Hace unos días mantuve una discusión (entendiendo el término en un intercambio de diferentes posturas, completamente respetuoso y nada agresivo) en Twitter. Descubrí en ese instante lo incómodo que es Twitter para ese tipo de cosas, pero no es de eso de lo que quiero hablar, sino, precisamente, del motivo de la discusión en sí mismo.
Todo empezó cuando me hice eco de una noticia publicada en elmundo.es que indicaba que los editores pierden 350 millones de € debido a la piratería. Si quieres leerlo: http://www.elmundo.es/elmundo/2013/02/07/cultura/1360250707.html
Y la discusión dio comienzo cuando alguien me comentó que el artículo decía que se ““amenaza a los pequeños creadores” ¿Cuándo han podido vivir los ‘pequeños creadores’ de las ventas de sus libros?”
Independientemente de que el artículo no se refería en concreto a los escritores, la discusión giró en torno al futuro del escritor.

Se comentaba en aquella conversación que el futuro del escritor profesional pasa por empezar regalando, o casi, sus trabajos. Pero eso es una contradicción total. ¿Cómo vas a ser profesional si no cobras lo que merece tu trabajo? Y entonces se cae en otro cliché: al escritor que empieza no le debe preocupar la piratería.
Estoy de acuerdo: no debe preocuparle, ¡debe aterrarle! Se esgrime el argumento de que como no lo conoce nadie y va a vender poco, el hecho de que lo pirateen facilita que llegue a los lectores, que podrán reconocerlo en futuros libros publicados. Y eso es cierto, habrá más gente que tenga sus libros, que tal vez los lean y a los que tal vez les suene el nombre. Pero, ¿de qué le servirá, tanto al autor como al lector, cuando, viendo las pocas ventas que haya tenido, la editorial cierre la puerta a futuras publicaciones? 2 de cada 3 libros son pirateados. Un autor que haya vendido 1000 ejemplares podría vender muchos más (no voy a decir 3000 porque parte de lo que se piratea ni siquiera llega a leerse). Digamos que sino un 300% sí un 80%. 1800 ejemplares, una cifra nada desdeñable para un autor nuevo al que casi no se le ha hecho publicidad, tal como están las cosas.
La piratería no es que no sea buena para los autores que empiezan; es que puede acabar con su carrera antes de que si quiera pueda llegar a despegar. Y mientras los mismos escritores no cambien la forma de pensar en cuanto al tema (distinto es que el autor elija regalar alguna de sus obras) no avanzaremos en una posible resolución del problema.
Porque la solución no es autopublicar en formato digital. Los últimos estudios dicen que el año pasado se publicaron en España más de 80000 títulos y todo el mundo (escritores, editores y lectores) se echa las manos a la cabeza por la enorme cantidad que eso supone. Hay muchas más oferta que demanda (uno de los problemas del sector). El escritor novel no accede al mercado, y entonces se va al mercado digital, a Amazon especialmente. ¿Y cuántos libros se publican en Amazon? Pues en los últimos 30 días, casi 56000. En dos meses, se supera en Amazon la cantidad de libros publicados en papel. Al año, en Amazon, siguiendo esa proporción, 672000 títulos.
Si prefieres arriesgarte, estás en tu derecho. Algunos lo hacen y les funciona bien. De allí salieron el año pasado los 5 de B de Books. 5. De entre 672000.
Suerte.