El arte de la escritura se manifiesta de diversas formas, y una de las más fascinantes es el relato corto. Aunque a primera vista pueda parecer una forma limitada de expresión, los relatos cortos tienen un encanto especial que los hace indispensables en el mundo literario. Yo soy un gran enamorado de este formato breve, al que le debo mucho durante mis inicios. Por desgracia, su popularidad en España ha disminuido en los últimos años. Factores como la preferencia por narrativas extensas, la falta de promoción, o las limitaciones en la distribución y formato, pueden haber contribuido a este declive. Por tanto, ¿por qué un autor debería dedicarle su tiempo a un formato literario que está aparentemente de capa caída? Pues en este artículo te voy a mostrar algunas de las razones por las cuales escribir relatos cortos es una actividad que debes cultivar.
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ToggleEl relato, la lectura ideal
Imagínate que tienes que coger el metro todos los días para ir a trabajar. Es un trayecto corto, quince minutos a lo sumo, y te gusta aprovechar el tiempo, así que te llevas contigo un libro (¡nada de mirar el móvil!). Una novela, por supuesto. Empiezas a leerla y cuando ya estás metido en la historia… De pronto has llegado a tu parada y tienes que dejar de leer. Menuda faena, ahora que la cosa se estaba poniendo emocionante. Pues bien, esto no te pasaría con una antología. En ese cuarto de hora habrías tenido tiempo de acabar al menos un relato, de cabo a rabo. Sin tener que quedarte con las ganas y con la sensación de que realmente has aprovechado el rato.
Esta es la magia de la brevedad de los relatos cortos: nos permite una experiencia de lectura rápida, concentrada y, lo más importante, completa. En un mundo cada vez más acelerado, con rutinas segmentadas que nos roban el poco tiempo que tenemos para leer, los relatos cortos se convierten en una opción ideal para aquellos que desean disfrutar de una historia completa en poco tiempo. Los lectores nos podemos sumergir sin miedo en la trama y en los personajes sin necesidad de invertir horas y horas en la lectura. Esta característica los hace perfectos para el ajetreo diario o para momentos de espera en los que se dispone de unos pocos minutos libres.
Otro aspecto destacado de los relatos cortos como lectura es su fascinante capacidad para transmitir emociones de forma intensa (si están bien escritos). Como generalmente están enfocados en un evento o un momento determinado, los relatos cortos pueden concentrar su energía en explorar una emoción específica y profundizar en ella. Esto nos brinda la oportunidad de crear una conexión emotiva con el lector en poco tiempo. La intensidad de las emociones que se pueden generar en un relato corto puede ser tan impactante como en una novela más extensa, pero en un formato más accesible. De hecho, a veces la conexión con la historia o alguno de los personajes puede llegar a ser más profunda. Algunos de los mejores personajes de la literatura han nacido en relatos, como el brujo Geralt de Rivia o el bárbaro más famoso de todos los tiempos, Conan.
El relato como desafío para el autor
Además, la escritura de relatos cortos representa un desafío creativo en sí mismo. A diferencia de las novelas, donde se cuenta con una extensión considerable para desarrollar personajes y tramas complejas, en los relatos cortos se debe condensar todo en un espacio limitado (y ya ni hablemos de los microrrelatos). Esto requiere habilidades narrativas muy precisas y una capacidad para transmitir emociones y generar impacto en pocas palabras. Los relatos cortos exigen una economía de lenguaje que obliga al escritor a elegir cuidadosamente cada palabra, haciendo que cada una cuente y contribuya al efecto general de la historia. Y, esto lo digo muchas veces, ser conciso al narrar es fundamental. Así que todo lo que nos ayude a practicar esta habilidad es bienvenido.
Estamos por tanto ante un camino ideal para alcanzar nuestra plenitud como escritores, por eso se lo aconsejo a mis alumnos de mis cursos de escritura narrativa. La capacidad de contar una historia completa en pocas palabras requiere dominio de la narrativa y una comprensión profunda de los elementos que la componen. Al perfeccionar estas habilidades, los escritores pueden trasladar lo aprendido a otros formatos y enriquecer su escritura en general. Y lo sé por experiencia: todos los relatos que escribí antes de publicar Hijos de Heracles me sirvieron para crear unos cimientos que luego trasladé a mis novelas.
El mejor laboratorio de prácticas
Asimismo, los relatos cortos permiten experimentar con multitud de estilos y géneros literarios diferentes, de una manera mucho más ágil. En este formato, los escritores tenemos libertad casi absoluta para explorar distintas voces narrativas, estructuras y temáticas en cada historia, sin necesidad de una preparación extensa en la que nos tiremos semanas antes de escribir una frase. Podemos ir directamente al grano, a ese recurso o estrategia que queremos practicar: si estamos acostumbrados a usar la tercera persona, en un relato podemos practicar con una historia narrada en primera persona. O darle un tiento a la utilización de recursos estilísticos como las metáforas, practicar un lenguaje más elaborado, crear una historia donde el protagonista sea el villano… Las posibilidades son casi infinitas. ¿Hay mejor manera de fomentar la creatividad y la versatilidad?
También nos permite incursionar en territorios desconocidos en los que jamás nos atreveríamos a meternos en una novela. Sin el compromiso de una obra extensa, podemos coquetear con géneros que no nos resultan conocidos. ¿Eres un autor de novela negra pero te apetece probar con la romántica? Pues para eso están los relatos, que de este modo se convierten en un terreno de juego literario donde los escritores podemos probar nuevas ideas y técnicas sin los límites impuestos por una historia más larga. ¿No nos gusta el resultado? Lo podemos desechar sin la sensación de que hemos perdido mucho tiempo. Aunque ya sabéis que yo siempre digo que escribir, sea lo que sea, nunca es perder el tiempo.
Excelente consejo. Me encanta aprender y escribir cuanto se me ocurre. Cierto es que con los relatos se experimenta cuanto ha descrito. Gracias Teo.
Es una lástima que el género del cuento esté de capa caída. Además para los aprendices como yo, el relato corto nos permite escribir sobe cualquier género, estilo, distintos narradores, practicar y aprender a corregir. Gracias por tu texto, nos das ánimo y entusiasmo para seguir escribiendo.
Tienes razón, Teo: hace tiempo que he dejado de practicar los relatos cortos sin darme cuenta que fue a través de ellos que me inicié con novelas (ninguna publicada hasta el momento). Y peor aún sin reconocer que con una serie de relatos a veces he construido novelas en el futuro mediato… Volveré a esta costumbre que tanta satisfacción provoca sin la ambición de una novela pero la intención de no dejar de escribir por el puro placer de hacerlo… Que tengas excelente día y año. estaré pendiente de tus sugerencias…