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Cómo diseñar el worldbuilding de tu novela. Introducción

Muchas veces habréis oído aquello de «ya está todo escrito» y, por supuesto, lo mismo ocurre con cualquier tema novelable… ¡o sobre el cual redactar un artículo! La cantidad de material publicado sobre worldbuilding es inmensa, y aún lo es más sobre teoría narrativa. Ya por el siglo IV a.c Aristóteles dividió la estructura de cualquier relato en los archiconocidos planteamiento, nudo y desenlace. Te preguntarás, ¿por qué hablamos de los tres actos aristotélicos en un artículo sobre cómo diseñar el worldbuilding? Pues porque cada uno de ellos tiene una serie de elementos que deben estar presentes para que la novela funcione de forma adecuada. Y, en el caso del planteamiento, uno de estos es el escenario.

Ello nos lleva al worldbuilding, en tanto en cuanto entendemos al mismo como el proceso de creación y desarrollo de dicho elemento. Sí, has leído bien, en un artículo sobre cómo diseñar el worldbuilding estamos hablando de «escenario» y no de «mundo»… fundamentalmente porque este término, usualmente más asociado a la fantasía y a la ciencia ficción que a cualquier otro género literario, no siempre implica la creación del segundo. Por ejemplo, en la ficción histórica el autor no está creando un mundo, sino que lo recrea a través de un proceso de investigación… o en una novela de misterio con un entramado de conspiraciones y sociedades secretas el escritor creará una suerte de submundo conviviente con el real… ¡Sin dejar de ser worldbuilding!

Este término anglosajón, que en castellano algunos traducen como demiurgia, ha pasado por varios cambios hasta llegar a su concepción más actual. Tolkien, por ejemplo, se refería al mismo como una subcreación, Si queréis saber más sobre esta cuestión concreta, ¡No me hagáis caso a mí! Visitad Regreso a Hobbiton, el maravilloso podcast de la Sociedad Tolkien Española.

Cómo diseñar el worldbuilding

¿Qué encontrarás en este artículo?

En estas líneas voy a abordar los aspectos más cruciales a la hora de cómo diseñar el worldbuilding para tu novela, así como enumeraré aquellas características básicas que precisarás definir en primer lugar. Todo ello, aun así, debe ser entendido como una guía desde la cual puedas trabajar y expandir tu mundo hasta donde quieras. Los límites los pones tú.

En los artículos que seguirán a éste, ahondaremos específicamente en cada uno de estos elementos que aquí se mentarán de forma general, con la esperanza de que te resulten de ayuda en el proceso de escritura…

Y, ahora sí, ¡entremos en harina!

El conflito: motor de la novela… ¡y crucial al diseñar el worldbuilding!

El conflicto narrativo es el motor de la novela, es aquello que provoca interés en el lector, es la causa por la cual las fuerzas protagonista y antagonista se ponen en movimiento en una escalada de sucesos vertiginosos que terminarán por llevarnos al clímax. Si todo debe girar en torno al conflicto… ¡El worldbuilding también!

Pero, ¿en qué sentido? Bueno, para ello podemos tirar de teoría narrativa (¿quizá mejor llamarlo «propuesta»?). Nos referimos, en concreto, al Triángulo de Brandon Sanderson, autor de Nacidos de la Bruma, que nunca viene mal tener en cuenta a la hora de plantearnos cómo diseñar el worldbuilding de una novela.

En este polígono, cada vértice sería un elemento fundamental de la novela, a saber: personajes, trama y escenario. En palabras de Sanderson, a la hora de decidir el conflicto es importante saber en qué medida este viene provocado por las relaciones de interés generadas entre los sucesos, los lugares y los protagonistas.

Es decir, ¿por qué establecer solo un confrontamiento personaje-personaje? Esta idea propone la posibilidad de plantear conflictos entre personaje y trama, entre personaje y escenario, y entre escenario y trama.

Los personajes y el conflicto, claves para diseñar el worldbuilding

Recurriendo a un ejemplo cinéfilo, en la película Destino de Caballero (Helgeland, 2001), la narrativa nos presenta un conflicto entre trama y escenario: el protagonista quiere ser caballero (trama) pero las personas de baja cuna no tienen derecho a serlo (escenario).

En resumen, ¿Por qué limitar el mundo de nuestra novela a que sea un simple escenario? ¿Por qué no convertirlo en algo vivo y que determine sus vidas más allá de si el paso de montaña a la siguiente aldea se encuentra cerrado? ¡Así haremos que se sienta todavía más real!

El worldbuilding y el pacto con el lector

Cuando un lector posa la mirada en la primera página está estableciendo una suerte de acuerdo con la novela, según el cual va a proceder a suspender su incredulidad. Es decir, sabe que va a leer ficción, pero decide creer aquello que vamos a narrarle mostrando el mismo interés que si fuese real.

 

Con el fin de evitar esta eventualidad, Marcos (2018) propone un total de cinco claves a tener en cuenta durante la escritura de una novela. De estas, dos hacen referencia directa al worldbuilding, y ellas son las que abordaremos en esta ocasión. Estamos hablando del medio físico y del tiempo.
¿Cuál es el problema? Que este pacto de suspensión de la incredulidad es muy frágil, ¡es más sencillo de romper de lo que te imaginas! Si, de repente, la obra pierde coherencia (argumental, espacial o temporal), la consecuencia será que el lector salga de golpe de esa ficción. Esto, seguramente, provocará rechazo por su parte, e incluso puede que llegue a sentirse engañado. En el peor de los casos, no solo dejará de leer esa novela, sino que tampoco volverá a acercarse a nada que hayamos escrito.

Cómo diseñar el worldbuilding desde el respeto al pacto con el lector: el espacio

Un espacio definido aporta verosimilitud a la historia, y cuanto más real se sienta más provocará que el lector se sumerja en nuestra novela. Castillos inexpugnables en los que un granjero recién convertido en aventurero se cuela sin mayor problema nunca generarán reacciones favorables en lectores que perciban en ello una falta de originalidad o, peor aún, ¡vagancia creativa!

Umberto Eco, por ejemplo, creó hasta el último detalle su abadía de El Nombre de la Rosa, llegando a contar los metros de cada pasillo y los escalones de cada una de las escaleras.

Diseñando el worldbuilding desde el respeto al pacto con el lector: el tiempo

Respecto al tiempo, debemos tener un cuidado especial con él cuando hablemos de estaciones, días de la semana, horas, soles, lunas… porque, quizá durante el proceso de escritura no nos demos cuenta, pero el lector reparará en que en un mes el protagonista caminó diecisiete noches alumbrado por la luz de la luna llena; o que a veces tarda semanas en recorrer pequeños tramos del mapa y después, cuando le conviene a la historia, parece volar y recorrer enormes distancias en cuestión de días… ¡o incluso horas! (cof, cof… Varys en la sexta temporada de Juego de tronos… cof, cof).

Volviendo al ejemplo de El Nombre de la Rosa, ¿Sabías que la meticulosidad de Umberto Eco llegó hasta el punto de que midió cuánto se tardaba en pronunciar cada palabra de los diálogos para que estos durasen en la novela exactamente lo que deberían si los interlocutores iban caminando del punto A al punto B? ¡Quizá ahora entiendas mejor por qué se molestó en saber cuántos escalones y metros de pasillo había en la abadía!

Otro ejemplo de worldbuilding podría ser el de Dune, abordado en este otro artículo.

En resumen, si alguna utilidad tiene el worldbuilding es, justamente, aportar coherencia y cohesión a la novela para asegurarnos de que el lector no sienta en ningún momento que rompemos este pacto de suspensión de la incredulidad… bueno, también lo hacemos porque nos encanta, ¡Para qué engañarnos!

Cómo diseñar el wordbuilding: los dos sistemas clásicos

El proceso de creación del worldbuilding suele ser abordado por los autores desde dos concepciones diferentes a la hora de determinar este mundo o escenario: estamos hablando de los procesos de top-down y de bottom-up (¡No confundir con los mecanismos de la atención, neurocientíficos!).

El top-down o de arriba-abajo

Aquí, ante la pregunta de “¿cómo diseñar el worldbuilding de mi novela?”, el escritor aborda primero la creación de una visión más general del mundo, a modo de resumen del mismo, definiendo las características más fundamentales y amplias del escenario: sus particularidades más genéricas (el clima, la historia… todo lo que a grandes rasgos lo define como diferente y especial), las características de sus habitantes, la existencia de magia o el nivel de desarrollo tecnológico.

Una vez hecho esto, los autores que emplean este sistema pasan a definir aspectos de su mundo cada vez con más nivel de detalle. En este paso del proceso se concebirían las masas de tierra, la existencia de especies inteligentes y sus diferentes culturas y civilizaciones, la existencia (¡o no!) de naciones, ciudades, pueblos, zonas prohibidas…

Cómo diseñar el worldbuilding desde el top down: Ventajas y desventajas

¿Ventajas de este sistema? No hay más que leer a uno de sus máximos exponentes, el profesor Tolkien: un mundo bien definido y detallado, con una coherencia sólida entre cada uno de sus elementos, con una historia cuyos diferentes acontecimientos responden siempre a la máxima de la acción-reacción…

¿Desventajas? El esfuerzo y tiempo necesarios pueden llegar a resultar excesivos. Esta problemática la ejemplifica, también, el autor de El señor de los Anillos… dado que este no pudo llegar a terminar en vida el Silmarillion, uno de los worldbuilding más detallados y extensos jamás creados (¡que sepamos!).

Además, ¿Hasta qué punto necesitamos crear este mundo? ¿Cuántos detalles son necesarios definir antes de acometer el proceso de escritura? ¿Necesito crear cada mínimo elemento, aunque este no tenga relevancia alguna en la historia o incluso ni siquiera llegue a aparecer en ella? Como dice la genial Concha Perea, autora de La Corte de los Espejos, ¡hay que saber parar! ¡En algún momento hay dejar de crear el worldbuilding y comenzar a escribir la novela!

El bottom-up, o de abajo arriba

Desde el otro lado, tenemos la segunda vía para abordar el proceso de worldbuilding: el sistema de bottom-up. Aquí, el escritor se centrará en los elementos o detalles más pequeños pero que resultarán vitales para el desarrollo de la historia y de la trama. ¿Por qué hablar en el primer capítulo de cómo es todo el mundo? Quizá al lector le interese más descubrir primero quién es nuestra protagonista, dónde se encuentra, y cómo son las gentes con las que convive.

Definiríamos, en primer lugar, la geografía local, la cultura y la sociedad en la que se desenvuelve la protagonista en el primer acto. Aspectos como el gobierno, los sistemas políticos, las relaciones comerciales, los sucesos históricos relevantes para esa cultura concreta… En definitiva, ¿Cómo es la vida en un lugar y tiempo determinado?

Con el tiempo, y una vez este proceso avance, el escritor podrá ir ampliando la descripción de este mundo, según la protagonista vaya desenvolviéndose por el mismo.

Cómo diseñar el worldbuilding desde el bottomup: ventajas y desventajas

Este sistema permite crear un ambiente útil y detallado para contextualizar la historia de forma efectiva desde el inicio, pero al ir abordando los aspectos más generales y fundamentales del mundo a posteriori se corre un riesgo que no aparecía con el top-down: el fantasma de las inconsistencias siempre está aguardando tras la siguiente página, y si no andamos con cuidado podemos en algún momento contradecir alguna regla ya establecida previamente y, ¿sabéis qué?, romper el pacto con el lector del que ya hemos hablado con anterioridad.

En palabras de Bilbo Bolsón, «vas hacia el camino, y si no cuidas tus pasos no sabes hacia donde te arrastrarán» (Tolkien, 1954).

¿Top-down? ¿Bottom-up? ¡Mejor un poco de todo!

Ahora bien, ¿es necesario elegir uno de estos sistemas? Bueno, si me preguntáis a mí (que ya sé que no lo estáis haciendo, pero no quería cerrar este apartado sin dar mi opinión también), creo que el escritor inteligente es aquél que toma todo lo que puede de donde puede.

Como señala el título de este apartado, soy de la creencia de que una perspectiva holística a la hora de abordar cómo diseñar el worldbuilding nos permitirá crear el escenario de una manera más natural y efectiva para nosotros y nuestra obra. ¿Por qué elegir entre top-down y bottom-up? Podemos iniciar estableciendo los aspectos más generales del mundo, ¡las reglas más importantes para el funcionamiento del mismo!, y después centrarnos en todos esos pequeños detalles que darán verosimilitud y sabor inmediato a protagonistas y entorno.

Así, según vayamos ampliando el mundo, podremos ir haciéndolo crecer poco a poco, cada vez más y más, ¡Y asegurándonos siempre de no romper aquellas reglas fundamentales que establecimos al principio!

Aunamos, así, las grandes ventajas de ambos sistemas: la coherencia del top-down y la contextualización efectiva y dinámica de nuestra novela desde la primera línea que nos aporta del bottom-up. Y si esta propuesta no te convence, bueno, ¡no olvides que solo tú tienes derecho a decidir cómo diseñar el worldbuilding de tu novela!

Cómo diseñar el worldbuilding: sus elementos fundamentales 

El worldbuilding se compone de una serie de elementos básicos que habrán de conformar un todo. Esto implica que cada elemento del escenario debe repercutir directamente en cómo se han desarrollado los demás.

Como a los seres humanos nos encanta clasificarlo todo para verlo bien ordenado en múltiples tipologías (¡que se lo digan a cualquier biólogo!), vamos a intentar facilitar el proceso de diseño de nuestro worldbuilding distinguiendo, como señala Brandon Sanderson (Pinto, 2017), entre escenario físico y escenario cultural.

Esto no significa que creemos ambos aspectos separados, pues nuestro worldbuilding debe constituir una unidad. Es decir, debe apreciarse la relación entre los aspectos medioambientales y los usos sociales y costumbres de las diferentes culturas, pues, como señala la antropología social y cultural, «la adaptación de un grupo social al entorno produce un cambio cultural» (Baraño Cid, 2010).

¡Por cierto! Antes de continuar, debo reconocer que estoy haciendo un poco de trampa… ¡Porque este apartado en realidad no voy a abordarlo en esta publicación! En el siguiente artículo de «cómo diseñar el worldbuilding de una novela» abordaremos de forma general todos y cada uno de estos elementos fundamentales para, a continuación, en aquellos artículos que le sigan analizar cada uno de ellos en profundidad.

A modo de conclusión de este cliffhanger desvergonzado… ¡Te invito a que leas el artículo del próximo mes: «Cómo diseñar el worldbuilding de una novela (II). Elementos fundamentales del worldbuilding»!

Unos consejos finales de parte de algunos autores referidos a cómo diseñar el worldbuilding de una novela

A modo de colofón final, y esperando que no sea interpretado como dejadez u holgazanería, me he permitido el lujo de compartir con vosotros algunos consejos que otros autores han dado en algún momento (y en medios variados) que nos pueden resultar de utilidad al pensar sobre cómo diseñar el worldbuilding de una novela.

Por ejemplo, Javier Miró (2017) no deja nunca de insistirnos en una máxima: ¡A nadie le importa tu worldbuilding! ¿Esto que significa? Bueno, hay un error terrible, el infodumping, que consiste en soltar a la cara al lector, sin paños calientes, párrafos completos de nuestro worldbuilding. Ni el lector debe conocer al cien por cien cada aspecto de tu mundo ni, ¡por dios!, necesita hacerlo de golpe. Raciona la información a cuenta gotas, muéstrala cuando resulte relevante para la trama… y omite aquella que solo sea necesaria para el proceso de escritura.

Hay otro consejo, muy interesante, que nos da Pérez Berra (2017), y este es que no nos olvidemos, cuando creemos nuestro mundo, ¡de mirarlo también desde la perspectiva del antagonista! Por ejemplo, en El Silmarillion, Morgoth, el gran villano, muestra en su línea argumental un conflicto trama-escenario… pues toda la creación pertenece a Eru Ilúvatar y él, que quiere crear y demostrar de lo que es capaz, no puede hacerlo. ¿No lo sabías? Bueno, ¡Siempre puedes leer este artículo!

Morgoth y Fingolfin (Fuente: https://blog.tolkiendili.com)

Y recuerda siempre que, como dice Arias (2019), ¡Lo primero no es el mundo! ¡Es la historia!

Despedida

Bueno, mucho me temo que aquí es donde me bajo.

Espero que hayas disfrutado leyendo esta introducción al worldbuilding y, sobre todo, que te haya resultado de utilidad. Recuerda que, en los siguientes artículos, abordaremos cada uno de los elementos fundamentales del worldbuilding en profundidad.

Por favor, ¡Que nadie se abstenga de escribir en comentarios cualquier cuestión! Ya sea un desacuerdo, algo a añadir, preguntas que no consideréis respondidas… ¡O peticiones de cuestiones a abordar en futuros artículos!

Nos vemos en «Cómo diseñar el worldbuilding de una novela (II). Elementos fundamentales del worldbuilding».

¡Un saludo!

Material de consulta

Arias, C. (2019). Cómo empezar a escribir… ciencia ficción.

Baraño Cid, A. (octubre de 2010). Introducción a la antropología social y cultural. Materiales docentes para su estudio. Universidad Complutense de Madrid.

Eco, U. (1988). Apostillas a El Nombre de la Rosa. Barcelona: Lumen.

Marcos, A. (24 de enero de 2018). Las cinco claves del pacto con el lector.

Miró, J. (27 de enero de 2017). A nadie le importa tu worldbuilding.

Pérez Berra, A. (3 de agosto de 2017). Los 10 mandamientos del worldbuilding.

Pinto Heck, N. (2 de junio de 2017). El escenario fantástico y los sistemas de magia de Brandon Sanderson.

Sanderson, B. (s.f). Writing advice.

 

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

  • Starkiller

    Muy útil y bien explicado todo

    • Néstor Garrido Hernández

      ¡Me alegro de que te haya resultado útil!

      ¡Espero que también te gusten los artículos que profundizarán sobre este tema en los siguientes meses!

      ¡Gracias por leer!

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