Es inevitable antes de una presentación ponerte algo nervioso, por más que uno esté acostumbrado a hablar en público, como es mi caso. Una presentación es como presentar en sociedad a tu hija con intención de encontrarle el mejor novio. O algo parecido, porque nunca he tenido que presentar a hija alguna…
Hay muchas ilusiones en juego a la hora de presentar una nueva obra. Un run run en tu interior, un “y si esta vez…”. Esta vez será, casi con toda seguridad, como todas las anteriores. El día amaneció muy bien. El jueves había estado lloviendo, pero el día de la presentación amaneció frío, aunque con un sol brillante. Era la primera señal.
Con todo, cuando se acercaba la hora de la presentación el run run volvió a sonar con fuerza. A falta de diez minutos había pocas, muy pocas personas junto al Foro de Fnac Sevilla. Había estado comiendo con Juan Ramón Biedma, presentador adjunto ocasional y amigo a tiempo completo. Por aquello de echarnos unas risas antes y quemar nervios.
Pero los nervios no desaparecieron hasta que echó a andar la presentación de La Predicción del Astrólogo y levanté la vista del micrófono. La sala de Fnac estaba como nunca antes la había visto. Más de 100 asistentes. Al finalizar el acto, en el que además de Juan Ramón Biedma estuve magníficamente acompañado por Concha Perea y Nerea Riesco, me llevó 45 minutos atender a todos los que deseaban que le firmara su ejemplar de la novela.
No voy a seguir explicando sensaciones. Voy a dejar que unas pocas imágenes hablen por sí solas. Pero antes, dejad que os dé las gracias a todos los que me acompañasteis. Y, a los que no pudisteis venir, no os preocupéis. Estamos preparando más actos en Sevilla. Os mantendré informados.