Lo reconozco, el tema del tiempo me aburre muchísimo. Con toda probabilidad porque se trata de un asunto crucial con el que no termino de hacerme. Así que me ha llevado un año entero decidirme a contaros cómo Rowling sale airosa del reto de estructurar una saga completa alrededor de un curso escolar (vale, de varios cursos escolares) sin que el lector pierda la cabeza. Hablemos del uso del tiempo en la literatura. La cuestión es que toda historia se desarrolla alrededor del tiempo. Si los segundos no se suceden podemos encontrarnos ante una descripción más o menos bella, pero no habrá una historia. Para contar hace falta una línea temporal. Es lo que se llama tiempo literario. Y cómo pasa el tiempo en la literatura determina que una novela sea más o menos trepidante. O, para decirlo en términos más honestos, que sea más o menos aburrida. Los autores utilizan el tiempo literario como desean para dar más o menos relevancia a los hechos que les interesan de sus historias. Pueden ser fieles al transcurso de las horas, pero pocas veces lo hacen. La mayoría de las veces estiran los minutos o los contraen o se los saltan. Todas esas manipulaciones tienen nombre (¡Ay!) y crean determinados efectos en el lector. Existen dos tipos de tiempo en la literatura: el tiempo de la historia y el tiempo del relato El tiempo de la historia El tiempo de la historia es el periodo temporal que sucede entre el primer hecho que narra una historia (de cómo Dumbledore deja a Harry en casa de los Dusley) hasta el último (la conversación de Harry y Dumbledore en la enfermería). El tiempo del relato Se llama tiempo del relato a la organización del tiempo de la historia. Muy pocas veces coinciden ambos. Rowlin en La piedra filosofal realiza ciertas manipulaciones en el tiempo del relato para que no tardemos once años y medio en leer las primeras aventuras de Harry. Este tipo de manipulaciones son de dos tipos. Se puede manipular el orden de los acontecimientos y se puede manipular la duración de dichos acontecimientos. Y en función del tipo de manipulación nos encontramos con diferentes recursos que afectan al paso del tiempo en literatura: Manipulación del tiempo del relato: Resumen y elipsis: acortan el tiempo Escena: narración en tiempo real Descripción, digresión y dilatación: alargan el tiempo del relato, que transcurre más despacio que el tiempo real. Manipulación del tiempo de la historia Analepsis o Flashback Racconto Prolepsis o Flashforward ¿Veis por qué no me gusta nada este tema? Casi 500 palabras y todavía no me he metido en Hogwarts ni una sola vez. En fin, eso se acaba ahora mismo. Veamos a qué responden todos esos nombres y cómo los usa Rowling en la primera noevla de la saga: Harry Potter y el uso del tiempo en literatura Tiempo del relato 1.- Resumen Cuando lo que se va a contar no tiene demasiada importancia en la historia pero es necesario que el lector los conozca, el autor hace una narración superficial. Toma algunos detalles que den la información mínima imprescindible y sigue con otra cosa. Por ejemplo, la primera vez que Rowling dedica tiempo real a Neville Longbottom. En unas pocas líneas nos cuenta toda la infancia de uno de los personajes que se revelará como más importante al final de la saga: —Bueno, mi abuela me crió y ella es una bruja —dijo Neville—, pero la familia creyó que yo era todo un muggle, durante años. Mi tío abuelo Algie trataba de sorprenderme descuidado y forzarme a que saliera algo de magia de mí. Una vez casi me ahoga, cuando quiso tirarme al agua en el puerto de Blackpool, pero no pasó nada hasta que cumplí ocho años. El tío abuelo Algie había ido a tomar el té y me tenía cogido de los tobillos y colgando de una ventana del piso de arriba, cuando mi tía abuela Enid le ofreció un merengue y él, accidentalmente, me soltó. Pero yo reboté, todo el camino, en el jardín y la calle. Todos se pusieron muy contentos. Mi abuela estaba tan feliz que lloraba. Y tendríais que haber visto sus caras cuando vine aquí. Creían que no sería tan mágico como para venir. El tío abuelo Algie estaba tan contento que me compró mi sapo. 2.- Elipsis A Teo, ya sabéis, el dueño del blog, le gusta hablar del principio de Prometheus para ilustrar lo que es una elipsis. Se trata del recurso mediante el que el autor se ahorra contar lo que pasa durante un periodo más o menos largo de tiempo. En el caso de Prometheus es cortito: toda la historia de la humanidad. La elipsis pueden ser explícitas o implícitas. En las explícitas el autor nos dice que ha pasado el tiempo. En las elipsis implícitas es el lector el que debe deducir que el tiempo ha pasado. Y la deducción se desprende de la acción narrada. Volvamos a Hogwarts, a ver cómo Rowling omite lapsos de tiempo . La verdad es que no hay que adentrarse mucho en la historia para encontrar la primera elipsis explícita. Con una de ellas empieza el capítulo 2: Habían pasado aproximadamente diez años desde el día en que los Dursley se despertaron y encontraron a su sobrino en la puerta de entrada, pero Privet Drive no había cambiado en absoluto. Y el 3…: La fuga de la boa constrictor le acarreó a Harry el castigo más largo de su vida. Cuando le dieron permiso para salir de su alacena ya habían comenzado las vacaciones de verano Y el 5: Harry se despertó temprano aquella mañana. Aunque sabía que ya era de día, mantenía los ojos muy cerrados. De hecho, la mayor parte de los capítulos de la novela comienzan marcando una elipsis de manera muy explícita. 3.-Escena Se trata de uno de los tratamientos más complejos del tiempo en literatura, porque el autor describe en tiempo real y debe, mientras
Pistolas mágicas de Chejov
A lo largo de todo este año hemos hablado de elementos muy importantes para la construcción, en este caso deconstrucción, de Harry Potter: Historia y argumento, personajes, estructura, objetivos, obstáculos y atmósfera. Si no me falla la memoria, nos queda visitar el manejo del tiempo y de los recursos literarios. Empezaremos por estos últimos, los recursos, y dejaremos el tiempo para el último artículo dedicado a La Piedra Filosofal. Pero no os preocupéis, que después vendrá La cámara secreta. Chejov, Foreshadowing y Red Herring No, no son nombres de hechizos, pero podrían serlo. Sobre todo para aquellos que no estén familiarizados con el lingo literario. De hecho, si lo piensas un poco, en realidad sí pueden considerarse pequeños encantamientos que el autor usa con el lector para manipular su percepción de la novela. Veamos en qué consisten y cómo los aplica Rowling en este primer libro de Harry Potter Pistola de Chejov Es el principio literario según el cual nada que no vaya a ser utilizado debe aparecer en una narración. La cita es algo así: “Elimina todo lo que no tenga relevancia en la historia. Si dijiste en el primer capítulo que había un rifle colgado en la pared, en el segundo o tercero este debe ser descolgado inevitablemente. Si no va a ser disparado, no debería haber sido puesto ahí.” Anton Chejov Aunque con el pasar de los volúmenes a la autora se le va olvidando cuidar este tipo de coherencia argumental, lo cierto es que Harry Potter contiene una de las armas colgadas en la pared más bonitas, evidentes y ocultas a plena vista de la literatura contemporánea: Página 70: Harry desenvolvió su rana de chocolate y sacó el cromo. En él estaba impreso el rostro de un hombre. Llevaba gafas de media luna, tenía una nariz larga y encorvada, cabello plateado suelto, barba y bigotes. Debajo de la foto estaba el nombre: Albus Dumbledore. —¡Así que éste es Dumbledore! —dijo Harry. —¡No me digas que nunca has oído hablar de Dumbledore! —dijo Ron—. ¿Puedo servirme una rana? Podría encontrar a Agripa… Gracias… Harry dio la vuelta a la tarjeta y leyó: “Albus Dumbledore, actualmente director de Hogwarts. Considerado por casi todo el mundo como el más grande mago del tiempo presente, Dumbledore es particularmente famoso por derrotar al mago tenebroso Grindelwald en 1945, por el descubrimiento de las doce aplicaciones de la sangre de dragón, y por su trabajo en alquimia con su compañero Nicolás Flamel. El profesor Dumbledore es aficionado a la música de cámara y a los bolos”. Ahí está el famoso mago Nicolas Flamel, protagonista de los desesperos del Harry, Hermione y Ron, que lo buscan y lo vuelven a buscar después de un pequeño desliz de Hagrid casi 70 páginas después. En concreto en la 133: Ahora, escuchadme los tres, os estáis metiendo en cosas que no os conciernen y eso es peligroso. Olvidaos de ese perro y olvidad lo que está vigilando. En eso sólo tienen un papel el profesor Dumbledore y Nicolás Flamel… —¡Ah! —dijo Harry—. Entonces hay alguien llamado Nicolás Flamel que está involucrado en esto, ¿no? Y por fin, en la página 152, se revela el misterio: Flamel es el descubridor de la Piedra Filosofal. La Pistola de Chejov es en este caso un cromo encontrado en una chocolatina. Un cromo de poco valor porque representa a Dumbledore y es frecuente que aparezca. Sin embargo, en ese cromo insignificante está la clave para descubrir el misterio que tiene tan intrigados a los protagonistas como al lector. Foreshadowing o Presagio El foreshadowing es esa pista que insinúa que algo pasará a lo largo de la narración. Uno de los más evidentes de la literatura fantástica es esta conversación de Frodo y Sam en El Señor de Los Anillos: —Frodo: ¡Qué lástima que Bilbo no apuñaló a esa vil criatura [Gollum] cuando tuvo la oportunidad! —Gandalf: ¿Lástima? Fue la lástima la que detuvo su mano. […] Muchos de los que viven merecen la muerte. Y algunos que mueren merecen la vida. ¿Puedes dárselas? Entonces no estés demasiado ansioso de entregar juicio de muerte. Porque aun los más sabios no pueden ver todos los finales. […] Mi corazón me dice que aún tiene un papel que desempeñar, para bien o para mal, antes del final; y cuando este venga, la compasión de Bilbo podría gobernar el destino de muchos, en especial el tuyo. La verdad es que el libro uno contiene pistas que se revelan importantes mucho más adelante en la saga. Quizá la más reveladora sea la lección de varitas que recibe Harry en Olivander’s, cuando el viejo mago le explica al joven que la varita escoge al mago y que la suya es gemela de “otra”. Libros después sabremos que esa otra es la de Voldemort. Pero dentro de la propia novela hay al menos dos casos de presagio bonitos que suelen pasarse por alto, al menos la primera vez que se lee el libro. El primero de ellos sucede en El Bosque Prohibido. Allí, cuando Harry se encuentra con los centauros, ellos repiten con cierta insistencia que “Marte brilla”. Una manera encubierta de decir que se acerca la guerra. Una guerra que, de hecho, comienza al final del libro. Aunque mi presagio favorito se da cuando Hagrid les cuenta a los tres protagonistas quiénes son los profesores que han colaborado para proteger la Piedra Filosofal. Entre ellos está Quirrell, por supuesto. Pues bien, cuando los chicos entran en la trampa que ha puesto este profesor, se encuentran con un troll inconsciente, lo que debería haberles hecho suponer que él había sido el causante del episodio del troll que se cuela en las mazmorras y por tanto él era el que buscaba la piedra y no Snape. Red Herrings o pistas falsas Hablando de Snape… Sí, Snape es la pista falsa estrella de Harry Potter y la Piedra Filosofal. Es el tipo del que todos piensan que es malvado desde el principio. Por su aspecto,
Cómo construir un villano. El ejemplo de Voldemort
Hoy voy a hablaros sobre cómo construir un villano para tu novela, así que te voy a explicar todo lo que necesitas saber sobre Voldemort para construir tu gran villano. No hay nada más decepcionante que un mal villano. Puedes pasar años enteros trabajando en el protagonista, los personajes, los escenarios, los obstáculos y el conflicto. Nada de eso importará si tu villano, el antagonista principal, hace aguas. Veamos, antes de ver cuáles son los puntos fuertes de Lord Voldemort, algunas cosas que debes tener en cuenta ANTES de construir un villano. Como NO debe ser un villano 1.- El malvado sin fundamento Si los motivos son importantes para tu protagonista, deben ser igualmente importantes para tu villano. Pueden existir seres malvados que lo son de nacimiento. Simplemente están del lado del mal y ya está. Igual que tienen los ojos azules. Si eliges uno de estos a la hora de construir tu gran villano, luego no vale cortarse. En cualquier caso, lo normal es que los personajes con cierta profundidad actúen movidos por sus propias motivaciones. Estas pueden parecernos ruines o mezquinas. Eso da igual. Tienen que ser importantes para tu antagonista. Y deben ser verosímilmente importantes. Si estás escribiendo un relato infantil, a lo mejor el malo del cuento lo es porque le han robado un patito de goma. Esto no vale para personajes como Darth Vader o Lord Voldemort. Proporcionalidad, he ahí la cuestión. 2.- Enseña a tu villano en el momento justo Hablaremos de esto un poco más tarde, pero es verdad que en La Piedra Filosofal, J.K. lo hace muy bien. Nos pone hasta cuatro señuelos antes de enseñarnos al verdadero villano. Eso hace que su aparición sea de verdad impactante. 3.- Nada de discursos, por favor En serio. Si el malo tiene a tu protagonista a punto de caramelo para clavarle una espada en la yugular, no le hagas recitar la lista de los reyes godos. Porque todo lector sabe que eso lo que hace es comprar tiempo al autor para que consiga que llegue el salvador caballero blanco o la idea que sacará al prota de su atolladero. Si has sido tan torpe como para poner a tu protagonista en peligro de muerte, más vale que le mates… o que tu excusa para no hacerlo sea impoluta. 4.- La cara no es un reflejo del alma De nuevo, ya le pondremos los puntos sobre las íes a la Rowling, que se empeña en dibujar malvados seres con pinta de monstruos. El malvado feo, deforme o enfermo se ha convertido en uno de los clichés más manidos de la literatura. Evítalo. La gente no es como el retrato de Dorian Grey. Cuando cometes algún acto vil, cruel, ilegal o cuestionable no te salen llagas supurantes. Tu gran villano debería ser una persona de aspecto normal. 5.- Derivado directamente del 1 Si tu villano necesita unos motivos verosímiles que justifiquen su maldad, también necesita cierto trabajo. Caracterizar al villano es tan necesario como caracterizar a los demás personajes. También lo es que conozcas su pasado, cómo pasa los días buenos y los malos. Con toda probabilidad haga algo más que acariciar un gato de angora con su mano enguantada. Puede que sea un villano 24 x 7, pero seguro que se dedica a otras cosas. Igual va al gimnasio, o hace de voluntario en un asilo. Disimular es de listos. ¿Cumple Voldemort con estas premisas? 1.- ¿Tiene Voldemort su propia motivación? Podemos empezar por establecer que el conflicto principal de la Piedra Filosofal es entre Harry y Voldemort. Harry desea detener a Voldemort para que no robe la piedra filosofal. Además, Voldemort no le tiene mucho cariño a Harry porque tuvo la desfachatez de no morirse. Pero, por encima de todo eso, Voldemort desea hacerse con la Piedra Filosofal para poder volver a la vida. Esa es su mayor motivación en este primer libro de la saga. Parece un motivo importante para realizar todas las maldades que lleva a cabo. Diremos por tanto que sí: Voldemort va servido de motivos. Además, toda la novela está diseñada para que ambos, protagonista y villano se enfrenten en el clímax de la historia. Una de las primeras cosas que Harry conoce de su pasado es el papel que Lord Voldemort jugó en él. Cuando Harry llega a Hogwarts, se entera del robo en Gringotts y luego descubre la trampilla custodiada por el perro de tres cabezas, la historia evoluciona para que esa confrontación tenga lugar. En un clímax tramposo pero eficaz, Rowling nos lleva a pensar que Snape es el verdadero villano. Al final del capítulo 7, cuando Harry siente dolor en la cicatriz, J.K. nos hace pensar que serán ellos dos quienes finalmente se enfrenten. Mientras tanto, Harry, Hermione y Ron exploran la escuela y recaban información sobre la Piedra Filosofal. Voldemort por su parte se nos va haciendo más odioso. Se dedica a beber sangre de unicornio. Así la tensión entre el bien y el mal se hace más patente. Sobre todo cuando ataca a Harry en el bosque prohibido. En la escena final Voldemort ordena a su lacayo Quirrell atacar a Harry. Es la diferencia esencial entre Harry y Voldemort la que gana la batalla, no Harry por sí mismo. Durante esta cadena de acontecimientos, tanto protagonista como villano mantienen sus propias motivaciones intactas. ¿Aparece Voldemort en el momento justo? Ya decía más arriba que el timing es lo que la Rowling mejor maneja. Al menos en esta novela y con respecto al villano. Hablaba también de cuatro señuelos que nos coloca en el camino para que los confundamos con el gran protagonista. Y eso que lo menciona al principio de la novela. En el capítulo 4, cuando Hagrid revela su identidad a Harry, se refiere a Voldemort como “Quien-tú-ya-sabes”. No obstante, estos son los malvados que Rowling quiere colarnos como su gran villano: Dudley Dursley: el primo gañán, gordo, tonto y abusón de Harry Draco Malfoy: el niño arrogante, malcriado y racista del
La creación de escenarios de Harry Potter – Hogwarts
Hogwarts, el colegio de magia y hechicería de mayor renombre del mundo, el lugar más seguro sobre la faz de la tierra (aunque se les cuele un troll a la primera de cambio o los profesores de defensa contra las artes oscuras estén abocados a la desgracia), es uno de los escenarios más importantes de toda la saga. Se trata de un lugar emblemático que ha dado lugar a uno de los escenarios del cine contemporáneo más reconocibles. Y para conseguir que eso sea así, J.K. Rowiling se empleó a fondo. Vamos a ver cómo diseño el mayor de los escenarios de Harry Potter: Hogwarts. Primeros pasos por Hogwarts Como he hecho en los artículos anteriores, extractaré las citas más significativas para analizarlas a continuación. En este caso comenzamos con el primer contacto de Harry con Hogwarts, el cruce del tercer umbral. Porque para cuando llega al sombrero seleccionador ya ha pasado por el Callejón Diagon y por el Andén 9 y ¾. Recordad lo mucho que nos gusta el número tres. Pues bien, esto es lo primero que sabemos del colegio: “Abrió bien la puerta. El vestíbulo de entrada era tan grande que hubieran podido meter toda la casa de los Dursley en él. Las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas como las de Gringotts, el techo era tan alto que no se veía y una magnífica escalera de mármol, frente a ellos, conducía a los pisos superiores.” De nuevo vuelve la luz, se adivina el esplendor. Harry está asombrado y un poco intimidado. Se da cuenta además de que lo que ha vivido hasta el momento no es más que un prólogo. Hogwarts es mucho más que la casa de sus tíos. Pero para entrar en ese mundo que hasta ahora solo hemos atisbado, tiene que subir esa escalera, superar un último obstáculo. Permitidme que señale, aunque sea muy evidente, que J.K. no desaprovecha ningún recurso a su alcance. Igual que usa el número tres (quizá incluso puede que lo haga de manera intuitiva), usa la imagen de la escalera. Luego se hablará de un bosque y la escalera reaparecerá. De hecho, como símbolo, la escalera se relaciona con el ascenso a los cielos, pero también con la adquisición de conocimiento (sí, estamos en un colegio), con la superación de pruebas y con la evolución de uno mismo, entre otros. Quedaos con esto, porque en este mundo lleno de escaleras, la magia puede jugarle alguna mala pasada a los aprendices de magos, que no siempre podrán ir en ascenso. Los escenarios de Harry Potter: el gran comedor “Harry nunca habría imaginado un lugar tan extraño y espléndido. Estaba iluminado por miles y miles de velas, que flotaban en el aire sobre cuatro grandes mesas, donde los demás estudiantes ya estaban sentados. En las mesas había platos, cubiertos y copas de oro. En una tarima, en la cabecera del comedor, había otra gran mesa, donde se sentaban los profesores. La profesora McGonagall condujo allí a los alumnos de primer año y los hizo detener y formar una fila delante de los otros alumnos, con los profesores a sus espaldas. Los cientos de rostros que los miraban parecían pálidas linternas bajo la luz brillante de las velas. Situados entre los estudiantes, los fantasmas tenían un neblinoso brillo plateado. Para evitar todas las miradas, Harry levantó la vista y vio un techo de terciopelo negro, salpicado de estrellas. Oyó susurrar a Hermione: «Es un hechizo para que parezca como el cielo de fuera, lo leí en la historia de Hogwarts». Era difícil creer que allí hubiera techo y que el Gran Comedor no se abriera directamente a los cielos.” ¡Bingo! Rowling nos hace subir por una escalera y llegamos al cielo. Es verdad que el gran comedor de Hogwarts está diseñado a imagen y smeejanza de los comedores de los colegios privados ingleses, pero también tiene un cierto aire a juzgado antiguo, con los profesores comiendo en perpendicular a los alumnos. De juzgado o de escenario. Se trata de un lugar suntuoso que sirve como comedor, salón de actos y, con la evolución de la saga, como dormitorio común y campo de batalla. Pero no todo lo que reluce en Hogwarts es oro aunque las copas sí estén hechas de ese metal. Lo dice Hermione: no es el cielo estrellado lo que se ve desde el suelo, sino un hechizo. En un solo párrafo, Rowling introduce la opulencia, el misterio, el asombro y la sombra de la duda. No está mal para construir una atmósfera fascinante pero también un poco inquietante. Los escenarios de Harry Potter: los lugares prohibidos Igual que la cámara secreta de Barbazul, Hogwarts tiene sus secretos. Lugares a los que los alumnos no pueden acercarse. Y Dumbledore, el director del colegio, se encarga de decir cuáles son: “—Los de primer año debéis tener en cuenta que los bosques del área del castillo están prohibidos para todos los alumnos. Y unos pocos de nuestros antiguos alumnos también deberán recordarlo. Los ojos relucientes de Dumbledore apuntaron en dirección a los gemelos Weasley. —El señor Filch, el celador, me ha pedido que os recuerde que no debéis hacer magia en los recreos ni en los pasillos. »Las pruebas de quidditch tendrán lugar en la segunda semana del curso. Los que estén interesados en jugar para los equipos de sus casas, deben ponerse en contacto con la señora Hooch. »Y por último, quiero deciros que este año el pasillo del tercer piso, del lado derecho, está fuera de los límites permitidos para todos los que no deseen una muerte muy dolorosa.” Si habéis sido alumnos aplicados no hará falta que desgrane esta pequeña descripción, pero lo haré de todas formas, porque… Bueno, porque ya que he llegado hasta aquí no voy a dejarlo a la mitad. De hecho, en este discurso, J.K utiliza la técnica de combinar lo doméstico con lo extraño: no vayas al bosque, las pruebas de rugby, prohibida la magia y el número tres te
La creación de escenarios en Harry Potter
¿Recordáis ese artículo de hace un par de meses en el que hablaba del Viaje del héroe, de Harry Potter y de cruzar umbrales? Pues en esta ocasión vamos a hablar de cómo hacer que la percepción que el lector tiene de tu novela cambie, pero como de la noche al día, gracias a un buen manejo de la creación de escenarios y la atmósfera. Veamos entonces cómo se abordó la creación de escenarios en Harry Potter. Hablábamos hace unas semanas de que “el mundo normal” no necesitaba grandes adjetivos ni párrafos largos para ser descrito y asumido porque en realidad, en un libro como Harry Potter, centrado en la magia y lo extraordinario, esa normalidad importaba poco. Veamos ahora cómo ocurre todo lo contrario con el mundo mágico. La Huida de los Dursley: un preludio al mundo mágico. Es verdad que no es hasta la entrada de Harry en el Callejón Diagon cuando se nos presenta el mundo de magia en el que nos instalaremos con total comodidad durante siete largos libros, pero Rowling fue lo bastante lista para saber que un lector, sobre todo uno de ocho o diez años, que es la edad a la que los niños suelen acercarse por primera vez a Harry Potter, solo es muy joven, no tonto. Los niños quizá tengan una tolerancia mayor a lo maravilloso, pero les gusta tan poco como a estos que los saques de su zona de confort de un plumazo. Por eso J.K. escribió un capítulo completo acerca de cómo tío Vernon huye de la maldición de las cartas de Hogwarts. La parte que más nos interesa de ese capítulo es esta: “En el bote hacía un frío terrible. El mar congelado los salpicaba, la lluvia les golpeaba la cabeza y un viento gélido les azotaba el rostro. Después de lo que pareció una eternidad, llegaron al peñasco, donde tío Vernon los condujo hasta la desvencijada casa. El interior era horrible: había un fuerte olor a algas, el viento se colaba por las rendijas de las paredes de madera y la chimenea estaba vacía y húmeda. Sólo había dos habitaciones.” Como no parece razonable que Harry salga de su mundo común para caer en el mundo mágico con un simple cruzar de acera, nos encontramos con este párrafo lleno de peligro y hasta un poco de terror. No en vano La Piedra Folosofal sigue formando parte de la tradición literaria británica; ya sabéis: La Tempestad de Shakespeare, los arrebatos de Byron y hasta Cumbres Borrascosas. Es prácticamente imposible que un autor se escape a su herencia y Rowling es heredera de todos esos clásicos. No es mi intención comparar la calidad o la importancia, sino poner de manifiesto que el poso es importante, que las raíces asoman donde menos se espera; por ejemplo, en pequeñas descripciones y en los recovecos del camino. Las influencias se notan incluso en la creación de escenarios. La creación de escenarios en Harry Potter: ¿El mundo mágico? ¿De verdad? ¿Por fin? Sí, cuando Harry entra por fin en Diagon Alley, el mundo se da la vuelta y donde todo era gris, común y sin aliciente, entra en juego la magia: (Hagrid) “Dio tres golpes a la pared, con la punta de su paraguas. El ladrillo que había tocado se estremeció, se retorció y en el medio apareció un pequeño agujero, que se hizo cada vez más ancho. Un segundo más tarde estaban contemplando un pasaje abovedado lo bastante grande hasta para Hagrid, un paso que llevaba a una calle con adoquines, que serpenteaba hasta quedar fuera de la vista. —Bienvenido —dijo Hagrid— al callejón Diagon.” Aquí empezamos con la creación de escenarios en Harry Potter. Los escenarios que de verdad van a ser importantes, los mágicos, y J.K. describe lo que a mí, que reconozco que tengo alguna fijación con el tema, me recuerda mucho a un cordón umbilical. En todo caso, un túnel, un pasadizo que conecta un mundo con el otro. Y no se trata de un umbral sencillo de cruzar. La pared de ladrillo se retuerce y estremece igual que se retuerce y adapta la mente del lector para aceptar que por fin se encuentra en un mundo donde no solo las serpientes se comunican discretamente con un niño en concreto, sino que la magia existe. Tomaos un momento y leed el principio de la cita: “Dio tres golpes a la pared con la punta de su paraguas”. El tres es un número mágico. En fotografía, los elementos tomados de tres en tres componen imágenes más atractivas que los pares. Jesucristo resucitó al tercer día, a la tercera va la vencida, y Dorothy debía golpear tres veces los talones de sus escarpines dorados (en el cine los pusieron de color rojo para aprovechar el reciente technicolor) para ir a donde quisiera. Harry tiene dos amigos y con él forman un trío, los Reyes Magos son tres y el tres determina el momento en que empieza una carrera. Las Parcas eran tres… Y así hasta el infinito. El lector no es consciente, pero la presencia del número tres le dice al subconsciente que debe esperar algo extraordinario. Y La Piedra Filosofal no decepciona en la creación de los escenarios mágicos. Bienvenidos al Callejón Diagon “Harry deseó tener ocho ojos más. Movía la cabeza en todas direcciones mientras iban calle arriba, tratando de mirar todo al mismo tiempo: las tiendas, las cosas que estaban fuera y la gente haciendo compras. Una mujer regordeta negaba con la cabeza en la puerta de una droguería cuando ellos pasaron, diciendo: «Hígado de dragón a diecisiete sickles la onza, están locos…». Un suave ulular llegaba de una tienda oscura que tenía un rótulo que decía: «El emporio de las lechuzas. Color pardo, castaño, gris y blanco». Varios chicos de la edad de Harry pegaban la nariz contra un escaparate lleno de escobas. «Mirad —oyó Harry que decía uno—, la nueva Nimbus 2.000, la más veloz.» Algunas tiendas vendían ropa; otras, telescopios y extraños
La atmósfera en la narración: el ejemplo de Harry Potter
No sé cómo nos las hemos apañado para llegar desde febrero hasta octubre hablando de Harry Potter una vez al mes sin apenas mencionar la magia. Piénsalo un momento ¿Qué es Harry Potter? Un mago que estudia en una escuela de magia que se ubica en un mundo mágico. Y nosotros aquí, hablando de caracterizar personajes, de conflictos, de obstáculos, de nombres… ¿Pero qué pasa con la piedra angular de todo el sistema? ¿Cómo se consigue la atmósfera en la narración? ¿Recuerdas cuáles son las preguntas que debes contestar cuando empiezas a escribir? No, no te las he hecho yo, pero están por todas partes: Quién, qué, cuándo, dónde y cómo. Esas son las preguntas básicas que deben plantearse y resolverse a la hora de contar cualquier historia si quieres trabajar bien los elementos de una novela. Pues bien en estos tres artículos en los que hablaremos de magia (o de su ausencia), vamos a responder a la cuarta de esas preguntas: dónde. Toda la saga de Harry Potter y, por supuesto, su primera entrega, de la que todavía no hemos salido, basan su encanto y su poder de atracción en esa sola palabra: MAGIA. J.K. Rowling construye las atmósferas de sus escenarios alrededor de ella; y es ella, la magia, la que es capaz de transportarnos como lectores a lugares de fantasía poblados por animales fantásticos donde poderes extraordinarios son posibles. De hecho, el gran acierto, por encima de todos los demás, de la autora, es convencernos de que la magia es posible en nuestro mundo… o casi: en un mundo tan cercano a este en el que vivimos que las fronteras entre ambos se confunden. Así nos lleva a creer que todos podemos ser magos y, en fin ¿tú no quieres ser un mago? Escenarios básicos en Hary Potter y la Piedra filosofal Hay dos escenarios principales en el mundo de Harry Potter: el Londres Muggle donde vivimos los pobres humanos no mágicos y el mundo mágico, que es donde sucede la mayor parte de la historia y del que a priori no sabemos mucho, aunque parece que es un mundo amplio; de hecho, tan grande como toda la Tierra, aunque existe en otro nivel. Es en este segundo gran territorio donde se desarrolla la trama de la saga; pero no en todo él, sino, sobre todo en esta primera entrega, en algunos puntos muy concretos: Hogwarts, Hogsmeade y el Bosque Prohibido. A los potterheads de pro no les hace falta nada más que esas pocas palabras para que un montón de imágenes se agolpen en sus cabezas: escaleras que se mueven, barcas que avanzan en la oscuridad, el tren expreso que todos queremos tomar, centauros, un extraño vampiro, sangre de unicornio, fantasmas… Magia, en fin. Pero todo comienza en Muggleworld Sí, como tantas otras veces, es conveniente empezar por el principio, y el principio de Harry Potter y la Piedra Filosofal es este: “El señor y la señora Dursley, que vivían en el número 4 de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente.” Private Drive, Los Dursley viven en la Calle Privada número 4. Un nombre soso, un nombre común para unas personas que eran muy normales, ya lo sabemos, afortunadamente. “Nuestra historia comienza cuando el señor y la señora Dursley se despertaron un martes, con un cielo cubierto de nubes grises que amenazaban tormenta. Pero nada había en aquel nublado cielo que sugiriera los acontecimientos extraños y misteriosos que poco después tendrían lugar en toda la región” Más y más color gris para identificar la absoluta normalidad de este mundo nuestro. Y así termina el capítulo que describe el mundo no mágico: “Una brisa agitó los pulcros setos de Privet Drive. La calle permanecía silenciosa bajo un cielo de color tinta. Aquél era el último lugar donde uno esperaría que ocurrieran cosas asombrosas. Harry Potter se dio la vuelta entre las mantas, sin despertarse. Una mano pequeña se cerró sobre la carta y siguió durmiendo, sin saber que era famoso, sin saber que en unas pocas horas le haría despertar el grito de la señora Dursley, cuando abriera la puerta principal para sacar las botellas de leche”. Y así comienza el segundo capítulo: “Habían pasado aproximadamente diez años desde el día en que los Dursley se despertaron y encontraron a su sobrino en la puerta de entrada, pero Privet Drive no había cambiado en absoluto. El sol se elevaba en los mismos jardincitos, iluminaba el número 4 de latón sobre la puerta de los Dursley[…]”. ¿Qué conclusiones podemos sacar de estas pocas citas? ¿Veis alguna descripción en ellas? Normal, gris, color tinta, último lugar donde podría suceder algo asombroso… Desde luego, no se trata de párrafos con una profusión de detalles exhaustiva. Apenas sabemos que Private Drive no es grande, que las casas son ordenadas y que se las numera con piezas de latón. Como todos hemos visto las películas, la imagen que tenemos es la de estos cuadrados de ladrillo visto de la imagen, pero poco más. Secretillo: la foto es mía. De los estudios de Warner Bross en Londres. Sé que ahora me odiais, pero seguid leyendo, que lo más importante del artículo está justo al final. Bien ¿Por qué creéis que no hay descripciones en esta parte? Al fin y al cabo es el inicio del libro, se nos dan muchos datos acerca de la historia aquí, pero el modo de ubicarnos en el espacio es breve, muy breve, somerísimo, escaso, inexistente incluso. El motivo es simple: porque no importa cómo es Private Drive. No importa cómo sea Londres. Este es solo un punto de partida y lo único que necesitamos saber de él es lo que nos cuentan: que es normal. ¿Por qué “normal” es una palabra tan poderosa en este caso? Porque la normalidad es algo que todo el mundo cree conocer; se supone que la normalidad es algo común pero en realidad es diferente para cada persona. Si Rowling hubiera dicho que Private Drive
La caracterización de personajes: Cómo trabajarla
Y con esta tercera entrega terminamos la serie sobre la caracterización de personajes en la Piedra Filosofal. Seguro que ahora sois capaces de identificar los rasgos definitorios de los personajes de cualquier libro y, lo que es más importante, de crear rasgos característicos para vuestros propios personajes. Las conclusiones finales os darán las pistas definitivas. Draco Malfoy Un villano de tercera categoría cuya caracterización es, con toda probabilidad, la más económica de toda la saga. En la página 74 la más que somera descripción de Draco es esta: “[…]un niño de rostro pálido y puntiagudo.[…] Tenía voz de aburrido y arrastraba las palabras. […] A Harry le recordaba a Dudley.” Y ya está. Si en Private Drive Dudley es un niño mimado y abusón, Malfoy lo es en Hogwarts. Es un niño malcriado, abusón y clasista. Durante siete largos libros eso es lo que hace, no sale de ese cliché más que muy al final de la historia. No me cansaré de decir que Draco Malfoy es el personaje más desaprovechado de la saga, una caricatura que jamás llega a tener entidad propia. Una pena, porque es el valor del adversario, al manos en parte, lo que determina el valor del protagonista. Y este antagonista no nos dice gran cosa sobre Harry Potter. Ron y la familia Weasley No hay mucho que decir de Ron porque tampoco es un personaje independiente. No lo es en esta entrega y jamás llega a desprenderse de la sombra de sus hermanos o de la sombra de Harry. Si Malfoy es un villano desaprovechado, Ron es un aliado vacío de contenido y utilizado muy por encima de sus posibilidades. Es, de hecho, un trasunto del propio Harry, un par en el nuevo mundo desconocido al que Rowlin no quiere que Potter se enfrente solo. Veamos cuál es su caracterización: “La que hablaba era una mujer regordeta que se dirigía a cuatro muchachos, todos con pelo de un llameante color ojo.[…] Señaló al último y menor de sus hijos varones. Era alto, flacucho y pecoso, con manos y pies grandes y una larga nariz.” Luego sabremos que, además de ser pelirrojo, siempre hereda la ropa, es pobre, es tímido, no se tiene en muy alta estima… Aparece a lo loco en el Andén 9 y ¾ porque la autora no pensó un poco más y quiso darle a Harry un amigo desde el primer momento. No hay otro motivo para que una familia de magos salga del mundo mágico para coger un tren en Londres. En entregas posteriores hay más pruebas del utilitarismo con el que la Rowling trata a Ron, que queda caracterizado por ser pelirrojo y pobre… como el resto de su familia. No basta con caracterizar bien a los personajes, hay muchas otras cosas que has de tener en cuenta si quieres crear personajes que dejen una huella imborrable en el lector. En el curso “Cómo escribir una novela con el método PEN” descubrirás fórmulas que te permitirán desarrollar sin esfuerzo personajes únicos con los que el lector pueda empatizar. Desarrollarás aspectos como: La función del personaje Sus características internas La voz del personaje La personalidad y la esencia Distintas posibilidades de diseño para tus personajes Hermione Granger Tampoco se esmera mucho aquí JK para decirnos cómo es Hermione porque también es más una herramienta que un personaje. Es la cerebrito del grupo, el personaje que sufre un cambio radical de personalidad que funciona como punto de giro de la historia. Pero todo lo que se nos dice de su aspecto es que “[…]tenía voz de mandona, mucho pelo color castaño y los dientes de delante bastante largos.” Eso y que ya llevaba puesta la túnica de Hogwarts en el tren. Hermione se define más que por su aspecto, puramente anecdótico, por su actitud, su inteligencia y su voluntad académica. No en vano se la conoce en todo el mundo por su “No es leviooosa, es leviosá” Severus Snape Se trata de uno de los personajes más queridos de la saga por su desarrollo al final de la misma y es descrito también con muy pocas palabras: “un profesor de grasiento pelo negro, nariz ganchuda y piel cetrina” que cuando mira a Harry le provoca un dolor agudo en la cicatriz de la frente. Un ser taimado y envidioso, frustrado porque “todo el mundo sabe que quiere el puesto de Quirrell. Snape sabe muchísimo sobre las Artes Oscuras”. Con eso en mente es difícil pasar por alto un pequeño detalle que JK deja caer con mucha habilidad. Y es que, desde este primer libro, desde la Piedra filosofal, Severus Snape se revela como una persona sensible, culta y comprometida con aquello a lo que debe lealtad. Esto es lo que dice acerca de esa asignatura que se supone que odia: “Aquí habrá muy poco de estúpidos movimientos de varita y muchos de vosotros dudaréis que esto sea magia. No espero que lleguéis a entender la belleza de un caldero hirviendo suavemente, con sus vapores relucientes, el delicado poder de los líquidos que se deslizan a través de las venas humanas, hechizando la mente, engañando los sentidos… Puedo enseñaros cómo embotellar la fama, preparar la gloria, hasta detener la muerte…” Conclusiones sobre la caracterización de personajes ¿Qué conclusiones podemos extraer de estas diez someras caracterizaciones? Al menos un par de ellas que pueden ser de ayuda a la hora, no de construir un personaje, porque eso no se hace dentro de las paginas de un libro, sino a la hora de mostrar al lector los rasgos definitorios de ese personaje: En primer lugar, que bastan un par de detalles claros para definir a un personaje y que quede grabado en la mente del lector. Recordad el inicio del capítulo 8: gafas, cicatriz. En segundo lugar, que si se escogen rasgos lo bastante potentes y se rodean de características que les den solidez, se perdonan ciertos deslices: acordaos de McGonagall y ese extraño giro en su personalidad. En tercer y último lugar, hay
Como caracterizar personajes – II Parte
Continuamos con la segunda parte de esta serie de tres artículos que comenzó el mes pasado sobre caracterización de personajes. En este artículo veremos como JK Rowlin encontró un modo muy sencillo de dar entidad a sus criaturas más emblemáticas y lo empleó desde el principio hasta el final de la saga. Sigamos con algunos consejos sobre cómo caracterizar personajes basados en su obra. Hagrid Hagrid es un personaje tan bien caracterizado como Minerva. Con el añadido de que su posición a medio camino entre miembro del colegio y amigo de los niños lo hace especialmente útil para definir el carácter de otros personajes. Así, el narrador lo presenta de una manera más o menos neutra. La segunda vez que aparece lo hace a modo de amenaza para los Dursley; y más tarde Malfoy y Harry tienen una conversación sobre él en la que quedan patentes las mayores diferencias entre los dos jóvenes magos: “La moto era inmensa, pero si se la comparaba con el hombre que la conducía parecía un juguete. Era dos veces más alto que un hombre normal y al menos cinco veces más ancho. Se podía decir que era demasiado grande para que lo aceptaran y además, tan desaliñado… Cabello negro, largo y revuelto, y una barba que le cubría casi toda la cara. Sus manos tenían el mismo tamaño que las tapas del cubo de la basura y sus pies, calzados con botas de cuero, parecían crías de delfín. En sus enormes brazos musculosos sostenía un bulto envuelto en mantas.” “Un hombre gigantesco apareció en el umbral. Su rostro estaba prácticamente oculto por una larga maraña de pelo y una barba desaliñada, pero podían verse sus ojos, que brillaban como escarabajos negros bajo aquella pelambrera.” “—Sí, claro. He oído decir que es una especie de salvaje, que vive en una cabaña en los terrenos del colegio y que de vez en cuando se emborracha. Trata de hacer magia y termina prendiendo fuego a su cama.” En cualquier caso, sea cual sea el punto de vista, Hagrid siempre aparece caracterizado como un gigante con el pelo largo enmarañado. No hace falta nada más para reconocerlo por su aspecto en todas las páginas en las que aparece. Harry Potter La caracterización del personaje de Harry es un poco más detallada que la del resto de personajes. Por supuesto, es el protagonista. En principio se contrapone tanto su aspecto como su personalidad a la de su primo Dudley: “[…]Harry había sido siempre flaco y muy bajo para su edad. Además, parecía más pequeño y enjuto de lo que realmente era, porque toda la ropa que llevaba eran prendas viejas de Dudley, y su primo era cuatro veces más grande que él. Harry tenía un rostro delgado, rodillas huesudas, pelo negro y ojos de color verde brillante. Llevaba gafas redondas siempre pegadas con cinta adhesiva, consecuencia de todas las veces que Dudley le había pegado en la nariz. La única cosa que a Harry le gustaba de su apariencia era aquella pequeña cicatriz en la frente, con la forma de un relámpago.[…] A Harry le habían cortado más veces el pelo que al resto de los niños de su clase todos juntos, pero no servía para nada, pues su pelo seguía creciendo de aquella manera, por todos lados.” Y esto, señoras y señores, es todo lo que necesitamos saber de Harry Potter. Esto y nada más. También al principio se habla de su docilidad y de la bondad de su carácter, pero los rasgos físicos básicos por los que conocemos al joven mago son esos cuatro: gafas rotas, ojos verdes (que las películas han convertido en azules), pelo negro y rebelde y la famosa cicatriz en forma de relámpago. La cicatriz impuesta por el villano, los ojos de su madre, el pelo de su padre. Eso es Harry Potter. De hecho, el capítulo 8, titulado “El profesor de pociones”, comienza así: “— Allí, mira. —¿Dónde? —Al lado del chico alto y pelirrojo. —¿El de las gafas? —¿Has visto su cara? —¿Has visto su cicatriz?” El profesor Quirrell Quirrell es un buen falso villano. La autora lo describe siempre con la suficiente ambigüedad como para que el lector desconfíe de él, pero es también lo bastante hábil como para distraernos con cosas que pasan a su alrededor y que, al menos en apariencia, son más importantes. Este es, al final, el destino del primer desafortunado profesor de Defensa contra las Artes Oscuras (SPOILER: todos los docentes de esta materia mueren o pierden la cabeza): ceder su espacio al villano real. Veamos cómo y dónde aparece y qué lo caracteriza. La primera vez, en el caldero chorreante se habla de un “joven pálido muy nervioso con un tic en el ojo”. Y Hagrid explica: “[…] Pobre hombre. Una mente brillante. Estaba bien mientras estudiaba esos libros de vampiros, pero entonces cogió un año de vacaciones, para tener experiencias directas… Dicen que encontró vampiros en la Selva Negra y que tuvo un desagradable problema con una hechicera… Y desde entonces no es el mismo. Se asusta de los alumnos, tiene miedo de su propia asignatura…” La segunda parte, en la ceremonia de selección: “El nervioso joven del Caldero Chorreante […] estaba muy extravagante, con un gran turbante púrpura.” La tercera parte, hablando con Snape: “El profesor Quirrel, con su absurdo turbante[…].” La cuarta vez, hablando de sí mismo: “La clase que todos esperaban era Defensa Contra las Artes Oscuras, pero las lecciones de Quirrell resultaron ser casi una broma. Su aula tenía un fuerte olor a ajo, y todos decían que era para protegerse de un vampiro que había conocido en Rumania y del que tenía miedo de que volviera a buscarlo. Su turbante, les dijo, era un regalo de un príncipe africano como agradecimiento por haberlo liberado de un molesto zombi, pero ninguno creía demasiado en su historia. Por un lado, porque cuando Seamus Finnigan se mostró deseoso de saber cómo había derrotado al zombi, el profesor Quirrell se ruborizó
Caracterización de personajes. Cómo crear personajes reconocibles I
¿Caracterización de personajes es lo mismo que creación de personajes? La creación de un personaje es una cosa muy seria que requiere mucho cuidado y, con suerte, mucho tiempo. Esto que voy a decir ahora os va a sonar raro pero, como los personajes no son personas aunque deban parecerlo, el trabajo de decidir sus características y que todas ellas sean coherentes es arduo. Para crear un personaje hay que tener en cuenta su historia personal, la de su familia, su contexto sociocultural; si es de clase alta, media o baja, si es culto, si es huérfano o miembro de una familia numerosa, si es el primer hijo o el último. Todo eso es importante porque determinará su manera de comportarse y es el modo de comportarse de los personajes lo que hace que la historia se desarrolle de una manera o de otra. Pero la caracterización de personajes es otra cosa. La caracterización de personajes es más simple Además de decidir todo lo anterior, también hay que tener muy claro cuáles serán los rasgos físicos de un personaje y los rasgos básicos de la personalidad que mostraremos desde el inicio en la novela. Una buena caracterización de personajes tiene en cuenta el aspecto y el carácter. En teoría basta con unas pocas características muy bien definidas. Pongamos algunos ejemplos gráficos fuera de Harry Potter: Si hablamos de un hombre con pantalón negro, camisa blanca, espuelas, sombrero de ala ancha y capa corta negra con una espada ligera seguramente todos pensemos en El Zorro. Si mencionamos a una mujer caprichosa, muy bella, de ojos verdes que ya lo pensará mañana, seguro que se nos ocurre Escarlata O´Hara. Aunque venga del cine, todos sabemos que la mujer con ensaimadas en el pelo es la Princesa Leia y pocos dudaremos de que un hombre muy pálido que solo sale de noche y se oculta tras una capa larga sea un vampiro. Caracterización de personajes básica en Harry Potter En la edición de tapa blanda de Salamadra con la que trabajo, todos lo personajes de relevancia de Harry Potter y la Piedra Filosofal están descritos y son fácilmente reconocibles antes de la página 127 de un total de 259. Para la mayor parte de estas caracterizaciones se usan muy pocos rasgos físicos. Lo más importante a la hora de reconocer a los personajes de Harry Potter son, en muchos casos, sus actitudes y la opinión que de ellos tienen otros personajes o el propio narrador, que cuenta la historia desde el punto de vista del propio Harry. Sin embargo, las pocas líneas que JK Rowling usa para describirlos físicamente son tan efectivas que no es necesario más para reconocer, por ejemplo, a Minerva McGonagall 80 páginas después de la primera mención que se hace de ella. Veremos por qué. La caracterización de los Dursley La familia Dursley, los antagonistas de Harry en el mundo real, son los primeros personajes que se describen. El texto es el siguiente: “El señor y la señora Dursley […] estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente.” […] “El señor Dursley era el director de una empresa llamada Grunnings, que fabricaba taladros. Era un hombre corpulento y rollizo, casi sin cuello, aunque con un bigote inmenso. La señora Dursley era delgada, rubia y tenía un cuello casi el doble de largo de lo habitual, lo que le resultaba muy útil, ya que pasaba la mayor parte del tiempo estirándolo por encima de la valla de los jardines para espiar a sus vecinos. Los Dursley tenían un hijo pequeño llamado Dudley, y para ellos no había un niño mejor que él.” “Dudley Dursley era un chico grande y rubio […]. Estaba muy gordo y aborrecía el ejercicio, excepto si conllevaba pegar a alguien, por supuesto.[…] Dudley se parecía mucho a tío Vernon. Tenía una cara grande y rosada, poco cuello, ojos pequeños de un tono azul acuoso, y abundante pelo rubio que cubría su cabeza gorda. Tía Petunia decía a menudo que Dudley parecía un angelito. Harry decía a menudo que Dudley parecía un cerdo con peluca.” Veamos qué funciona en estas pocas líneas que determinan el comportamiento de estos tres personajes a lo largo de los siete libros de la saga: Los Dursley son una familia que se considera normal. El marido es un hombre gordo con bigote. La mujer es una rubia delgada muy cotilla. El hijo es un niño malcriado y abusón. A priori no parece que haya nada de normal en estos cuatro puntos. La mayor parte de la gente no es obesa ni se pasa la vida estirando el cuello para ver qué hacen los vecinos, ni se dedica a acosar a los más débiles. El truco está en la perspectiva desde la que estos datos se ofrecen: Son los propios Dursley los que dicen de sí mismos que son normales. Así, cuando el narrador nos ofrece la visión de Harry, esta es mucho más cercana a la que ya nos hemos formado nosotros como lectores porque nosotros, que también nos consideramos normales, no nos identificamos con los Dursley y su mezquindad. Por eso todos nos sentimos muy inclinados a darle la razón a Harry cuando dice que Dudley parecía un cerdo con peluca. La caracterización del personaje de Albus Dumbledore Estamos ante uno de los personajes determinantes del desarrollo de la trama cuya caracterización varía a medida que la saga se complica. En este primer libro se lo describe como un brujo agradable, uno de esos viejos sabios un poco chiflados: “En Privet Drive nunca se había visto un hombre así. Era alto, delgado y muy anciano, a juzgar por su pelo y barba plateados, tan largos que podría sujetarlos con el cinturón. Llevaba una túnica larga, una capa color púrpura que barría el suelo y botas con tacón alto y hebillas. Sus ojos azules eran claros, brillantes y centelleaban detrás de unas gafas de cristales de media luna. Tenía una nariz muy larga y torcida, como si se la hubiera fracturado
Harry Potter y el viaje del héroe: el hechizo definitivo
¿Qué es el viaje del héroe? Hoy vamos a hablar de algo en lo que muchos cursos de escritura hacen especial hincapié pero que a mí no me quedó claro del todo hasta que me puse a ver ejemplos concretos: el viaje del héroe, también conocido como monomito. Joseph Campbell lo desarrolla en varios libros, el más conocido de ellos El héroe de las mil caras. Si os gusta escribir o si os interesa cómo se escribe, os recomiendo que le echéis un vistazo. En este ensayo, exhaustivo y entretenido, Campbell nos dice que el héroe se interna en la aventura partiendo de un mundo ordinario que conoce para llegar a un mundo fantástico. En su viaje se encuentra con criaturas mágicas y al final obtiene una arrolladora victoria. El las novelas donde el viaje del héroe es completo, el protagonista regresa al mundo ordinario y lo salva. No es el caso de Harry Potter, que bastante tiene con lo suyo… O puede que sí lo sea. Al fin y al cabo, tras cada una de las novelas de la saga Harry se las apaña para que Voldemort no aniquile el orden establecido. Pero es que Harry es un poco conservador. Bromas a parte, Harry Potter abandona su horrible vida en casa de los Dursley, entra en el mundo de los magos, corre una serie de peripecias y obtiene la piedra filosofal. He aquí el viaje del héroe. Los pasos del viaje del héroe Vamos a ver una tabla comparativa para que entamos con claridad cómo J.K.R. utiliza el viaje del héroe. La columna de la izquierda es un listado de la división en capítulos de Harry Potter y la piedra Filosofal. En la de la derecha una explicación somera de las etapas del viaje del héroe. Me he permitido alguna libertad, pero ya sabéis que lo hago de buena fe y, sobre todo, que no falto a la verdad. Y si os interesa mucho, mucho el tema, también podéis ver cómo se aplica el viaje del héroe en Star Wars. HARRY POTTER Y LA PIEDRA FILOSOFAL EL VIAJE DEL HÉROE Prólogo No aparece en el viaje del héroe según Campbell. Los buenos cursos de escritura recomiendan no escribir un prólogo. El vidrio que se desvaneció Harry libera sin querer a una serpiente en el zoo. Ya antes había hecho cosas “raras”, pero en este caso incluso habla con la serpiente y se identifica con ella. La serpiente escapa, en un paralelismo de Harry y su huida del hogar de los Dursley La llamada de la aventura El héroe se encuentra en el mundo ordinario, pero algo sucede que le da una pista de que eso va a cambiar Las cartas de nadie El tío Vernon hace lo posible para que Harry no tenga acceso a las cartas de Hogwarts El rechazo de la llamada En muchas ocasiones el héroe no sale corriendo al oír la llamada. A veces por miedo o por un sentido del deber para con el mundo ordinario. El guardián de las llaves Hagrid aparece para entregar la carta, le dice a Harry quién es, se da un pequeño rechazo de la llamada por parte de Harry que no se lo cree y finalmente se van juntos. El callejón Diagon Hagrid ayuda a Harry a conseguir la equipación de Howarts (y le enseña que es rico y de paso se da inicio a la trama del no-robo en Gringotts) La ayuda sobrenatural Pero en cuanto el héroe acepta su destino, aparece alguien para ayudarle a llevarlo a acabo. A veces incluso le da algún objeto que le será de utilidad en el mundo fantástico. El viaje desde el andén nueve y tres cuartos Harry atraviesa literalmente una pared de ladrillo que separa ambos mundos. Por qué lo hacen los Weasley, que ya viven en el mundo mágico es otra cuestión. Debe de haber muy mala combinación entre La Madriguera y Hogwarts. (Tenía que decirlo) El cruce del primer umbral En este momento el héroe abandona el terreno conocido y se adentra en el mundo mágico El sombrero seleccionador El sombrero duda en el caso de Harry, que decide su propio destino en Griffindor. El profesor de pociones Snape enfrenta a Harry con la memoria de su padre, del que no sabía nada hasta entonces. Le avergüenza y le enfada. Harry se pregunta si estará a la altura de esas expectativas, ya que su padre era un gran mago. El vientre de la ballena Una vez que se llega a este punto ya no hay marcha atrás: el héroe da el paso definitivo que le llevará a su propia metamorfosis. El duelo a medianoche Harry aprende a volar, defiende a uno de los suyos, malfoy le reta a un duelo nocturno y no aparece. Harry Ron y Hermione están a punto de ser sorprendidos por Finch. Aparece Fluffy, el perro de tres cabezas que guarda un secreto. Prueba no superada: se deja engañar por Malfoy. Las distintas pruebas Todo héroe se somete a varias pruebas, que tienden a aparecer en tríos, para llegar a dominar el estilo de vida del mundo mágico. Algunas las supera y otras no. Un poco como las doce pruebas de Hércules, Halloween Troll en las mazmorras!!!!! Prueba superada: acaban con el troll y ganan a Hermione para la causa. Quidditch Primer partido de Quidditch de Harry. Prueba superada: gana el partido el solito y eso que le estaban haciendo malvados maleficios. El espejo de Oesed El espejo del Deseo, que muestra a quien se mira en él lo que más desea en este mundo. Es decir, a Harry 8el llorón) con su familia (perfecta salvo por lo de que están muertos). La mujer como tentadora No puedo evitar que Campbell fuera un hombre ni que el héroe sea en la mayor parte de los casos un hombre. El hecho es que en una gran parte de la literatura universal,