Este mes celebraremos el día internacional del ajedrez (o, como veremos, uno de los días entre los que se contiende). Por esta razón, trataré la relación entre la literatura y este increíble juego de estrategia. De hecho, numerosas son las obras literarias en las que el ajedrez se presenta como su protagonista, o en las que una partida de ajedrez modifica para siempre el desenlace y la suerte de sus personajes.
Se trata de una temática que ha despertado un enorme interés en una gran cantidad de autores, tan diversos como Vladimir Nabokov, con su novela “La Defensa”, basada en la vida de un maestro de ajedrez alemán, Curt Von Bardeleben. También en la obra del prolífico escritor español, Lope de Vega, se encuentra presente el afamado juego, plasmado en su obra teatral “Fuente ovejuna”. Arturo Pérez-Reverte, asimismo, contribuye con su aporte de este juego en la literatura, con su libro titulado “La tabla de Flandes”, una trama que entrelaza a la novela histórica con el género policial, en la que una restauradora de arte descubre un mensaje oculto en forma de partida de ajedrez sobre un lienzo.
Yo mismo he escrito un libro en el que dicho juego de estrategia cambia el destino de sus personajes. Mi novela, “La predicción del astrólogo”, se centra en la Corte de Sevilla, donde, tras la caída del Califato de Córdoba, diversos reinos se han disgregado y se disputan entre ellos el gobierno de la península. ¿Cuál es el rol protagonista del ajedrez en esta novela? Solo hay una manera para descubrirlo… ¡Leerla!
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ToggleEl Día Mundial del Ajedrez
El ajedrez es un juego de estrategia que consiste en el enfrentamiento por parte de dos jugadores. Cada uno posee 16 piezas, de las cuales, cada una de ellas posee un valor diferente. Dichas piezas se pueden mover, siguiendo una serie de reglas específicas, sobre un tablero que se encuentra dividido en dos: cuadrados blancos y negros. El objetivo principal del juego es derrotar al Rey del antagonista.
Este que os acabo de describir es el ajedrez clásico, pero hay muchos tipos diferentes de ajedrez. Según datos de Naciones Unidas, en la actualidad se registran más de dos mil variaciones del juego. Un gran dilema, pero no el único, ya que otra de las cuestiones que rondan alrededor de dicho juego es en cuanto a la fecha en la que se celebra (o debería celebrarse) el Día del Ajedrez. La disputa es entre el 20 de julio o el 19 de noviembre.
La Asamblea General de Naciones Unidas proclamó hoy, 20 de julio, como Día Mundial del Ajedrez, para conmemorar la fecha de la fundación de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), que tuvo lugar en París, en el año 1924. Sin embargo, fue la misma Federación la que designó que el Día Internacional de Ajedrez debía ser el 19 de noviembre, como forma de honrar al ajedrecista cubano José Raúl Capablanca, campeón mundial de este deporte desde 1921 hasta 1927.
Borges y el infinito
El aclamado escritor argentino, Jorge Luis Borges, le ha dedicado poemas y numerosas menciones en sus cuentos a este juego de estrategia. En su emblemático poema “Ajedrez”, publicado en el libro “El Hacedor”, realiza una analogía entre el tablero de ajedrez, sus piezas y las personas que habitamos este mundo.
Cito un extracto de este poema para que se aprecie de forma explícita la intención de Borges y el uso de los elementos mencionados anteriormente y la relación existente entre ellos y el ajedrez:
“ No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía? “
En estos versos, el autor hace alusión a que, quizás, las personas seamos piezas de un juego, de un todo mucho más grande de lo que podemos comprender, y estamos siendo movilizadas en el tablero por algún Dios o entidad superior. El tablero es utilizado como representación de un escenario, que puede ser cualquier lugar donde nos hallemos. Este simboliza al universo y a la infinitud del mismo.
El ajedrez y la cultura popular
El año pasado, la famosa plataforma de streaming, Netflix, lanzó la serie “Gambito de dama” a la que, en principio, no muchas personas le tenían fe al tratarse de una niña que jugaba al ajedrez, y, a primera vista, una serie que radicaba en observar a alguien practicando este juego no aparentaba ser demasiado entretenida. Hasta que, finalmente, la serie batió récords y se convirtió en el mayor éxito de la plataforma hasta el día de hoy, con 62 millones de reproducciones a nivel mundial. Y, realmente, esta serie no es nada más que la adaptación a la pantalla de la novela de Walter Tevis, escrita en 1983.
El argumento original trata de la apertura de ajedrez titulada como gambito de dama, utilizada por Beth Harmon, la protagonista. La novela narra la historia de Harmon, quien tiene una vida complicada al haber sido abandonada en un orfanato. Su rutina dentro del mismo es monótona y un tanto aburrida, hasta que, un día, nota cómo el conserje del establecimiento, en sus tiempos libres, se dedica a jugar al ajedrez. La particularidad es que juega solo y esto llama la atención de la niña, quien le insiste hasta el cansancio que le enseñe a jugar. Harmon termina convirtiéndose en una hábil jugadora de ajedrez y, a la edad de 16 años, comienza a competir alrededor del mundo, obteniendo muchísimas victorias.
La novela se destacó por ser cautivante y muy precisa en el empleo de términos técnicos. Tevis basó las partidas de ajedrez en su propia experiencia y conocimiento sobre el juego.
Una forma de creatividad
El ajedrez combina elementos del deporte, del uso de la razón y también del arte. Es extremadamente complejo llegar a alcanzar la maestría en este juego y dominar por completo el tablero. Así como las personas aficionadas a los deportes entrenan sus músculos por largas horas, el ajedrez es como el deporte de la mente, donde el músculo a ejercitar no es nada más ni nada menos que el cerebro.
Si nunca has siquiera tocado un tablero, te invito a investigar y a animarte a jugar, aprender y dejarte llevar por uno de los más increíbles y antiguos juegos de mesa jamás creados, en donde el oponente no es únicamente quien tenemos enfrente, porque este juego también termina poniéndonos a prueba a nosotros mismos. Como la escritura, es una preciosa herramienta que nos lleva al autoconocimiento.