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¿Español o castellano? ¿Cómo se llama nuestro idioma?

¿Cuántas veces os he comentado que la mejor característica de nuestro idioma es su variedad? Muchas, tantas que seguro que estáis hartos ya de que os lo diga. El vocabulario en español es tan rico que no existe nada a lo que no podamos referirnos, ni construcción gramatical que no seamos capaces de formar. Y tenemos alternativas de sobra para superar todo tipo de escollos a la hora de escribir (como os comenté, por ejemplo, en el artículo sobre evitar repeticiones). Fijaos si tenemos opciones que incluso disponemos de dos nombres para nuestra lengua: español y castellano. Ahora bien, ¿cuál de estas dos acepciones es la más apropiada? Pues de eso vamos a hablar en este artículo.


El latín: la semilla del castellano y el español

 

Estos debates, que demasiadas veces se empañan con visiones políticas absurdas, es importante abordarlos con la vista puesta en la historia. En el caso que nos atañe, todo comenzó con el latín que los romanos trajeron a la península ibérica, y que fue imponiéndose a las lenguas autóctonas, como el íbero. Su consolidación fue tal que incluso seguiría usándose cuando los romanos desaparecieron, con la llegada de los visigodos. ¿Hasta qué momento se utilizó? Ahí es donde residen las dudas, pero suele decirse que el latín fue la lengua comunicativa principal de nuestros antepasados hasta el siglo VII. Pero tened siempre en cuenta una cosa: la lingüística no funciona a golpes. Los idiomas no aparecen y desaparecen de un día para otro. Lo habitual es que evolucionen, que se fusionen con otros, o que al menos coexistan entre ellos.

Y eso fue lo que ocurrió con el latín y las lenguas romances (que etimológicamente significa «a la romana»). En algún momento imposible de delimitar con exactitud, el latín empezó a mutar y a imponerse hacia una variante menos culta, el latín vulgar. Con el tiempo (hablamos de siglos), esta nueva forma evolucionó de tal manera que acabó por diferenciarse tanto del latín clásico que dio lugar a una serie de nuevos idiomas conocidos como lenguas romances. Y con un montón de variantes que no han dejado de separarse lingüísticamente desde entonces por una serie de condicionantes geográficos y sociales. Conocéis muchas de estas lenguas porque son las que hablamos hoy en día: español, catalán/valenciano, francés, portugués, gallego, italiano, etc…

Latín, semilla del español


Castellano, antecesor del español

 

Este sería un resumen tremendamente básico de la teoría tradicional en torno al origen y evolución de las lenguas romances. Bien, pues una de estas variantes evolucionadas del latín vulgar empezó a cobrar una fuerza inusitada en nuestra penísula: el romance que se hablaba en el reino de Castilla. Como resultaba redundante referirse a este dialecto como «romance castellano», pues «castellano» ya implica que está dentro de las lenguas romances, el adjetivo «castellano» cobró cualidad de sustantivo y pasó a designar a esta variante. De nuevo, fue algo gradual. Poco a poco la corona de Castilla fue ampliándose con la adhesión del reino de León durante la Reconquista, primero, y otras regiones después. El castellano fue imponiéndose en uso al resto de lenguas romances de la península ibérica en cuanto a número de hablantes. Pero no fue hasta la llegada de Alfonso X el Sabio que se convirtió en la lengua oficial de dicho reino. Cabe destacar que no siempre por las buenas, como ocurrió con los decretos de Nueva Planta en Valencia, Cataluña y Baleares.

Así pues, aquel romance evolucionado hablado en la Corona de Castilla se convirtió en el idioma más utilizado de la península ibérica, y con la expansión por América cobró dimensiones colosales. Los límites del territorio hispano se hicieron tan enormes que ya no cabía hablar sólo de un reino de Castilla, y empezaron a usarse otras denominaciones ancladas en una muy vieja: Hispania. De ahí surgiría el adjetivo «español», que lo encontramos ya en tiempos de los Reyes Católicos, aunque por entonces el concepto de «nación española» estaba muy lejos todavía de ser algo firme. Una de las primeras obras escritas en usar este término fue Manual de nuestra Santa Fe Católica, en español, que data del 1495. La equivalencia entre ambas acepciones se mantuvo durante siglos, hasta que, en 1925, la RAE cambió el título de su diccionario al de «lengua española».

escudo de castilla


¿Castellano o español?

 

Imagino lo que estáis pensando: «Ya, muy interesante todo, Teo. ¿Pero al final qué es lo correcto? ¿Castellano o español?». Pues bien, para eso basta con acudir al Diccionario panhispánico de dudas de la RAE, que deja la cuestión muy clara: ambos son válidos para referirse a la lengua que compartimos los millones de hablantes en América y España. «¡Pues podrías haberlo dicho antes!». Cierto, pero te habrías perdido una muy necesaria lección de historia. Y, en cualquier caso, hay ciertos matices que tener en cuenta. Por ejemplo, que aunque ambos términos son válidos, suele recomendarse que usemos «español» cuando hablamos en general de nuestra lengua. Por dos motivos: carece de ambigüedad y además es la denominación que se utiliza a nivel internacional. Los ingleses, por ejemplo, no dicen Castilian para hablar de nuestro idioma, sino Spanish.

¿Y cuándo es apropiado utilizar el término «castellano»? Insisto: en cualquier situación. Pero resulta más adecuado hablar del castellano como el dialecto románico que se utilizó en el reino de Castilla durante la Edad Media (¡y de ahí la clase de historia!) o el dialecto del español que se habla en la actual región de Castilla. Además, dentro la pluralidad nacional con la que tenemos la fortuna de contar se usa la palabra «castellano» para referirnos a la lengua común de los españoles y diferenciarla así de las otras lenguas cooficiales, como el vasco, el canario o el catalán.

¿Castellano o español?


Conclusiones

 

Como veis, el debate del nombre de nuestro idioma es, en el fondo, muy sencillo de responder: ambos son términos válidos. Pero es en los matices y en la historia de las cosas donde reside la comprensión. Espero que con este artículo veáis con mayor perspectiva una cuestión que, si nos alejamos de lecturas políticas malintencionadas, resulta apasionante.

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

  • Manuel Ferández Cstilla

    No he leído en el artículo nada en referencia a lo que aportaron los árabes o moros en el enriquecimiento de nuestra lengua, español o español ANDALUZ, Los andaluces fuimos colonizados por los castellanos con la expulsión de moros y judíos, saludos.

    • TeoPalacios

      No se puede incluir todo en un artículo de mil palabras. Pero vamos, tengo una novela dedicada a las Taifas, así que estoy libre de sospecha con respeto al mundo árabe 😉

  • Roberto Lozano

    Excelentes enseñanzas para quienes pretendemos escribir bien nuestras obras.
    Es amena y clara la manera de enseñar. Me es de mucha utilidadpara mi propósito. Gracias, teo.

  • Sandra

    Me ha encantado tu explicación y resumen rápido de varios años de historia!
    Gracias!

  • Evlyne

    ¡Excelente! gracias, Teo.

  • Auria Plaza

    Una explicación sencilla y contundente. Gracias por compartir tus conocimientos, además en una manera tan fluida y amena de leer.

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Escritor y creador del Método Pen

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