin pagar. Podría parecer una tontería, pero si nos ponemos a pensar un poco, lo cierto es que no lo es. La editorial en cuestión se ha encontrado con un problema más que serio. Se me ocurre, por ejemplo, que aquella distribuidora con la que la editorial intente llegar a un nuevo cuerdo, procurará apretar el margen de beneficios tanto como sea posible sabiendo que la editorial se ha quedado colgada, como es lógico puesto que al fin y al cabo se trata de una empresa que busca beneficios, lo que contribuirá a una merma en los beneficios de la editorial, quien, a su vez, intentará apretar a sus autores tanto como sea posible para minimizar las consecuencias. Y esto es sólo uno de los efectos que la pérdida de esta distribuidora tiene en una sola editorial. Se puede pensar en las librerías que habrán quedado sin recibir sus pedidos, por ejemplo, con la consecuente pérdida de ventas. O en los autores que hayan visto retrasados sus cobros como consecuencia de todo esto. Y como digo eso es solo una editorial. Sin duda, la caída de la distribuidora habrá afectado a otras varias. Más o menos por las mismas fechas, esto es, durante el verano, y de fuentes distintas a las que me habían hablado sobre el tema de la distribuidora, me comentaban que los editores eran reacios a adquirir nuevas novelas y el ambiente general era un tanto pesimista. De hecho, parece que hubo incluso quien retrasó el envío de nuevas obras a las editoriales, porque el ambiente no era el mejor. No dudo de que uno de los motivos de ese momento era la cercanía de las vacaciones estivales, pero que en la mente de todos estaba la palabra “crisis” es algo más que probable. Tampoco dudo que la debacle de la distribuidora que os comento levantaría temores, pues al fin y al cabo el mundo editorial es casi un círculo cerrado, en el que las noticias vuelan, y todo está interrelacionado. Por tanto, podría parecer que el ambiente editorial está de capa caída. Y sin embargo, también he podido leer que las cosas marchan bien para las editoriales. Por un lado, la feria de Frankfurt parece que ha sido un éxito total, en el que todo el mundo ha vendido lo que iba ofertando y más, y se han cerrado negocios a mansalva. Por otro lado, en el blog de Roca Editorial, hay una entrada más que interesante, de la que extraigo algunos datos: A mediados de Mayo, se habían vendido 3114000 ejemplares, 900000 más que en el mismo periodo del año anterior, un 40% más. Llevemos esto a datos más entendibles: en los 3 primeros meses de 2008, se habían vendido tanto como en los 6 primeros meses del año anterior. Es decir, que en 3 meses, el mercado editorial español ha facturado prácticamente la mitad de lo que facturó durante todo el año pasado. No me parece que eso sea un ambiente de crisis precisamente… Otro dato: durante la feria del libro de Madrid, hubo 20 casetas más que en el año pasado. Y además, las ventas, según algunas fuentes, crecieron en un 15% respecto a las de la feria del año anterior. De nuevo, no parece que eso indique crisis alguna. Y menos cuando el propio director de la feria dice claramente que la crisis no se ha dejado notar. Entonces…¿hay crisis en el mercado editorial o no? Desde luego, no tengo todos los datos en la mano, pero a mi no me lo parece, en absoluto. Ahora bien, lo que sí me parece es que hay cierta precaución. Los editores no terminan de arriesgarse y buscan valores seguros, (recordemos que aunque para los escritores no lo sea, el mundo editorial es negocio, negocio y más negocio) obras con las que obtener beneficios. Y eso para los autores noveles es un problema, porque cierra puertas, sin duda. Esto hace que se cree un inconveniente añadido: el autor novel se impacienta, intenta buscar salidas fáciles para sus obras… y hay quien intenta aprovecharse de ello. En futuras entradas, tengo la intención de hablar sobre este tema, pues desgraciadamente, no son pocos los escritores que caen en los cantos de sirena de determinados individuos, que llegan incluso a cometer actos fuera de la legalidad para obtener beneficios a costa del escritor.
Estudios de Marketing V: La Carta de Presentación (2ª parte)
Y un buen día, normalmente varias semanas, o mejor varios meses después de haber mandado la carta de presentación, si la agencia o editorial a la que la enviamos considera que lo que ha leído le resulta interesante, nos encontramos en la bandeja de correo un mensaje en la que nos dicen que les ha gustado lo que han visto y quieren que le enviemos la obra completa para valorarla. O recibimos una llamada de teléfono, aunque esto es más raro. Creedme… ese será el primer subidón de moral en nuestra recién iniciada carrera literaria. Suele ocurrir además que ese mensaje llega el día menos pensado, cuando estamos convencidos de que nos van a decir que no. Hay casos, desde luego, en que la respuesta es muy rápida, y en cuestión de una semana o menos la agencia o editorial deja claro su interés. Pero esto no es lo habitual. Total, que tras leer el mensaje o repasar la llamada quinientas veces con la emoción a flor de piel y una expresión de bobalicón absoluto, comenzamos a pensar que la novela no está terminada, que deberías volver a repasarla de nuevo, que seguro que tiene mil y un detalles que mejorar antes de enviarla… Pero, ¡ay! Se te ha terminado el tiempo. Te han pedido la obra completa, y será mejor que la envíes pronto, porque el interés, y la paciencia, de las editoriales es limitado. Y voluble. De modo que hay que aprovechar el recién despertado interés. Y no sólo eso: hay que estimularlo. Y eso pasa por una nueva carta. A esta segunda carta se le suele llamar propuesta editorial, aunque en realidad se trata de ahondar un poco más (bastante más) en los aspectos en los que ya incidimos en la primera. Hay que demostrar que sabemos lo que decimos, y lo que escribimos, y que conocemos el mundillo editorial. Y es importante hacerlo. ¿Cómo hacerlo? Pues aportando información veraz y contrastable. Por ejemplo, podemos buscar información en el gremio de editores de España. Hay informes muy detallados. Muchos de los datos que aparecen no nos sirven para nada. Otros, pueden ser incluso perjudiciales. Pero incluso así se les puede dar la vuelta y utilizarlos en nuestro provecho. Os pongo un ejemplo: imaginemos que nuestra obra es una novela de fantasía juvenil. Bien, pues en un informe que presentó el gremio de editores del que os hablo, se comenta que el sector de mayor hábito de lectura son las mujeres de hasta 34 años, universitarias, etc… Los jóvenes de entre 14 a 24 años, es decir, el sector al que va dirigido el libro, aparece no como lector habitual, sino como lector ocasional. Pero, ese mismo informe indica que, cuanto menor es la tasa de edad, mayor es el porcentaje que lee habitualmente, llegando a superar el 70% de los encuestados. Imaginad el impacto de esta línea en la mente del agente/editor: Me gustaría presentarle algunos datos, que no sé si conocerá, del informe XXX presentado por YYY: – La tasa de lectura es más elevada cuanto más joven es el grupo de edad. Así entre los jóvenes de 14 a 24 años alcanza el 72,1%, un 66,1% entre las personas de 25 a 34 años. Le estamos diciendo que 7 de cada 10 jóvenes de entre 14 a 24 años y 6 de cada diez de los comprendidos entre 25 a 34, son lectores potenciales de nuestra obra. Así, sin más. Eso es lo que queda en la mente del editor. Por supuesto, son lectores potenciales, no reales. Algunos ni siquiera se interesan por el tipo de novela que presentamos, pero están ahí, son una realidad. Y el editor es una persona que se mueve en el mundo real y necesita datos reales. Es evidente que es este último dato el que tenemos que reflejar en nuestra carta, pues es el que nos interesa, y no que las mujeres leen más que los jóvenes. Le estamos dando al editor el sector al que va dirigida la obra, y le recordamos (porque él ya lo sabe) que el nicho de mercado es enorme. Y además, dejamos claro que nosotros también sabemos de lo que hablamos, que no estamos perdidos, que somos personas que TRABAJAN para saber qué hacer y cómo hacerlo. Y un escritor que se tome la escritura como un trabajo, es algo importantísimo para el editor. Se puede incluso tratar el tema de las películas que se encuadren en el mismo género que nuestra novela y que generan miles y millones de € en beneficios. No significa eso que nuestra obra vaya a ser llevada al cine, pero sí que la gente, el público, se interesa por ese tipo de historias. Por supuesto, debemos conocer a nuestros rivales directos. En nuestro país, la literatura juvenil mueve una gran cantidad de títulos todos los años, no hay más que acercarse a la Casa del Libro, o el Fnac, o El Corte Inglés… podremos ver estanterías y más estanterías, e incluso plantas enteras dedicadas a este género. Entre tantos títulos… ¿por qué tendría que decidirse el agente o editor por el nuestro? Pues ahí es donde debemos explicar en profundidad qué hace distinta a nuestra novela, explayarnos en ello. ¿Es un libro que tiene magia? Bien, pues ¿por qué es diferente a Harry Potter? Por ejemplo. Y si es de fantasía épica, ¿qué tiene diferente con respecto al Señor de los Anillos, o Crónicas de Narnia, o la Dragonlance, o Memorias de Idhum, o la Espada de Fuego, o…? ¿Qué aporta nuestro libro? ¿Qué tiene que pueda atraer a varios miles de personas para que lo compren, lo lean y lo recomienden? Si no lo sabemos, más vale que nos pongamos las pilas, porque si nosotros mismos no sabemos vender nuestro libro, ¿cómo lo va a vender el editor si llegara a comprarlo? Otra cosa que debemos añadir es una sinopsis ampliada. De nuevo, no hay que contarlo todo. Hay que jugar con el lenguaje, crear
La Generación del 70
Desde estas páginas he ido comentando en varias ocasiones sobre aquellos amigos que he encontrado en el camino desde que comencé a escribir, de esos que me ayudan a no “sentirme solo”, los que dan ánimo, los que comentan tus escritos, los que te dan sugerencias, consejos maravillosos o simplemente un buen rato de conversación intercalada con algunas risas. Pero hasta hoy no había hablado a fondo de ninguno de ellos. Y creo que ya va siendo hora de hacerlo. Resulta muy curioso, pero desde hace un tiempo pienso en que hay una especie de “generación del 70”. La mayoría de estos amigos de los que hablo nacieron en torno a esa fecha, 1970, aunque hay alguna excepción honrosa, tanto por arriba como por abajo. Algunos todavía no han publicado nada, otros acaban de hacerlo, otros tienen varios libros ya en el mercado. Pero todos tienen algunas cosas en común: su capacidad de trabajo, su talento, su paciencia, su abnegación, su ilusión, sus ganas de llegar… Yo estoy orgulloso, y más que orgulloso, agradecido, de poder decir que los cuento como amigos, que sé que cuento con ellos, igual que ellos cuentan conmigo. Lo sé. Me lo han demostrado en varias ocasiones. No sabía muy bien cómo introducirlos, en qué orden, porque la verdad es que a los amigos, los amigos de verdad, es imposible catalogarlos por algún tipo de orden de importancia: todos aportan algo, todos dan algo. Creo que por ese motivo no he empezado a hablar antes de ellos. Pero hoy se me ha ocurrido un modo de hacerlo. La verdad es que es bastante fácil. Lo que voy a hacer es presentar a dos de ellos por cada entrada. Pero como soy también un poco retorcido, no me vale con eso, de manera que, además, cada pareja estará compuesta por un autor publicado y otro que no lo está, aunque estos se me acabarán pronto, seguro… Así que allá voy. Montse de Paz Montse es una de las personas más altruistas que he conocido, sin duda. Y posiblemente la que más me ha ayudado cuando quise empezar a moverme con intención de publicar mis obras. Me ofreció consejo, me ofreció apoyo, me envió documentación de valor incalculable gracias a la cual, estoy seguro, pude llamar a la puerta de Sandra, mi agente. Una parte de los conceptos incluidos en los “estudios de mercado” que se han publicado en este blog, tienen como base esa documentación que Montse me envió cuando aún ni siquiera nos conocíamos más allá de un par de cruces de mensajes en un foro de literatura. Su calidad como persona está, pues, fuera de toda duda. Y su calidad como escritora no desmerece en absoluto. Montse ha escrito la friolera de 7 novelas, una infinidad de relatos maravillosos (lo último que le he leído es, simplemente, fantástico, increíble, de una humanidad fuera de lo común). Ella también está representada por Sandra Bruna. La novela con la que fichó por la agencia, Estirpe Salvaje, fue adquirida por Espasa en menos de dos meses. Si eso no es tener calidad… Recientemente ha salido al mercado, en concreto el día 7 de este mes de Octubre. El trabajo de la editorial ha sido estupendo. La portada es increíble, y la impresión interior muy cuidada. Un proyecto realizado con mimo, sin duda. Sé que la novela está teniendo una buena acogida, sólo hay que ponerse a buscar por la red y leer los comentarios o las reseñas en alguna revista. Es una novela de fantasía juvenil en la que se narra la historia de dos hermanos, Ruslan e Yvanka. Una historia que se puede leer de muchos modos, con la sencillez de un cuento para niños o la profundidad de una obra que habla de sentimientos encontrados, de crecimiento personal, de sacrificio… Pero que desde luego es difícil que deje indiferente a alguien. Algún que otro lector la ha devorado en tan solo un par de días. Digo yo que algo tendrá para que así sea… Hace unos días me pidió que le hiciera un favor, un detalle que me llegó al corazón y me emocionó, pero del que por ahora no puedo decir nada. No os preocupéis, mantendré el secreto por poco tiempo. Leonardo Ropero De Leo ya os hablé fugazmente en la entrada anterior. Nunca le agradeceré bastante que me diera el empujón que necesitaba para convertir HIJOS DE HERACLES en una novela histórica. Tengo mucha fe puesta en esa novela, y en gran medida se lo debo a él. No se contentó con animarme, no. Además, la leyó y la corrigió, y me dio mil y un consejos a cada cual más útil. Lo de Leo es de libro, y nunca mejor dicho. Él también tiene varias novelas terminadas, 5 si no recuerdo mal. Y claro, también tiene una larga lista de relatos. Para mí, es todo un ejemplo. Trabaja a diario 10 o 12 horas en un ambiente de stress absoluto, con una responsabilidad enorme. Llega a casa donde le esperan mujer e hijos, y aún así escribe y lo hace de manera envidiable. He leído una de sus novelas. Se catalogará cuando se publique (porque se va a publicar antes o después), como fantasía épica. Pero creedme cuando os digo que eso se debe simplemente a que el mundo en el que sucede la acción no existe. Si la hubiera ambientado en la Europa medieval y efectuado un par de cambios hubiera colado perfectamente como novela histórica. Lo mejor de esta novela es que parece una historia deslavazada, un tanto escrita al “tun-tun”, es decir, sin orden ni concierto. Pero de repente, cuando llegas a las últimas páginas, de manera increíble cada pieza ocupa su lugar, cada pregunta encuentra su respuesta y la novela termina por dejarte un gusto de buena lectura impresionante. Ahora está escribiendo una novela que he de confesar me tiene atrapado por completo. Es una especie de Thriller (o como se escriba), novela de aventuras, espionaje, conspiración
Estudios de Marketing IV: La Carta de Presentación (1ª parte)
Os lo debía después de un par de semanas hablando de otros temas (y es que hay mucho que contar…), pero tras las jornadas literarias de Dos Hermanas, las entradas que más interés suscitan son las que tienen que ver con las sugerencias sobre el modo de presentar las obras a las editoriales y demás. Precisamente por eso quiero aclarar que lo que cuento aquí no es la “panacea” ni asegura el éxito ni nada de todo esto… sencillamente son consejos que pueden (recalco el pueden) ayudar a que la obra presentada sea recibida con un ánimo distinto por aquellos a los que va dirigida. De modo que hoy toca hablar de la Carta de Presentación, la última parte del trabajo previo (los que hayan leído las entradas anteriores ya sabrán que el trabajo no termina al concluir la novela) al envío de la novela a las editoriales o agencias. Pero la última parte la vamos a dividir en otras dos. Blanca Miosi una escritora que, por lo poco que le he leído va a dar mucho que hablar (el último fragmento que ha colgado en su blog me parece fantástico, no sólo por la forma sino por la historia que narra) preguntaba hace unos días que, por lo que había leído, algunos aconsejaban una sinopsis más amplia que aquella de la que hablé hace unos días. Le contesté aquí y hoy vais a entender por qué. Haciendo un breve repaso, habremos seleccionado cuidadosamente y contactado previamente a la editorial/agencia a quien vamos a enviar la novela, habremos cuidado el título, etc… Contando con que nos hayan contestado que efectivamente están abiertos a valorar nuestra novela, nos toca ahora enviarla. ¿Y qué vamos a hacer, encuadernarla y mandarla sin más? ¿Sin que sepan quién la manda? ¿De qué habrá servido entonces la llamada y la selección? No, no, no… las cosas hay que hacerlas de forma más inteligente. De modo, que lo que haremos será enviar una muestra de la novela y no la novela completa. Por supuesto, ya que somos nosotros los que elegimos qué partes vamos a enviar, elegiremos aquellas que sabemos (por nuestra impresión personal y los comentarios que nos hayan podido hacer) que tienen más fuerza, más belleza, o llaman más la atención. Habrá quien diga que esto es hacer trampa… En absoluto, es jugar nuestras cartas. Recordad que lo que tenemos que hacer es llamar la atención sobre todos aquellos otros manuscritos que se acumulan en la mesa del editor. De manera que lo hacemos sin escrúpulo alguno, porque en parte, el éxito o no de nuestra obra depende directamente de la presentación que hagamos de ella. Elegidas las porciones a presentar (no más de dos capítulo, de los que uno debe ser el primer capítulo de la novela. En total, alrededor de 30 o 40 páginas) ya estamos listos para hacer el envío. En algunos sitios nos pedirán que lo enviemos por correo ordinario, pero es más habitual que esta primera toma de contacto se realice vía e-mail. Por lo tanto, llega el momento de volver a teclear. Lo primero que haremos será el cuerpo del correo electrónico. En él nos presentaremos como tal persona que habló el día X con la persona Y y concertó el envío de la novela. Haremos un brevísimo resumen de la conversación, comentaremos que en los archivos adjuntos encontrará una muestra de la obra para que puedan valorar su posible interés, así como una carta de presentación de la misma. Nos despediremos enseguida agradeciendo el interés y la amabilidad mostrada, bla, bla, bla… Sin embargo, aún no hemos presentado la novela… ¿entonces? Como veis, estamos haciendo una DOBLE presentación: el cuerpo del e-mail y la carta de presentación propiamente dicha. ¿Por qué? Muy sencillo: la persona que reciba el e-mail o el correo ordinario no tiene por qué ser (en la mayoría de los casos no es con total seguridad) la que debe valorar nuestra novela. Esta primera persona tiene que saber qué es lo que acaba de recibir y qué tiene que hacer con ello. De ahí el cuerpo del e-mail. Adjunto a él irán los capítulos seleccionados y, ADEMÁS, la carta de presentación. Mejor dicho, la PRIMERA carta de presentación. ¿Y qué ponemos en ella? Porque ese es el propósito de esta entrada, aunque me esté llevando tanto tiempo explicarlo. De entrada, debemos presentarnos al, ahora sí, agente o editor que va a valorar nuestro trabajo. Sobre todo debemos ser sinceros. Si no tenemos nada publicado, yo aconsejo decirlo directamente. ¿De qué sirve esconderlo? ¿Qué pasa, que soy un escritor novel? Pues sí… ¿y? ¿Dónde está el problema? ¿Dónde está el complejo? De hecho, estoy orgulloso de serlo. Como dije en la primera entrada de este blog, Tolkien fue escritor novel, y mirad lo que hizo el buen hombre. Por supuesto, aquí entraría el currículum literario del que dispongamos (en mi caso, nulo): premios literarios (por pequeños que sean), etc… A continuación, presentamos una sinopsis (ya estamos otra vez) de la obra. Yo, en esta primera carta, aconsejo una sinopsis hiperbreve, no más de unas líneas muy generales. Más abajo podéis leer la sinopsis de mi primera novela. Ésta que leéis ahora es la que envié en esta primera carta de presentación: Un antiguo miembro de la casa real que dejó su puesto para cuidar a su esposa enferma, es reclamado por el monarca para participar en la recuperación de un objeto con el que hacer frente a un enemigo contra el que nada pueden: Los dragones. Durante el viaje en compañía de otros héroes, se producirá un cambio en la personalidad del protagonista, marcado por unos extraños sueños que en apariencia no tienen explicación. Finalmente, la catarsis se produce, con efectos impredecibles para él mismo y sus compañeros Como veis, mucho más breve que la que os traje hace unos días. A continuación, deberemos explicar un poco qué hace diferente a nuestra novela sobre el resto de novelas de ese género que se publican
¡Menudo Fin de Semana!
El fin de semana ha resultado agotador. Fueron unos días muy intensos a nivel familiar que se unieron a dos días fantásticos a nivel literario. Pero tanto desgaste ha pasado factura y un maldito virus gastrointestinal ha venido a visitarme con la intención de hacer una fiesta en mi organismo, así que llevo dos días metido en la cama. Pero bueno, he venido a contaros cómo ha ido el III Encuentro de Literatura Fantástica de Dos Hermanas. Y decir que ha sido maravilloso se queda corto. MUY CORTO. Para empezar, se han cumplido las expectativas de asistencia. Este año ha habido un crecimiento de casi el 50% con respecto al anterior. El año pasado hubo una asistencia de unos 70 participantes. Este fin de semana se han superado los 100. Esto demuestra por un lado la calidad de los conferenciantes, pero por otro, y sin duda alguna, que el encuentro de literatura de Dos Hermanas va a más y sigue creciendo. De hecho, se va consolidando como una de las citas literarias que uno no puede perderse. El viernes comenzó con un escritor que se está cansando de vender libros: José Carlos Somoza. Lleva catorce años publicando, pero su salto a la fama vino de la mano de LA CAVERNA DE LAS IDEAS, en el año 2000. Ese fue precisamente el título de su conferencia, y cuando alguien comienza diciendo que se define como “raro, aunque mentalmente saludable”, será mejor que nos preparemos a escuchar porque lo que diga será interesante, seguro. Y habló de literatura, y literatura fantástica: desde Hamlet al Quijote. Pidió que los lectores de fantasía salieran del “guetto” y dejaran atrás los prejuicios. Tras su conferencia disfrutamos de un cocktail de bienvenida en el que autores y lectores estuvieron conversando durante algo más de 1 hora. Luego a cenar con los amigos y seguir hablando de literatura, como no podía ser de otro modo. El sábado comenzó con la que, en mi opinión, resultó ser la mejor conferencia del fin de semana: Historias de los Libros. Tuve el inmenso placer de presentar al conferenciante, nada menos que Joan Manuel Gisbert. Un autor que lleva 30 años publicando y ganando todo premio que se le ponga por delante. Se ganó a la asistencia en un segundo, cuando dijo que él no creía que, en realidad, los presentes estuvieran presentes. Así, como suena… vamos, que en la sala, que tenía cerca de 90 personas un sábado a las 10 de la mañana, en realidad no había nadie… ¡y casi nos convenció! Habló acerca de posibilidades, de realidades, de cómo el hombre juega a ser Dios… ¡Ah! Que bien que tenga grabada la conferencia… ¡¡estoy deseando verla de nuevo!! Luego llegaron dos mesas redondas. La primera compuesta por el propio Somoza y por dos amigos, uno de ellos asiduo de este blog y que acaba de escribir una novela que dará mucho que hablar: José Ángel Muriel y Javier Márquez. Se trató en esa mesa los métodos que cada autor utiliza a la hora de crear, planificar y llevar al papel una historia. Curiosamente, los tres dejaban a la inspiración una parte importante de su trabajo. Y digo que es curioso, porque inmediatamente después, en la mesa a la que se sentaron Santiago García-Clairac (con quien tuve el gustazo de compartir comida) autor de EL EJÉRCITO NEGRO y Pepe Carrasco, otro autor sevillano que presentaba su segunda novela, descubrimos el lado contrario. Resulta que Clairac organiza de manera completamente cuadriculada su trabajo. Todos sus capítulos tienen el mismo número de hojas, la mitad de la novela transcurre durante el día y la otra mitad durante la noche. ¡¡¡¡Llega al punto, de que los personajes llegan a tener el mismo número de letras en sus nombres!!!! Es un hombre que no deja nada al azar. Si en la mesa anterior se comentaba que a veces los personajes se rebelaban a los autores y cobraban una importancia que no habían esperado, Clairac comentaba que eso a él no le sucede. Que cuando crea un personaje es con un propósito y eso, y no otra cosa, es lo que el personaje tiene que hacer en la novela. Dos estilos completamente distintos que han llevado al éxito a sus autores. Y es que, no hay un secreto para el éxito… Como decía, comí con los miembros de la organización y los autores que todavía quedaban pro aquí (Somoza y Gisbert tenían otros compromisos y tuvieron que coger el AVE a mediodía). Y la mesa dio para mucho… entre otras cosas para poder hablar con calma con Enrique Jiménez Corominas, que llevaba desde el Viernes con nosotros impartiendo un taller de ilustración fantástica. Lo que hace este hombre con un lápiz, o un pincel, o un ratón, o lo que quiera que use, es más que impresionante. Suyas son las portadas de auténticos bombazos literarios y sin embargo, es una persona sencilla, tremendamente agradable y de sonrisa fácil. Precisamente él nos mostró durante hora y media cómo hacer una portada, mostrando lo mejor y lo peor de ese trabajo, tendencias y, curiosamente, el desprecio con que en ocasiones y de manera ocasional, alguna editorial trata algo tan importante como la portada de un libro. Hubo también una mesa redonda sobre Manga y asociaciones juveniles. ¡Es impresionante lo que se mueve alrededor de esto! Para terminar, Nerea Riesco nos dio una charla taller, entre otras cosas para explicar cómo se puede vencer el bloqueo creativo. ¡De lo más interesante! En fin, que todo aquel que tenga dudas, será mejor que las vaya despejando… El Encuentro de Literatura Fantástica de Dos Hermanas se ha convertido en una cita anual ineludible. Será mejor que vayáis reservando billetes para el año próximo.
Un Viaje a Barcelona
A finales de Abril, cogía un avión con destino a Barcelona a las 6 de la mañana. Tras cuatro meses enormemente largos de tensa espera, la agencia de Sandra Bruna decidió que estaba interesada en que formara parte de los autores que representa, de modo que, haciendo mil y una piruetas, logramos concertar una cita, curiosamente justo en la semana del Día de Sant Jordi, el día del libro por excelencia en Barcelona. Tal vez no fuera casualidad… La cuestión es que me presenté en Barcelona a las 8 de la mañana y la cita no era hasta las 13 h. Tenía toda la mañana por delante. Desayuné bien y di un paseo por la ciudad. Hacía dos años que no estaba allí, pero sigue oliendo y respirando igual que entonces. Cuando llegó la hora me dirigí a las oficinas. Me atendió Inés, algo así como la mano derecha de Sandra en determinados aspectos. Me recibió muy amablemente. Ya habíamos hablado por teléfono en varias ocasiones e intercambiado varios mensajes de correo. Me comentó que tendría que esperar un poco, pues Sandra estaba reunida. La semana estaba siendo de locos. De manera que tras rechazar su ofrecimiento de un nuevo café o alguna otra bebida, dejé que Inés siguiera atendiendo sus tareas, saqué uno de los libros sobre el Duque de Lerma que estoy utilizando como documentación para la novela en la que trabajo, y me dispuse a esperar. No me dio tiempo ni a pasar de página. Sandra me sorprendió mucho. Es una persona de una vitalidad contagiosa, tal vez la que irradie más energía y positividad que conozco. No podría ser de otro modo para atender todo el trabajo que tiene. Me hizo pasar y nos sentamos lado a lado. De inmediato comenzó a decirme cosas que me dejaron pegado a la silla. Comenzó pidiéndome perdón por la tardanza en contestar, llevaban semanas desbordados de trabajo y se habían retrasado. De inmediato me dijo que el informe que había recibido sobre la novela había sido muy positivo. La habían leído dos personas y ambas habían coincidido en destacar su valor. Según me contó, esto era algo que no solía pasar y que normalmente era ella quien tenía que ejercer de juez. Por supuesto, la última palabra siempre es suya, de modo que comenzó a leer la novela tras los informes y al llegar a la página 50, según ella misma, decidió que quería que trabajáramos juntos. Comparó la historia con novelas archiconocidas que no voy a nombrar, porque sinceramente, me da vergüenza hacerlo… Destacó también que solían hacer recomendaciones a los autores noveles que fichaban, pero que la historia estaba tan bien llevada y escrita que les había ahorrado todo ese trabajo. En ese instante me acordé de todos los que me habían ayudado a crecer en sentido literario: mis amigos sevillanos de La Conjura, los amigos de Sedice, Eli, Susana, Leo, Jordi, Enrique… Todos ellos me habían enseñado cosas, todos me habían dado consejos. Gracias a todos ellos estaba sentado en aquella silla escuchando como, una de las más valoradas agentes literarios de España hablaba maravillas… ¡de la primera novela que escribía! No quedó ahí la cosa… me comentó que algunas editoriales buscaban novelas de ese tipo escritas por autores nacionales, pero que no solían encontrar lo que buscaban. Sin embargo, ella estaba segura de que mi novela tendría una buena acogida en las editoriales. No voy a dar nombres de editoriales, claro, pero habló de algunas importantes. La verdad es que no me creía todo aquello. Me imagino que mi sonrisa abarcaría toda la sala y la cara de alucinado me duraría varios días. Sandra entonces quiso calmar un poco el discurso y comentó que a veces las expectativas no llegan a cumplirse. No debía preocuparme por ello. Ella tenía muy claro el valor de la novela y si llegaba el caso reconduciríamos la situación. Le dejé el manuscrito original de HIJOS DE HERACLES, mi segunda novela. Una novela histórica sobre una Esparta incipiente. Le gustó mucho saber que no me reducía a escribir novela juvenil, sino que estaba abierto a otros campos, lo que también permite mayores oportunidades editoriales a la hora de publicar. Luego estuvimos un rato hablando del mercado literario, de su lentitud exasperante, de la cantidad de autores que se quedan por el camino por no tener paciencia o no saber conducir sus pasos… Y, por supuesto, hablamos de los temas contractuales que demarcarían la relación entre autor y agente. Fue todo tan positivo, que aunque no habíamos firmado el contrato allí mismo para que yo pudiera estudiarlo con calma y plantear las dudas que pudieran surgirme, Sandra me aseguró que comenzaría a mover de inmediato la novela, puesto que el acuerdo era en firme. Y nos despedimos con las sonrisas pintadas en ambas caras. Todo había ido sobre ruedas. Pasé el resto del día en una nube. Y el siguiente, y el otro… No sé exactamente cuánto tiempo estuvimos reunidos, pero sería cerca de una hora más o menos. Para mí, que una persona de su experiencia y trayectoria profesional hiciera una valoración tan sumamente positiva de mi primera novela era más que un sueño. Recuerdo que comí una pizza en un restaurante cercano a la plaza Cataluña que me supo a gloria. Luego entré a ver una película: “Las Hermanas Bolena”. No estuvo mal, pero casi me quedé dormido. El cansancio y la tensión habían sido muy altos. Finalmente, regresé al aeropuerto y me quedé dormido en el viaje de regreso. Cuando aterricé en Sevilla eran las 2 de la mañana y regresaba destrozado, con el ego hinchado y mi primer sueño cumplido: fichar con la agencia de Sandra Bruna. Hace poco volvimos a estar en contacto, por dos asuntos relacionados con las novelas que le he presentado. Pero de eso, os hablaré otro día.
Estudios de Marketing III: La sinopsis
Tras escribir la novela, elegir para ella un título atrayente y seleccionar la/las editoriales o agencias a las que queremos enviarla, llega el momento de prepararnos para argumentar sobre nuestra obra. Porque, si antes tuvimos que convertirnos en editores, ahora tenemos que cambiar el chip y ser un híbrido entre guionista y vendedor. Volvamos a pensar un segundo. Imaginemos que vamos a comprar, por ejemplo, un coche. Normalmente, solemos tener dos o tres modelos que nos interesan. Pero siempre hay algo que nos decide por uno u otro. Y lo que nos decide es lo que hace DIFERENTE a ese coche sobre el resto. Puede ser el equipamiento, el interior, la carrocería o el precio. Pero hay algo que lo diferencia de los otros. Normalmente, lo que lo hace diferente ya lo sabemos. Es decir, solemos habernos informado previamente de un modelo y otro y sabemos lo bueno y malo de cada vehículo. Es entonces, cuando el vendedor del concesionario entra en acción, y si hace bien su trabajo, salimos de allí con los papeles de la compra firmados. En nuestro caso sucede algo parecido, aunque algo más complicado porque no hay un contacto directo con el editor, al menos, inicialmente. Pero el principio básico no cambia: tenemos que presentar nuestra obra de manera que sea diferente al resto de novelas que reposan sobre la mesa de la editorial. Y para eso, como ya se ha hablado en algunos de los comentarios de este blog, contamos con dos armas: La sinopsis y la Carta de Presentación. La sinopsis no es más que un resumen de la obra. Un agente literario asegura que si un autor no es capaz de resumir su obra en una sola frase, probablemente esa novela no esté bien trabajada. Por supuesto, esto no deja de ser una opinión, más o menos discutible. Lo que sí es cierto es que la sinopsis es fundamental. Como decíamos hace unas semanas, una de las primeras cosas que hacemos al coger un libro en las manos para valorar su compra es leer la sinopsis, y dependerá de si esa sinopsis nos llega o no que nuestro deseo de comprar la novela aumente o se desvanezca por completo. De modo que veamos un ejemplo. La sinopsis original de un libro archiconocido es esta: Corre el año 1123, el pueblo de Kingsbridge asiste al ahorcamiento público de un inocente que entona una quejumbrosa melodía en francés, la lengua de la nobleza normanda, dirigida a una joven embarazada. La chica, tras el ajusticiamiento, maldice a los siniestros personajes y huye al bosque.Inglaterra se halla sumida en una cruenta lucha sucesoria en la que se suceden injusticias como ésa. En Kingsbridge se inicia la construcción de una catedral gótica, el sueño de Tom Builder, un sencillo maestro de obras que quiere erigir el monumento en celebración de la gloria del señor. Pero los intereses que se oponen a tan ingenua empresa, representados por un monje ambicioso y un obispo corrupto empeñados en destruir el proyecto y arruinar la reputación de sus impulsores, darán lugar a un conflicto entre el clero y la monarquía. Así se vende LOS PILARES DE LA TIERRA.Para nada se habla en la sinopsis de Lady Aliena, ni de Jack, ni del Prior Phillips, ni de los problemas económicos, ni de los ataques a la ciudad… ¡y sin embargo, de eso es de lo que trata la novela! Quien haya leído (me imagino que la mayoría) esta novela reconocerá que, si bien es cierto lo que se dice en la sinopsis, en realidad, la novela no se fundamenta en esas cuestiones. LOS PILARES DE LA TIERRA es la historia de una familia humilde en un intento por sobrevivir en un mundo violento en el que tienen pocas probabilidades de continuar con vida y la lucha de una familia noble venida a menos. Pero de nada de eso se hala en la sinopsis. Pero, imaginemos que la sinopsis hubiera sido algo parecido a esto: En la ficticia ciudad de Kingsbridge, en 1123, una familia al borde de la inanición consigue una oportunidad para salir de la pobreza al iniciarse la construcción de una catedral. A su alrededor, se crea una guerra de poder entre los nobles y el prior de Kingsbridge, lo que dará lugar a matanzas y violaciones. El pueblo mismo está a punto de sucumbir a los numerosos problemas que lo acosan, pero el hijo bastardo de una mujer a la que consideran bruja aparecerá para solucionar los asuntos. Desde luego, la diferencia es obvia. Para empezar, en la sinopsis original se nos habla de un inocente al que le quitan la vida, de la madre de su hijo que se ve obligada a abandonarlo todo y adentrarse en el bosque, de un sencillo maestro de obras que se encuentra con el sueño de su vida, pero que se verá dificultado por una guerra de intereses… Todo eso son virtudes de la primera sinopsis que atraen al lector y favorecen la compra. Pero es que, además, la segunda, la que me acabo de inventar para esta entrada, vamos, tiene debilidades: Hablar de que el lugar donde transcurre la acción es ficticio en una novela histórica, es tirar la novela por tierra. Quien va a comprar novela histórica sabe que no todo será cierto, ¡pero al menos que no se lo refrieguen por la cara! Se habla también de matanzas, e incluso de violaciones, cosas que en general, el gran público suele rechazar planteadas abiertamente. Por último, que la solución llegue casi como por acto de magia, termina de darle un aire inverosímil al tema. ¡¡¡Y lo cierto es que todas esas cosas también pasan en la novela!!! La sinopsis debe maquillar la historia, presentarla de forma novedosa, creíble, interesante y, además, planteando cuestiones y preguntas que sólo tienen respuesta cuando se lee la novela. Esta es la sinopsis de mi primera novela con la que conseguí firmar con la agencia de Sandra Bruna, una novela de fantasía juvenil: Jhan,
Porcentajes
A raíz de la entrada anterior, algunas (las mujeres, todas tan curiosas :P) me preguntáis: si la editorial no es quien más dinero se lleva a la hora de vender un libro… ¿Quién se queda con la pasta? Bueno, lo cierto es que del negocio, lo que es el negocio editorial, sé más bien poca cosa… ¡afortunadamente! Únicamente lo que me contó alguien que tiene mi completa confianza por ser escritor, editor y porque, leñes, ¿para qué iba a engañarme si era la primera vez que hablábamos y quien sabe cuando volveríamos a hacerlo? Desconozco el % que se quedará un autor “consagrado”, mucho menos una estrella de la escritura, dícese Follet, King, Grisham, Rowling… Sin duda, el % de esta gente es muy superior. Pero, aproximadamente, un autor NOVEL se lleva un porcentaje sobre la venta de entre un 8 y un 12 %. Y como en la media está la belleza, pues pongamos un 10%, aproximadamente. Ojo, que no es el 10% del PRECIO DE VENTA. No, es el 10% PREVIO I.V.A . Vamos, que de la venta de un libro que cueste 18€, el autor recibe, aproximadamente, 1,5€. Ahora bien, de ese 1,5€ debe pagar sus impuestos, claro y, si tiene agente, pagarle el % correspondiente y que cada uno tenga firmado. Vamos, que para vivir de vender libros tienes que vender MUUUUUUUUUUUUUCHOS libros… Bien, eso es el 10%. ¿Qué pasa con el 90% restante?Según me dijo ese autor y editor, la Editorial se queda, más o menos, alrededor del 30 %. De ahí, tiene que pagar todos sus gastos: maquinaria, personal, papel, tinta, etc… ¡y ganar dinero, claro! Como dos más dos son cuatro, resulta que ya tenemos el 40% de la venta de los libros. ¿Dónde va el 60% restante? Pues, como en casi todos los productos, ese dinero se lo queda el distribuidor, vamos, el que pone los vehículos para llevar nuestro libro a tal o cual librería. Por lo que me contaron (ya digo que de primera mano), el distribuidor es el que pone “las reglas”. Es decir, es el distribuidor quien decide dónde se coloca tu libro y cuántos ejemplares reparte en cada lugar. Vamos, que es quien maneja el cotarro. Ya digo, como en cualquier otro producto, ¿o a caso las patatas las compran los distribuidores al precio al que lo hace el consumidor en el supermercado de la esquina? Precisamente por este razonamiento, me inclino a pensar que esta media de porcentajes es más que cierta. La editorial, por tanto, está en cierto modo en manos del distribuidor. Es mejor que nos dediquemos a escribir. El mundo editorial es demasiado complejo y descorazonador.
Estudio de Marketing (II)
Es la hora de intentar que nos publiquen. Como ya hemos comentado, hay diversas formas para intentarlo aunque, invariablemente, tendremos que enviarla a alguien para que decida si se gasta los euros en publicarla o no. Porque, no nos engañemos, esto es un negocio y de lo que se trata es de ganar dinero. He de decir, además, que la editorial NO es quien más dinero gana con la venta de libros… pero bueno, eso es otra historia. De lo que se trata es de convencer a una persona que normalmente no nos conocerá de nada, y menos aún si somos un escritor novel, para que decida gastar SU dinero para que nuestro nombre aparezca en el lomo de cartoné de un libro impreso. Y como nosotros hay cientos que ya le han enviado su novela. Por tanto, hay que intentar ser más inteligente que todos esos “rivales”. Así que toca pensar. Bien, pensemos pues. Imaginemos que somos nosotros quien va a comprar un libro a una librería. No buscamos uno concreto, vamos sencillamente a ver qué nos traemos a casa de la librería. Nos encontramos con cientos, miles de volúmenes, todos puestos en fila. Normalmente, lo que haremos será irnos a la sección en la que se encuentren los libros que tratan los temas que más nos gustan, o que nos apetece leer: novela histórica, romance, fantasía, thriller, policiaco… Una vez allí, cogemos uno. No suele ser al azar. Algo nos llama la atención, normalmente la portada o el lomo, el tipo de letra del título, o el título en sí mismo. Cuando lo tenemos ente las manos, el 90% de las veces lo primero que hacemos es ver quién escribió aquello. Lo segundo es darle la vuelta y leer la sinopsis. Y (y este condicional es muy importante), si la sinopsis nos ha parecido interesante abrimos las primeras páginas y comenzamos a leer. Y (y este condicional es importante, aunque menos), si nos gusta lo que leemos, pasamos varios cientos de páginas y volvemos a leer un párrafo, esta vez sí, al azar. Si nos gusta lo que leemos, si nos parece interesante, si nos ha hecho vibrar algo dentro de nosotros, y (de nuevo un condicional), si pensamos que el valor del libro es más bajo de lo que puede hacernos disfrutar, tal vez (y esto es lo más importante de todo), compremos el libro. Acabamos de convertirnos en editores. Eso es el proceso reducido y simplificado que sigue una editorial. ¿Queremos que nos publiquen? De acuerdo, pues hay que jugar con sus reglas. Regla nº I Seleccionar. No hay una sola editorial (ni agencia) que publique todo tipo de historias. Algunas tendrán línea juvenil y otras no. Algunas tendrán línea de novela histórica y otras no (aunque parezca mentira). Algunas tendrán línea de fantasía y otras no. Y hay muchas que están especializadas en una de esas líneas y que prácticamente no publican otra cosa. De modo, que si escribimos novela juvenil y la enviamos, por ejemplo, a Edhasa es más que probable que nos la rechacen, aunque les guste la novela, pues es una editorial especializada en historia y, aunque tiene colecciones donde nuestra obra podría encajar, su presupuesto para esa colección será más reducido y lanzarán menos obras al año, por lo que elegirán para ello autores conocidos.Regla nº II El Título. Es lo más importante de nuestra obra. Si no tiene un título que enganche, que sea evocador, que llame la atención, QUE DIGA ALGO!!!!, lo tenemos mal. Un ejemplo: Cumbres Borrascosas. Por Dios… ¡¡¡¡si lo dice todo!!!! Te sitúa en el lugar en el que sucede la acción y ya te dice qué tipo de novela vas a leer: no va a ser una historia romántica, desde luego. Otro ejemplo: El Hobbit. ¡¡¡¡Pero si no dice nada!!!! ¿Quién, que no conozca la obra de Tolkien, sabe qué demonios es un Hobbit? Y sin embargo, los dos títulos hacen que te sientas atraído por el libro, ¿o no? Pues eso… a cuidar el título. Personalmente (esto es deformación personal) creo que los títulos cortos son mejores que los largos. Porque son más contundentes, porque dicen más (aunque no digan nada) que un título largo que intente explicar algo. El propósito del título no es explicar, es hacer que te acerques a la explicación. Ya llevamos un buen rato pensando, y sólo hemos tratado dos de las reglas que hay que tener en cuenta. ¿Descansamos un poco?