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William Wallace, el auténtico Braveheart

Seguimos con los grandes personajes históricos que el cine ha popularizado. Hasta ahora hemos visto al villano de Gladiator, Lucio Aurelio Cómodo; y al protagonista que da nombre a La lista de Schindler. Ambos, curiosamente, más o menos adaptados con fidelidad en sus respectivas películas. Al menos en cuanto a carácter y personalidad. Ahora bien, nuestro siguiente invitado, a pesar de la enorme popularidad que tuvo en los 90 a raíz de este film, no resultó tan afortunado. Pero os lo presento primero: hoy hablaremos del auténtico William Wallace, un Braveheart que no lo fue tanto.

William Wallace, ¿campesino?

Vaya por delante que para mí Braveheart es una película maravillosa, épica, de esas que te tocan la fibra sensible. Mel Gibson está inmenso, tanto en su faceta actoral como en la dirección. Por no hablar de su preciosismo estético, de esos maravillosos paisajes escoceses… Un momento, no escoceses. Porque en realidad la mayor parte de la película se rodó en Irlanda por cuestiones de producción, como el castillo Dunsoghly, donde se recreó el de Edimburgo; o las llanuras de Curragh, en las que se rodó la grandiosa aunque no demasiado fiel batalla de Stirling.

La película empieza mostrando a William como un simple campesino. Primer error. William Wallace, que nació en 1270, era un gran terrateniente. Ni siquiera fue hijo único, pues tuvo un hermano mayor, Malcom. Las crónicas escocesas nos dicen que tuvo una esmerada educación en una abadía, que jamás vistió un harapo, y que marchaba a las batallas con una armadura lujosa. Ah, y por cierto, nada de pintarse la cara de azul. Eso fue cosa de los pictos mil años antes. Al igual que la asociación de las gaitas con Escocia, algo que ocurrió a partir del siglo XVIII. En esos años, aquel era un instrumento común en otros territorios, ya que fue introducido en Europa por los romanos.

William Wallace escocia


William Wallace y la Loba de Francia

Lo que sí es cierto es que William Wallace formó parte de la resistencia escocesa contra el rey Eduardo de Inglaterra, y es un emblema patriótico en Escocia por ello. Aunque fue a la guerra para defender sus intereses territoriales, no por vengar a ninguna esposa asesinada, la cual se llamaba Marian Braidfoot, no Munro. El derecho de pernada tampoco existía por aquel entonces. Wallace sí comandó sus propias tropas, pero lejos de camaradas movidos por la lealtad, fueron simples feudatarios. Vamos, como cualquier otro noble.

¿Y las batallas? Siento decir que en estas escenas la espectacularidad se impone al realismo histórico. Más aún, la estrategia que le dio la victoria a los escoceses en Stirling ni se ve en el film: los rebeldes de Wallace, cinco veces menos numerosos que los ingleses, supieron paliar esta inferioridad creando un cuello de botella en el puente de Stirling. En ese punto transcurrió el grueso de la batalla, con tan mala fortuna para los ingleses que la pasarela cedió cuando estaba ocupada en su mayoría por los invasores. De este modo la victoria se decantó del lado escocés. En la película el puente ni está ni se le espera, lo cual es del todo absurdo: en campo abierto, la superioridad numérica inglesa habría aplastado a los rebeldes.

Pero de las numerosas licencias que Mel Gibson se tomó en esta película ninguna es más increíble que el apasionado encuentro entre Wallace y la princesa Isabel de Francia. Un romance del todo imposible por el simple hecho de que Isabel, que sería apodada como la Loba de Francia, no llegó a Inglaterra hasta 1308, tres años después de que Wallace fuera ejecutado. De hecho, por no conocer no conoció ni a su suegro. Por si todo esto fuera poco, en el momento del supuesto encuentro con Wallace la princesa apenas tenía nueve años.

Wallace batalla Stirling


William Wallace y su grito de libertad

El final de William Wallace tampoco resultó tan heroico como nos cuenta la película. Tras la derrota en la batalla de Falkirk, el noble se pasó siete años huyendo, con su reputación completamente destruida, mendigando ayuda para su causa en Francia e incluso en Roma. Y todo para que uno de sus comandantes, John de Menteith, lo traicionara y lo entregara a los ingleses en 1305.

Quizás la escena más apegada a la realidad histórica en toda la película sea la tortura final de Wallace, por desgracia para él. Porque sí, al pobre noble escocés lo hicieron sufrir tanto como se ve en la película e incluso un poco más: lo ahorcaron sin llegar a ahogarlo, y a continuación lo emascularon (le extirparon los genitales), tras lo cual lo evisceraron tal y como aparece en la película. Quemaron sus intestinos cuando aún estaba con vida y luego lo decapitaron. Eso sí, no hay constancia alguna de que lanzara ningún grito de libertad. Y dese luego no murió justo al mismo tiempo que el rey Eduardo I, quien le sobrevivió dos años. Pero seamos sinceros, qué bien queda eso en la película.

William Wallace muerte


El verdadero Braveheart

He dejado para el final el tema del título de la película: Braveheart, Corazón Valiente. Pues este apelativo jamás perteneció a William Wallace, sino al traidor de la película: Robert de Bruce, futuro rey de Escocia. A pesar de que Robert había jurado lealtad a Eduardo I, no dudó en unirse a los rebeldes, y cuando Wallace perdió su condición de Guardián de Escocia, fue él quien lo heredó. Aunque tampoco nos engañemos, de santo héroe tenía poco, pues no dudó en enfrentarse a sus aliados para conseguir la corona de Escocia. Corona que sin embargo no quedó afianzada hasta la batalla de Bannockburn, donde logró la ansiada independencia escocesa. Al morir, sus compañeros de armas viajaron a Jerusalén para enterrar el corazón del monarca, pero jamás llegaron a Tierra Santa, y casi perdieron la reliquia en la batalla de Teba, en Málaga. Lo recuperaron por los pelos, y de regreso a Escocia lo inhumaron en la abadía de Melrose.

Así pues, esta es la historia del auténtico Braveheart y de William Wallace. Como vemos, las licencias que Mel Gibson se tomó en esta película fueron enormes. Y aunque poco justas con la historia (se dice que los escoceses no pueden ni ver al director), debemos reconocer que en lo que al espectáculo cinematográfico se refiere el guión es mucho más épico. ¿Lo damos por bueno?

Robert de Bruce Braveheart

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

  • rosventachira

    Hola Buenas tardes, pues…es que las películas son entretenimiento y a veces mostrarnos hechos crudos, sangrientos que nosotros los de hoy en día, no damos crédito. El error mas grande de los escritores del guion fue haberle puesto a la esposa del príncipe el nombre de Isabel I de Francia, tratandose de una ficcion y con tantas libertades, debieron haberle puesto otro nombre, cualquier, otro…ya que esa Isabel I de Francia fue una reina con mucho peso en la historia (por inteligente y malvada), pues precisamente a raíz de artículos como este, decidí investigar e investigar (a través de Wikipedia), ¿quien fue entonces Isabel I de Francia?, (ya que en la película la muestran como muy inteligente, dulce y comprensiva, aparte de muy bella)…entonces …pues, que al revés fue maquiavelica, malvada, completamente política, pobres de los que se atravesaran queriendo o no en su camino por que los masacraba.
    En cuanto al verdadero Wallace y tantos como el a lo largo de la historia, jamas entendere por nobles que sean sus objetivos, como pudo (sabiendolo) exponerse a tanto…traidores sobran, hasta sin necesidad de que se les ofrezcan recompensas, cada día que se levantaba había una seria amenaza hacia su integridad, ademas quien a yerro mata a yerro muere.
    En cuanto a la película, muy excelente, los actores representaron muy bien sus papeles y a sus etnias, los paisajes, las horribles batallas …el bien y el mal muy bien separados, tiene muchos personajes inolvidables, como el irlandes, el viejito guerrero, el principe…la princesa, en si todos los ingleses de la corte, mientras que Mel Gibson, si no me gusto, se ve muy mayor, al lado de todos…pero se ve muy necesario, asi que eso tapa…
    tchau

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Escritor y creador del Método Pen

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