Ser escritor es un oficio maravilloso. Además, si esta es tu pasión, seguramente sea la única profesión que veas viable para ser feliz con tu trabajo en el día a día.
Si te ves reflejado en esto que acabo de decir, quiero que sepas que te apoyo completamente en tu camino hacia el éxito, porque yo fui exactamente como tú. Antes de ver publicadas mis novelas, tuve que pasar por desilusiones, errores y retos, hasta que, finalmente, lo logré. Por esta razón, creé los cursos de escritura que encuentras en mi blog, para que otros soñadores, como yo, pudieran aprender de mi experiencia pasada y que, a través de la técnica e información adquirida, fueran capaces de lograr su gran sueño con mayor sencillez.
El recorrido que te convertirá en escritor
Seguramente ya sepas que el que has elegido es un camino lleno de retos. Dicho esto, mi objetivo no es quitarte las ganas de ser escritor, ¡todo lo contrario! Me gustaría que tomes conciencia junto a mí de los desafíos que supone tu propósito, en el corto y en el largo plazo, y que estés listo a enfrentarte a ellos.
Piensa que, por un lado, si decides apuntarte a un curso de escritura, tendrás un sendero marcado para no perderte en el camino. Además, estarás acompañado por otros profesionales y soñadores, como tú, con los que compartir tus logros, frustraciones y experiencias.
Por otro lado, tienes que ser consciente de que es indispensable que hagas un trabajo interno. Un trabajo que, de hecho, solo tú puedes hacer. Para ello tienes que aprender a enfrentarte, de la mejor manera, a los siguientes retos que se te presentarán por el camino para no permitirles que saboteen a tu visión profesional.
Reto # 1: No tienes tiempo
Esta es una de las mayores “excusas” que todo autor novel le pone a su futura trayectoria, y el mayor límite autoimpuesto con el que te encontrarás a la hora de transformarte en el escritor que quieres ser.
No me malinterpretes. Estoy seguro de que realmente te parece que no tienes tiempo a tu disposición. Además, muy probablemente nunca sientas que es el momento adecuado para ponerte a escribir, o piensas que estás demasiado cansado, o no encuentras tu inspiración.
Lo cierto es que no puedes esperar infinitamente a que llegue el momento perfecto, porque este no existe. Es un poco como con la creatividad: no es algo que tengas que esperar, sino que tienes que estimularla y crearla a partir de ti mismo.
De la misma manera, tú tienes que crear tu propio tiempo para escribir.
Solución # 1: Crea tu tiempo
Hay muchas maneras. Ante todo, quizás necesites revisar tu rutina y tareas, para definir cuál puede ser la mejor estrategia para hacer un hueco a tú “yo escritor”.
Por ejemplo, puedes empezar por despertarte más temprano y escribir por la mañana, si te gusta la idea de madrugar. O lo opuesto: escribir a la noche e irte a dormir más tarde, si eres un ser más nocturno.
Depende mucho de cómo seas. Recuerda que tu rutina de escritor tiene que encajar en tu forma de ser, ¡y no al revés!
Encuentra una fórmula que pueda funcionar para ti. Lo que tienes que saber es que los momentos para escribir los creas tú.
Reto # 2: Ideas que nunca llegan
En algunos momentos, querrás utilizar esta segunda excusa para no escribir.
Es verdad, puede haber días en los que la escritura parece no fluir. Puede pasar, no digo que no, pero, por norma general, cuanto más estimules tu cabeza a encontrarse con tu lado creativo, más ideas tendrás.
Algunas serán buenas, otras no, o quizás todas serán excelentes. No importa. Lo que realmente importa es que les des espacio en tu escritura.
Solución # 2: Evita las distracciones
Cuando sientas que las ideas tardan en llegar, quizás pienses que ponerte a hacer otra cosa sea lo mejor. A veces, esta técnica puede funcionar, pero, como he dicho antes, la solución no es pasar a otra tarea, sino estimularte a ti mismo. Cuanto más lo hagas, más fluirá tu escritura.
Por ello, es esencial que, en este punto, evites cualquier forma de distracción. Como ya he dicho en otros artículos, la concentración es un elemento crucial para cualquier escritor. Cultívala para darle espacio a tus mejores ideas.
Reto # 3: Tomarse mal las críticas
Que sepas que, como escritor, va a ser imposible que nunca recibas críticas. Aunque te transformes en el escritor más vendido del mundo, en un genio literario, o “simplemente” publiques tus novelas creando un séquito de lectores, siempre, absolutamente siempre, vas a recibir críticas por parte de alguien. ¡Y menos mal!
Las críticas, a menudo, son percibidas como un ataque a nuestro ser más profundo. ¡Duelen!, ya que cuando escribimos nuestras historias y decidimos compartirlas con el mundo, tenemos expectativas sobre ello y, sobre todo, nuestro ego espera ser alabado por haberlo conseguido.
Solución # 3: Compréndelas y aprende de ellas
Bueno, aquí vienen buenas y malas noticias.
Las primeras son que las críticas son tu mejor aliado. Aunque te parezca extraño, en algunos casos nada te va a enseñar tanto (si se lo permites) sobre tu escritura como una crítica. A veces, es realmente un regalo que te estimulará a mejorar si la tomas de la manera correcta.
Las segundas son que, como siempre, tienes que trabajar dentro de ti para darle espacio a la humildad y al deseo puro de aprender, sin tomarte nada de manera personal, o quitándole importancia a la crítica.
Abárcala y aprende de ella, siempre que haya algo que aprender. También existe la posibilidad de que a esa persona que te esté criticando no le guste lo que escribes. Eso también está bien. ¡No le puedes gustar a todos!
Reto # 4: Dudar de tus capacidades como escritor
Este es un clásico. Sí, todos hemos pasado por ello.
Ya sea desde el momento cero, en el que entendiste que lo que querías era ser escritor, o a lo largo de tus intentos de serlo, en algún momento, vas a dudar de tus capacidades al escribir.
Que sepas que nadie nace siendo un escritor modelo. Algunos tienen un mayor potencial con respecto a otros, pero esa misma capacidad se echa a perder si no hay voluntad, acción y deseo por parte de la persona.
Las capacidades se desarrollan, y aún más en la escritura.
Solución # 4: Si quieres ser escritor, nunca dejes de escribir
De hecho, sobre la solución principal a tus inseguridades, ¿adivina cuál es?
Escribir. Por tan sencillo que parezca, esta es la solución. Escribe todas las veces que lo sientas, pero también, como ya te he dicho, construye tu tiempo para dedicarte a la escritura.
