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Mostrar o contar en la escritura

Seguramente habrás escuchado muchas veces que en la escritura es mejor “mostrar” que contar. Pero esa afirmación es completamente falsa. Lo cierto es que en algunas ocasiones tendrás que contar y en otras tendrás que mostrar.

A la hora de escribir, “mostrar” y “contar” son dos técnicas fundamentales, complementarias y absolutamente necesarias en ambos casos. Los escritores utilizamos ambas opciones para transmitir la trama, el desarrollo de personajes, el contexto y las emociones en nuestras obras. De modo que si quieres ser efectivo a la hora de escribir tus novelas, tendrás que comprender y equilibrar estas técnicas para escribir obras envolventes y efectivas.

Mostrar o contar en la escritura

Mostrar

Cuando hablamos de “mostrar” solemos referirnos a presentar la historia a través de escenas, acciones, diálogos y descripciones. Estos diferentes elementos narrativos permiten al lector visualizar lo que está ocurriendo y experimentarlo sensorialmente. Cuando mostramos, lo que hacemos es utilizar detalles concretos para crear una imagen vívida en la mente del lector sin necesidad de explicar directamente los estados emocionales o las motivaciones de los personajes.

Ejemplo de “mostrar”:

En lugar de decir, “Juan estaba nervioso”, podríamos “mostrar” su estado de nervios describiendo cómo se muerde las uñas mientras espera la llegada de su entrevista de trabajo, o cómo sus manos tiemblan ligeramente al ajustar su corbata. O como pasea de un lado a otro mientras espera a la chica a la que pretende declararse.

“Contar”

Por otro lado, “contar” implica indicarle directamente al lector determinada información, resumir o especificar de forma mucho más simple lo que pretendemos que sepa. Esto es mucho  más directo y menos descriptivo. Lo que hacemos en este caso es ofrecer una explicación escueta de lo que sucede en la historia o lo que sienten los personajes.

Y no creas que esto no es importante, porque “contar” puede ser útil para transmitir hechos rápidamente, para resumir acontecimientos previos, o parte del telón de fondo social o histórico, por ejemplo… Cosas que no requieren una descripción detallada, como el contexto que es crucial para la trama pero que no necesitamos desarrollar con todo lujo de detalles.

Ejemplo de “contar”:

En lugar de una escena detallada, un escritor podría simplemente decir, “Después de varios días de malentendidos y discusiones, finalmente hicieron las paces.” Esto le dice al lector lo que necesita saber sin entrar en detalles concretos de cómo se resolvieron esas disputas.

Mostrar o contar en la escritura: la importancia del equilibrio

Debes construir un balance entre mostrar y contar en tus historias

De modo que en unas ocasiones debemos contar, y en otras tenemos que mostrar. El equilibrio entre ambos aspectos es necesario. Si abusas de “mostrar” terminarás creando una novela larga y tediosa, con infinidad de descripciones de momentos que no se necesitan, lo que ralentizará el ritmo de la narración. Por otro lado, si abusas de “contar” conseguirás una novela superficial, completamente expositiva, que privará al lector de la experiencia emocional que proporciona una lectura más sensorial.

Los escritores sabemos cuándo utilizar cada técnica para maximizar el impacto de su narrativa. Por ejemplo, solemos mostrar los momentos clave para desarrollar la trama o el carácter, mientras que contamos aquello que nos ayuda a realizar transiciones rápidas o para proporcionar información de fondo que ayuda al lector a entender mejor la historia.

En resumen, “mostrar” y “contar” son herramientas esenciales en el arsenal de cualquier escritor. Saber cuándo y cómo usar cada una puede definir el estilo de un escritor y determinar cómo resuena su obra con los lectores. Dominar el arte de equilibrar “mostrar” y “contar” es un paso crucial hacia la escritura efectiva y cautivadora.

Mostrar o contar en la escritura: ejemplos

“Mostrar”: ejemplos

Lo que se pretende al mostrar una determinada parte de la historia es sumergir al lector en la escena, permitiendo que vivan la historia a través de los detalles sensoriales, las emociones y las acciones de los personajes. Veamos algunos ejemplos de cómo se utiliza esta técnica en la literatura:

“El Gran Gatsby”, por F. Scott Fitzgerald

Ejemplo: “Una tarde regresó a casa y encontró a Gatsby vestido de oro y plata, parado en el vestíbulo, lanzando puñados de dinero al aire.”

Análisis: Fitzgerald “muestra” la extravagancia de Gatsby no solo a través de su apariencia sino también a través de su acción de lanzar dinero al aire, capturando vívidamente su naturaleza derrochadora y su deseo de impresionar.

“Cien Años de Soledad”, por Gabriel García Márquez

Ejemplo: “El aire estaba tan saturado de almidón que aún en la seca estación de las penurias, al pisar la alfombra de flores se sentía en los pies el fresco estallido de la mañana.”

Análisis: García Márquez usa una descripción rica y sensorial para “mostrar” la atmósfera de Macondo, permitiendo que el lector experimente la sensación de caminar sobre esa alfombra de flores.

“Harry Potter y la piedra filosofal”, por J.K. Rowling

Ejemplo: “Las velas flotaban a pocos metros sobre las cabezas de los estudiantes. Eran tantas que proporcionaban una cálida luz dorada y un cielo estrellado sin necesidad de que existiera.”

Análisis: Rowling “muestra” el ambiente mágico del Gran Comedor en Hogwarts a través de detalles visuales y la sensación de calidez, colocando al lector directamente en el corazón de la escena.

“Contar”: ejemplos

Por otro lado, cuando “contamos”, lo que hacemos es ofrecer un resumen, informar directamente sobre los pensamientos, las emociones o las acciones de los personajes.

Aquí algunos ejemplos:

“1984”, por George Orwell

Ejemplo: “Winston estaba descontento y temeroso, pero al mismo tiempo estaba consciente de la inutilidad de su descontento y miedo.”

Análisis: Orwell “cuenta” el estado emocional de Winston de manera directa, ofreciendo una mirada introspectiva rápida a su conflicto interno.

“Orgullo y Prejuicio”, por Jane Austen

Ejemplo: “Elizabeth, al examinar toda la situación, estaba convencida de que ella misma no quería casarse con Mr. Darcy.”

Análisis: Austen “cuenta” directamente la resolución de Elizabeth sobre sus sentimientos hacia Mr. Darcy, lo que permite al lector comprender rápidamente su decisión sin entrar en detalles descriptivos prolongados.

“El Viejo y el Mar”, por Ernest Hemingway

Ejemplo: “Él era un viejo que pescaba solo en un bote en el Golfo Stream y hacía ochenta y cuatro días que no cogía un pez.”

Análisis: Hemingway “cuenta” el contexto crucial de la historia de forma sucinta, estableciendo de inmediato la situación del viejo y la naturaleza de su lucha.

Como puedes ver, tanto “mostrar” como “contar” son técnicas importantes en la escritura. “Mostrar” crea una experiencia inmersiva y detallada, mientras que “contar” ofrece una forma simple y directa de avanzar en la trama o de explicar situaciones más complejas y generales.

Debes aprender a usar cada técnica para mantener el equilibrio y la fluidez de la narrativa.

Mostrar o contar en la escritura. Cuándo usar cada cosa.

El arte de la escritura a menudo implica un equilibrio. Un buen amigo, fallecido por desgracia hace unos años, ofrecía unos cursos de escritura en los que hablaba a sus alumnos de forma repetitiva de la importancia del equilibrio. Estoy seguro de que en este caso volvería a insistir en ello.

Ambas técnicas tienen sus momentos ideales de uso, dependiendo de lo que quieras lograr en diferentes partes de la narrativa. Porque, casi siempre, esa es la clave de todo. Deberías preguntarte qué quieres conseguir en cada parte de tu historia, y a partir de ahí tomar decisiones.

Veamos entonces cuándo contar, y cuándo mostrar.

Cuándo “Mostrar”

Debes mostrar en tu escritura los sentimientos y emociones de tus personajes

“Mostrar” es más efectivo cuando necesites crear una experiencia inmersiva para el lector. Le permitirá ver, sentir y hasta experimentar la escena casi como si estuvieran presentes. Es particularmente útil para:

Desarrollo del personaje: “mostrar” cómo un personaje reacciona a situaciones, interactúa con otros, o cambia a lo largo de la historia puede desarrollar de manera más profunda su personalidad y motivaciones.

Escenas de alta tensión o significativas emocionalmente: son momentos críticos que requieren un fuerte impacto emocional o visual. Estas situaciones se benefician enormemente de una descripción detallada que “muestre” lo que ocurre.

Establecer el ambiente o el tono: al “mostrar” los detalles sensoriales del entorno, los podrás construir una atmósfera rica que envuelva al lector.

Ventajas de mostrar

Inmersión profunda: permite a los lectores sumergirse completamente en el mundo del libro.

Conexión emocional: facilita una conexión más fuerte y personal con los personajes y sus experiencias.

Mayor impacto visual y sensorial: hace tu narrativa más vívida, las escenas son más memorables.

Desventajas de mostrar

Puede ralentizar el ritmo: usar demasiados detalles hará que tu historia se vuelva lenta, sobre todo si cada situación la describes exhaustivamente.

Riesgo de sobrecarga de información: los lectores pueden sentirse abrumados si cada escena está saturada de descripciones minuciosas.

Cuándo “contar”

Es preferible “contar” cuando necesites avanzar de forma rápida por la trama o suministrar información de manera eficiente. Es ideal para:

Transiciones y resúmenes de eventos: “contar” puede ser útil para avanzar rápidamente sobre detalles menos cruciales o resumir eventos pasados que afectan a la trama.

Exposición necesaria: En algunos casos, es necesario “contar” ciertos antecedentes o hechos para que el lector entienda mejor la situación o los motivos de los personajes. Por ejemplo, acontecimientos históricos recientes que afectan a los personajes, como una guerra que acaba de terminar.

Controlar el ritmo: “contar” puede acelerar partes de la narrativa que de otra manera serían demasiado lentas, manteniendo así el interés del lector.

Ventajas de contar

Eficacia en avanzar la trama: permite que la historia progrese rápidamente sin detenerse en cada detalle.

Claridad en la exposición de hechos: ofrece una manera directa y clara de entender la información esencial.

Desventajas de contar

Menos atractivo narrativo: puede hacer que la narrativa sea menos envolvente y más descriptiva.

Falta de profundidad emocional: los lectores no podrán conectar emocionalmente con la historia o los personajes debido a la falta de detalles.

El equilibrio entre “mostrar” y “contar” varía según el estilo del escritor, el género de la obra y las necesidades específicas de la novela. Los escritores sabemos cuándo utilizar cada técnica para maximizar el impacto de esa historia, alternando entre ellas de manera que se complementan y enriquecen la experiencia del lector.

Mostrar o contar en la escritura. Ejemplo de mi última novela

Te dejo los primeros párrafos de mi nueva novela. En negrita pongo algunos ejemplos en los que “muestro”. En el resto del texto, “cuento”.

La noche está preñada de sombras y deudas sin pagar cuando el primer golpe impacta en el rostro de Armando Villalobos. El segundo produce un crujido en las costillas: si no ha fracturado alguna habrá sido porque San Expedito se encontraba cerca. Un pensamiento difuso se abre paso con una rapidez inusual hasta la mente de Armando: tendrá mucha suerte si logra salir con vida de ese callejón oscuro.

Se encontraba momentos antes en la calle Alcalá, envuelta en la oscuridad de la noche madrileña apenas rota por las farolas de gas, esas que los periódicos anunciaban a bombo y platillo que pronto serían un recuerdo cuando se colocara la nueva iluminación eléctrica. Pero de momento seguían resistiendo, cincuenta años después de que se instalaran; luciérnagas a punto de morir. En el aire flotaba el olor cercano de una tormenta de primavera. Pero lo cierto es que ni las luces ni la tormenta ocupaban los pensamientos de Villalobos.

Las partes que se ocupan de mostrar lo que hacen es introducir al lector en el escenario, llevar hasta él determinados aspectos sensoriales, emocionales, para que se conecte con la novela. El resto es entregarle información para que pueda seguir la narración.”

Conclusión:

Cuando sabes cuál es el momento adecuado para “mostrar” o para “contar”, das un paso crucial hacia una escritura más efectiva. Ese equilibrio no solo mejora la calidad de tus obras, sino que también te permite manejar con mucha mayor maestría el ritmo y la profundidad emocional de tus obras. Ahora bien, aprender a utilizar estas técnicas con precisión requiere práctica y un conocimiento profundo del oficio de escribir.

La escritura, al igual que cualquier otra profesión, necesita que dediques tiempo para aprender y perfeccionar tus habilidades. No es suficiente con tener buenas ideas o una gran pasión por contar historias; también debes dominar las herramientas que transformarán esas ideas en novelas que cautiven a los lectores y capten la atención de las editoriales. Y si eres de los que piensan que no se puede aprender a escribir, deberías leer este artículo.

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

Teo Palacios

Escritor y creador del Método Pen

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