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Historia de la cerveza

Imagínate que estás mojando un poco de pan duro en un cuenco de agua para ablandarlo. Un día no terminas ese desayuno y te dejas unos trozos en el recipiente mientras te vas a hacer tus cosas. A la mañana siguiente, vuelves y te encuentras el cuenco de nuevo, que todavía tiene un poco de agua y el pan hecho una pasta tras tantas horas reblandeciéndose. Pero por una de esas se te ocurre probar el líquido, sin atemorizarte porque de repente tenga un aspecto amarillento. Y te llevas una monumental sorpresa al darte cuenta de que tiene un sabor dulce y a la vez amargo, muy agradable en cualquier caso, y que te produce un ligero embotamiento en la cabeza. Pues así es como se descubrió una de las bebidas más consumidas del mundo en la actualidad, la cerveza (o eso creen los historiadores). Y hoy, aprovechando que es el Día Internacional dedicado a este dorado néctar, vamos a explorar lo que en este blog tanto nos interesa. Os cuento, pues, la historia de la cerveza.

Los orígenes

Para ser sincero, en realidad no se sabe en qué momento exacto de la historia inventamos la elaboración de la cerveza. Es muy probable que ocurriera tal y como os lo he contado en la introducción, por mera casualidad, igual que la mayoría de descubrimientos de la antigüedad. En cualquier caso, la evidencia más antigua que nos ha llegado es una tablilla mesopotámica donde se muestra a varias personas tomando cerveza de un mismo recipiente, hace más de seis mil años.

Sin embargo, algunos arqueólogos creen que la elaboración de la cerveza podría remontarse a tiempos muy anteriores, y estar ligada a las primeras técnicas de fabricación del pan, que datan del 8000 a. C. De hecho se han encontrado evidencias de fermentación accidental de la cebada en Godin Tepe, una antigua ciudad en la actual Irán donde en el 3500 a.C. quizás tuvo lugar el episodio con el que he iniciado el artículo. Para los especialistas tiene todo el sentido del mundo que la fermentación empiece a utilizarse al mismo tiempo que surge la agricultura, y sobre todo en lugares con evidencias del cultivo del trigo y el centeno.

orígenes de la cerveza

Las primeras menciones a la cerveza

Los sumerios le cogieron tanto el gusto a la cerveza que incluso la identificaron como un don ofrecido por una diosa, Ninkasi, quien literalmente se decía que había nacido de aguas frescas burbujeantes que saciaban el corazón. Vamos, que la buena mujer nació en un barril de cerveza. Lógico por tanto que las primeras recetas conocidas no tardaran en aparecer. La más antigua es una tablilla de arcilla grabada con escritura cuneiforme, y datada del 2050 a. C. En ella se alaba las cualidades de un tipo de cerveza llamada alulu, que los expertos creen que era del tipo ale.

También encontramos referencias a esta bebida en un escrito del que ya hemos hablado no hace mucho: el poema épico de Gilgamesh. En esta historia mitológica, Enkidu ofrece  al protagonista una bebida elaborada a partir de la fermentación de la cebada, cuyos efectos nos resultan pero que muy conocidos:

“[…] su corazón se sintió luminoso, su cara se cubrió de júbilo y cantó con alegría.”

cerveza Mesopotamia

La cerveza egipcia

Es comprensible que para estas gentes primitivas los efectos alcohólicos de la cerveza fueran tomados como una manera de conectar con las divinidades. Se desarrolló por tanto un simbolismo religioso asociado al consumo de cerveza, lo que supuso que su utilización poco a poco se conectara con las élites. Sin embargo, esto empezó a cambiar cuando el uso de la bebida se extendió hasta Egipto, quien rápidamente asoció la cerveza con Osiris. Cómo no iba a ser así, cuando el cultivo del cereal era una práctica que debían al recurso más importante que tenían, el Nilo. Si el río era sagrado para ellos, cualquier elemento que surgiera de sus aguas también debía serlo.

Los egipcios llamaron a la cerveza zythum, la cual la elaboraban con un toque propio, porque a la fermentación tradicional le añadían alguna fruta o hierba, como los dátiles, para darle un toque más dulce. A diferencia de los sumerios, la convirtieron en una bebida básica de la vida cotidiana. Era la contraparte del vino, preferida por las clases altas. La cerveza en cambio quedó para disfrute del pueblo llano. Y se produjo en masa. En estas fechas, durante la época de los faraones, es cuando surgen las primeras fábricas de elaboración de cerveza. Agarraos, porque los egipcios producían alrededor de cuatro millones de litros de cerveza al año. Tanto era así que la mayoría de la cebada almacenada en los graneros tenía como destino la fabricación de cerveza.

cerveza antiguo Egipto

La expansión de la cerveza

El éxito de la cerveza estaba más que cimentado en Egipto, así que fue inevitable que los pueblos que contactaron con ellos también adoptaran el néctar espumoso para sí. No sabemos exactamente cuándo ocurrió, si fue en época minoica (y por tanto antes del nacimiento de los griegos como tales) o ya en tiempos micénicos, pero el caso es que los griegos recibieron con los brazos abiertos el consumo de cerveza. Como todo el mundo, por supuesto. Ya en época helenística, resultó inevitable que empezaran a surgir recetas nuevas. Los campesinos griegos crearon sus propias variedades, como la brytos o la kykeon, a tal punto que la popularidad de la cerveza alcanzó cotas enormes. El propio Homero la mencionaría en la Ilíada y en la Odisea, donde asegura que solía acompañarse de queso de cabra rallado.

Las rutas comerciales que los mercaderes griegos mantenían a lo largo del Mediterráneo propagaron el uso del alcohol por todo el mundo conocido, hasta llegar a la península ibérica. Se conoce por ejemplo el término con el que los astures denominaban a la cerveza, zythos, y que derivaba del término egipcio. Los íberos conocían a la perfección la cerveza. Aunque, como ocurría en Grecia, el vino seguía siendo la bebida preferida de las élites guerreras, la cerveza se popularizó entre las clases bajas.

Como veis, la cerveza es casi tan antigua como el propio ser humano. Y que mejor que aprovechar un día como hoy, el Día Internacional de la Cerveza, para aprender un poco más sobre su historia, y comprender un poco mejor a aquellos pueblos que la descubrieron y la desarrollaron.

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

  • Reyes

    Qué interesante y qué ganas de una cerveza!

  • Chema D. Garrido

    Ameno, como siempre, Teo,

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