Los escritores somos una especie muy rara en muchos aspectos, pero hay uno en concreto que me fascina: somos capaces de escribir una novela de trescientas páginas, una trilogía o incluso una saga de «tropecientos» libros pero luego se nos atraganta elaborar una simple sinopsis de nuestra obra. ¿Cómo es posible que se nos dé tan mal sintetizar? Pues hoy vamos a hablar precisamente de eso, de la sinopsis, y por qué es tan importante que aprendamos a realizarlas.
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La sinopsis, la pesadilla del escritor
Si le preguntáis a diez escritores distintos cuáles son las tareas propias de su profesión que menos le gustan, estoy convencido de que nueve de cada diez te dirán: «corregir, poner título a la novela y hacer la sinopsis». Como decía en la introducción, los escritores somos bichos raros por muchas cosas, y una de ellas es lo mucho que nos cuesta sintetizar. Tenemos tendencia a irnos por las ramas, a explayarnos a la hora de escribir. Es lógico, sin duda, porque nuestro trabajo va de eso, de desarrollar tramas, de profundizar en ellas y elaborar una historia extensa, compuesta por diversos elementos que exigen una extensión: argumento, personajes, ambientación…
Por eso nos cuesta tanto elaborar una sinopsis. Estamos acostumbrados a desarrollar historias largas, con tantos elementos implicados que nos vemos incapaces de condensarlos en unas pocas líneas. ¡Y eso que conocemos la historia mejor que nadie! Sabemos qué queremos transmitir, cuáles son los puntos fuertes que marcan la novela, conocemos a los personajes… Aún así, nos parece imposible dejar fuera un montón de datos y, por tanto, ofrecerle al potencial lector sólo lo relevante. Y además de una manera que les enganche.
La sinopsis: algo más que un resumen
¿Pero qué es una sinopsis exactamente? No es la primera vez que hablamos de este tema. Es más, hace unos años elaboré un artículo sobre cómo realizar una buena sinopsis, que sigue siendo vigente (y podéis ver AQUÍ). Pero hoy no vamos a hablar de cómo hacer una sinopsis, sino de lo importante que es hacerla bien. Y creedme, es muy importante.
Para empezar hay que evitar confundirla con un resumen. El único punto en común es la necesidad de sintetizar la historia, nada más. Parece obvio, y sin embargo no os imagináis cuántas veces he visto a autores cometer dicho error en mi trabajo como lector editorial. De hecho es algo de lo que hablo con los alumnos de mi curso de narrativa del Método PEN, donde también tratamos varios aspectos del mundo editorial. El diccionario de la Real Academia Española es muy claro cuando buscamos el verbo «resumir»: «Reducir a términos breves y precisos, o considerar tan solo y repetir abreviadamente lo esencial de un asunto o materia». ¿Es eso lo que hace una sinopsis? En parte sí, no hay duda alguna. Pero una sinopsis va más allá.
Cautivar al lector
En efecto, esa es la clave de la sinopsis y lo que la aleja del simple resumen: cautivar al lector. La función de la sinopsis no es condensar toda la historia en unas pocas líneas. Es más, debemos tener mucho cuidado de no contar de más, para evitar los temidos spoilers. En un resumen no te preocuparía nada de eso, te dedicarías a desarrollar con brevedad toda la novela: el argumento, los giros narrativos, la personalidad de los personajes y cómo cambian… Algo que ni por asomo puedes hacer en una sinopsis.
La sinopsis va más de sugerir, de ser sutil, de darle al lector la información adecuada para que se haga una idea de qué se va a encontrar al empezar a leer. Hay que ser inteligente a la hora de mostrar esas pequeñas perlas que despertarán el interés del lector potencial. En unas pocas pinceladas debes decirle dónde se desarrolla la historia, mostrarle unos personajes potentes, y descubrirle las posibilidades fascinantes de tu argumento. Todo eso sin revelar demasiado, planteando preguntas que se responderán al leer la obra. Porque, si se lo cuentas todo, ¿qué motivo tendrá nadie para comprar el libro?
Hay que jugar con el lector, sí, y despertar su interés. ¡Pero cuidado! No podemos engañarle. La sinopsis jamás debe ofrecer algo que el lector no encontrará en el interior del libro. No puedes decirle que «es una novela que profundiza en la realidad social de los aztecas» cuando la obra apenas se desarrolla en dicho territorio. Con este tipo de estrategias, quizás consigas un comprador, pero perderás un lector, y será para siempre.
La importancia de la sinopsis
Hay tres elementos que harán que un lector potencial quiera comprar tu libro cuando lo vea expuesto en una librería. El primero es el nombre del autor, pero esto lo vamos a obviar porque sólo se aplica a los autores ya consolidados. El siguiente factor a considerar es la portada. Una buena ilustración, llamativa e impactante, hará que nuestro futuro lector coja el libro de la estantería.
Bien, hemos captado su atención. Lo siguiente que hará, no lo dudéis, será darle la vuelta al libro y leer el texto de la contraportada, nuestra querida sinopsis. Y os digo desde ya mismo que de nada servirá la portada más espectacular del mundo si lo que el lector lee en ese pequeño texto de presentación no le cautiva. Y de ahí la importancia de elaborar una buena sinopsis.
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Excelente comentario de la sinopsis. Te felicito.