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La coma criminal

Como bien sabéis, además de escritor también soy profesor de escritura creativa gracias al método PEN, con el que muchos de mis alumnos han logrado alcanzar un nivel como escritores que les ha llevado a publicar de manera profesional. Pero todos ellos, al igual que cualquier hijo de vecino, tuvieron unos inicios similares, os sorprendería cuánto. Los errores más comunes que la mayoría de aspirantes a darle a la tecla cometemos en nuestros comienzos se centran en particular en la puntuación de nuestros textos. Y aún más, entre estos fallos hay uno que destaca por encima de todos, y del que vamos a hablar en este artículo: la coma criminal.

La coma criminal: qué es y por qué se produce

No, la coma criminal no ha robado ni matado a nadie. Ni es un supervillano que amenaza con destruir el mundo. Pero casi. Más bien podríamos decir que la coma criminal (que le debe su nombre al lingüista Alfredo Valle Degregori) es como un ninja que se esconde en las sombras para colarse donde no le toca y entorpecer la comprensión de lo que escribimos: entre el sujeto y el verbo, o entre el verbo y el objeto. Esto hace que provoque una pausa artificial en la frase, que corte el ritmo natural que debería tener.

Estas faltas se producen, por parte de escritores poco experimentados que todavía no tienen interiorizado la función primordial de una coma: servir como pausa (no necesariamente respiratoria, cuidado con esto). Y las colocan como si las regalaran, tal vez con el falso convencimiento de que facilitan la lectura de esas frases que les quedan muy largas. Como son gratis, vamos a ponerlas aquí y allá, sin plantearnos si son o no necesarias. Y lo que consiguen es sencillamente interrumpir las ideas que pretenden transmitir. Explicado de esta manera, todo este asunto puede parecer un poco rollo y difícil de ver, pero vamos a plasmar dichas comas criminales con ejemplos.

Cómo evitar la coma criminal

La coma criminal entre sujeto y verbo

Este es el caso de coma criminal más sencillo de ver, y aún así también el que más errores provoca. Fijémonos en la siguiente oración:

Después de llegar a la casa, el ninja, se escondió entre las cortinas.

¿Veis esa coma justo después de «ninja» (nuestro sujeto)? Pues ahí la tenéis, la maldita coma criminal. En dicha posición provoca una pausa completamente inútil y peor aún, contraproducente. Está de más ya que corta la frase e impide que fluya de manera correcta. Es como una barrera en una carretera, capaz de provocar un bloqueo y una retención de mil demonios. ¿Cuál sería la forma correcta de puntuar dicha frase?

Después de llegar a la casa, el ninja se escondió entre las cortinas.

Tan sencillo como eso: quitar dicha coma. ¿Os dais cuenta de cómo la lectura ya no se detiene? Solo donde debe hacerlo, tras la acotación inicial. De este modo tenemos una frase que se lee de manera correcta y agradable. Pero cuidado, porque una coma criminal también puede ser invisible, o lo que es lo mismo, el error puede ser no ponerla. Veámoslo con este ejemplo:

Después de llegar a la casa, el ninja, que se movía con el sigilo de un gato se escondió entre las cortinas.

Fíjate en que en este caso hay información adicional sobre nuestro ninja, lo que llamamos un inciso («que se movía con el sigilo de un gato»). Y los incisos deben ir entre comas (o entre paréntesis o rayas, como esta misma que estás leyendo), ya que esa información extra exige una pausa a la hora de hablar o leer para ser expuesta. Por tanto, lo correcto sería lo siguiente:

Después de llegar a la casa, el ninja, que se movía con el sigilo de un gato, se escondió entre las cortinas.

Ahora sí. Las pausas que el texto necesita están bien marcadas con esas comas colocadas en posiciones naturales, sin rastro o ausencia de coma criminal alguna.

coma verbo sujeto

La coma criminal entre verbo y objeto

Nuestra coma criminal también se puede colar en otras posiciones a la mínima que nos despistemos, en este caso entre el verbo y el objeto con el que está directamente conectado. Con este ejemplo lo entenderás a la perfección:

El sagaz ninja se coló, en la habitación principal.

Aquí vemos que la coma se interpone entre el verbo «colarse» y el objeto que indica dónde se coló. Queda incluso más feo que en el caso anterior, ¿verdad? Y esto es porque el objeto necesita por fuerza llegar de manera fluida desde la posición del verbo, del cuál depende por completo. Lo adecuado habría sido:

El sagaz ninja se coló en la habitación principal.

Tal cual, sin coma criminal. Y también puede ser peor si además la frase contiene un inciso:

El sagaz ninja se coló, tras recorrer el salón en la habitación principal.

Absolutamente horrible. Leer algo así, sobre todo si el texto está lleno de este tipo de errores, os puedo asegurar que resulta agotador. Lo correcto sería esto:

El sagaz ninja se coló, tras recorrer el salón, en la habitación principal.

Tampoco es que sea la mejor construcción del mundo (yo habría preferido que el inciso quedara al final o al principio de la frase), pero al menos esa segunda coma hace que la frase sea completamente correcta.

coma entre verbo y objeto

Cómo evitarla

Porque esto es lo que has venido buscando, claro, una solución. Pero lamento decirte que no hay ninguna fórmula mágica para luchar contra la coma criminal. De hecho, es una cuestión más de poner atención hasta que, tras escribir mucho (muchísimo), acabes por interiorizar la correcta colocación de los signos de puntuación.

Aún así, hay un truco que, aunque no es perfecto (e incluso a veces lleva a error), te puede ayudar a detectar la coma criminal: leer en voz alta las frases que escribimos, poniendo especial énfasis en hacer la pausa que marcan las comas que hemos colocado. La mayoría de las veces detectaremos por instinto cualquier parón artificial que corte el transcurrir natural de la lectura en voz alta. De hecho, te animo a que leas en voz alta todo este artículo, a ver si eres capaz de encontrar la coma criminal ninja que he dejado expresamente (pista: está en los tres primeros párrafos). Considéralo un ¿Dónde está Wally? para escritores.

coma criminal cómo evitarla

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

  • Lucía Blanco Vázquez

    Sobra la coma después de “así, hay…”

    • TeoPalacios

      No, no sobra. Es correcta.

  • Luisa Chico

    Muchas gracias, la coma criminal es mi caballo de batalla siempre.

    • Leonardo Antonio Bianco

      Hola gracias por la enseñansa me gustaria poder hacer un libro siempre imagine y quise plasmar la historia de mis padres cuando llegaron a Argentina

  • Ernesto Strasberg

    Gracias Teo por tus artículos que son siempre muy apreciados. El haber tomado tu curso fue de gran ayuda para mi en el momento en que estaba escribiendo mi novela.

  • Ernesto Rubio Sánchez

    Encontré la coma criminal ni bien empecé a leer el artículo. De hecho me extrañó que usted la hubiera puesto.

    • Isa Garrido

      ¿Podría estar al final del primer párrafo? Donde se lee “frase, que corte el ritmo…”

    • TeoPalacios

      No la confundas con una oración subordinada…

  • Eli

    ¿Es esta?
    Estas faltas se producen, por parte de escritores poco experimentados que todavía no tienen interiorizado la función primordial de una coma

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Teo Palacios

Escritor y creador del Método Pen

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