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¿Por qué debemos leer los clásicos literarios?

Vivimos en un mundo donde todo parece efímero. Y desde luego la visibilidad de los libros lo es: cualquier novela recién publicada tiene una vida útil en las mesas de novedades de un mes. Después de eso, si no se ha convertido en un superventas, será relegado a la infame estantería de acuerdo a su género, donde quedará perdida entre tantas otras obras y apenas podrá lucir el lomo. Salvo que el aspirante a lector vaya en busca de ese título en concreto, lo más probable que en unas semanas el desangelado libro regrese a los almacenes de la editorial en una humillante caja de devolución. Sin embargo, unas pocas obras se salvan de la quema. Se convierten en bestsellers o al menos se mantienen lo suficiente para perpetuarse como obras de culto. Y de entre todas estas, un puñadito alcanzan la gloria de la vida eterna y se convierten en clásicos literarios. De ellos vamos a hablar en este artículo.

¿Qué entendemos por clásicos literarios?

 

Si buscáis por Internet encontraréis multitud de definiciones para describir a un clásico literario. Algunas tienen incluso nivel poético. Pero yo voy a ser más pragmático e iré a lo evidente: una obra literaria se convierte en un clásico cuando trasciende el contexto en el que surgió (tanto histórico como geográfico y material) y se inmortaliza en el la conciencia popular. No es poca cosa. De hecho, es una meta que muy pocos libros consiguen si tenemos en cuenta la enorme cantidad de literatura que se publica en la actualidad.

Y ojo, porque cuando hablo de «trascender» no me refiero simplemente a convertirte en un superventas. Eso ayuda, por supuesto, pero no es esencial. Es más, estoy convencido de que la mayor parte de los libros más vendidos de los últimos años dentro de medio siglo habrán quedado olvidados por completo. Ni Crepúsculo, ni 50 sombras de Grey, ni Juego de tronos. Quizás se salve la saga de Harry Potter, pero no lo tengo nada claro. Cuando hablo de clásicos me refiero a esas obras que, a pesar de los siglos, siempre serán una referencia: El Quijote, 20.000 leguas de viaje submarino, Los tres mosqueteros, La Odisea… Son obras muy antiguas, cierto, aunque también hay algunas más cercanas en el tiempo que entrarían en esa categoría: El Señor de los Anillos, Desayuno en Tiffany’s, Lolita, Cien años de soledad o 1984, por ejemplo.

Todas estas obras están instaladas en la cultura popular. Han roto los límites propios de cualquier obra literaria: se han perpetuado en el tiempo, llegando más allá de los lectores de su época; han traspasado su naturaleza, al ser adaptadas a otros medios, como el cine; y lo más importante, han creado nuevas generaciones de escritores. ¿Cuántos autores han nacido gracias a la lectura de El Señor de los Anillos, sin ir más lejos? El género de la fantasía, tal y como lo conocemos hoy en día, se lo debe todo a Tolkien. La figura del vampiro, al Drácula de Bram Stoker. Y algunas de estas obras ni siquiera tuvieron éxito en su día.

clásicos literarios

Lo que los clásicos literarios nos enseñan

 

Podemos aprender tantas cosas de los clásicos… Sin ir más lejos, aquellos más antiguos son una puerta a épocas pasadas. Sin las obras de Homero, el conocimiento de la Grecia Clásica sería mucho menor. Y qué decir del contexto histórico de nuestra España del Siglo de Oro que nos traslada Cervantes en El Quijote, o la Francia previa a la Revolución francesa en Los Miserables. Son máquinas que nos llevan a otros tiempos, tanto o más que cualquier novela histórica creada hoy en día.

Además, los clásicos son un magnífico documento para ver la evolución de nuestra literatura, y por tanto para que los escritores aprendamos estilos y estrategias de marcada calidad estilística. Son auténticos manuales de narrativa creativa, por eso yo siempre los recomiendo en mis cursos.

La lectura de los clásicos es también indispensable para una buena educación humanística y por supuesto literaria. Leyendo El Quijote podemos comprender cómo éramos los españoles del siglo XVI y advertir que en ciertos aspectos no hemos cambiado tanto. De este modo seremos capaces de aprender de esos errores y aplicarlos a nuestro día a día. La tradición cultural del ser humano reposa, en buena medida, en esos libros clásicos.

libros antiguos

Cuándo leerlos

 

Sé muy bien que afrontar la lectura de un clásico literario es algo poco atractivo a priori. No nos engañemos: con la cantidad de novelas que surgen cada día, elegir un libro que fue escrito hace cien años da una pereza monumental. Qué demonios, si leemos es para pasarlo bien, para entretenernos, y no parece que eso vaya a pasar leyendo La casa de Bernarda Alba. Los clásicos también pueden resultar intimidantes debido a su condición de joya literaria.

En mi opinión, la lectura de los clásicos debe abordarse en los momentos adecuados y teniendo en cuenta las características de cada lector. Siempre me ha parecido absurdo que las lecturas obligatorias de los institutos incluyeran en su día obras como La regenta. ¿Cómo va a interesar un libro así a un adolescente? Es absurdo, ¿verdad? ¿Pero y si le pedimos que lea uno de los volúmenes de Harry Potter? ¿O Drácula? ¿O El hobbit? Si me apuráis, hasta los libros de Sherlock Holmes. Son clásicos más apropiados para ese público, con posibilidades de cautivar a los chavales y que les pique el gusanillo de la lectura. Probablemente de este modo algún día, convertidos ya en apasionados lectores, quieran probar algo más sibarita, como el Ulises de Joyce.

cuándo leer clásicos literarios

Conclusiones

 

Ya lo veis, leer clásicos literarios tiene muchas ventajas. Pero para finalizar os voy a dar la mejor de todas: si se han convertido en obras que traspasan el tiempo es porque su calidad está fuera de toda duda. Solo es cuestión de que encontréis el clásico que esté hecho para vosotros. Y tienes siglos de historias escritas para elegir.

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Sobre mí

Teo Palacios

Hace 10 años yo era como tú, un autor más con una novela bajo el brazo que nadie quería publicar. Hoy tengo cinco novelas publicadas por editoriales internacionales en ocho países, tengo firmados los contratos de dos novelas que aún no he escrito y ¡vivo de la literatura!

  • Auria Plaza

    Ursula K. Le Guin podría ser rescatada fue una visionaria. Jorge Luis Borges ¿se leerá dentro de cien años? Virginia Woolf, Thomas Man. Creo que la lista puede ser larga. Sin mencionar aquellos de los que todo el mundo habla y muy pocos han leído, Ulises de Joyce por ejemplo, yo me dí la “pela” y lo leí. En busca del tiempo perdido de Marcel Proust (2800 páginas) lo intenté y me dí por vencida.
    A veces la suerte de los escritores y su obra es puro azar. Alejo Carpentier fue el precursor del realismo mágico, su prosa es maravillosa y musical no obstante ya casi nadie se acuerda de él.
    En fin gracias por tu texto, estoy de acuerdo contigo que leer los clásicos tiene sus ventajas. Yo me contentaría que los jóvenes leyeran, cuando en mi círculo social los hijos o nietos de mis amigas me piden libros les presto: Capitán Alatriste de Pérez Reverte, El corsario negro y los del personajes de Sandokan de Emilio Salgari. Con mis nietas, cuando era niñas, me leí a Harry Potter, Crepúsculo, Juegos de hambre y ahora unas señoritas me preguntan que leer en español (ellas viven en Canadá) yo les hablo de Marcela Serrano, Laura Restrepo, Luis Sepúlveda, César Aira…..Soy intensa lo reconozco.

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Teo Palacios

Escritor y creador del Método Pen

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