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La literatura cumple un papel fundamental en nuestras vidas y en ocasiones abre una ventana al pasado a través de la narración de historias. Precisamente, en este post te hablaré de la novela histórica en España, un subgénero narrativo que se ha ganado a millares de adeptos a nivel mundial por ofrecer una mezcla entre ficción y la visión encarnada de los hechos históricos. Haré mención especial a los temas y características del subgénero en España.
Lukács (1966) describe esta novela como aquella que trata algún tema del pasado con verdadero sentido histórico. Respeta las peculiaridades de tal pasado, revitalizándolo en una creación realista que pone en primer término los acontecimientos que transforman la vida social y los personajes que mejor representan a la época.
En realidad, lo que quiere decir, trayéndolo a un idioma más inteligible, es que la novela histórica debe recrear la época en la que se desarrolla la historia narrada, tanto en los acontecimientos que sucedan como en la forma de ser y pensar de los personajes.
Después de muchos precedentes, recibió el reconocimiento literario en el siglo XIX con los, ya clásicos, libros del escritor escocés Walter Scott (1771-1832). La primera fue Waverley (1814) y la más popular Ivanhoe (1819), cuya acción transcurre en la Inglaterra del siglo XII en la época de la dominación de los normandos.
De manera breve te he hablado sobre su definición y orígenes, para profundizar en su evolución te sugiero leer este artículo, donde te comentaré los 7 momentos históricos más abordados por este seductor subgénero; toca ahora que perfilemos un poco su naturaleza y características. La novela histórica se manifiesta en dos tipos que distan bastante, pero que no son ajenos en cuanto a materia de trabajo se refiere, dos caras de la misma moneda, dos métodos de mostrar los hechos; me refiero a la novela histórica ilusionista y novela histórica antiilusionista.
Tabla de contenidos
ToggleNovela histórica ilusionista y novela histórica antiilusionista
La primera se caracteriza por acercarse más al romanticismo. Pretende crear una ilusión de autenticidad, utilizando para ello recursos como autobiografías y manuscritos para garantizar al lector la veracidad; asimismo, se estructura sobre múltiples y minuciosas descripciones de personajes, paisajes y lugares; por último, los problemas de los protagonistas suelen tener un final concreto, cerrado, donde se halla la solución de forma lógica, coherente.
Por contraposición, en la segunda, el creador usa la ficción como vehículo para transitar el camino de la historia. El narrador deja patente ese doble rasero, histórico-ficcional, no lo oculta, pues no pretende imbuir al lector en la creencia de un dogma. Suele apoyarse en finales abiertos, inconclusos. Además, democratiza el espectro de la historia, los personajes no son necesariamente grandes héroes, en esta las miradas se dan a través de los ojos de múltiples actores de la sociedad.
La novela histórica actual, con su marcado sello antiilusionista, lidera este importante subgénero que hoy es sostenido por un sólido famdon, ávido de textos que le muestren respuestas a la antiquísima pregunta que siempre se ha hecho el ser humano: ¿de dónde venimos?
Nos gusta escudriñar en nuestros orígenes, llenar agujeros de saber. Esta es quizás la primera característica: autor y lector comparten la necesidad primigenia de desenterrar las verdades históricas. Para ello, el primero, se activa como sujeto activo y con hidalguía asume el rol de casi un detective histórico y maneja, además, con maestría la seducción de la materia narrativo-literaria que le permitirá convertirse en contador historias, en un juglar moderno.
A este respecto, si estás interesado en escribir y te preguntas qué filón está aún por descubrirse a los ojos de los lectores, te comparto el post donde te indico cuáles son los 6 temas menos explorados por novela histórica.
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Algunas características de la novela histórica
Listemos ahora otras características que son básicas para dar cohesión a lo que es ya un fenónemo editorial de incalculables dimensiones, que solamente parece ir en ascenso:
- Resulta un excelente medio para mostrar las inclinaciones sociales y morales recabadas por sus creadores, pues presenta vivencias históricas, siempre marcadas por épocas de crisis y conmoción general. La novela en sí constituye un poderoso estímulo para la reflexión.
- Se estructura sobre las técnicas narrativas novelísticas. El novelista histórico es eso, un novelista, un contador de historias de ficción ataviadas de verdad; nunca un historiador.
- Intenta recrear un episodio, un momento relevante de la historia humana. Debe hacerlo con destreza, aunque no pretende ser un puzzle de datos históricos.
- Demuestra apego a lo histórico, pero remarca su visión interpretativa bajo la visión personalísima del autor, lo cual puede influir en los hechos y el destino personajes.
- Existe una brecha generacional, una notable distancia, entre el autor y la época que recrea. Esta puede variar; algunos analistas indican que lo ideal es al menos una treintena de años, aunque es habitual que se hable de en torno a 50 o hasta 100… Se busca distancia afectiva, el reposo necesario para observar desde la distancia.
- Está estructurada sobre una consciente distorsión de la historia, articulada por medio del anacronismo, las omisiones e incluso las hipérboles.
- El autor es un detective de la historia, pero el lector está a su vez obligado a convertirse en un hábil recreador de historias, pues este subgénero le presenta una gran carga de referencias intertextuales.
¿Deseas especializarte? ¿Tienes mayor curiosidad sobre este apasionante mundo? Esta información será muy útil para ti.
Novela histórica en España
Analicemos ahora la novela histórica en España. En un primer tramo destacaron las obras de autores como Mariano José de Larra, José de Espronceda, Enrique Gil y Carrasco y, posteriormente, Benito Pérez Galdós.
En los últimos años se ha dado una abundante producción de novela histórica cuyos temas y características veremos en secciones separadas, más adelante. Antes de comenzar este breve análisis, resulta muy importante hacer mención a que buena parte de nuestra novela histórica está basada en el escenario de la Guerra Civil y la represión franquista.
Resulta lógico que sea así, por más que a mí me provoque una pereza tremenda este tipo de obras, esa marcada omnipresencia. Indica los daños que dejó la época: anulación total de las libertades, empobrecimiento del panorama intelectual, exilio, censura, crisis económica y editorial; un recalcitrante periodo que dejó profundísimas huellas en la conciencia colectiva. Quizás por ello se intenta generar una memoria que apuntale, que otorgue visibilidad y permita analizar con pluralidad, sin ataduras ni remilgos, el difícil tránsito de una guerra entre hermanos.
Ahora bien, en general, la novela histórica española ha estado marcada por los siguientes temas y rasgos:
Durante la transición: 1975-1982
- Durante la transición, el desarrollo de la novela histórica española se ve favorecido por la urgente necesidad de conocer el pasado desde otra perspectiva, la paulatina desaparición de la censura, la recuperación del placer de narrar y el súbito apogeo del género en todo el mundo.
- Se observa ya una evolución de las técnicas experimentales (desorden cronológico, contrapunto, punto de vista múltiple) hacia la narración de una historia (una sola voz narrativa, linealidad).
- La libertad de pensamiento da paso a la heterogeneidad de asuntos, recursos y posturas.
En la democracia
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- Persisten los recurrentes planteamientos del realismo tradicional y la disputa republicana.
- Destacan posturas irónicas, imposibles de mostrar hasta entonces, que retratan la inmoralidad generada por la contienda y relatan la doble vida de altos cargos y militares republicanos del franquismo.
- Da espacio para la recuperación de tradiciones provincianas a través de personajes fracasados.
- La novela, la documentación histórica, se usa para recrear la vida española decimonónica, para hurgar en el problema de la identidad.
- Desde el punto de vista editorial, gracias al éxito internacional y local, en los años ochenta el subgénero fue ampliamente impulsado por los premios literarios. Se abordan entonces: crónicas de los reinados de distintos monarcas, relatos de la antigüedad clásica, el faraónico Egipto, aventuras de caballeros medievales en África, el personaje de Colón y el descubrimiento de América, entre muchos otros.
- Se observa que autores, de alto reconocimiento en el mundo literario, optaron por indagar en la historia para dar marco y construir sus novelas.
- Coexisten las obras que invitan a la reflexión y las que buscan analizar el presente bajo el prisma de la ficción brindando una sensación de escapismo temporal.
Siglo XXI
- Entre los temas abordados por los novelistas españoles en el cambio de siglo, siguen destacando: la Guerra Civil, Alta Edad Media, el fin del imperio español, el mundo musulmán peninsular, la América colombina o episodios de la lucha antiterrorista interna.
- Hay un despunte de los libros de viajes (la novela de peregrinos), que mezclan historia, aventuras, el viaje iniciático y la archiconocida metáfora de la vida como viaje.
La novela histórica nos da entrada a múltiples microcosmos, a universos históricos, a los protagonistas históricos y a la recreación histórica de un periodo específicos. Oscila en los principios como la imposibilidad de establecer la verdadera naturaleza de la realidad o la historia. Hace patente la naturaleza cíclica de la historia y enaltece la impredecibilidad de la misma. En España ha dado grandes joyas que son de lectura obligada en el mundo; algunas se han convertido en fenómenos editoriales, otras han resultado más modestas. Pero todas son puertas a un pasado que está muy presente gracias al maravilloso arte de escribir.
Déjame saber qué otra característica de la novela histórica o española consideras importante resaltar.
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