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La ciencia en al-Ándalus

Cuando hablamos de la ciencia en la antigüedad lo primero en lo que pensamos es en los sabios de la Grecia clásica, como Arquímedes, Pitágoras o Hipócrates. Y hay motivos para ello, pues la base de todo nuestro saber científico actual empezó a asentarse gracias a estos nombres helenos. Sin embargo, hubo otra época histórica en que la ciencia tuvo una presencia vital para la sociedad. Una ciencia que además brilló con especial fuerza en las tierras que ahora pisamos, tal y como yo mismo muestro en mi novela La predicción del astrólogo. Me refiero, por supuesto, a la ciencia en al-Ándalus.

Las bases de la ciencia en al-Ándalus


El movimiento científico árabe se asentó firme, sí. Y luego progresó con tanta fuerza por un motivo fundamental: no desechó todo lo que otros científicos habían descubierto antes. Esa es la medida de la auténtica sabiduría, aprovechar el conocimiento legado por quienes nos precedieron. Y, partiendo de él, ir un paso más allá. Los científicos árabes aprendieron de la cultura griega y romana, pero también supieron tomar los fundamentos nacidos en las enigmáticas regiones de Asia (especialmente China). Las teorías de unos y otros les valieron como base para sus propias investigaciones.

Esta es la grandeza de la búsqueda de conocimiento: no entiende de nacionalidades ni de diferenciaciones artificiales. Tenemos el prejuicio de creer que la cultura árabe se cierra a todo pensamiento crítico, pero entre los siglos VIII y XV los sabios andalusíes se mostraban encantados de colaborar con distintas comunidades en un afán único y compartido de búsqueda de la verdad. Gracias a esta pasión por conocer los mecanismos del mundo y aplicar lo descubierto para mejorar la vida de la gente, la ciencia árabe se desarrolló hasta extremos que hoy nos siguen sorprendiendo. De hecho, al-Ándalus fue la puerta de acceso del conocimiento científico en una Europa sumida en el oscurantismo de las primeras épocas de la Edad Media.

Patio de los Leones de la Alhambra de Granada

Ál-Ándalus, el centro mundial de la ciencia


De este modo, el gran centro productor de conocimiento de la época fue al-Ándalus, en la península ibérica. Este florecimiento empezó en Córdoba, ni más ni menos, desde donde se extendió por el resto de territorios de las taifas. Da fe de esto que la ciudad cordobesa llegó a contar con más de setenta bibliotecas. ¡Setenta! La más famosa, por cierto, fue la de al-Hakam II, que contenía, y lo voy a escribir en cifras porque impacta más… ¡400.000 manuscritos! Allí había de todo: desde obras científicas de recién elaboración a traducciones de clásicos griegos. Porque todo saber era importante.

Es más, fueron precisamente los libros los que ayudaron a que el saber andalusí se extendiera con tanta rapidez. Cuando en el resto de Europa todavía escribían en soportes tan poco eficientes como el cuero de los pergaminos, en al-Ándalus ya utilizaban uno mucho más manejable: el papel. Llegado de tierras asiáticas, junto con la tinta tal y como la conocemos hoy en día, permitió que el libro andalusí fuera mucho menos costoso de producir, lo que consiguió algo maravilloso: que los libros no fueran un objeto de lujo, que todo el mundo pudiera acceder al conocimiento allí plasmado. Una victoria de la que hoy en día nos aprovechamos todavía.

ciencia al-Ándalus, manuscrito árabe botánico que muestra dos bocetos de plantas

Las materias más relevantes de la ciencia de al-Ándalus

Las disciplinas científicas que más se desarrollaron dentro de la ciencia de al-Ándalus fueron la medicina y la astronomía, que en aquel momento estaba unida a la astrología. Si habéis leído La predicción del astrólogo ya sabéis de lo que os hablo, pues mi personaje Hasan es precisamente astrólogo. Es bueno apuntar que dentro de esta categoría también tendríamos otras que hoy en día se clasifican en sus propios grupos, como la geometría, la topografía y la trigonometría. Pero lo más importante es que todo este conocimiento no se quedó sólo en la parte teórica, sino que tuvo aplicación práctica. Se perfeccionaron fabulosos instrumentos como los ecuatorios o los famosísimos astrolabios, con los que se podía determinar la posición y altura de las estrellas sobre el cielo. No os podéis ni imaginar lo útil que fue aquello para los navegantes de la época.

La medicina árabe también sufrió un avance espectacular. Algunos de los médicos más destacados fueron Averroes, En-Nadr o Abulcasis, que elaboró una extensa enciclopedia médica, el Kita al-Tasrif. Tenía un apartado sobre cirugía que fue de gran ayuda para el tratamiento de muchos males, gracias también a la elaboración de un nuevo instrumental, como el cauterio. La oftalmología nació del saber andalusí. Estos eruditos estuvieron relacionados con Córdoba, y no se limitaron a su especialidad, pues también coquetearon con asiduidad con otras materias como filosofía, matemáticas y astronomía.

Aquellos científicos desarrollaron la ingeniería, por ejemplo con magníficos sistemas hidráulicos, algunos que hasta no hace mucho tiempo todavía podíamos verlos al pasear por el campo, como las norias. ¿Las acequias que aún se usan en ciertos lugares? Pues sí, aunque ya se conocían sistemas similares en Egipto y Mesopotamía, y rondaban también por ahí los acueductos romanos. Pero su aplicación masiva para el riego de huertos fue idea de los ingenieros árabes, así como su perfeccionamiento.

ciencia al-Ándalus, manuscrito con bocetos de herramientas de medicina

Los resultados de la ciencia de al-Ándalus


Con sinceridad, creo que no somos conscientes del impacto que tuvo para la Humanidad toda esa revolución científica que hubo en al-Ándalus en esos siglos. Como ya he comentado, en mi opinión lo que más tenemos que agradecerles es la casi universalización del conocimiento. Gracias a ellos, el saber pudo llegar al pueblo llano, hasta el punto de que el mayor grado de alfabetización en una sociedad antigua se dio durante la presencia andalusí en la península ibérica. El legado de sabiduría que nos han dejado forma la base de gran parte de lo que disfrutamos en nuestro día a día, sin que siquiera lo apreciemos.

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

  • Juan Antonio Robles

    Por favor, incluir descripción de las ilustraciones, gracias.

    • TeoPalacios

      Perdón, Juan Antonio. Lo tendremos más en cuenta. Gracias y disculpa.

  • Pilar

    Me ha encantado el artículo. Estupenda información. Es una época fascinante que parece queno es demasiado conocida. Gracias.

  • Trinidad Ibáñez Alvareez

    Me parece estupendo. Córdoba tiene un pequeño, pero gran museo sobre las Tres Culturas, situado en la Torre de la Calahorra; digno de aprender y disfrutar.

  • Luz Dalila Brunner

    Maravilloso recibir esta información y tener conocimiento sobre la Ciencia de al-Ándaluz.
    Muchísimas gracias por este articulo.

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