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¿Qué tipo de descripción usar? Objetiva frente a subjetiva

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En el artículo anterior sobre esta serie dedicada a la descripción, estuvimos viendo cuáles eran los objetivos de la descripción, es decir, qué se espera conseguir mediante la descripción. En este segundo artículo vamos a ir más allá y veremos dos tipos de descripción que podemos utilizar en nuestros textos.

Tipo de descripción: objetiva  frente a subjetiva

Esta es la primera de las posibilidades que tenemos a la hora de preparar los tipos de descripción. Si recordáis, decíamos en el anterior artículo que las descripciones han de servir para informar, para convencer, o para conmover. Dependiendo de cuál sea nuestra intención en cada momento de nuestra historia, necesitaremos realizar un tipo de descripción objetiva o subjetiva. Es evidente que si queremos conmover, si queremos emocionar, necesitaremos hacer una descripción más subjetiva, más cercana a los sentimientos del lector. Veamos cuáles son las diferencias entre un tipo de descripción y otro.

Descripción objetiva

En el tipo de descripción objetiva lo que pretendemos es reflejar la realidad de las cosas. No introducimos elementos emocionales en este tipo de descripción. Para que puedas entenderlo con claridad, se trata de la descripción que podemos encontrar en un libro de ciencias, por ejemplo. Algo como lo siguiente: “El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera​ es un espacio natural protegido y una de los grandes humedales de importancia situado en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, España. Forman el Parque Natural un conjunto de 16 “remansos” o lagunas fluviales a lo largo del valle del río Pinilla o Guadiana Viejo, por la margen izquierda, y por la margen derecha a lo largo del Arroyo Alarconcillo”.

Si te fijas bien, no hay absolutamente nada que nos hable sobre la belleza del lugar, no se apela a los sentidos. Es, simplemente, un texto informativo.

Puedes pensar que ese tipo de descripción no tienen cabida en tu novela o tu relato, pero estás de lo más equivocado. Hay muchísimas escenas en las que necesitarás, precisamente, una descripción objetiva. Te pongo un ejemplo:

“Miró entonces al exterior y vio que sus cañonazos habían sido más certeros aún de lo que esperaba. Una bala debió de alcanzar el palo mayor, porque se inclinaba hacia delante, empujado por el viento. El ritmo del galeón se redujo cuando varias de sus velas se vinieron abajo. El palo mayor cayó entre las jarcias del trinquete dañado, y también este empezó a ladearse.”

Es un fragmento de Una columna de fuego, de Ken Follet. Y como puedes observar, no hay ninguna emoción envuelta aquí. Es una descripción completamente objetiva de lo que está ocurriendo en un galeón después de sufrir una descarga de cañonazos.

Y seguro que has visto cientos, me atrevería a decir que miles, de descripciones de este tipo. ¿Ves como necesitas las descripciones objetivas?

Aquí tienes 20 ejemplos de descripciones objetivas para que puedas tenerlo aún más claro

 

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Descripción subjetiva

A pesar de que tendrás que usar muchas veces la descripción objetiva, la que más te interesa, la más difícil de dominar, la que te va a suponer un auténtico reto y hará que tu novela dé un salto de calidad, es la descripción subjetiva.

La intención al utilizar este tipo de descripciones es apelar a las emociones del lector, provocar una serie de sentimientos (temor, angustia, tranquilidad…) a través de las palabras.

Sí, puedes apostar a que es muy difícil de conseguir, pero no es imposible.

Este tipo de descripción tira de recursos estilísticos, algo que no ocurre en la descripción objetiva. Por ejemplo, es muy habitual que se utilicen muchos epítetos, es decir, el uso de adjetivos calificativos que realzan las cualidades de aquello de lo que se está hablando. Sería algo como “la oscura noche”. La noche de por sí ya es oscura, pero el epíteto refuerza la idea. Algo así sería bueno, por ejemplo, para ambientar una escena de terror, o aumentar la ansiedad, o incluso la tristeza.

En el tipo de descripción subjetiva también tienen cabida las comparaciones, por supuesto. Cosas como “se movía como un gato” nos crea una imagen mental que ayuda a entender el concepto.

Y, desde luego, no podemos olvidarnos de las metáforas, ese recurso por medio del cual vamos a expresar un concepto utilizando un concepto distinto. Son muy habituales expresiones como las que utiliza Don Quijote al referirse a Dulcinea: “Que sus cabellos son de oro, su frente de campos elíseos, sus cejas arcos del cielo, sus ojos soles, sus mejillas rosas, sus labios corales, perlas sus dientes, alabastro su cuello, mármol su pecho, marfil sus manos, su blancura nieve”

Ejemplo de descripción subjetiva

Con todos estos recursos podemos crear descripciones muy intensas que aumenten la sensación de la lectura. Para que lo veáis, vamos a utilizar esta descripción que utiliza Katherine Neville en El ocho:

“El camino de la costa describía largas curvas por encima del mar y cada recodo mostraba un paisaje impresionante de la rompiente. Pequeños brotes y líquenes se derramaban por las laderas de pura piedra empapadas por las salpicaduras de agua salada. Las plantas escarchadas florecían en dorados y fucsias intensos y sus hojas como lancetas formaban patrones de encaje al descender la roca incrustada de sal. El mar bullía en un verde metálico… el color de los ojos de Solarin”.

Si te fijas bien, tenemos varios elementos subjetivos aquí:

“Pequeños brotes y líquenes se derramaban por las laderas”. Es evidente que los brotes no se derraman, pero utilizar este verbo nos ayuda a crear la imagen de que están cayendo a lo largo de toda la ladera.

“sus hojas como lancetas”. La comparación nos ayuda a visualizar el tipo de hoja.

“El mar bullía en un verde metálico… el color de los ojos de Solarin”. Y de nuevo, una comparación para que podamos visualizar el color de los ojos del personaje.

El resultado es una descripción vívida y vibrante, que nos permite recrear con facilidad los aspectos que quiere resaltar.

Por si quieres más ejemplos, aquí tienes otros 20 ejemplos de descripción subjetiva.

Y esto es todo, por ahora, con respecto al tema de la descripción. Aún me quedan algunas cosas por contaros, pero creo que con esto tenéis trabajo. Y ahora, te propongo un reto: ¿Te animas a dejar un pequeño texto en el que utilices una descripción y nos digas si has utilizado una descripción objetiva o subjetiva?

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

Teo Palacios

Escritor y creador del Método Pen

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