Pocas cosas hay igualables a ese momento en el que abres un libro, empiezas a leer y en menos de dos o tres páginas ves que la historia está patas arriba y no puedes parar hasta saber cómo o porqué la novela está en ese punto. Pero ¿por qué me refiero aquí al uso del detonante en la novela histórica en particular?
Primero veamos: ¿Qué es el detonante?
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Toggle¿Qué es el detonante?
Detonante…
Suena a bomba ¿verdad? Claro, porque eso es lo que es. O, mejor dicho, más que la bomba, es el botón que hace estallar el artefacto. (“¡No toques el botón rojo!” ¿Os suena?) El detonante en la historia es ese suceso inicial, que provoca un estallido, lo manda todo al carajo y lo poco que creías saber de una novela, deja de ser para dar lugar a un camino totalmente distinto. Una herramienta muy útil en manos de habilidosos escritores, que hará que lo lectores, como mínimo, le den una oportunidad a esa historia.
Pero vayamos al punto que nos ocupa. ¿Hay diferencias de uso de ese recurso según el género literario? No, no las hay. Si queréis saber cómo usarlo en cualquier género, leed este artículo.
Ejemplo de detonante en la novela histórica
Para mostrar la importancia del detonante en la novela histórica, voy a centrarme en el análisis de una novela: Aquitania, de Eva García Sáenz de Urturi, premio Planeta 2020.
Este libro, en su primera página ya enseña el botón rojo (¡no toques ese botón!) al decir la protagonista, Eleanor de Aquitania, lo siguiente:
“Soy Eleanor de Aquitania, tengo trece años. Demonios disfrazados de mensajeros afirman que mi padre acaba de morir en circunstancias insólitas durante su peregrinaje a Compostela… y no hay precedentes en los libros de historia ante lo que me dispongo a hacer.”
Y… ¡Tachán! Un detonante en la novela histórica. Si en este momento alguien no está deseando saber qué es eso tan disparatado que nadie antes a osado hacer para vengar la muerte de su padre, que levante la mano, porque a todos nos deja con la miel en los labios por saber más del asunto.
Tan solo debemos adentrarnos unas páginas, cuando en el relato se informa de la muerte del Duque de Aquitania a la joven Eleanor y estalla todo en mil pedazos (ha tocado el botón rojo). La tranquila vida en Occitania que nos ha mostrado brevemente, el romance con su amado Ray, y la seguridad que ella cría inexpugnable. Todo lo que nos hemos imaginado sobre la protagonista en un inicio, acaba pasto de las llamas después de explotar.
Esa es la magia del detonante en la novela historia, o cualquier otra, y puede ser un poderoso aliado.
Pensemos que los relatos históricos, aunque fieles a un momento real y pasado, no dejan de ser novelas de ficción que tiene que enganchar al lector. Si desde el inicio dejas claro, con un potente detonante en la novela histórica, que el protagonista no lo va a tener fácil ni de broma, que va a sudar la gota gorda para recuperar a su estatus anterior, para salvar a un amor o vengar una muerte, estaremos bien encaminados. Los héroes de las novelas históricas necesitan pasar por muchos avatares antes de llegar a su objetivo, y ese suele estar marcado por un detonante inicial y, después, por otros detonantes menos explosivos que pueden ir modificando el camino para hacérselo pasar un poquito peor, lo que vendrían a ser conflictos narrativos (o putadas literarias).
Pequeños conflictos y detonantes en la novela histórica
Hablemos un poco del pequeño detonante en la novela histórica. Por seguir con el mismo ejemplo, cuando Eleanor de Aquitania toma la decisión de casarse con el hijo de su mayor enemigo, el rey de Francia, parece que es ella la que tiene la sartén por el mango para lograr su objetivo: la venganza. Pero ¿es así de fácil? No.
La pequeña duquesa se enfrenta a problemas mayores que no dejan de ponerle piedras en el camino. La guardia personal del rey Luy VII, los propios sentimientos al descubrir en su recién estrenado esposo alguien que no esperaba, con mejores cualidades de las imaginadas, descendiendo de quién desciende, que le llevan a enamorarse sin esperarlo del objetivo de su venganza. La pérdida de las personas que más quiere… En resumen, una variedad de detonantes pequeños, explosiones controladas, y tenemos a una protagonista que sufrirá lo que no está escrito por recomponer los pedazos que la explosión inicial ha dejado en su vida. Y hasta aquí puedo contar, o esto acabará siendo un destripe de Aquitania, y no queremos eso.
Soy de la opinión que cuanto antes se haga detonar esa bomba en la historia, más engancharemos al lector. No tenemos que pasarnos veinte, treinta o cuarenta páginas relatando las virtudes de nuestra novela en un inicio. Debemos reventarla con el detonante nada más empezar, para que el lector esté ansioso por ser testigo de la reconstrucción y no pueda dejar de leer sin saber qué pasará.
Conclusiones
Para concluir tan solo puedo deciros que esto de usar un buen detonante en la novela histórica es más fácil de lo que parece, pero se necesita una muy buena planificación. No puedes mandar a pastos más verdes tu historia sin saber por dónde vas a llevarla después. Una cosa es engañar al lector, tenerlo en ascuas y otra, muy distinta, es que el escritor no sepa qué camino seguir. Por eso, para que un buen detonante funcione, primero planifica tu historia al detalle, márcate los conflictos que irán a apareciendo en tu novela, las vías de escape del protagonista y sobre todo el final, ten muy claro cómo acabarás la historia. Para eso hay ayudas a escritores como este curso. Así conseguirás que tu detonante funcione, sin destrozarte la novela a ti también.
Y dicho esto… ¡Aprieta el botón rojo!
¡Gracias por leerme!