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La concentración a la hora de escribir

¿Alguna vez has sentido que te distraes fácilmente o que pierdes la concentración con rapidez? Es común que esto suceda mientras uno escribe, ya que alcanzar la concentración puede ser una tarea difícil para muchos.

La escritura es un trabajo que exige nuestra plena atención, pues, mientras escribimos, nuestra mente trabaja mucho. 

No solo estamos atentos a lo que redactamos, sino que, además, al mismo tiempo vamos pensando en futuras ideas. Por este motivo, suele suceder que si perdemos la concentración, nos invade la sensación de habernos quedado con la mente en blanco. Por ello, es de suma importancia lograr un ambiente tranquilo y sin mucho ruido para que las pequeñas distracciones no obstruyan con nuestra escritura. Si quieres saber cómo lograr un mayor nivel de concentración, prueba con los siguientes consejos fundamentales. 

Elige el sitio adecuado 

He mencionado que, antes que nada, es crucial encontrar un ambiente donde te sientas cómodo para escribir con concentración. Hay quienes necesitan un silencio casi absoluto para hacerlo; otras personas, escuchan música de fondo o van a una cafetería.

Sea donde sea, el espacio es sumamente importante, ya que si eres una persona que se distrae fácilmente, el mejor consejo es que escribas en un lugar con poco ruido, como una biblioteca. 

Construye un hábito

Una vez que hayas encontrado un sitio ideal, es relevante crear un hábito para incrementar la concentración. Sé que se ha hablado de este tema en el blog en reiteradas ocasiones, sin embargo, lo traigo nuevamente a la palestra porque es una parte crucial en la escritura. Si uno no está acostumbrado a escribir de forma cotidiana, ¡será mucho más difícil adquirir la concentración que merece esta tarea!

Al desarrollar un hábito, este se vuelve más fácil de ejecutar y no damos tantas vueltas para llevarlo a cabo.

Lo ideal sería escribir diariamente, no obstante, si uno no está acostumbrado a hacerlo, puede empezar por escribir 3 veces a la semana en determinado horario. Por ejemplo: si se fija un horario y una fecha, en nuestra mente quedará impreso que tal día y tal hora será un momento que le dedicaremos a la escritura. Si se ejerce y se adquiere esta costumbre, en el lapso de unas semanas, se creará un hábito. 

Basta con la voluntad y el compromiso de cada uno para hacer de la escritura un hábito que forme parte de nuestro día a día. Conforme pase el tiempo, lo óptimo es escribir a diario. Nuestro cerebro ya tendrá programado que un momento del día estará dedicado 100% a escribir.

El hábito de la escritura ha llegado para quedarse. 

No olvides leer

El cerebro es un músculo, y, así como cualquier otro de nuestro cuerpo, también se entrena. No solo esto, sino que tiene memoria, y conforme generamos hábitos, estos quedan instalados en nuestro cerebro. Por ello, es de suma importancia comprometerse a escribir diariamente. Además de escribir, también leer es una pieza crucial para ejercitar la concentración. 

A través de la lectura, una persona aprende a concentrarse y a poner atención a lo que está leyendo. La lectura exige nuestra concentración, por un periodo largo de tiempo y de forma sostenida. Si estamos estudiando, por ejemplo, se requiere un gran trabajo intelectual para mantener el enfoque en dicho estudio.  Si estamos leyendo una novela y nos fascina su trama e historia, es probable que quedemos absortos en su lectura, y esto también favorece a la concentración.

Por lo tanto, un consejo para alcanzar la concentración a la hora de escribir consiste en dedicarle un rato a la lectura y, luego de esto, ponerse a escribir. De esta manera, uno ya se va adentrando en el mundo de las letras y las ideas, con lo cual el trabajo de escritura se agiliza un poco más.  Al leer previamente al proceso de escritura, nuestro cuerpo se predispone para entrar a un estadio mental orientado hacia esa tarea específica. Haciendo esto, uno logra sumergirse completamente en la escritura. 

Haciendo uso de esta técnica, no solo se logra elevar e incrementar el nivel de concentración, sino que, al mismo tiempo, iremos aumentando la cantidad de libros que leemos. Leer siempre es útil para asimilar las estructuras gramaticales, enriquecer el vocabulario y expandir la imaginación, elementos fundamentales a la hora de escribir. 

Mantén el orden

Cuando uno recién comienza a escribir, esta tarea puede parecer ardua. No sabemos acerca de qué escribir, nos sentimos con falta de imaginación y escasa inspiración. Sucede que no sabemos por dónde empezar, ni cómo hacerlo. Es habitual que uno se imagine una historia y piense en ella, sin embargo, al momento de plasmar esas ideas en el papel, no encontramos la forma de hacerlo o, si lo hacemos, no se logra transcribir aquello que pensamos en lo que terminamos escribiendo.

A veces, hay un abismo entre la idea y la materialización de lo escrito. Si nos encontramos frente a esta situación, en donde se nos hace difícil trasladar nuestros pensamientos hacia una buena historia, lo recomendable es comenzar a organizar las ideas. 

Para ser capaz de organizar nuestras ideas, lo aconsejable es realizar un trabajo previo de escritura. Esto es una suerte de borrador, donde anotamos lo que se nos viene a la cabeza, para luego ordenarlo. Es un método muy conveniente, sobre todo cuando sucede el famoso “brainstorming” y nuestro cerebro pareciera que va a mil por hora y se nos ocurren cientos de ideas.

De esta manera, el bullicio mental se transcribe en el borrador para, posteriormente, mirarlo con detenimiento y extraer del mismo las ideas principales y las que nos servirán para la futura obra. Así, deja de ser un simple boceto y forma parte del trabajo previo. En él, se analiza lo escrito, se ordena y se jerarquiza la información. Después de este proceso de análisis y organización, uno está mejor predispuesto para escribir una historia de forma ordenada. 

Una vez que nuestras ideas se encuentran dentro de una estructura, de manera organizada y no dispersa, podremos partir de ese punto para tomar decisiones y comenzar a escribir. 

¡Consigue tu concentración!

Crear el hábito, leer diariamente para acostumbrarse a mantener el foco y estructurar las ideas, son los principales consejos para poder alcanzar la concentración. Todo esto se da de un modo paulatino; es un proceso a largo plazo. Sin embargo, conforme pase el tiempo, uno estará mucho mejor posicionado. Al cabo de unos meses, realizando diariamente la misma tarea, podrá notar el cambio con respecto al primer día.

Por más que, en este mundo digital, estemos recibiendo estímulos de manera constante, podemos hacer el esfuerzo de ignorar el móvil y otras distracciones. En el momento en que el ruido de alrededor no nos distraiga y quedemos inmersos en nuestro mundo de letras, será el momento en el que hayamos logrado una conexión con la escritura.

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

  • Juan Amengual Campins

    Hace tiempo que empecé a crear ese hábito. Ahora, con una buena formación, se cimentarán buenas bases para construir un edificio muy sólido.

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Escritor y creador del Método Pen

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