Igual levanto polémica, pero, sinceramente, me da igual.
Estoy cansado de la “guerra” de autores. Porque sí, HAY una guerra de autores. Por un lado, los revolucionarios. Por el otro los inmovilistas.
Los primeros defienden que el modelo editorial es caduco y obsoleto. Que las editoriales se aprovechan del autor ofreciéndole contratos leoninos. Que sin el autor no existiría mercado. Proponen que todos los autores deberíamos darle la espalda a las editoriales y aprovechar plataformas como Amazon, a la que erigen en el santo sanctorum de la revolución literaria, el nuevo mesías del escritor. La posibilidad de liberación absoluta de las garras del sistema.
Por otro lado, estamos los que creemos que, aunque es cierto que el autor es el último mono en el mercado editorial, los que de verdad valen tienen su hueco. Que esta es una profesión de larga distancia, que se necesitan varios años de trabajo muy duro para ir haciéndose un nombre. Que si consigues pergeñar una buena historia y das con un golpe de suerte puedes conseguir grandes cosas.
Éstos últimos, entre los que me encuentro, creemos que todo el mundo tiene derecho a escribir, pero que, desgraciadamente, no todo el mundo tiene el nivel suficiente como para publicar con garantías en un mercado durísimo y terrible. Que el escritor también necesita una formación: una formación en cuanto a cómo crear una historia, en cuanto a gramática, sintaxis, puntuación, etc. Con todo, respetamos y hasta animamos a los que prueban caminos distintos, como la autopublicación o la publicación digital, sea en Amazon, Bubok, Lulu o cualquier otra plataforma.
Sin embargo, no recibimos el mismo respeto por parte de los revolucionarios. En muchas ocasiones se nos tilda de inmovilistas, de vendidos, de ceder ante las editoriales y el sistema. De aceptar contratos de un 10% de ventas cuando ellos obtienen un 30% en edición digital.
En ocasiones, nos dan palmaditas en la espalda cuando alguno de nosotros anunciamos que vamos a publicar con tal o cual editorial, sea mayor o menor, mientras que por detrás nos critican, diciendo que si una editorial ha aceptado nuestra novela se debe a que es mediocre, que es de lectura fácil y poco arriesgada y que eso es lo que leen los analfabetos. Que, por el contrario, a ellos no les publicarán en la vida, porque ellos escriben historias de calado, de profundidad, de aquellas que marcan en la vida. Historias que pueden cambiar el mundo, poco más o menos. Y, claro, eso no compensa a las editoriales.
Porque, claro, las editoriales tienen que hacer un esfuerzo terrible: tienen que descartar a las malas historias, sí. Pero también a las buenas historias, aquellas que venderían sí o sí por su extraordinaria calidad. Tienen que buscar, por tanto, sólo a las historias y los autores mediocres, y ponerse a rezar para que, una vez publicados, vendan lo suficiente como para costear al menos los gastos y generar algún beneficio.
Esos autores pasan el día anunciando que su libro está en el puesto nosécuántos de los más vendidos. He llegado a ver autores que anunciaban a bombo y platillo que su libro estaba en el puesto 700 y pico de una lista de varios miles.
Autores que no se dan cuenta de que Amazon es una plataforma, sí. Una posibilidad, sí. Pero que, igual que con las editoriales, solo llegan los buenos. Y solo se mantienen, que es lo verdaderamente difícil, los extraordinarios. Autores que han ocupado durante semanas los primeros puestos en Amazon sólo consiguen ganar las astronómicas cantidades de 300€ o 400€.
Los que optamos por la publicación tradicional nos tenemos que conformar con un adelanto de 2000€, 3000€ o 5000€, dependiendo de la editorial y lo que esté dispuesta a apostar por cada uno. Eso sí, nuestros contratos son los leoninos. Somos nosotros los que nos vendemos.
No, señores. No nos vendemos. Elegimos el tipo de publicación que queremos llevar a cabo. En mi caso personal, y me consta que en el de la gran mayoría de los inmovilistas, por motivos como el de querer que nos hagan una corrección profesional; o una maquetación profesional. Que un sello de calidad contrastada respalde nuestro trabajo, etc.
Repito, defenderé el derecho de cualquiera a publicar del modo y la manera que desee. Pero exijo exactamente el mismo derecho. ¿O acaso si viniera Planeta, o Random House, o Alfaguara, o cualquier otra editorial, aunque fuera mucho más pequeña, con una oferta razonable dirías que NO a que sacaran tu obra en papel?
Elige tu modo de publicar. Y deja que yo elija el mío. A ser posible, sin criticarme a mis espaldas.
Repito lo dicho en redes sociales, se puede decir más alto, pero no más claro. El respeto al trabajo ajena y como se quiera desarrollar dicho trabajo es fundamental. Somos un colectivo relativamente pequeño, dedicarse a la literatura es muy duro. En lugar de meternos el dedo en el ojo, deberíamos ayudarnos (o al menos no estorbarnos) un poquito más
En fin, sólo puedo decir que tienes toda la razón. No era consciente de esa “guerra”, pero estoy de acuerdo con lo que dices.
Un saludo.
Hombre, yo no creo que haya una guerra… Lo que hay es una envidia feroz -y natural- hacia quienes consiguen publicar en editoriales potentes o tradicionales. Pero no creo que haya que mosquearse por las lógicas críticas de quienes quieren, lo intentan, pero no llegan… Y han de conformarse con los melancólicos frutos de la auto-edición.
Y lo dice un autor que está en ambos bandos y en cuantos puedan surgir.
El post, eso sí, estupendo.
Es una pena, no creo debe haber agrio ni competencia absurda en esta carrera. El mundo esta cambiando y con ello todo lo que nos rodea. Tenemos que adaptarnos a los cambios, querramos o no, pero también aceptar las decisiones de los demás. Estoy en los dos bandos y ambos tienen tantas cosas malas como buenas
Adelante con tus proyectos, sigue alimentando tus esperanzas.
Te veo muy quemado, Teo,
supongo que se debe a alguna situación particular que has vivido.
Yo creo que una cosa no quita la otra, no hay que elegir bando.
Yo he publicado en amazon la novela que ya ha tenido un recorrido en papel y estoy muy satisfecha con el resultado, pero sigo a la espera de que una editorial publique mi nueva novela porque es lo que me da verdadera satisfacción, porque como dices, quiero el respaldo de una editorial y tener mi libro en las manos.
Ánimo y no te cabrees 😉
Teo,
Claro que cada uno elige el modo de publicar. Y hasta a veces toma/tomamos el que nos queda, sin posibilidad ya de elegir.
La calidad es ante todo responsabilidad del propio autor. Se autopublican cosas que no valen la pena, y al mismo tiempo editoriales reconocidas (muy reconocidas) publican lo que creen se venderá, aunque tampoco valga la pena. Pero son sólo casos testigo. Hay de todo en esta vida.
En lo personal, publicando y vendiendo mis libros por la calle consigo ganarme modestamente el pan, de la forma en que más me gusta. Con una editorial no podría hacerlo, a menos que me convirtiera en un best seller. Sin embargo, no sé qué haría si tuviera una buena propuesta; seguramente la aceptaría, o no, quién sabe.
Un abrazo!
Vamos a ver… dijo un ciego.
Ni los autopublicados nos creemos superiores a los “inmovilistas” (apenas me entero del nombre, y no sabía que los otros se llamaban revolucionarios), yo los llamo: Generación Kindle. Pero bueno, no sé de dónde sacas tú esa tesis, Teo, me extraña, jamás había oído algo así.
Hablo desde mi experiencia:
Es claro que cualquiera que autopublique desearía hacerlo con una gran editorial, o por lo menos una mediana editorial. Hasta una pequeña editorial, siempre y cuando respeten ciertas cláusulas.
Estás confundiendo las cosas. No es que los que publiquen en Amazon no deseen publicar en papel. NO HAN PODIDO que es muy diferente. Comprendo que no todo lo que actualmente está en Amazon podría pasar una criba editorial, pero tampoco es para ponerse a insultar a las editoriales, pues sería como escupir al cielo.
Para mí, y lo he dicho muchas veces, Amazon es una vitrina internacional, y gracias a ella he logrado publicar en papel una novela que UNA no TODAS, justamente la editorial que publicó El legado, rechazó. Viceversa rechazó El manuscrito y no porque estuviera mal escrita. Nunca supe el motivo aparte del de la crisis. Pero me consta que en ese mismo tiempo publicaba a otros que yo conozco, y espero que les haya ido mejor que con la mía.
A pesar de eso no tengo nada en contra de Viceversa, todo lo contrario, les estoy muy reconocida porque se portaron bien con mi primera novela. Probablemente no resultó el boom que ellos esperaban, pero cosa rara, está siendo un boom ahora, pero no puedo hacer nada porque me liga un contrato con ellos.
Amazon es tan una vitrina que hoy por hoy El manuscrito no solo está publicado en España; dentro de poco vendrá a América, (USA e Iberoamérica) y una editorial turca la traducirá a su idioma. Así que no tengo nada en contra de haber publicado en Amazon, ni tampoco en que los escritores que allí publiquen promocionen su obra aunque ocupe el puesto 700.
Cada quien es libre de gritar al aire lo que desea vender, serán los lectores quienes siempre, en papel o en digital tendrán la última palabra. Así como cada cual es libre de envidiar el éxito de otros escritores.
He dicho. Y a ver si dejas el disgusto contra los “revolucionarios”, porque en todo caso, es un paso que dimos al frente para medirnos en buena lid, con iguales oportunidades, y no todo el mundo está dispuesto a hacerlo, por miedo a no sobresalir.
Un abrazo,
Blanca
Muy bueno el blog, ¿te unes al anillo?
http://www.biblioeteca.com/biblioeteca.web/anilloblogs
Hola Teo:
he leído la entrada al colgarla Blanca en Twitter. La verdad es que no tenía ni idea de esa guerra, o más bien la había visto al revés, ya que escritores conocidos, incluso algún Noble de los que tienen la publicación asegurada, han tachado de todo lo imaginable a los libros digitales, y siempre que leo algo de una autor que no publica en digital lo hace con condescendencia cuando no con desprecio hacia los del otro lado de la pantalla. Recuerdo artículos de Juan Manuel de Prada, Mario Vargas Llosa y otros, y también algo similar he visto por parte de los libreros calificándolos de “morralla”, “basura” y cosas semejantes (esto es literal).
Y me parece que es simplificar mucho las cosas. Ni en papel ni en digital es oro todo lo que reluce. Tampoco es cierto que si un libro es bueno tarde o temprano tenga la edición asegurada. Hoy en día, no, y lo sabes. Me parece injusto dar a entender que al que no le publican es porque no lo merece. No todos merecen ser publicados, por supuesto, pero muchos de los rechazos son por cuestiones ajenas a las obras. Si tuvieran una bola de cristal otro gallo les cantaría, pero no la tienen y hoy en día la política mayoritaria es asumir riesgo 0 (salvo las excepciones que confirman la regla), y todo desconocido conlleva un riesgo
Yo prefiero la edición en papel, siempre que la editorial sea decente, pero veo la edición digital como una forma de darse a conocer y de salvar las barreras tremendas que el sector ha levantado ante la crisis reinante cuando la vía tradicional se resiste. No se puede medir la valía de los demás por la suerte y méritos de uno.
Yo he vivido dos ediciones en papel de El final del ave Fénix que me han dejado la satisfacción de tenerlo en la mano y comenzar este camino, pero que no me ha reportado ni la mitad de lectores ni de ingresos que la edición digital. Así que como dice Blanca, no puedo sino estar agradecida a esa posibilidad que me ha permitido, además, que vuelva a publicarse en papel por tercera vez. Amazon está siendo un escaparate, un tester económico para editoriales que temen arriesgarse con autores poco conocidos.
Lo que vengo a decir es que este mundillo es muy complejo, cada día más, y nada es blanco ni negro, y nadie puede decir de este agua no beberé. Son vasos comunicantes por los que nos iremos desplazando, y el que desprecie cualquiera de ellos, digital o papel, es que no entiende lo que está pasando.
No sé cual ha sido el origen de esta interesante entrada, pero quien critica a los que publican en papel no tiene mucha idea, y algunos casos probablemente lo que les lleve a hacerlo sea un puntito de envidia; pero tampoco aquellos que generalizan en el sentido contrario, y en ese caso el lugar de la envidia lo llena el miedo al cambio.
Lola, el problema, precisamente, viene cuando hay gente que si prefieres no autopublicar tus libros en Amazon (porque lo que se hace es una autopublicación, con la única diferencia de que no hay que poner dinero de por medio) te marcan en la lista negra.
Todo esto viene por el comentario a una autora que anunciaba hace poco que iba a publicar con una editorial potente y de inmediato saltaron las enhorabuenas públicas, pero en privado y por la espalda ponían su obra de mediocre para abajo. Y no es justo. Que cada uno elija lo que quiere para sus libros, pero que no critique ni a los demás ni al sistema, porque, seguramente, si todos esos que tanto y tan mal hablan del mundo editorial recibieran una oferta decente (ya no digo buena), pasarían a decir que el sistema editorial es maravilloso.
Estoy cansado de hipocresía, Lola. Simplemente. Besazos gordos.
Blanca, cielo, sabes que te quiero un montón. Pero no puedes hablar por todo un colectivo. Hay muchos, MUCHOS autores que publican en Amazon, o Lulu, o Bubok, siendo Amazon el ejemplo más evidente, que mantienen la actitud que explico en el post. ¿Qué no todo el mundo que publica en formato digital la tiene? Evidentemente. ¿Qué algunos de los que publican en papel hacen lo mismo con los que publican en digital sin pasar por el filtro editorial? Sí, y me parece igual de repelente. ¿Qué algunos de los que publicáis en esos formatos triunfáis? Desde luego. Tú eres el caso más claro, pero también está Armando, Antonia, Marta… etc.
Lo que denuncio es ese malestar de unos contra otros. Te mueves hace mucho tiempo en este mundillo virtual y sabes que lo que digo es cierto. Existe, para desgracia de todos. Cómo los nombremos es lo de menos. Yo les llamé “revolucionarios” e “inmovilistas” por nombrarlos de algún modo que representara lo que unos y otros defienden, simplemente.
Lo que denuncio, lo que quiero hacer ver, es precisamente la hipocresía de esos que hablan mal de algunos escritores que consiguen publicar sus libros atacando al sistema editorial cuando ellos mismos, como tú bien dices, estarían encantados de que una editorial “tradicional” les hiciera una oferta por sus libros. Eso es lo que denuncio. Eso es lo que no me gusta.
Y me da la impresión de que te lo tomas como algo personal, cuando no es así. En tu caso, al menos hasta donde yo sé, y te conozco desde hace años, jamás has actuado de esa manera. Repito: me parece genial que cada uno intente dar a conocer su obra del modo que crea más conveniente. Y desde aquí envío a todos mi ánimo y mi admiración, ya lo hagan en una plataforma digital como Amazon, o haciendo una autoedición en papel.
Lo que pido es que la gente se quite la careta, que deje de criticar a otros sencillamente porque ellos no han recibido una oferta editorial. Que respeten, igual que piden respeto para su elección, a los que toman otros caminos.
Estarás de acuerdo conmigo en que eso sucede en más casos de los que a ti y a mi nos gustaría. Y, sinceramente, me parece vomitivo.
Hola, Marta
No pretendo dar a entender que si no logras publicar en papel tu libro no es bueno. Como muy bien dices, hay mil factores a tener en cuenta. Algo tan sencillo como enviar tu novela 3 meses antes o después puede marcar la línea entre publicar o no.
Pero sí mantengo mi opinión de que hoy en día todo el mundo escribe, y cree que lo hace bien. Y no es cierto. No todo el mundo maneja bien la gramática, por poner un simple ejemplo. No todo el mundo sabe levantar con coherencia una historia de la nada. No todo el mundo es capaz de crear buenos personajes. No todo el mundo logra crear buenos conflictos… Y no podemos levantar un edificio si no sabemos hacer mezcla para unir los ladrillos.
Como decía ayer en mi muro de Facebook, yo mismo solo tengo una novela publicada. Pues es posible que pinchara con las demás, ¿por qué no? ¿Por qué tengo que criticar al sistema editorial en vez de intentar analizar en qué fallé con mi trabajo?
Como digo en la entrada del blog, Amazon no es la panacea. Da oportunidades que de otro modo se niegan. Es cierto. Pero, siendo sinceros: ¿cuántos consiguen crear verdaderamente un núcleo de seguidores que llame lo suficiente la atención? De entre los miles y miles que cuelgan a diario sus libros en Amazon (y repito Amazon porque es el ejemplo más evidente), ¿Cuántos lo logran? ¿Un 1%? Seguramente mucho menos de ese número. El problema es que algunos ven Amazon como la revolución del mundo editorial, y en mi opinión personal, no lo es. Y el problema se agrava cuando los que ven a Amazon como la revolución del mundo editorial empiezan a criticar a otros que no autopublican en Amazon y consiguen un contrato editorial.
Repito por enésima vez: defenderé el derecho de cualquier a hacer con sus textos lo que crea conveniente. Lo que pido es que no se critique a los demás cuando consiguen un contrato editorial. Ni más ni menos. Y tú, que también te mueves en estos mundos desde hace años, seguro que has escuchado cosas así.
Como le decía a Blanca en mi mensaje anterior: me produce exactamente el mismo rechazo el que critica a los que autopublican en Amazon. Que cada uno haga lo que quiera y que dejen en paz a los demás, que bastante duro es este mundo como para que, además, tus propios compañeros vayan hablando mal de ti sin verdaderos motivos.
Mil besos, guapísima
Bueno, es que viendo más claro el origen de esta entrada, la impresión que me da es que no es un problema de formato, sino de envidia de la de toda la vida :-), y esa la tiene el que querría publicar en papel y no lo consigue, el que autopublica en Amazon y no sube, el que publica en una editorial pequeña y ve a otro que firma en una potente, el que no tiene agente y querría tenerlo… y al final esa envidia en algunas personas se traduce en criticar al que le ha ido mejor que a él. Pero eso es independiente del formato, y viene de los tiempos de Caín y Abel. Si supieses las movidas que hay en digital…
Es una pena, pero es así desde que el mundo es mundo, y el literario no se salva.
Pero no es solo eso, Marta. Es que, de verdad, hay un colectivo, un grupo, un curpúsuculo… llámalo como quieras, que, realmente, ataca a aquellos que publican en papel y no en digital por los %, por los contratos… Por envidia, sí, pero no solo eso.
Y me parece una equivocación
me pareces un pedante
!Que lastima! Pareces que la tienes amarga. Se nota como actuas frente a los demas, al contestar a los comentarios, tienes un gran envidia que te calcina por dentro. Quizás si bajaras de la nube en donde crees que estás te puede ir mejor. En lugar de felicitar a los que han escalado más alto que tu con su intento en Amazon… te chorreas de la envidia. Pedante engreído!!!
Querido anónimo, ¿podrías especificar a quién te refieres al llamarlo “pedante”? Creo que es a mi, pero bueno, por tenerlo claro y eso.
Estimado anónimo:
Tengo un dicho en el que creo a rajatabla “si no eres capaz de dar la cara por tu opinión es porque ni ella ni tú valéis para nada”
Es fácil llegar a un sitio bajo la máscara del anonimato para insultar de manera frívola a quien no conoces, con unos argumentos francamente pobres…
La gente que como tú se pasea por la redes sociales sin más interés que el insulto, empobrece los debates. Quizás es que no tienes una opinión propia y legitima que aportar, porque para eso hay que tener cierta capacidad de análisis.
En fin, que no unas la estupidez a la ya demostrada cobardía. Si no tienes nada que decir, no lo digas.
No es por nada pero el Anónimo se retrata solo. No sé si es algo así a lo que te refieres Teo, pero actitudes así no son extrapolables
Teo, pues claro que me doy por aludida porque me encuentro entre los dos bandos. los que publican en digital y en papel. El asunto es que dices que existe a ciencia cierta un grupúsculo que escritores que cuando se entera que una editorial a publicado a un escritor en papel, hablan pestes de él y de la editorial. No lo comprendo. Suele ser al revés.
Pero si dices que eso ocurre, pues, vaya tu palabra por delante. Pero no veo el motivo de este debate, sinceramente, pues no creo que tú hayas sido atacado, todo el mundo conoce tu valía como escritor y como profesor; si hablas por otros mejor deja que sean los otros los que hablen, me refiero a que se defienda los atacados.
Mi respuesta no tiene nada que ver con la amistad que te profeso, Teo lo sabes, pero me extraña esta entrada tan poco fundamentada, pues ni había oído hablar de lo que dices ni creo que sea verdaderamente algo tan grave. Todos pueden decir y objetar lo que quieran, la verdad siempre saldrá a relucir.
Otra cosa es cuando se habla de agencias. De ese tema sí tengo mucha tela que cortar. Pero las editoriales son imprescindibles, hasta donde sé.
Un abrazo,
Blanca
No está poco fundamentada, Blanca, te lo aseguro… Me he encontrado muchas veces en muchas conversaciones sobre el tema. No es una entrada debida a un “calentón”, ni nada parecido. En Twitter y en Facebook puedes ver que muchos otros autores me han dado la razón hablando del tema. Es algo que está ahí y que se mueve, para desgracia de todos los que optamos por la coexistencia de ambos formatos.
No, Marta, no me refiero a eso. Me refiero exactamente a lo que he comentado en el blog y que no voy a volver a repetir una vez más porque no tendría sentido.
Lo de este anónimo pues no sé lo que es porque no tengo ni idea de quién puede ser, aunque no le doy ni la más mínima importancia al tema, la verdad.
Estoy con Teo. Existe ese grupo de ataque a la publicación tradicional, yo también lo he vivido en múltiples discusiones. Es un grupo minúsculo, ojo, pero radical hasta lo absurdo, que quieren crear una cruzada contra los métodos convencionales de publicación. No atienden a razones, ni siquiera cuando les hablas de que ambos formatos coexistan. No, ellos están en el digital y no aceptan otra visión del mercado. Nos llaman vendidos a las editoriales (cuando ni siquiera se enteran de que las editoriales no son ese monstruo que pregonan), elitistas y no sé qué más. Lo digo por experiencia propia.
Y del mismo modo, también hay gente del mundillo tradicional que atacan a los que autopublican en digital. Unos y otros son repelentes. Que sea el libro el que se defienda a sí mismo, no el formato.
Yo defiendo ambos formatos: he publicado una novela en papel, pero varias de las antologías en las que participo están apareciendo en Amazon. Y me parece genial. Es una herramienta fabulosa. Pero como dice Teo, no pienso tolerar que nadie me critique por seguir apostando por el mercado tradicional en mi carrera literaria en solitario (complementada con el formato digital, si pudiera ser). ¿Al fin y al cabo no somos todos escritores? Eso es lo que critica Teo, y le apoyo: la guerra de autores.
Por cierto, el “anónimo” que tan cobardemente ha dejado su opinión estoy convencido que está dentro de ese primer grupo que menciono, el de los radicales a favor del digital (o más bien, en contra de lo tradicional). Es la prueba de que Teo tiene razón en su denuncia.
Pues será que como estoy como Blnaca, entre dos mundos, no me llegan esas guerras. Sólo sé lo que he comentado más arriba y porque ha salido en prensa, que yo no tengo el gusto de conocer a estos señores.
En fin, que para cuatro que habrá rabiando no vale la pena darles mucha cancha.
Y el anónimo me cuesta creer que sea escritor, por razones obvias. Pero que está rabioso… eso sin duda. Algo estarás haciendo bien,como suele decirse :-).
Un abrazo
Es como dijeron por ahi: envidias hay en todas partes. Es propia del ser humano, y no por escribir nos libraremos de ella. Sólo queda sonreir paternalmente ante la estupidez ajena. 😉
Un abrazo.
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Haya paz. Todos los índies queremos publicar con una gran editorial… Todos. Yo no creo que exita esa lucha, lo que hay es la envidia y mala baba de siempre…