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ToggleCómo utilizar el gerundio: Sufriendo con el gerundio (Primera parte)
De nada te servirá hacer un curso de escritura si no eres capaz de dominar la ortografía y la gramática. Por eso comenzamos esta serie de artículos en los que nos centraremos precisamente en esos dos aspectos cruciales si queremos escribir. Este será, pues, un curso de escritura centrado en aprender a utilizar las herramientas de nuestro lenguaje de forma correcta. Empecemos.
Cuentan que en una de las sesiones en las que se debatía el proyecto de Constitución en el Senado, allá por 1977, el entonces senador y años más tarde premio nobel de literatura Camilo José Cela se dejó vencer por el sueño. El presidente de la Cámara, Antonio Fontán, consiguió llamar su atención y le reprochó que se hubiera quedado dormido. Cela protestó y aseguró que él no estaba dormido, sino durmiendo.
Cuando Fontán le dijo que era lo mismo, el autor de La colmena respondió: «Pues no. Como no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo».
Todos sabemos cómo era el escritor gallego y que es muy posible que se hubiera inventado esta anécdota no recogida en los diarios de sesiones del Senado. Sin embargo, creo que sirve para enseñarnos un par de cosas sobre el tema que nos ocupa: la primera, que el gerundio implica acción; la segunda, lo importante que es saber cómo utilizar el gerundio. En caso contrario, estás jodido.
Tonterías aparte, el gerundio es uno de los recursos lingüísticos que más quebraderos de cabeza nos produce a la hora de escribir; tanto que algunos autores recomiendan prescindir por completo de él. El abuso en su empleo, como decía María Moliner, «revela siempre pobreza de recursos y su uso en algunos casos es incorrecto». Sin embargo, bien utilizado nos puede sacar de más de un apuro y a veces resulta imprescindible. Por eso, lo más aconsejable es ignorar medidas drásticas y aprender las reglas básicas para ver cómo utilizar el gerundio, que tampoco es tan complicado. Vamos a verlo.
Pero ¿qué es el gerundio?
Es una de las formas no personales del verbo y se distingue por la desinencia -ndo unida a la raíz verbal a través de la vocal -a- en la primera conjugación (cantando) y el diptongo -ie- en la segunda y tercera (bebiendo, saliendo). Puede ser simple (amando) o compuesto (habiendo amado).
Y como ya os dije, la palabra clave del gerundio es «acción». Así que dejémonos de rollos teóricos y veamos cómo utilizarlo. ¡Al grano!
El gerundio y el sujeto
Por lo general, el sujeto del gerundio suele coincidir con el del verbo principal, como en el siguiente ejemplo:
El diputado defendió su punto de vista mostrando unos gráficos.
En este caso, el diputado es el sujeto que realiza las dos acciones. Es lo que se llama «gerundio conjunto o concertado». Si aparece en posición inicial o intermedia en la oración, se separa con comas:
Mostrando unos gráficos, el diputado defendió su punto de vista.
El diputado, mostrando unos gráficos, defendió su punto de vista.
Sin embargo, existe el «gerundio absoluto o no concertado», que tiene sujeto propio y se separa siempre del resto de la oración con comas, sea cual sea la posición que ocupe. En cualquier caso, introduce una aclaración:
Aun estando yo a su lado, Ana estaba muerta de miedo.
Ana, aun estando yo a su lado, estaba muerta de miedo.
Ana estaba muerta de miedo, aun estando yo a su lado.
Incorrecto. Hay que evitar los casos de ambigüedad. Aunque la incorrección en este caso es discutible, hay gramáticos y manuales de estilo que recomiendan prescindir del gerundio en frases como la siguiente:
Nos encontramos a María paseando con la vecina.
¿Que dónde está la ambigüedad? ¿Quién paseaba con la vecina, María o nosotros? En este ejemplo no queda claro. Si era María, podríamos decir, por ejemplo, Nos encontramos a María, que paseaba con la vecina. Pero si éramos nosotros, mejor sería Nos encontramos a María cuando paseábamos con la vecina. O podemos cambiar el orden de la frase y decir Paseando con la vecina, nos encontramos a María.
El gerundio y el tiempo
La acción del gerundio debe ser anterior o simultánea a la del verbo principal.
Ejemplos:
Anterioridad
Me atraganté riendo a carcajada limpia.
En este caso, al sujeto primero le da la risa y después se atraganta.
Simultaneidad
Paco entró en la habitación saludando a todos los presentes.
En esta oración, Paco realiza dos acciones a un mismo tiempo.
Incorrecto. El llamado «gerundio de posterioridad», en el que la acción que indica es posterior a la del verbo principal.
El chico pasó una temporada en Barcelona, viviendo después en Bilbao.
Lo correcto sería: El chico pasó una temporada en Barcelona y vivió después en Bilbao.
¡Ojo! Respecto a esto hay que decir que en la Nueva gramática de la lengua española de la RAE (apdo. 27.3.1d) se admite este uso cuando la acción posterior es tan inmediata que casi se puede entender como simultánea a la principal (Tiró el vaso contra la pared, rompiéndolo en mil pedazos), así como cuando el gerundio expresa la consecuencia de esta (El fuego se propagó rápidamente, forzando a los habitantes a abandonar sus casas). Sin embargo, lo más aconsejable es prescindir del gerundio en estos casos para asegurarnos de no cometer errores.
El gerundio y el modo
Por lo general, el gerundio expresa la manera, el modo en el que realizamos la acción.
Una forma muy sencilla de reconocerlo es preguntando «¿Cómo?» al verbo principal:
Encontré las gafas rebuscando en todos los cajones.
¿Cómo encontré las gafas? Pues rebuscando en todos los cajones. Sencillo.
Incorrecto. En los ejemplos anteriores hemos visto que el gerundio suele tener valor de adverbio. Se considera erróneo utilizarlo a modo de adjetivo, es decir, tal y como dice la Nueva gramática de la lengua española, «para distinguir a un individuo de otros semejantes». Veamos un par de ejemplos:
Necesitamos un piso teniendo ascensor.
Usted recibirá una caja conteniendo muestras de nuestros productos.
En estas oraciones el gerundio no se refiere al sujeto de la acción principal, sino a los sustantivos piso y caja. Lo recomendable en estos casos es utilizar fórmulas como «que + verbo» o sustituir el gerundio por alguna preposición:
Necesitamos un piso que tenga ascensor.
Usted recibirá una caja con muestras de nuestros productos.
Excepción. Se permite el uso de ardiendo e hirviendo como modificadores de un sustantivo. Por lo tanto, los siguientes ejemplos serían correctos:
El niño está enfermo, tiene la cara ardiendo.
Me cayó encima agua hirviendo.
Otro gerundio considerado incorrecto y relacionado con el anterior es el «partitivo», que lo que hace es modificar una parte separada de un conjunto o un todo. Vamos a aclararlo con un par de ejemplos:
Somos seis hermanos, siendo Ana la menor.
Había muchos candidatos para el puesto, estando Carlos entre ellos.
En la primera frase tenemos un todo (seis hermanos) del que separamos una parte y la modificamos con un gerundio (siendo Ana); en la segunda, el todo son los candidatos y nos fijamos en uno de ellos, Carlos. Veamos cómo escribir las oraciones anteriores de manera correcta:
Somos seis hermanos y Ana es la menor.
Había muchos candidatos para el puesto, Carlos entre ellos.
Conclusión sobre el uso del gerundio
Bueno, con esto llegamos al final de esta primera parte de nuestro estudio del gerundio, el primer capítulo de este nuevo curso de escritura dedicado a la ortografía y la gramática. Creo que para empezar es suficiente y si os atenéis a lo explicado no vais a encontrar demasiados problemas para saber cómo utilizar el gerundio, pero antes de despedirme hasta el próximo artículo, voy a recordaros lo que suelen recomendar los gramáticos en este caso: ante la duda de si su uso es correcto o no, lo mejor es abstenerse.