Alfonso VI llegó con su ejército a las puertas de Sevilla. Quería cobrar las parias, una especie de “canon” que los reinos árabes se veían obligados a pagar al rey castellano, el problema era que quería cobrar mucho más de lo que habían pactado en años anteriores.
La situación era muy peligrosa para los sevillanos, pues Alfonso estaba dispuesto a arrasar la ciudad si no se atendían sus peticiones. Por desgracia para los habitantes de Sevilla, el ejército musulmán era muy inferior en cuanto a tamaño y poderío.
Fue entonces cuando Ibn Ammar, el visir sevillano, se erigió en un héroe y salvó a la ciudad de lo que hubiera sido un desastre total.
Y lo hizo jugando al Ajedrez.