Estoy seguro de que todos habréis experimentado algunas situaciones en las que os ha parecido imposible llegar a tener concentración. Os puedo decir que a mí también me ha pasado, y que hay miles de formas de salir de ese estado de inquietud de la mente, o de falta de atención, y lograr poner el foco sobre lo que se está haciendo, en nuestro caso específico, ¡escribir!
Entonces, antes de compartir con vosotros algunas actividades prácticas para aplicar en vuestra cotidianidad, os quiero explicar, más en detalle qué es exactamente la concentración, porque todo hábito, antes de que pueda radicarse profundamente en nosotros, tiene que pasar por el conocimiento.
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Toggle¿Qué es la concentración?
La concentración es un estado sumamente importante, no solo para los que escribimos, sino para todo aquel que necesita enfocarse y ensimismarse en lo que está haciendo para llevar a cabo su tarea de la mejor forma posible.
Es un estado de paz absoluta que nos permite estar alejados de pensamientos secundarios y de las distracciones, ya que toda nuestra energía está dirigida hacia un solo punto, que es el foco de nuestra atención en ese momento. Se trata de una herramienta mental extremadamente poderosa, además de necesaria.
Hay muchas maneras de conseguir un estado de concentración. Existen personas que meditan, otros realizan deporte antes de empezar a hacer cualquier actividad, otros tienen un ritual diario que les permite entrar en ese estado mental… y todas son técnicas que funcionan, porque la realidad es que todos podemos alcanzar la concentración. Lo difícil es dar con el cómo, ya que es sumamente arbitrario.
Si no sabéis por dónde empezar, aquí vienen algunos consejos.
Crea tu espacio de trabajo
El lugar que escojas para trabajar es extremamente importante. Aunque es cierto que lo que cada uno necesita es subjetivo, hay algo que sí es realmente importante, y vale como regla general para todos: construir un espacio de trabajo, ya sea mental o físico, que te permita liberarte de las distracciones y entrar en un estado de tranquilidad que favorezca la concentración.
Así que debes actuar desde dos lados. Por un lado, la parte más material del mismo lugar en el que te encuentras, ya sea tu oficina, un parque, un bar o un cuarto de la casa en que te sientas cómodo. Intenta que el espacio a tu alrededor sea limpio y ordenado.
En algunas ocasiones, permitiros algunos deleites específicos, como en mi caso, ya que también ayudan, la música de fondo o fragancias y olores que nos estimulan a poner el foco en lo que estamos haciendo.
Silencia todos tus dispositivos
Esta es una regla de oro. Desconectarnos de todo es esencial para poder concentrarnos y no perder todo ese trabajo que hemos hecho para conseguir que nuestra atención sea plena, aquí y ahora.
Para ello, es necesario que apagues o pongas en silencio todos tus dispositivos de comunicación instantánea, ya no tan solo el móvil, sino las aplicaciones conectadas al ordenador o a la tableta. Una distracción tan grande como un mensaje sin leer podría impactar fuertemente a vuestro estado de concentración.
Así que, a no ser que tengas alguna urgencia inminente a la que es necesario que prestes atención, aíslate del mundo por el tiempo que necesites. Tu trabajo y tu concentración te lo agradecerán.
Organiza tareas y objetivos
Una vez que ya tengas tu espacio de trabajo listo y los dispositivos fuera del camino, puedes empezar a escribir en un papel tus tareas del día y los objetivos a largo plazo a los que esas mismas te llevarán a obtener.
De esta manera, podrás mantener el foco no solo en lo que estás haciendo, sino en el porqué lo estás haciendo.
Cuando ya tengas un listado, podrás dedicarte al siguiente paso para que puedas enfocarte en cada una de ellas, por orden de importancia.
Ordena las prioridades
No todas las actividades que tienes que llevar a cabo tienen la misma importancia. Por esta razón, el siguiente paso es esencial.
Ordenar las tareas por grado de importancia te va a permitir priorizar antes lo que más te preocupa, dejando la mente libre de pensar en el resto de actividades, porque la misma ya sabe que, antes o después, va a llegar también al resto de actividades, y ya no tienes que estar constantemente pensando en ellas.
Priorizar te va a permitir no solo enfocarte con más facilidad, sino también a cumplir el siguiente paso.
Haz una tarea a la vez
No es tan extraño que, especialmente, a día de hoy tengamos problemas con nuestra capacidad de estar atentos y enfocarnos en una cosa a la vez.
De hecho, en varias ocasiones, resulta complicado hacer solo una tarea, ya que, en el mundo moderno, se nos requiere que hagamos muchísimas cosas a costa de nuestra capacidad de concentrarnos. ¡Pero recordad que vuestra voluntad todo lo puede!
Solo es cuestión de agarrar el truco que funciona para vosotros. Desde ese momento en adelante, podréis volveros mucho más productivos y disfrutar de cada uno de los momentos, mejorando no solo la calidad de vuestra vida, sino también la de vuestro trabajo.
Construye tu propio método de concentración
Lo cierto es que no existe una fórmula universal, pero sí hay métodos que suelen funcionar para la mayoría de las personas. La única manera que tenéis es probar técnica por técnica hasta dar con la correcta para vosotros mismos.
Espero que estos consejos os ayuden a mantener el foco sobre vuestra escritura. Si queréis dejar algún comentario, me gustaría saber qué es lo que os funciona a vosotros y si alguno de estos métodos os ha sido de ayuda a la hora de escribir.