Todo escritor, en algún momento de su vida, ha experimentado la terrible sensación que provoca el llamado bloqueo del escritor. ¿Cierto?
Cuando nos encontramos en frente de una hoja en blanco, de papel o digital, con una cabeza y un corazón que no colaboran en el proceso de la escritura, se genera una mezcla de desconcierto y frustración que no nos permite avanzar en nuestro trabajo. Nos empeñamos en escribir algo que sea impactante y que deje inmediatamente al lector enganchado, pero no conseguimos empezar. Es como si no se nos ocurrieran nuevas ideas, o como si hubiéramos olvidado las palabras.
Existen diferentes variedades de bloqueos, basándonos en la tipología y extensión de tiempo en el que se desarrollan. Yo, personalmente, los divido en dos grandes categorías: los micro-bloqueos y el bloqueo.
Os cuento de qué se trata cada tipo de bloqueo, basándome en mi propia experiencia, y os quiero dar, además, algunos consejos sobre cómo superarlos. Sin duda, una de las preguntas a las que solemos buscar respuesta cuando leemos sobre este tema es: ¿cómo dejo de estar bloqueado?
Identificar el bloqueo es el primer paso, así que… ¡enhorabuena! ¡Vas por buen camino!
Tabla de contenidos
ToggleLos micro-bloqueos temporales
Este es el tipo de bloqueo del escritor que sufro con mayor frecuencia. Afortunadamente, tienen una fácil solución y duran un tiempo relativamente breve, así que no interrumpen mi trabajo de una forma abrupta.
Es más: parece casi que mi cerebro se toma una pequeña pausa para pensar. Este tipo de bloqueo me suele llegar cuando paso de un capítulo a otro, o de una escena a otra. Como si acabara de cerrar un apartado y mi cabeza estuviera pasando a la próxima situación.
Cuando tengo este tipo de bloqueos, la planificación es un elemento clave que me ayuda mucho. Os aconsejo que, si sufrís de estas interrupciones temporales, planifiquéis vuestras horas de trabajo ante todo.
Sucesivamente, empiezo a hacer pruebas en el mismo papel sobre cómo podría iniciar el capítulo. Comienzo escribiendo una frase y, si funciona, ya he empezado. Si, por otro lado, esa primera frase no me da la solución para emprender el capítulo, me suele hacer meditar sobre qué es lo que necesito para escribir, así que sigo haciendo pruebas hasta cuando doy con la perfecta.
El bloqueo del escritor por excelencia
Este tipo es la peor categoría, la verdad, porque suele durar mucho más. La causa que lo genera y, por lo tanto, su misma solución suele ser bastante más difícil de interceptar.
De hecho, yo mismo he llegado a sufrir de este bloqueo y estuve un par de años sin escribir. En este caso, el remedio no lo pude encontrar a solas y llegué a necesitar ayuda profesional, ya que yo por mí mismo era incapaz de pensar en nada que tuviera que ver con la escritura que me pudiera estar bloqueando.
En este tipo de situaciones, mi consejo es que te detengas y empieces por analizar las razones que pueden estar creando el bloqueo. Piensa que las razones pueden ser de muchos tipos. Por ejemplo, por agotamiento, estrés o por la misma falta de organización de tiempo.
El problema en este tipo de bloqueo no es tanto la solución, sino la causa. Una vez que sabes a qué se debe, verás que será mucho más sencillo ponerte en marcha. Así que si después de un tiempo descubres que no puedes encontrarla por tu cuenta, ponte en contacto con alguien que logre ayudarte a entender el momento por el que estás pasando.
Pasos para superar todo bloqueo del escritor
Si tú también has sufrido de micro-bloqueos o del bloqueo del escritor, tranquilo: es algo completamente normal y suele pasar mucho en las mentes creativas. Como habrás visto, pueden ocurrir por mil motivos, así que deja pasar el tiempo, respira y analízate. Una vez que hayas encontrado la razón de tu bloqueo, podrás buscar soluciones.
Puede ser que unos breves pasos a seguir consigan ayudarte a identificar tu situación. Empieza por aquí:
- Reconoce que tienes un bloqueo
El primer paso es reconocer el problema: no tienes ideas, no logras escribir y te entra el pánico. En esta fase, es importante que interiorices que el bloqueo por el que estás pasando es fácil de superar, ya que hay muchas maneras de hacerlo. No te dejes sobrellevar por el medio de que no podrás volver a escribir nunca más. - Identifica si se trata de un bloqueo pequeño o grande
En este segundo caso, puede que sea muy útil que escribas sobre cualquier cosa y que veas si el flujo de tu escritura vuelve. Quizás solo necesites conectar contigo mismo y relajarte para que tus palabras vuelvan a salir. Si funciona, has solucionado tu micro-bloqueo. Si ves que, por otro lado, la situación se extiende, puedes intentarlo planificando tu escritura, o tal vez necesites enfocarte en la causa de tu bloqueo. Escribir tiene que ver con las emociones que cada uno experimenta, que se mezclan con la incertidumbre, e incluso con nuestra propia vulnerabilidad. A veces, factores personales muy alejados de la escritura entran en juego y no nos permiten expresarnos y ser creativos. Para ello, elige la opción que mejor se adapte a ti, a solas o con una ayuda externa; las dos son válidas. - Descansa y desconecta si estás fatigado
A veces no hay nada mejor solución que un buen descanso para permitirle a la cabeza que desconecte por un momento y que vuelva recargada, llena de ideas e inventiva.
Escribir, emociones y creatividad
Lo importante es que tomes acción en ese sentido. No puedes esperar que lleguen las musas a inspirarte, ya que, como ya hemos visto, en varias ocasiones la creatividad surge con la constancia. Escribir es experimentar con las palabras, dar forma a los pensamientos, concretar y hacer realidad lo que se mueve en nuestro interior. No es solo inspiración creativa, sino, sobre todo, método y disciplina. No tenemos que olvidarnos que escribir es un proceso mental desafiante que requiere tiempo y entrenamiento.
Pero, si ves que estás muy saturado, no llegues al colapso y no te obsesiones con tu bloqueo. Hay diversos motivos por los cuales uno puede llegar a bloquearse. La buena noticia es que hay una solución y que todos lo han superado. Tómatelo con calma, analiza cuál es ese motivo y actúa en consecuencia.