Es muy curioso cómo surgen las ideas y luego evolucionan. Hace tiempo que tengo ganas de escribir una novela juvenil, al estilo Crónicas de Spiderwick más o menos. 2012: cinco días iba a ser esa novela. El argumento era más o menos sencillo, una pareja de hermanos queda huérfana y tienen que marchar a vivir con un familiar excéntrico en cuyo sótano tiene una serie de extraños objetos que les harían vivir alguna que otra aventurilla. Nada nuevo, desde luego, en cuanto a argumento. Tal vez sí en cuanto a la aventura en sí misma.
Porque la idea era que estuviera basada en un hecho histórico real, un objeto real y un peligro real, o al menos, que pudiera parecerlo. La idea, como digo, llevaba tiempo rondándome y a decir verdad tuve que refrenarme para empezar a escribirla, porque después de dos años y tres novelas, en las que dos de ellas eran históricas y habían supuesto un enorme reto de documentación, necesitaba un respiro.
Pero una noche la cabeza ya no se detuvo y comenzó a darle forma a la trama. En primer lugar, con el dios mexica Tezcatlipoca como argumento terrorífico y toda la parafernalia que lo rodeaba, el llamado cráneo de Tezcatlipoca, el espejo humeante, etc…
Empecé a buscar información, y una cosa llevó a otra: uno de los protagonistas creció, otro menguó hasta convertirse en una niña de 4 años. Apareció la policía, con todo lo que eso conlleva. Como telón de fondo de todo esto, las profecías mayas con respecto al año 2012. Problemas familiares, enamoramientos imposibles y algún que otro personaje que aporta una pizca de ironía y sentido del humor, y que, creo, hará las delicias de al menos uno de los habituales de este blog. Finalmente un desarrollo tipo thriller que se separó definitivamente de la idea original.
La música sigue estando presente en buena parte de las escenas. Hay un poco de todo, y posiblemente en el futuro sigan apareciendo nuevas piezas. Hoy os dejo con una de las piezas musicales que aparece en la obra, el Tango Fugata, deAstor Piazzola, y con Una Furtiva Lágrima, interpretada por Pavarotti. Sólo hay que ver la reacción del público para entender que estamos ante una actuación estelar.
Os iba a dejar la escena en la que aparecen las dos piezas, y de hecho ya las tenía pegadas, pero lo he pensado mejor… Igual otro día…